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Reencuentro inesperado.

Hola, antes de comenzar mi relato, les quiero contar que mi compañerita de trabajo, aquella con la cual experimentamos en mis dos relatos anteriores, se fue a trabajar a un spa de Mar del Plata. Me quedé sin poder experimentar mas sobre sus espectaculares masajes prostáticos...
Así que si alguna chica quiere experimentar......acá estoy !! jaja!! Me parece que voy a abrir una comunidad para todos los que quieran experimentar cosas nuevas!!
pero quiero ir sin más al relato, que comenzó en este bendito spa que me está dando una sorpresa tras otra pero que terminó en otro lado.
Un día a media mañana me avisan que tenía una clienta, preparo todo como lo hago habitualmente y cuando salgo a recibirla me encuentro con Susana. A Susana la conocía desde hace mas de 20 años, eramos del mismo barrio y yo sabía que mas o menos a los 20 años ella estaba detrás mio. A mi me gustaba su amiga Mariela pero no logré conquistarla, y al poco tiempo me fui alejando de ese grupo de amigos y casi no nos vimos más. Yo sabía que ella gustaba de mi pero a mi no me gustaba, no era linda y no había nada en su personalidad que me atrajera, Compartíamos salidas porque estaba interesado en su amiga, pero nada más. Después, como se quedó en el barrio la seguí viendo por la calle, hola, chau y nada más. Se que se casó pero nunca supe bien con quien, se que es maestra y que tiene dos o tres hijos, pero nada más. Hace mucho que no la veía.
Ella quedó mas sorprendida que yo, no se esperaba encontrarme ahí, ni se imaginaba que yo trabajaba en esto y noté que se puso muy tensa.
Pasamos al box y la dejé para que se desvistiera y se cubriera
Estaba nerviosa, comencé el masaje y no se relajaba, pensé en llamar a un colega para que le hiciera el masaje él, pero enseguida me dije, no, yo te voy a relajar. Pensé que lo mejor sería ser muy suave, dejar un poco de lado mi famoso método calientaminitas y alejarme por completo de cualquier punto erógeno, cosa de no incomodarla.
Le costó aflojarse, no cerraba los ojos y eso es seña de estar a la defensiva y es mas, parpadeaba continuamente, otra demostración de su nerviosismo.
Pensar que a los 20 años deseaba mis caricias y ahora, con 40 y pico estaba entregada y desnuda sintiendo como mis manos la acariciaban sin dejar un centímetro de piel sin recorrer...no se lo que le habrá pasado por su cabeza, pero si para mi fue fuerte, para ella creo que también.
Recién a mitad de masaje logró relajarse, mis manos firmes pero suaves a la vez, la música oriental, el aroma a aceites esenciales del hornillo de aromaterapia hacían lo suyo y ella por fin se relajó.
No se como sería su vida matrimonial pero pude imaginármela necesitada de caricias y me dediqué a dárselas, aquellas caricias que no supe darle en la juventud se las estaba devolviendo ahora, con 20 años más de experiencia encima. ( y no me las quiero dar de genio, pero es mi trabajo, se hacerlo bien y me encanta!!!!)
Cuando llegó el momento de terminar, convertí mis masajes en el cuello y en la nuca ( no sin cierta malicia ) en caricias, y por su respiración entrecortada se que fueron efectivas.
Me agradeció y se fue con cara de feliz cumpleaños, yo quedé impactado por el encuentro,, pero con el paso de los días me fui olvidando del tema.
Como a la semana me llamó al teléfono del spa, sorprendido la atendí y me dijo que quería verme, yo interpreté que quería otro masaje y le dije que me dejara ver como estaban los turnos pero me dijo que no quería masajes, quería charlar un poco con migo. Quedamos en vernos en dos días a la salida del trabajo, en un barcito que yo conocía que era bastante discreto.
Y el día de la cita, allí estaba, bien arreglada, seguía sin ser linda pero los años le habían dado seguridad y actitud y eso le daba un toque de atractivo.
Me confesó lo sorprendida que estaba de haberme encontrado ahí, que ni idea tenía de que yo era masajista y que si bien al principio estaba un poquito tensa, le gustó se atendida por mi.
Charlamos de nuestras vidas y terminó diciéndome que su matrimonio era un aburrimiento total.
Un par de lagrimas corrieron por su mejilla y me acerque y la abracé. Lloró un poquito en mi hombro y cuando se incorporó quedaron nuestras cara frente a frente por un segundo y nos besamos suave y profundamente, sin lengua pero con mucha pasión.
Me dijo que había estado muy enamorada de mí y que siempre se quedó con las ganas de tener algo con migo y que cuando pasó el tiempo y las pasiones se fueron enfriando, siempre me miró con cariño con el pensamiento de lo que podía haber pasado, pero que cuando tuvimos nuestro encuentro en el spa se despertaron las pasiones dormidas por el tiempo, de repente sintió las caricias que siempre quiso recibir y eso la había calentado mucho, y como su aburrido matrimonio estaba logrando deprimirla, se había prometido vivir la vida de otra manera, cueste lo que cueste y justo reaparecí yo.
Nos volvimos a besar pero esta vez nuestras lenguas ávidas de placer se entrelazaron y nuestros cuerpos elevaron su temperatura. Acaricié sus pechos por encima de su remera y ella agarró mi pija por encima de los pantalones, mi pija estaba durísima y el contacto con su mano la hizo palpitar, le dije al oído: -Vamos a un telo que conozco acá a la vuelta.
