Con la embarazada
Todavía no le pude encontrar nombre a lo
que hice, no es que me arrepienta, solo que nunca me imagine en tal situación.
Todo paso hace unos meses, cuando apenas había cumplido 17 años, estaba y estoy
de novio con una chicas, que va a la misma iglesia que yo y ya habíamos tenido
nuestros momentos (tal vez luego se los cuente, todo depende de ustedes) y
cuando salía con ella por la calle note que de repente había muchas mujeres
embarazadas y comencé a imaginármela a ella en la misma situación, pero mis
pensamientos en ves de ir por el buen camino, se dirigieron a imaginarla desnuda
con su panza y como seria tener relaciones con ella en ese estado.
Pude saciarme gracias a imágenes que
bajaba de Internet, pero en ves de calmarme, me ponían mas loco de lo que
estaba.. Hasta había pensado en dejarla embarazada a ella, pero gracias a que lo
pensé dos veces no cometí ningún error irreparable, lo que sí se notaba era que
yo estaba cada ves mas y más caliente, ya no me importaba que estuvieran sus
padres en casa cuando yo iba y mucho menos que nos escucharan.
Un día, el pastor de la iglesia, nos había
invitado a pasar el fin de semana en su quinta a todos los jóvenes, pileta,
fútbol, pool todo iba de maravilla hasta que llegaron bily y su novia, silvina,
una preciosa rubia, de unos 22 años pero que aparentaba tener 16, y para mas
estaba embarazada. Bily era un gran amigo mío y me parecio que estaba mal tener
esos pensamientos hacia su mujer y trate de ahogarlos. Pero no funciono, no
paraba de pensar en ella y de las fotografías que había vista en la PC.
Lo peor es que esta ves no podía
desahogarme con mi novia, pues en la casa compartíamos la habitación. Cuando la
vi entrar a la pileta, él verla con ese traje de baño que se perdía en su culo
y que apenas podía cubrir sus grandes senos, y su pancita mojada, me pusieron a
mil. Para que nadie se diera cuenta de mi situación y para saciarme a mí mismo,
me dirigí al baño tratando de que nadie sé de cuenta de mi erección. cerré la
puerta del baño y comencé con mi tarea, pensando en ella, estaba tan concentrado
en lo mío que no escuche cuando abrieron la puerta y una mano me toco el hombro
sacudiéndome.
Me detuve y miren para arriba, me
sorprendí al ver que era ella, por un momento pensé que todas mis fantasías se
harían realidad, ella se agacha y con una vos suave y delicada me dijo.-perdón,
no te quise interrumpir, pero necesito urgente el baño. Me levante del inodoro,
decidido a irme, pero ella me detuvo, diciendo que enseguida acabaría, que podía
quedarme, pero que no mirase. –perdón, yo no quería... –la que debería pedir
perdón soy yo, después de todo yo fui la que interrumpió. El silencio se hizo
presente dejándome escuchar el ruido de su orina cayendo, quería voltear a
verla, y se hizo inevitable que mirara por mi hombro. Mi pené estaba volviendo a
crecer y a tomar el mismo volumen que había perdido por el asombro y la
vergüenza.
Cuando ella me dijo. –te puedo preguntar
algo? –Sí. Le conteste. –que acaso tu novia no te tiene bien atendido que tienes
que venir a pajearte tu solo? Cuando escuche esos gemidos, pensé en encontrarme
a dos personas en el baños y no solo a una. Lo que me hizo pensar que ella entro
a propósito. Yo no sabia que responderle y me quedaba callado. –no tienes por
que tener vergüenza, nos conocemos hace mucho y lo que haces es muy normal. Aun
así yo no podía decir nada. Ella se levanta y sin decir nada me dio un beso en
la mejilla y al serrar la puerta dijo –no te preocupes, no le contare a nadie.
Mi erección desapareció por completo y me
invadió un sentimiento de culpa por el hecho de pensar así de una persona que es
tan compresiva y que me quiere tanto.
