Siempre fui incapaz de creer ciertas cosas y esta era una de ellas, mi mejor amigo me estaba contando que se había follado a su hermana, su her-ma-na… el era siempre honesto conmigo pero esta era la primera vez que lo creía incapaz de hacer lo que decía haber hecho, así que se levanto una apuesta, el me dijo que seria capaz de demostrarme que si lo había hecho, yo, reí ante la incredulidad, risa que se convertiría en impresión.
Ricky, mi mejor amigo, nunca podía perder por lo cual me dejo una nota diciendo que me demostraría que decía la verdad, que fuera esa tarde a su casa, que dejaría la puerta abierta. Cuando llegue a su casa esa tarde encontré otra nota que decía que subiera a su habitación y que no fuera obvia… que por ahora esto iba a ser nuestro secreto, yo segui riendo y subi, me tope con la puerta entre abierta, Ricardo y su hermana aprovechaban muy bien el viaje de sus padres, cuando me asome a aquella habitación, Ricky estaba penetrando a su hermana y ella le pedía mas, la llamaba puta, zorra, y ella solo le decía “hermanito quiero más”, aquello era tan impresionante como excitante, la escena, de sexo salvaje, donde no habían frases cursis ni escenas cariñosas sino dos personas dejándose llevar por la lujuria.
“has sido una puta muy mala y te tengo que dar tu merecido” le decía mi amigo a su hermana, tras esa frase y con tan caliente escena, el con las piernas de su hermana sobre los hombros, metiendo y sacando su verga una y otra vez, gimiendo como actores de película porno y diciéndose guarradas. Mi mano poco a poco iba cambiando de lugar, acariciaba mi pecho, mi mano se iba y se metía entre mi falda para acariciar mis muslos y mi clítoris, movía mis dedos en forma circular y hacia todo lo posible por ahogar mis gemidos… nunca creí que algo prohibido y repudiado por la sociedad fuera tan excitante. Al ver que ambos acababan saque mis dedos, me acomode mi ropa y salí de allí lo más rápido que pude sin hacer ruido alguno.
Ese momento cambio mi vida, mi familia era bastante normal, papá y mamá, siempre ocupados por trabajo, viajando o llegando muy tarde y saliendo muy temprano de casa, y dos hermanos mayores, Ethan de 20 años y Evan de 18, yo, Erika, tenia 19 una bebota .
Desde el día que vi a mi amigo Ricardo y a su hermana Natalia follando, sentí cierta curiosidad por lo lejos que podría llegar una relación con alguno de mis hermanos, una ola de nuevas emociones me invadían, no era virgen, ni mucho menos una chica tranquila, pero sabía escoger los momentos para dejarme llevar por mi lujuria y quienes serían mis acompañantes, así mi fama nunca se había visto ni se vería afectada, era la nena divertida, linda y buena estudiante.
Mis fantasias me llevaban lejos, incluso, alguna vez, follando con alguno de los chicos de mi salón me preguntaba como sería que alguno de mis hermanos me hiciera el amor. Esas fantasias y la mente de mi mejor amigo iniciaron el camino de lo que sería mi relación con mis hermanos, el me seguían contando como se follaba a su hermana y un día, hablando de como en mi mente me follaba a uno de mis hermanos nos llevo a hacer una apuesta… una cantidad fuerte de dinero para ver si yo eran tan capaz de follarme a uno de mis hermanos como el lo había hecho con su hermana.
La apuesta sonaba placentera y al nivel de mi calentura no lo haría ni de forma sacrificada ni mucho menos por el dinero a ganar… el placer era mi móvil y mi meta. Así, con algunos consejos de mi mejor amigo y mi creatividad comenzó la operación seducción… mi victima sería Ethan, mi hermano mayor, sabía, por su historial con mujeres que era lujuriosos, y que nada le impedia dejarse llevar por el deseo. Asi empezó mi historia de seducción y descubrimiento.
Como mi apariencia de niña buena no podía entrar en juego, los cambios tenían que ser obvios solo para mi nueva victima. Mis hábitos de vestir en casa cambiaron los días que mis papás y mi hermano Evan estaban fuera de casa, iba mas ligera de ropa de forma “acciental” y cuando mi hermano me decía que porque andaba en ropa interior por toda la casa me excusaba en haber creído que estaba sola. La ropa interior era sexi y mi actitud aún mas, me las ingeniaba para que el no solo me viera, sino que su atención se centrara en mi.
