Rompiendo códigos
Este relato es una fantasía que imaginé una noche, mientras escuchaba ciertas anécdotas acerca de “romper códigos” entre amigos, lo que me llevó a reflexionar hasta donde sería yo capaz de romper esos famosos códigos y de allí surgió esta historia.
La situación era la siguiente, me encontraba cenando en la casa familiar del mejor amigo de mi marido, también estaban todos los hermanos y hermanas de este amigo, cada uno con sus respectivos esposos/as e hijos. Luego de la cena en la larga sobremesa que hicimos en el jardín conversábamos animadamente acerca de anécdotas de la época del secundario e historias compartidas, todos nos conocemos hace muchos años.
Se había tomado bastante alcohol, tanto en la cena como después, en ese momento quedábamos a la mesa el amigo de mi marido, su mujer, el hermano del amigo, la mujer de este, mi marido y yo.
Alguien abrió una botella de whisky y los hombres comenzaron a beber, la conversación derivó hacia historias antiguas y por supuesto se hablaba de terceros ausentes y de quien había cagado a tal o cual amigo, siempre en cuestiones de mujeres.
Me tentó probar un poco whisky rebajado con agua, la noche estaba fresca pero agradable, la compañía era de confianza, así que si me excedía un poco, quedaba en buenas manos.
De a una, las otras dos mujeres se fueron a dormir, eran ya como las cuatro de la mañana, al rato mi marido también fue a tirarse un rato en un sillón del living.
Quedaron entonces el amigo de mi marido y su hermano con quienes conversé animadamente durante al menos una hora más, todos medio pasados de alcohol, pero sin que eso me preocupara, como dije nos conocíamos hace mucho. En un momento intento ponerme de pie para ir al baño, me tropiezo con un banco y caigo sobre el hermano apoyando mi mano en su pierna para hacer equilibrio. Nos reímos, voy al baño, y cuando vuelvo ellos recordaban historias de las minitas que se habían cogido en esa casa, bajo el techo de la cochera, en el galpón de herramientas, en cada rincón.
En eso, el amigo de mi marido también se va a dormir y quedamos sólo su hermano y yo, nos miramos, me sirvió el whisky que quedaba y a esa altura ya habíamos tomado toda la botella. No sé que mensaje pensó que le pasaba cuando me apoyé en su pierna para no caer, pero acerca su silla a la mía y me dice: -No sabés las ganas que tengo de cogerte… yo, en lugar de responderle no jodas che nos conocemos, son amigos, están todos adentro, van a salir en cualquier momento le digo: - Es lo mismo que estaba pensado.
Animado por mi respuesta me dice: - Esas tetas, que ganas de chuparte las tetas. Esta mujer, con su marido durmiendo dentro de la casa contesta: -No sabés las ganas que tengo yo de chuparte la pija…
Se acerca más, me come la boca mientras su mano derecha aprisiona mi teta izquierda. Yo respondo el beso, total, si vamos a romper códigos que sean varios no? Lleva mi mano a su entrepierna y toco una promisoria erección. Ante esto reacciono y digo: -Acá no podemos, es la casa de tus viejos, está tu familia, la mía… me contesta: -Yo quiero cogerte, vení… mientras su mano recorre mi entrepierna. Debo reconocer que dudé durante un rato, cogerme al hermano del mejor amigo de mi marido, en la casa de sus padres y con el riesgo de que alguien salga al jardín y nos vea? El morbo y la adrenalina (ayudados por la desinhibición del alcohol supongo) pudieron más, siempre pueden más.
Me dejé llevar a la cochera y allí, de pie contra la pared, como si fuera otra vez adolescente empezamos a transar desaforadamente. Me subí la remera dejando mis tetas al aire frio de la noche y él las tomó y las chupó mientras mis manos abrían su bragueta. Me puse en cuclillas ante su pija y comencé a chuparla con ganas, con gusto, con morbo…Me incorporo y le digo:- Que buena pija tenés, -Dale te quiero coger, insiste él y me lleva hacia el galponcito. Una vez allí ya un poco más ocultos desprende mis jeans sus manos en mi bombachita y me dice: - No tenés tanga, entonces toma mi calzón y me lo mete bien en el culo, eso siempre me recalentó así que me acuclillo nuevamente y le sigo chupando la pija que a esa altura estaba durísima y gorda como me gusta, apenas entraba un poco de luz por una ventanita, pero acostumbrada ya a la penumbra lo miro mientras lengueteo su pija y me dice: -Que cara de puta que ponés cuando chupás la pija…- Si le digo y la chupo bien no? Mientras mi lengua recorría su miembro de abajo hacia arriba y lo miraba a los ojos, sus manos recorrían frenéticamente mis tetas, me pone de pie y ataca mi conchita, - Uy te depilás la concha susurra, moja sus dedos con saliva y me los muestra antes de comenzar a acariciarme, tomo su mano y hago que me meta un dedo bien adentro mientras me pajea con el resto de su mano, a esta altura, pese al exceso de alcohol mi calentura era imparable –Quiero chuparte la concha, dice –Primero cogeme le contesto…es que esa verga me estaba descontrolando, -Quiero tu leche, me vas a dar? susurro con mi mejor cara de puta, a esa altura era una perra en celo.
Así de pie como estábamos acerca su pija a mi conchita y me la frota, me doy vuelta para que me coja desde atrás, así apoyada contra la pared, me penetra de una y se me escapa un aullido como para despertar a todos los que estaban en la casa, él intenta tapar mi boca mientras me empuja la pija bien adentro. Luego de unas cuantas embestidas me dice: -Dame la concha la quiero chupar. A mi pesar, o no tanto por lo que se avecinaba, me saca la pija y cuando nos estábamos acomodando para que degustara mi conchita escucho la voz de mi marido que me busca. Rápidamente acomodamos nuestras ropas y él se esconde en un rincón del galpón, mientras yo salgo con cara de nada y un olor a sexo que mi marido parece no percibir, me pregunta: - Qué hacés acá? – Nada, tenía frío, contesto, vamos a casa? mientras lo empujo hacia afuera sin poder creer que no me descubriera y pensando qué ganas de terminar esto!!
En definitiva, a pesar de lo que prediquemos socialmente y con lo lejos que me llevó la imaginación esa noche, creo que todos en algún momento somos capaces de romper un par de códigos, no? La ocasión hace al ladrón…dicen.
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