Hola gente. Bueno, quería contarles una historia real que está ocurriendo en estos días. Como ya he comentado anteriormente soy divorciado, profesional. Por mi edad (48), mantengo un buen estado físico a pesar que el cigarrillo insiste en seguirme, delgado (con algo de pancita post 40, mido 1,87 y uso el cabello casi calvo. Ella, a quien llamare M.A, algo más joven que yo es casada, con un hijo. También es abogada y el trabajo hizo que nos conozcamos desde hace unos años. Yo trabajo en una dependencia pública de la capital de la provincia de Buenos Aires y ella en una delegación, al norte del gran Bonaerense, por lo que era común que, ya sea hablemos por teléfono o concurra ella concurra a mi oficina, para realizar consultas o entregar algún trabajo. Es así como la conocí. La voy a describir, o al menos tratar de hacerlo. Medirá 1,65mtrs, tez bronce por febo, al cual se entrega a diario, ojos claros, cabellos rubios (truchos…. Uds. comprenden) tetas pequeñas pero bien formadas y una cola que es la envida de cualquier manzana de exportación. La cuestión que a partir de un cambio de ámbito laboral mio, ya no la tenía más bajo mi supervisión pero esta circunstancia sirvió para eliminar una barrera que me había autoimpuesto, por mi relación laboral. La cuestión es que gracias al maravilloso facebook, comenzamos una relación de intercambio de mensajes y chat, casi todos los días y muchas noches. Poco a poco nuestros encuentros cibernéticos fueron convirtiéndose en charlas más profundas e interesantes, hasta que indefectiblemente el sexo comenzó a hacer su presentación en ellos. De esas charlas surgió la idea de encontrarnos por primera vez fuera del ámbito laboral y sin mediar la excusa de charlas de trabajo. Quedamos entonces en encontrarnos una mañana en la zona de Vicente López. Acordamos así encontrarnos a las 11:00Hs, en la zona de la estación del ferrocarril Mitre. Si se preguntan por qué elegí esa zona, pues bien. Estudiando por internet algún telo en la zona había uno muy bonito a unas pocas cuadras del lugar de reunión. Como se podrán imaginar, mi intención y atento el tenor de nuestras charlas, nuestro encuentro debía terminar en la cama, esa era mi intención y no pensaba no llevarla a la práctica. Arribo al horario indicado y de M.A ni noticias. Ya habíamos intercambiado mensajes por nuestros celulares avisando por dónde estábamos. Los minutos pasaban y no aparecía, en algún momento se me cruzo la idea que se había arrepentido. Debo reconocer que fue más mi propia ansiedad que el tiempo real de su demora. Unos 20 minutos posteriores a la hora acordada recibo un mensaje indicándome que estaba en la av. Del Libertador al 900, hasta allí me dirigí. Ella con su auto encendido y mal estacionado me invita a subir como acompañante. Al ingresar el saludo fue un suave, pero profundo y largo pico. La primer barrera ya había sido superada. Hicimos unas cuadras, cuando un semáforo nos detuvo a lo que aproveché y la tomo por su nuca la traigo hacia mí y la beso, ya introduciendo mi lengua en su boca la que suavemente se abre e intercambiamos nuestros primeros líquidos. Detenemos el auto en un bolichito en la esquina de la estación del ferrocarril y descendemos ya que la había invitado a tomar algo. Dos cafés pedimos y nos pusimos a charlar. La conversación estuvo rodeada de saber desde cuando me interesaba, de cómo habíamos terminado allí, los dos ella casada. Yo tenía la ventaja de ser divorciado pero ella… ella casada, con más de 20 años de pareja. La cuestión es que entre excusas y palabras dulces, se fue aflojando y volviendo a los temas que ya habíamos recorridos en nuestras charlas del chat. A la hora de conversar y relajarnos… ella más necesitada que yo en eso, nos dispusimos a irnos. Subimos al auto, cruzamos Libertador y nos encaminamos hacia la zona de la costa, paseamos en el auto. Ya, era ella la que se recostaba en mi hombro o tomaba mi mano. Con toda intención había elegido el lugar para