Me movía sutilmente y buscaba cualquier excusa para tropezar con el y restregarme contra su cuerpo, si me hacia un favor lo abrazaba por lo buen hermano que era, en unos cuantos meses todo lo que hacía para llamar su atención eran actitudes normales, el también comenzaba a ser mas abierto, me daba palmadas en el trasero y elogiaba mi ropa interior, mi busto y mi cuerpo, aunque muchas veces cambiaba la conversación ante mi reacción pícara. Sus reacciones, sus miradas cuando creí que no lo vería me llevaron a continuar mi juego de conquista.
Mis juegos me llevaron a mi objetivo un domingo en el que estábamos solos en casa, el estaba en la sala de juegos viendo una película y yo tentada a espiarlo me tope con que era una porno, no pude evitar sonreír, el momento era ahora o nunca. Me fui a mi cuarto y me quede en ropa interior, me acerque a la sala haciendo el mayor ruido posible, el quito la película como desesperado y se sentó tratando de ocultar el enorme bulto entre sus piernas, yo me senté junto a el coquetamente y el no podía evitar mirarme, yo me sente junto a el en el sofá y coloque mis piernas sobre las suyas, no pudo evitar comenzar a acariciarme, me miraba de forma lasciva y subia las manos por mis muslos
Ethan: Estoy perdiendo el control sabes?
No podía estar mas satisfechas, sus caricias ya no eran la de un hermano y había comenzado a acariciar mi abdomen, yo mantenía mi bien fingida inocencia, el coloco la mano en mi pecho y haciéndome la inocente, una vez mas le pregunte que que hacia, el me miro a los ojos y me dijo que solo quería probar algo, que era mi hermano y que debía confiar en el. Me quito el corpiño y comenzó a acariciar mis tetas, me encantaba pero sabía que no podía hacerlo obvio… no aún, no sin saber si se arrepentiría.
Pero no, no se arrepintió, siguió acariciando mis tetas, pellizcando mis pezones, haciendo que se escapara un gemido de mi boca, el sonrío y me pregunto si me gustaba, yo le dije que si entre un gemido, sus manos acariciaban todo mi cuerpo y me llenaban de placer, el bulto en sus pantalones cada vez era mas grande, yo comencé a acariciarlo fuera de la ropa, el se quito su camisa y me dijo que me iba a demostrar lo mucho que me quería.
Se desnudo completamente y sin siquiera avisarme me lo metió profundamente, yo gemía de placer, él lo metía y lo sacaba una y otra vez mientras chupaba mis tetas, yo arañaba su espalda y le pedía más, me dijo que iba a hacerme gozar como nunca y fue verdad, no se si era el morbo de estar follando con mi hermano o la calentura pero tuve un orgasmo tras otro, el era imparable, tenia un aguante impresionante, seguía moviéndose como un loco dentro de mi, de pronto se salió, acaricio cariñosamente mi rostro y me dijo que no se podía correr dentro de mi… me pidió arrodillarme y me lo metió en la boca, lo metía y lo sacaba uno y otra vez como si me estuviera follando “que rica boquita tienes… asi, asi pequeña, chúpalo todo…” sus palabras me excitaban y me hacían querer hacerle la mejor mamada que jamás hubiera tenido “me voy a correr en tu boca y tu te vas a tragar todo… eres una buena hermana y lo haras verdad” yo le daba lengüetazos a su verga, eel la metio entre mis tetas y por un rato se masturbo con ellas, me encantaba… justo unos minutos despúes me dijo “me corro” me la volvió a meter en la boca y me dijo “tragalo”, yo hice lo mejor que pude, su leche se me escapaba por la comisura de los labios, era algo salada, el acabo y me dejo acostada en el sofá mientras él se sento en el suelo.
“lo siento, no debimos… ya sé que no eres virgen pero no debí llevarte a esto”
“a mi también me gusto”
Me sonrió y me beso en los labios, comenzó a limpiar los restos de nuestra lujuriosa tarde y me dijo que era mejor que fuera a la cama… que en otra ocasión lo repetiríamos… yo sonreí, me levante y me fui…
“listo y en video… me debes!”
