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Para mi Esposo Esposa Infiel Rela

Este relato no podia contenerlo.

Se omiten los nombres reales por discrecion.

La esposa infiel se llama Perla es de Mexico tiene 31 años, casada, con dos hijas, tiene un marido excelente, se llama Daniel, tiene 38 años, es muy bueno y trabajador, es ingeniero de sistemas y trabaja todo el día, desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche.
Ella por su parte tiene un pequeño negocio de venta de abarrotes en su propia casa y por ello es muy conocida en el barrio, todos la califican como una mujer ejemplar de una familia ejemplar, todos son muy atentos y educados con ella, pero en ello tiene mucho que ver la imagen física que muestra, ella es muy sencilla y humilde de carácter, pero no puede negar que es muy atractiva, algo que a ella le incomoda mucho ya que por la forma de ser no sabe disimular piropos de los hombres en la calle, se averguenza, se pone de mil colores, se siento muy incomoda y eso que es muy conservadora, esto ocurre cuando tiene que salir sola a hacer compras fuera de su barrio.
Ella tine la piel canela de pelo lacio negro, mide 1 metro 68 centimetros, y tiene una figura escultural, no puedo negarla y a veces odia saberlo, tiene buenas piernas; un trasero grande, firme y redondo; unos senos también firmes y grandes, pero no inmensos; una cintura muy delgada; y eso que dice que no hace nada de ejercicio; tiene labios gruesos y ojos marrones.
El único hombre en su vida ha sido su esposo, ella siempre ha sido fiel y muy religiosa y moral, dedicada únicamente a su trabajo y a su familia. La vida sexual que lleva con su esposo es de 2 a 3 veces al mes, muy conservadora y muy recatada en comparación con lo que les voy a contar. En cuanto a su forma de vestir siempre ha tratado de hacerlo lo mejor posible y es en el único aspecto en el cual es un poco más abierta, por lo cual se siente segura que es el motivo por el cual le lanzan piropos los hombres en las calles. Normalmente viste pantalones ajustados o minifaldas, sobre todo estas últimas porque son comodísimas, en las que se siente más fresca, más ágil para caminar por la calle. En invierno por el frio se proteje las piernas con medias, pero le incomoda muchísimo usar medias enteras, por eso usa medias con portaligas, le encantan las de colores blanco o negro.
Cuando se mira al espejo vestida así noto que luce bastante atrevida pero no lo hace por mostrarme así, sino por que se siente super cómoda. A veces cuando llega de la calle atiende de la forma como estoy vestida y los hombres que llegan a la tienda se quedan impactados cuando la ven, inmediatamente se cambia de ropa por algo más recatado.

Aqui la carta a su Esposo:

