Hola, esta vez vengo a contar una de las cosas que más me pasan cuando estoy con mi novia. Como siempre, mi novia se acuesta boca arriba en la cama y si bien no hay mucho beso en la boca, me gusta mucho besar su cuerpo. Esa vez, bese su boca, mi lengua se introdujo dentro de la suya y moví la boca con ganas como si me la quisiera comer. Luego, besé su cuello, con pequeños besitos bajé a sus pechos y besé sus pezones. Como dejando huellas continue besando su panza con algunos kilos demás y sus caderas. Acaricié con ambas manos sus muslos y sumerjo mis manos entre sus muslos y abro sus piernas suavemente. Acaricio con ambas manos el pliegue entre la vagina y el muslo, donde se unen ambas partes. No toco su vagina. Aún no. Beso a ambos costados de los labios vaginales y arriba de la vagina. Abro más su vagina y con la punta de la lengua, paso sobre la extensión de su conchita. Ella mantenía sus ojos cerrados. Con la punta de la lengua movía el clitoris y todo lo que podía notar que moviera. No veía donde pasaba mi lengua. Solo la pasaba de arriba a abajo y de derecha a izquierda. Ella empezó a mover su cadera. Cuanto más abajo pasaba mi lengua, más parecía apetecerle. Ella suspiraba despacio cada tanto. Estaba exitado.
Yo ya estaba desnudo y exitado. Verla a mi novia caliente, me calienta a mí también. Así que pelé mi verga tirando la piel de mi chota para atrás y con movimientos pélvicos circulares, me hice camino a su interior. L a verdad es que esa conchita estaba mojada y le entré como si nada. Me empecé a mover, ella cerró sus piernas y yo me separé de ella manteniendo mis brazos extendidos. Apoyando mis rodillas en el colchón, bajé mi pelvis y subí rapidamente varias veces. Ella miraba mi chota como salía y entraba. Le encantaba y yo estaba más exitado aún. Tan exitado que empecé a darle fuerte, con vigor a pesar que notaba como mi leche empezaba a pedir paso, quería eyacular. Ella estaba en camino a un orgasmo y yo le estaba siguiendo dando con la misma intensidad.
Ella me toca con sus palmas el pecho y mi espalda. Me dice cosas lindas para que sepa que voy bien, que lo esta disfrutando, que la voy a llevar a un orgasmo. Se aguanta de gritar porque no estamos solos y frunce el ceño. Lo esta disfrutando y yo también. Falta un poco más para que ella llegue a su deseado orgasmo pero de repente, sacó mi verga de su concha y la mantengo en el aire sobre su panza.
- Aguanta un poquito más - me dice.
No digo nada y como ella nos quedamos viendo la punta de mi verga. Lentamente, empieza a aparecer algo blanco saliendo de la uretra. Es mi leche que no logré contenter. La leche cae sobre su piel.
- Sos un hijo de puta. No podés ser tan calentón.- me dice.
Busco papel higiénico y me limpio la pija. Ella hace lo mismo con la leche que dejé en su panza. Los dos sabemos que mi chota no se baja. Una vez que ella se limpió y yo también, estoy esperando su seña para volver a embestirla para satisfacerla como se merece.
Yo ya estaba desnudo y exitado. Verla a mi novia caliente, me calienta a mí también. Así que pelé mi verga tirando la piel de mi chota para atrás y con movimientos pélvicos circulares, me hice camino a su interior. L a verdad es que esa conchita estaba mojada y le entré como si nada. Me empecé a mover, ella cerró sus piernas y yo me separé de ella manteniendo mis brazos extendidos. Apoyando mis rodillas en el colchón, bajé mi pelvis y subí rapidamente varias veces. Ella miraba mi chota como salía y entraba. Le encantaba y yo estaba más exitado aún. Tan exitado que empecé a darle fuerte, con vigor a pesar que notaba como mi leche empezaba a pedir paso, quería eyacular. Ella estaba en camino a un orgasmo y yo le estaba siguiendo dando con la misma intensidad.
Ella me toca con sus palmas el pecho y mi espalda. Me dice cosas lindas para que sepa que voy bien, que lo esta disfrutando, que la voy a llevar a un orgasmo. Se aguanta de gritar porque no estamos solos y frunce el ceño. Lo esta disfrutando y yo también. Falta un poco más para que ella llegue a su deseado orgasmo pero de repente, sacó mi verga de su concha y la mantengo en el aire sobre su panza.
- Aguanta un poquito más - me dice.
No digo nada y como ella nos quedamos viendo la punta de mi verga. Lentamente, empieza a aparecer algo blanco saliendo de la uretra. Es mi leche que no logré contenter. La leche cae sobre su piel.
- Sos un hijo de puta. No podés ser tan calentón.- me dice.
Busco papel higiénico y me limpio la pija. Ella hace lo mismo con la leche que dejé en su panza. Los dos sabemos que mi chota no se baja. Una vez que ella se limpió y yo también, estoy esperando su seña para volver a embestirla para satisfacerla como se merece.
1 comentarios - Dos rapiditos y a dormir - parte I