Ricky se quedo impresionado al ver el video… y yo, queriendo repetir.
Ricky, mi mejor amigo, nunca podía perder por lo cual me dejo una nota diciendo que me demostraría que decía la verdad, que fuera esa tarde a su casa, que dejaría la puerta abierta. Cuando llegue a su casa esa tarde encontré otra nota que decía que subiera a su habitación y que no fuera obvia… que por ahora esto iba a ser nuestro secreto, yo segui riendo y subi, me tope con la puerta entre abierta, Ricardo y su hermana aprovechaban muy bien el viaje de sus padres, cuando me asome a aquella habitación, Ricky estaba penetrando a su hermana y ella le pedía mas, la llamaba puta, zorra, y ella solo le decía “hermanito quiero más”, aquello era tan impresionante como excitante, la escena, de sexo salvaje, donde no habían frases cursis ni escenas cariñosas sino dos personas dejándose llevar por la lujuria.
“has sido una puta muy mala y te tengo que dar tu merecido” le decía mi amigo a su hermana, tras esa frase y con tan caliente escena, el con las piernas de su hermana sobre los hombros, metiendo y sacando su verga una y otra vez, gimiendo como actores de película porno y diciéndose guarradas. Mi mano poco a poco iba cambiando de lugar, acariciaba mi pecho, mi mano se iba y se metía entre mi falda para acariciar mis muslos y mi clítoris, movía mis dedos en forma circular y hacia todo lo posible por ahogar mis gemidos… nunca creí que algo prohibido y repudiado por la sociedad fuera tan excitante. Al ver que ambos acababan saque mis dedos, me acomode mi ropa y salí de allí lo más rápido que pude sin hacer ruido alguno.
Ese momento cambio mi vida, mi familia era bastante normal, papá y mamá, siempre ocupados por trabajo, viajando o llegando muy tarde y saliendo muy temprano de casa, y dos hermanos mayores, Ethan de 20 años y Evan de 18, yo, Erika, tenia 19 una bebota .
Desde el día que vi a mi amigo Ricardo y a su hermana Natalia follando, sentí cierta curiosidad por lo lejos que podría llegar una relación con alguno de mis hermanos, una ola de nuevas emociones me invadían, no era virgen, ni mucho menos una chica tranquila, pero sabía escoger los momentos para dejarme llevar por mi lujuria y quienes serían mis acompañantes, así mi fama nunca se había visto ni se vería afectada, era la nena divertida, linda y buena estudiante.
Mis fantasias me llevaban lejos, incluso, alguna vez, follando con alguno de los chicos de mi salón me preguntaba como sería que alguno de mis hermanos me hiciera el amor. Esas fantasias y la mente de mi mejor amigo iniciaron el camino de lo que sería mi relación con mis hermanos, el me seguían contando como se follaba a su hermana y un día, hablando de como en mi mente me follaba a uno de mis hermanos nos llevo a hacer una apuesta… una cantidad fuerte de dinero para ver si yo eran tan capaz de follarme a uno de mis hermanos como el lo había hecho con su hermana.
La apuesta sonaba placentera y al nivel de mi calentura no lo haría ni de forma sacrificada ni mucho menos por el dinero a ganar… el placer era mi móvil y mi meta. Así, con algunos consejos de mi mejor amigo y mi creatividad comenzó la operación seducción… mi victima sería Ethan, mi hermano mayor, sabía, por su historial con mujeres que era lujuriosos, y que nada le impedia dejarse llevar por el deseo. Asi empezó mi historia de seducción y descubrimiento.
Como mi apariencia de niña buena no podía entrar en juego, los cambios tenían que ser obvios solo para mi nueva victima. Mis hábitos de vestir en casa cambiaron los días que mis papás y mi hermano Evan estaban fuera de casa, iba mas ligera de ropa de forma “acciental” y cuando mi hermano me decía que porque andaba en ropa interior por toda la casa me excusaba en haber creído que estaba sola. La ropa interior era sexi y mi actitud aún mas, me las ingeniaba para que el no solo me viera, sino que su atención se centrara en mi.