Durante la sena ella no paraba de dirigir
su mirada hacia mí, lo cual me incomodaba, y por la tarde, mientras tomábamos
unas cervezas, ella no paraba de decirme comentarios insinuantes y con doble
sentido, que me hicieron pensar que ella había contado lo ocurrido y que se
burlaban de mi. Luego decidimos él ir a recorrer el lugar e ir hacia un lago. Al
cual se podía llegar por dos caminos: uno largo el cual había de rodear todo el
lago para poder llegar a la parte mas baja donde sé podía bajar a nadar. Y él
mas corto que quedaba todo derecho por la ruta de tierra.
Decidimos tomar primero él mas largo y
volver por el corto para recorrer más. Todo transcurrió de lo mas bien hasta
llegar al pie de una colina muy empinada y silvina, debido a su estado no podría
subir. Nos decidimos por que un grupo seguiría y otro volvería para dar toda la
vuelta y tomar el camino corto con silvina.
No dude ni un segundo en ofrecerme para
acompañarla yo solo y que los demás sigan. Por el camino aprovecharía para podré
hablar con ella. A la mitad del largo camino, nos paramos a un lado del camino y
entramos a una plantación de árboles de duraznos, para sentarnos a su sombra. En
eso aproveche y le pregunte si le había contado a alguien lo que había pasado, a
lo que contesto. –no, claro que no. Acaso te enojaste por lo que dije durante la
cena. –no, lo que pasa es que pensé que si lo habías contado, y que todos se
burlaban de mí. Riéndose – lo lamento eso es lo que quería, pero ya creo que
tendrías que hablar con tu novia, no esta bien que te haga esperar tanto, ella
misma tendría que saciarte y no tu solito.
En ese momento ya no me importo nada y le
dije. –no lo hacia por ella, con ella estoy mas que conforme. –y por quien era
entonces?. –por ti. Ella abrió bien los ojos. Y pensé que me daría un cachetazo,
pero no. –y, pudiste terminar? –no. Sin decir nada ella bajo su mano hasta mi
bulto y metiendo su mano en mi pantalón saco mi miembro, que se encontraba a
mil, y comenzó a masturbarme lentamente. Bajo su cabeza y se metió mi pené en la
boca y comenzó a lamerlo, yo la agarraba de la cabeza, empujándola hacia abajo.
Ella se detuvo y me pregunto. –por que lo hacías? Te gusto o te calientan las
embarazadas?. –las embarazadas me calientan mucho, pero en tu caso, las dos
cosas. –entonces sigamos.
Ella se saca la pollera y se baja las
braguitas blancas y me ordena que le devuelva el favor. Sin pensarlo dos veces
me arrodille a sus pies y comencé a lamerle la almejita, y a darle pequeños
mordiscones en el hinchado clítoris. Luego de terminar de desnudarla mi lengua
subió hasta su panza, la cual lamí por completo, y comencé a chupar sus
pezones como si fuera un recién nacido, el sabor de su leche materna me
enloqueció y mientras chupaba sus tetas le metía mis dedos en su concha.
Ella solo se acostó y me dejo hacer y
acariciaba mi cabello como si fuera un niño. No me contuve mas quería penetrarla
y ella estaba dispuesta a dejarme a hacerlo. Pero tenia miedo de hacerle algún
daño a ella o al niño, pero no me iba a detener hay, así que le ordene que se
ponga en cuatro patas como un perro y comencé a lamerle el ano, cuando me
pareció que estaba bien lubricada apoye la cabeza de mí pené en su hoyito y de
un solo empujón lo penetre. Ella deja escapar un grito de dolor y placer
mezclado, y comencé a culearla salvajemente, sosteniendo sus pechos y
apretándolos con fuerza, haciéndola gritar y jadear sin respiro tan fuerte que
creí que todos nos oirían a pesar de la distancia. Después de unos 5 o 6 minutos
acabe todo en su ano, a lo que ella pega un fuerte grito de placer y me pidió
que se la sacase que tenia que cagar. Me masturbe viéndola cagar y mear a mis
pies y me calentó el ver como mi semen salía de su ano junto con la mierda y
acabe nuevamente. Pero esta ves se lo hice tragar todo mientras terminaba de
cagar. Ella lo trago con gusto y me dijo. –sos un pervertido, también te
calienta ver cagar a las mujeres. –creo que sí. –el problema es que acá no tengo
con que limpiarme, te gustaría?. Pero eso lo dejare para la próxima.