Sin llamar al mozo, dejé cien pesos arriba de la mesa, sobraban para pagar los dos cafés que dejamos a medio tomar y nos fuimos derechito al telo.
Apenas traspasamos la puerta de la habitación me empezó a besar con mucha calentura, sacándome la remera, y mordisqueandome todo el pecho mientras que su mano no me largaba la pija, se había convertido en una furia que quería ser poseída salvajemente, así que la alcé de la cintura y la tiré en la cama, saque de un tirón su remera y desabroché su corpiño y ahí montado sobre ella empecé a lamer y morder sus pechos. Ella gemía como loca, se ve que hace rato que quería una buena cojida así.
baje besando su panza, su ombligo, desabroché su jean pero cuando quise sacarlo, lo apretado de la prenda y la transpiración lo hicieron imposible, así que ella lo hizo mientras yo me quitaba lo que me quedaba de ropa, ya tirada en la cama nuevamente me metí directo entre sus piernas y empecé a comerle la concha como con desesperación, ella gritaba y arqueaba su espalda hasta que explotó en un orgasmo lleno de espasmos y gritos que yo creo que en el telo deben haber parado de cojer todos para escucharla. Ahí nomas me tiré encima y se la metí sin dejar que terminen sus espasmos, pasé mis manos por atrás del cuello, agarrando su nuca y empecé a cabalgarla a todo lo que me daba el físico. Convengamos que hacía mucho rato que no cojía con tanta furia y me divirtió mucho hacerlo, parecíamos dos animales enfurecidos cojiendo como si fuera lo ultimo que íbamos a hacer en la vida.
A ese ritmo no pude aguantar mucho y a los pocos minutos le llené la concha de leche, y ella al sentir el chorro caliente dentro suyo, explotó en otro orgasmo prolongado.
Quedamos rendidos tirados en la cama si decir palabra, Solo se sentía nuestra agitada respiración, que se fue calmando con el correr de los minutos.
Me incorporé y la besé y ella parecía querer retomar esa locura otra vez y yo le dije: -No, dejame a mi que quiero que gocemos como hace mucho no gozamos.
Se calmó y me cedió la iniciativa. Besé su cara, sus ojos, besé su boca, recorrí su cuello con la punta de mi lengua, el borde de su oreja, bajé hasta sus pechos y los lamí en círculos, ella comenzó a gemir y luego me tiró de espaldas en la cama e hizo lo mismo con migo, cuando jugó con la punta de su lengua con mis pezoncitos mi pija comenzó a latir nuevamente, como ella estaba encima mio la sintió en su cuerpo y me dijo: - me están llamando!! y bajo a comerse mi pija con una suavidad y una maestría digna de una señora experimentada de su edad. Me pregunto como podía aburrirse su marido si ella le chupaba la pija de esa manera..
La bestia sedienta de sexo se había convertido en una geisha apasionada por lo que hacía.
Me di vuelta para concretar un 69 pero me encontré que mi copiosa eyaculación anterior todavía salia de su concha mezclada con sus jugos, pero a esta altura mi calentura podía mas que mis pruritos y le metí lengua, total era mía. Quizás otro día les cuente de lo que sentí en ese momento.
Susana me regaló otro orgasmo en mi cara y yo aproveché para ponerla en cuatro y penetrarla de atrás.
La bombee suavemente y ella gozaba con cada embestida.
En un momento paró y me dijo: Tengo un regalo para vos, mi culito de 43 años sin estrenar!
Casi se me para el corazón. Cuando me recuperé aproveché su postura y le dedique un tiempo a lamerlo y llenarlo de saliva, intenté penetrarlo con mi lengua pero no pude, así que con un dedo bien mojado en su mezcla de jugos masajeando en círculos fui abriendo ese precioso asterisco hasta que me dejó meterle el dedo.
Lo giré en redondo para abrirlo y luego con la cabeza de mi pija bien mojada, apoyada sobre su culito empujé despacio hasta que entró. Un pequeño gemido de dolor salió de su boca y yo me quedé así quieto para que se acostumbre y luego empecé a bombear lentamente y a cada embestida la entraba un poquito más.
-Dale, partimelo que es tuyo!!!! te lo regalé!!!! gozalo!!!!! - me gritaba con dolor y lujuria a cada embestida, ya cuando lo tenía casi todo adentro la entré a bombear mientras ella se pajeaba con una mano y sus gritos de dolor se convertían otra vez en gritos de pasión.. Quince minutos de bomba y bomba y ya había gritado en todo los idiomas conocidos y explotó en otro orgasmo, que con sus espasmos ordeñaron mi pija de tal manera que acabé yo también. Llenando ahora su otro agujero de leche.
después de recuperarnos le pregunté : - Y ahora, como sigue esto?
- No sigue - me dijo- esto fue una deuda pendiente de 20 años atrás, nuestros caminos se separaron y deben seguir así.
-Bueno, esta bien -le dije- pero te digo dos cosas: primero que si te das cuenta que todavía quedó algo de deuda por recuperar me vas a avisar y segundo: Si agarras a tu marido así como me agarraste a mi hoy y le chupas la pija así, seguro se le pasa el aburrimiento!!.

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