Me movía sutilmente y buscaba cualquier excusa para tropezar con el y restregarme contra su cuerpo, si me hacia un favor lo abrazaba por lo buen hermano que era, en unos cuantos meses todo lo que hacía para llamar su atención eran actitudes normales, el también comenzaba a ser mas abierto, me daba palmadas en el trasero y elogiaba mi ropa interior, mi busto y mi cuerpo, aunque muchas veces cambiaba la conversación ante mi reacción pícara. Sus reacciones, sus miradas cuando creí que no lo vería me llevaron a continuar mi juego de conquista.
Mis juegos me llevaron a mi objetivo un domingo en el que estábamos solos en casa, el estaba en la sala de juegos viendo una película y yo tentada a espiarlo me tope con que era una porno, no pude evitar sonreír, el momento era ahora o nunca. Me fui a mi cuarto y me quede en ropa interior, me acerque a la sala haciendo el mayor ruido posible, el quito la película como desesperado y se sentó tratando de ocultar el enorme bulto entre sus piernas, yo me senté junto a el coquetamente y el no podía evitar mirarme, yo me sente junto a el en el sofá y coloque mis piernas sobre las suyas, no pudo evitar comenzar a acariciarme, me miraba de forma lasciva y subia las manos por mis muslos
Ethan: Estoy perdiendo el control sabes?
No podía estar mas satisfechas, sus caricias ya no eran la de un hermano y había comenzado a acariciar mi abdomen, yo mantenía mi bien fingida inocencia, el coloco la mano en mi pecho y haciéndome la inocente, una vez mas le pregunte que que hacia, el me miro a los ojos y me dijo que solo quería probar algo, que era mi hermano y que debía confiar en el. Me quito el corpiño y comenzó a acariciar mis tetas, me encantaba pero sabía que no podía hacerlo obvio… no aún, no sin saber si se arrepentiría.
Pero no, no se arrepintió, siguió acariciando mis tetas, pellizcando mis pezones, haciendo que se escapara un gemido de mi boca, el sonrío y me pregunto si me gustaba, yo le dije que si entre un gemido, sus manos acariciaban todo mi cuerpo y me llenaban de placer, el bulto en sus pantalones cada vez era mas grande, yo comencé a acariciarlo fuera de la ropa, el se quito su camisa y me dijo que me iba a demostrar lo mucho que me quería.
Se desnudo completamente y sin siquiera avisarme me lo metió profundamente, yo gemía de placer, él lo metía y lo sacaba una y otra vez mientras chupaba mis tetas, yo arañaba su espalda y le pedía más, me dijo que iba a hacerme gozar como nunca y fue verdad, no se si era el morbo de estar follando con mi hermano o la calentura pero tuve un orgasmo tras otro, el era imparable, tenia un aguante impresionante, seguía moviéndose como un loco dentro de mi, de pronto se salió, acaricio cariñosamente mi rostro y me dijo que no se podía correr dentro de mi… me pidió arrodillarme y me lo metió en la boca, lo metía y lo sacaba uno y otra vez como si me estuviera follando “que rica boquita tienes… asi, asi pequeña, chúpalo todo…” sus palabras me excitaban y me hacían querer hacerle la mejor mamada que jamás hubiera tenido “me voy a correr en tu boca y tu te vas a tragar todo… eres una buena hermana y lo haras verdad” yo le daba lengüetazos a su verga, eel la metio entre mis tetas y por un rato se masturbo con ellas, me encantaba… justo unos minutos despúes me dijo “me corro” me la volvió a meter en la boca y me dijo “tragalo”, yo hice lo mejor que pude, su leche se me escapaba por la comisura de los labios, era algo salada, el acabo y me dejo acostada en el sofá mientras él se sento en el suelo.
“lo siento, no debimos… ya sé que no eres virgen pero no debí llevarte a esto”
“a mi también me gusto”
Me sonrió y me beso en los labios, comenzó a limpiar los restos de nuestra lujuriosa tarde y me dijo que era mejor que fuera a la cama… que en otra ocasión lo repetiríamos… yo sonreí, me levante y me fui…
“listo y en video… me debes!”
Ricky se quedo impresionado al ver el video… y yo, queriendo repetir.
2 comentarios - La Apuesta
Hmmm!!! No hay mas rico que te traguen la leche! 🤤
Que buen relato!
Hay mas? Avisa!