pasear a pocas cuadradas se encontraba el telo, el cual sabía la exacta dirección gracias a Santo Google.com. Cuando llego a la puerta, encaro con el auto, solo la miro y la interrogo: entramos no?... ella tuvo un atisbo de justificación en un: mmm… no lo tenía pensado, así tan rápido. No llego a terminar la frase cuando ya tenía el auto estacionado en la cochera de nuestra habitación. Bajamos nos besamos y recorrí, por primera vez, descaradamente su culo, parados al lado de su puerta. Ingresamos. Ya dentro, ella aún nerviosa o inquieta por la situación hizo que tenga que ir muy despacio…. Muy suave. A esta edad uno sabe que todo tiene sus tiempos y que el peor error del hombre es la ansiedad. Lo que mata es la ansiedad y te deja como un flor de nabo. Aún vestidos, la acerco a la cama y ambos arrodillados comenzamos a besarnos, intercambiar nuestras lengua y yo a acariciar y recorrer todo su cuerpo aun vestido. Con el primer movimiento de su cabeza hacia atrás, típica muestra que comenzó a gustar de mis caricias y besos, comienzo a besar su cuello y muy delicadamente a desprender su camisa, comenzando por el último botón de abajo….. a cada movimiento mio respondía con una respiración más profunda y contenida. Mi manos siguieron haciendo su trabajo hasta llegar a dejarla completamente desnuda. Con todo su hermoso cuerpo a mi disposición y mis caricias…. Mi lengua recorriendo cada lugar de su cuerpo y mis manos conociendo cada centímetro de su geografía. Paso mis dedos por su vagina, al simple roce un pequeño grito de placer sale de su boca. Húmeda, mojada y tibia tenía su concha, depilada con solo una línea de vello púbico que nacía a la altura de sus labios superiores, toda a mi disposición. Yo aún vestido y con la verga estallando comienzo a pasar mi lengua por los ya inflamados labios vaginales. Me detiene, en forma torpe, desesperada y apresurada me desviste… deseo tu pija solo atinó a decirme. Ya ambos desnudos vuelvo a mi trabajo de jugar con mi lengua en su concha… Es diicil saber cuanto tiempo uno está chupando o cojiendo, por lo general siempre parece más del que es, pero digamos que no más allá de 10 minutos tardo M.A en relajarme y regalarse su primer orgasmo… profundo, paralizante. Sus manos apretaron con toda fuerza que pudo mi cara sobre su concha mientras que sus piernas sostenían me arrimaban fuertemente sobre mi espalda. Mi boca trago cada uno de los flujos que de su caverna caliente salieron…. La pausa necesaria para que relaje sus músculos la puse en la posición de perrito y por atrás comienzo a bombearla. Ninguna dificultad tuvo mi verga a ingresar ya que tenía su concha mojada inundada más que lubricada. Estuvimos así unos cuantos minutos, cuando la hago cambiar de posición. Me coloco para que ella me monte y realice todos los movimientos pélvicos que la lleven al mejor placer. Se sentó en mi verga y comenzó a andar sobre ella, mientras con sus tetas a mi disposición, lamía y daba pequeños mordiscos a sus pezones duros y erguidos. En esta faena, llego a su segundo, tercero orgasmo. Se recostó sobre mi pecho mi verga dentro de su concha continuó movimientos suaves ascendentes y descendentes con mi tronco dentro suyo hasta que llegamos juntos, ella a su cuarto orgasmo, tiempo más que suficiente de placer como para vaciar todo mi leche en su profunda concha. Acabamos juntos nos abrazamos, nos besamos y así quedamos por un buen rato… hasta que por la cantidad de flujo que había en nuestros cuerpos decidimos darnos un baño.
Continuamos un polvo más mio y quedamos en encontrarnos la próxima semana en Capital, en el dpto. de su hermano en la zona de las cañitas, pero esa será otra historia para contar.
Continuamos un polvo más mio y quedamos en encontrarnos la próxima semana en Capital, en el dpto. de su hermano en la zona de las cañitas, pero esa será otra historia para contar.
1 comentarios - Con mi compañera de trabajo al telo
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