Un día que te acompañé a una reunión de tu trabajo en casa de tu jefe. Por la ocasión me coloqué un vestido minifalda de color celeste, muy ceñida al cuerpo, ropa interior blanca, de modelo de bikini que apenas cubría mis partes íntimas, vestí unas medias blancas que compré para la ocasión, las cuales me cubrían hasta la parte alta de mis muslos donde se sujetaban con una pretina, esto para evitar colocarme los portaligas, ya que se notarían exteriormente por lo ajustado del vestido. Ya en la reunión me presentaste a todos sus compañeros y el que me atrajo mi atención, muy discretamente por cierto, fue tu jefe, era un joven de 30 años, muy atento y caballero, soltero y atractivo, quien se mostró muy simpático conmigo y no dejaba de mirarme, ante lo cual yo traté de disimular esquivando su mirada, me incomodaba mucho cuando notaba sus ojos puestos sobre mi trasero o mis piernas.
Mientras disfrutábamos de la reunión tu jefe quien se llamaba Carlos, recibió una llamada del trabajo, de parte del personal que trabaja de madrugada en la cual le informaban que habían problemas en el sistema y que no lograban resolver el problema. Inmediatamente Carlos comunicó a Daniel de lo sucedido, Y saliste inmediatamente hacia el trabajo y me dijiste que esperará hasta que llamaras por teléfono. Mientras esperaba tu llamada Carlos me invitó varias copas de champagne, las cuales traté de evitar, pero ante su insistencia tuve que beberlas. Pasada una hora me llamaste y hablaste primero con Carlos, tu jefe, y luego conmigo diciéndome que tu jefe se había ofrecido llevarme a casa, y que tu te quedarías toda la madrugada por que había ocurrido una falla en los computadores, lo cual le tomaría por lo menos unas 6 horas. Pasada media hora después de hablar contigo, Carlos había despedido al último invitado, inmediatamente cogí mi cartera y mi abrigo y pedí que me llevara.
Carlos muy atentamente, me tomó de un brazo y nos dirigimos a su auto que era impresionante, un convertible para dos personas. Ya en el auto íbamos conversando, al mismo tiempo que le indicaba la ruta a mi casa. Durante el viaje Carlos se mostró muy caballeroso y quiso acompañarme hasta el tercer piso del edificio donde yo vivía. Cuando llegamos a la puerta me pidió que por favor le invitara un café, con la excusa de que podía quedarse dormido manejando a su casa. Lógicamente tuve que aceptar, no sólo por el favor que me había hecho, sino también por ser tu jefe y uno nunca sabe como pueden tomar algún acto despectivo.
Cuando bebía el café que le preparé empezó a decirme cosas muy atrevidas, las cuales me ponían nerviosa pero al mismo tiempo me agradaban escucharlas de su boca, aquí está el diálogo:
Sabes, eres muy atractiva Perla? (Me quedé muda) haría cualquier cosa por poseerte.
Señor Carlos, no me diga esas cosas por favor, además mis hijos pueden escuchar.
Te doy mil dólares ahorita mismo si te sacas ese vestido
Ni loca, soy una señora muy respetable, por favor le pediría que se comporte
Y en eso se acercó a mí, y yo me quedé estática, me arrinconó contra la pared y comenzó a querer acariciar mis piernas, yo luchaba contra él, pero tenía más fuerza que yo, me subió la minifalda hasta la cintura y se detuvo, se alejó como 2 metros de donde estaba y yo quedé petrificada con la minifalda subida y mostrándola en contra de mi voluntad mi cuerpo, - qué arrechante luces con ese calzoncito y esas medias - me dijo, y arrodillándose se lanzó contra mí, empezó a besarme las piernas, y dándome media vuelta me llevó hacia el sofá, haciédome recostar, yo quedaba de espaldas frente a él mostrándole mi deseado trasero, no pude evitar lo que iba sucediendo, me despojó de mi calzoncito blanco y su lengua comenzó a recorrer entre mis nalgas, lamiendo mi vagina y mi virgen anito, comencé a experimentar una sensación que jamás había sentido y que mi pobre maridito Tú nunca lo habías hecho, su lengua se introducía entre los húmedos labios de mi chuchita a una rapidez impresionante, me mordía las nalgas, besaba mis piernas y yo simplemente ardía de placer, era riquísimo sentir su lengua tratando de colarse por mi inexplorado anito, seguidamente probó con sus dedos, los cuales hacían lo que querían con mi ex fiel vagina, la cual gozaba como yo, por la lujuria que experimentábamos juntas, igualmente mi clítoris fue una de las partes más manoseadas, los orgasmos sucedían una tras otro, cosa que jamás me habías hecho sentir Tú, contigo a lo mucho un orgasmo y de vez en cuando.