Todavía no le pude encontrar nombre a lo
que hice, no es que me arrepienta, solo que nunca me imagine en tal situación.
Todo paso hace unos meses, cuando apenas había cumplido 17 años, estaba y estoy
de novio con una chicas, que va a la misma iglesia que yo y ya habíamos tenido
nuestros momentos (tal vez luego se los cuente, todo depende de ustedes) y
cuando salía con ella por la calle note que de repente había muchas mujeres
embarazadas y comencé a imaginármela a ella en la misma situación, pero mis
pensamientos en ves de ir por el buen camino, se dirigieron a imaginarla desnuda
con su panza y como seria tener relaciones con ella en ese estado.
Pude saciarme gracias a imágenes que
bajaba de Internet, pero en ves de calmarme, me ponían mas loco de lo que
estaba.. Hasta había pensado en dejarla embarazada a ella, pero gracias a que lo
pensé dos veces no cometí ningún error irreparable, lo que sí se notaba era que
yo estaba cada ves mas y más caliente, ya no me importaba que estuvieran sus
padres en casa cuando yo iba y mucho menos que nos escucharan.
Un día, el pastor de la iglesia, nos había
invitado a pasar el fin de semana en su quinta a todos los jóvenes, pileta,
fútbol, pool todo iba de maravilla hasta que llegaron bily y su novia, silvina,
una preciosa rubia, de unos 22 años pero que aparentaba tener 16, y para mas
estaba embarazada. Bily era un gran amigo mío y me parecio que estaba mal tener
esos pensamientos hacia su mujer y trate de ahogarlos. Pero no funciono, no
paraba de pensar en ella y de las fotografías que había vista en la PC.
Lo peor es que esta ves no podía
desahogarme con mi novia, pues en la casa compartíamos la habitación. Cuando la
vi entrar a la pileta, él verla con ese traje de baño que se perdía en su culo
y que apenas podía cubrir sus grandes senos, y su pancita mojada, me pusieron a
mil. Para que nadie se diera cuenta de mi situación y para saciarme a mí mismo,
me dirigí al baño tratando de que nadie sé de cuenta de mi erección. cerré la
puerta del baño y comencé con mi tarea, pensando en ella, estaba tan concentrado
en lo mío que no escuche cuando abrieron la puerta y una mano me toco el hombro
sacudiéndome.
Me detuve y miren para arriba, me
sorprendí al ver que era ella, por un momento pensé que todas mis fantasías se
harían realidad, ella se agacha y con una vos suave y delicada me dijo.-perdón,
no te quise interrumpir, pero necesito urgente el baño. Me levante del inodoro,
decidido a irme, pero ella me detuvo, diciendo que enseguida acabaría, que podía
quedarme, pero que no mirase. –perdón, yo no quería... –la que debería pedir
perdón soy yo, después de todo yo fui la que interrumpió. El silencio se hizo
presente dejándome escuchar el ruido de su orina cayendo, quería voltear a
verla, y se hizo inevitable que mirara por mi hombro. Mi pené estaba volviendo a
crecer y a tomar el mismo volumen que había perdido por el asombro y la
vergüenza.
Cuando ella me dijo. –te puedo preguntar
algo? –Sí. Le conteste. –que acaso tu novia no te tiene bien atendido que tienes
que venir a pajearte tu solo? Cuando escuche esos gemidos, pensé en encontrarme
a dos personas en el baños y no solo a una. Lo que me hizo pensar que ella entro
a propósito. Yo no sabia que responderle y me quedaba callado. –no tienes por
que tener vergüenza, nos conocemos hace mucho y lo que haces es muy normal. Aun
así yo no podía decir nada. Ella se levanta y sin decir nada me dio un beso en
la mejilla y al serrar la puerta dijo –no te preocupes, no le contare a nadie.
Mi erección desapareció por completo y me
invadió un sentimiento de culpa por el hecho de pensar así de una persona que es
tan compresiva y que me quiere tanto.
