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Sensual sesión de placer solitario

He visto mucho material de masturbación por internet, sobretodo el amateur realizado tanto por hombres como por mujeres el cual es más natural y excitante, pero la verdad nunca he encontrado algún material audiovisual mínimamente parecido al que yo realizo (en el caso claro está de las masturbaciones masculinas).

Desde hace algún tiempo colecciono mis sesiones de masturbación; algunas las he subido en videos pequeños y editados a páginas especializadas en sexo amateur y como es obvio las utilizo para mi propio placer.
Me siento frente al computador, desnudo. Mientras veo algún material comienzo a tocarme suavemente y comienzo con mis pezones…con mis dedos índices hago pequeños círculos sobre la aureola y el pezón; esa sensación es extraña pero deliciosa. A veces parece incomodar, pero finalmente produce un placer inicial muy delicioso.

Mientras voy mirando la pantalla decido correr un poco la silla hacia atrás para poder subir mis piernas a la mesa, con el teclado entre ellas (en esa posición tengo algunos de mis videos). Miro cómo mi pene empieza a levantarse de su sueño…miro la manera en que se erecta y me excito cada vez más. La caricia en los pezones ayuda más en la excitación, me recuesto un poco hacia atrás con los ojos cerrados y dejo sentir.
Ayudo un poco a mi pene a desplegar la poca piel que queda cuando está erecto hacia abajo y veo desnuda toda su cabeza. Gimo un poco por el placer de verlo en su esplendor, mientras acaricio mi entrepierna. Sale una pequeña gota transparente y suave como el aceite; la tomo con mi dedo índice y la pongo sobre uno de mis pezones…esto me calienta todavía más.

Con mis dedos tomo suavemente mi glande y hago un movimiento circular tan placentero, que me hace mover las caderas. Tomo el escritorio con mis manos y arrimo mi silla lo más que pueda a este, de tal forma que quedo con la piernas muy abiertas, como si me acuclillara en el piso. Me recuesto un poco más en la silla para quedar más cómodo y hacer la placentera tarea con la que sigo….

Mi pene está erecto y veo cómo se mueve al compás de las pulsaciones del corazón…definitivamente el corazón mueve penes (por eso las mujeres adoran enamorarnos).

Tengo las piernas totalmente abiertas y eso me facilita realizar las caricias más excitantes que he probado en mi vida. Con las yemas de mis dedos masajeo suavemente el escroto, mientras con los dedos de la otra mano acaricio mi glande brillante por la tensión de la piel debido a la erección; sale esa gotita de humedad que tanto me gusta. La primera la saboreo…un delicado sabor salado y una sensación resbalosa me excita todavía más.

La segunda gota la aprovecho sin dudar: la tomo con mi dedo índice y la llevo hasta mi ano…la dejo suavemente en los pliegues y hago un pequeño círculo, mientras disfruto. Mi respiración se agita, cierro los ojos y abro levemente la boca para gemir…ahhhhh.

Muevo ahora mis dedos extendidos suavemente sobre mi pene, hacia arriba, alternando mis manos. Esa caricia me hace sentir que la energía fluye por todo mi cuerpo cavernoso y casi siento la eyaculación llegar. Me detengo para respirar y no dejar que eyacule aún…tengo todavía ganas de más caricias.

Sale con más frecuencia mi líquido lubricante y lo tomo con el dedo para llevarlo al ano. Definitivamente por algo es el mejor lubricante que existe…hago más círculos pequeños en mi ano y me imagino una lengua femenina desplazándose muy despacio por mi ano, el perineo, el escroto y el pene, hasta llegar a la punta brillante y dura.

Me excita mucho mi pensamiento, tanto que necesito más lubricación de la que puede ofrecer mi pene. Entonces humedezco bien los dedos con mi saliva y los ubico en el ano…la sensación más deliciosa de humedad, lubricación y placer que recorre todo el cuerpo…acaricio de nuevo mis pezones. Qué placer…

Siento que quiero llegar y casi no aguanto ya más excitación. Humedezco otra vez mis dedos con mi lengua y ahora dirijo toda mi saliva al escroto…wow…desplazo mis dedos despacio entre el escroto, el pene y el ano…se agita mi respiración.

No puedo más. Comienzo a sentir las contracciones de los músculos del pene y el ano. Cada contracción es un placer y un derrame de semen. Cierro los ojos y abro la boca para deleitarme con la “pequeña muerte”, como se denomina al clímax desde tiempos antiguos.

3 comentarios - Sensual sesión de placer solitario

mojma +1
wow, excitante 😳