Carlos me hizo volar por el mundo del pecado, pero ahí no terminó el asunto, para evitar que mis hijas se despertasen llevé a Pablo a mi dormitorio y cerré con llave.
Dentro me despojó del vestido y del sostén, quedando tan sólo con las medias puestas, me hizo lamer su pene, cosa que jamás yo había hecho como tu sabes, pero aprendí rápido, tras unos quince de chupar su enorme pene Carlos llegó al orgasmo y pude saborear su esperma dentro de mi puta y también ex-virgen boca.
Me envicié tanto con su pene que en 5 minutos se lo volví a erectar, me colocó boca abajo y apoyándose en mis redondas nalgas me introdujo su adorado pene por mi vagina, nunca había hecho el amor de esa manera, me sentí flotar de tanto placer que sentía, mi interior gozaba de algo nuevo y sabroso, el pene de un hombre arrecho que sabe volver puta a una santa como yo.
Pablo llegó al orgasmo y depositó su semen dentro de mí, nos empezamos a besar, su lengua era hábil, en segundos recorría mis senos, mi cuello, mis orejas, mis labios lo deseaban, cada vez que mordía mis pezones yo gemía de placer, sentí nuevamente como su pene se levantaba ansioso de introducirse en algún agujero, yo había leído que era pecado pero no me importaba, sentí como su verga se colaba por mi estrecho anito, estrenándolo victoriosamente con unas sacadas y metidas que me hicieron olvidar el dolor, me sacudía como la más experta ramera, el placer ya hacia 2 horas que había conquistado mi cuerpo, después de 15 minutos de complacer mi agujerito negro, sentí como su esperma caliente quedaba otra vez dentro de mí, aunque en otro orificio.
Pasaron dos horas más y repetimos todo de nuevo y yo ni Carlos nos cansábamos de tanto pecado y lujuria, de tanto placer y de tanta ricura, yo de mi parte sentir tan sabroso pene y de esas manos traviesas tan ágiles, de esa lengua que puede volver puta hasta a la más santa mujer.
Cuando ya eran las cinco de la madrugada, Carlos se fue, le regalé mi calzoncito blanco, dejando en él un beso con lapiz labial para que lo tenga de recuerdo. Ambos coicidimos en tener la máxima discreción y concordamos vernos cada 3 meses para disfrutar nuevamente de tanto placer, siempre lo volvimos a hacer en nuestra cama, para ello Carlos te hacia viajar fuera del Pais y nos reuniamos después de las 12 de la noche, cuando nuestras hijas dormían.
Siempre lo esperaba vestida tan sensual como la primera vez. Eso sí, para ti maridito y todo el vecindario yo seguía siendo la sencilla y conservadora señora Perla , ni se imaginan que en realidad soy una ramera de primera, que no solamente hace el amor con su marido, sino con Carlos y con otros hombres que conozco en la calle cuando voy de compras, con los cuales termino en algun hotel o en algún penthouse de lujo, hasta a veces cobro algo de dinero para ganarme algo, y hasta un par de veces he estado con dos hombres a la vez, que rico se siente sentir una verga por tu chuchita y otra por tu anito al mismo tiempo. Siempre dejo de recuerdo mis calzoncitos, los cuales compro por docenas para que nunca me falten.
No quiero dejar de contarte de que también he probado las vergas y lenguas de algunos amigos tuyos, de primos míos que me deseaban desde chiquita y que recién he podido complacerlos; de un sobrino tuyo; y hasta una vez de un electricista que vino a arreglar los cables. Por lo pronto esto es lo que queria que supieras mientras tu sigues viajando y trabajando tanto y ya que no puedes ateneder mi gran necesidad de cojerme tanto como me gusta.

Esta es mi historia y espero que la hayan disfrutado.

7 comentarios - Para mi Esposo Esposa Infiel Rela

swan28
Muy buen relato :D
danyandrea
muy bueno!! super caliente... me encantó.
LRENE
Buen relato!!!!
kramalo
muy buen relato.... te vuela la cabeza....cual?, ambas. jeje...
tonyhara
Hermoso relato!!! Desearía que te hicieras amiga de mi esposa para que la llevaras por ese camino!
Si-Nombre
Waaaaaaooooooo que mujer tan sincera gracias por compartir!!!!