Durante la sena ella no paraba de dirigir
su mirada hacia mí, lo cual me incomodaba, y por la tarde, mientras tomábamos
unas cervezas, ella no paraba de decirme comentarios insinuantes y con doble
sentido, que me hicieron pensar que ella había contado lo ocurrido y que se
burlaban de mi. Luego decidimos él ir a recorrer el lugar e ir hacia un lago. Al
cual se podía llegar por dos caminos: uno largo el cual había de rodear todo el
lago para poder llegar a la parte mas baja donde sé podía bajar a nadar. Y él
mas corto que quedaba todo derecho por la ruta de tierra.
Decidimos tomar primero él mas largo y
volver por el corto para recorrer más. Todo transcurrió de lo mas bien hasta
llegar al pie de una colina muy empinada y silvina, debido a su estado no podría
subir. Nos decidimos por que un grupo seguiría y otro volvería para dar toda la
vuelta y tomar el camino corto con silvina.
No dude ni un segundo en ofrecerme para
acompañarla yo solo y que los demás sigan. Por el camino aprovecharía para podré
hablar con ella. A la mitad del largo camino, nos paramos a un lado del camino y
entramos a una plantación de árboles de duraznos, para sentarnos a su sombra. En
eso aproveche y le pregunte si le había contado a alguien lo que había pasado, a
lo que contesto. –no, claro que no. Acaso te enojaste por lo que dije durante la
cena. –no, lo que pasa es que pensé que si lo habías contado, y que todos se
burlaban de mí. Riéndose – lo lamento eso es lo que quería, pero ya creo que
tendrías que hablar con tu novia, no esta bien que te haga esperar tanto, ella
misma tendría que saciarte y no tu solito.
En ese momento ya no me importo nada y le
dije. –no lo hacia por ella, con ella estoy mas que conforme. –y por quien era
entonces?. –por ti. Ella abrió bien los ojos. Y pensé que me daría un cachetazo,
pero no. –y, pudiste terminar? –no. Sin decir nada ella bajo su mano hasta mi
bulto y metiendo su mano en mi pantalón saco mi miembro, que se encontraba a
mil, y comenzó a masturbarme lentamente. Bajo su cabeza y se metió mi pené en la
boca y comenzó a lamerlo, yo la agarraba de la cabeza, empujándola hacia abajo.
Ella se detuvo y me pregunto. –por que lo hacías? Te gusto o te calientan las
embarazadas?. –las embarazadas me calientan mucho, pero en tu caso, las dos
cosas. –entonces sigamos.
Ella se saca la pollera y se baja las
braguitas blancas y me ordena que le devuelva el favor. Sin pensarlo dos veces
me arrodille a sus pies y comencé a lamerle la almejita, y a darle pequeños
mordiscones en el hinchado clítoris. Luego de terminar de desnudarla mi lengua
subió hasta su panza, la cual lamí por completo, y comencé a chupar sus
pezones como si fuera un recién nacido, el sabor de su leche materna me
enloqueció y mientras chupaba sus tetas le metía mis dedos en su concha.
Ella solo se acostó y me dejo hacer y
acariciaba mi cabello como si fuera un niño. No me contuve mas quería penetrarla
y ella estaba dispuesta a dejarme a hacerlo. Pero tenia miedo de hacerle algún
daño a ella o al niño, pero no me iba a detener hay, así que le ordene que se
ponga en cuatro patas como un perro y comencé a lamerle el ano, cuando me
pareció que estaba bien lubricada apoye la cabeza de mí pené en su hoyito y de
un solo empujón lo penetre. Ella deja escapar un grito de dolor y placer
mezclado, y comencé a culearla salvajemente, sosteniendo sus pechos y
apretándolos con fuerza, haciéndola gritar y jadear sin respiro tan fuerte que
creí que todos nos oirían a pesar de la distancia. Después de unos 5 o 6 minutos
acabe todo en su ano, a lo que ella pega un fuerte grito de placer y me pidió
que se la sacase que tenia que cagar. Me masturbe viéndola cagar y mear a mis
pies y me calentó el ver como mi semen salía de su ano junto con la mierda y
acabe nuevamente. Pero esta ves se lo hice tragar todo mientras terminaba de
cagar. Ella lo trago con gusto y me dijo. –sos un pervertido, también te
calienta ver cagar a las mujeres. –creo que sí. –el problema es que acá no tengo
con que limpiarme, te gustaría?. Pero eso lo dejare para la próxima.
1 comentarios - con la embarazada- relato hot
buen aporte