Parte II
Llegamos en plena madrugada, y del mismo aeropuerto un par de bondis enormes nos llevaron al Resort. Piletas, Gym, Club de Playa, Carpa enorme en la playa para fiesta todas la noches. DJ propio, un paraíso. Chupi, del color que quieras. Como la mayoría habíamos cumplido los dieciocho, tomabamos lo que nos parecía.
Esa misma tarde, todavía con sol, fue la fiesta de bienvenida. Vinieron de otros colegios a la misma carpa. Serian como quinientos pibes, todos a full.
Los acompañantes estaban muy serios en una mesa cerca de la barra. Algunos tomando a la par nuestro.
Pasamos cera y saludamos a todos en general, y a la profe los dos la saludamos con un beso. Nunca la saludábamos con un beso, pero en esa situación resulto lo natural. Le apunte cerca de la boca pero le erre. Me pareció que ella retiro bastante la cara para no caer en la trampa.
Mi sueño del avión, me había dejado muy caliente. Tenia como trescientas minas a mi alcance, tanto o mas calientes que la profe, pero ninguna me despertó esta pasión.
Nos fuimos dando manija, los que ya la sabíamos trola. Los del puño en el banco. La intención era traerla en pedo ala pista de baile. Pero por lo que veíamos, ni siquiera estaba tomando alcohol. Se la veía sentada en la barra, mirando hacia adelante fijamente, un poco encorvada, y un acompañante alto, flaco, casi escuálido, que no paraba de hablarle. Seria uno de esos viejos de otro colegio, que intentaba hace horas que alguien le de bola.
Los padres o profes que acompañaban, parecían mas alzados y pendejos que los pibes.
Ella revolvía el hiela que tenia delante, pero no parecía un vaso de trago.
Nos acercamos y sin preguntar nada, le agarramos el vaso y sele tomamos un traguito. – ahhh es gin tonic ¡ pensé que estabas tomando sprite. Le dije tratándola de vos.
Ella giro sorprendida, y me saco el vaso con fuerza. Nos miro a todos, no habló y dio otro traguito a su gin.
- Vamos profe, porque tan aburrida, vamos a bailar. Nos devolvió una cara de Estan en pedo? Los otros padres la miraron con cara de , Ojo que esto estaba muy prohibido. ¡ Nos pagaron el viaje y los gastos, para que no los agarren mayores degenerados. Que curioso.
-
Por supuesto que quedo sentada, y nos fuimos a nuestro rincón. Se me ocurrió mandar ingenuamente a las minas del curso. – Caro, porque no van a traer a la profe, tiene cara de estar embolada, y no quiso venir con nosotrs. Tal vez nos tiene miedo. Porque no la traen.
- Vamos profe, la tironearon del brazo. Si siempre eran mas confianzudas las minas, ahora en la carpa en la playa, con la música a full, estaban desatadas. Entre varias no le dejaron opción. La trajeron La rodearon y la abrazaron. Vailaba como una mina mas. Nosotros no le sacábamos la mirada de encima. Ella no nos veía. Estaba oscuro, y las luces enceguecían. Largaban las bocanadas de humo blanco, que no dejaba ver las caras, eran todas figuras y contornos.
-
Las chicas la abandonaron por un momento, y ella al descuido se volvió con el grupo de padres, que seguían hablando, luchando contra la música, no se como hacían. Ella se sento en el mismo sitio, le pidió al barman otro gin, se lo lei en los labios.
Me ubique bien cerca, las luces encandilando todo, dejaban ponerme muy cerca. Todos nos pusimos muy cerca. Estabamos apostados como francotiradores sobre terroristas.
Nos fuimos acercando como manada de lobos. Cuando dejo el vaso de gin sobre la barra, me precipite sobre el gin, y le di una largo trago. Sin sorprenderse ni cambiar el tono de voz, me dijo.
No sos chico para ese trago?
- Tengo 18. Puedo hacer todo, todo lo que pueda.
- Hace mucho se separo?
- Como sabes que me separe?
- Me contaron. Las chicas saben todo.
- Para que queres saber cuanto hace?
- Me da curiosidad- Acercandome al oído, le repito, no se cuanto aguanta una mujer sin sexo, aunque no se cuanto sexo tiene un matrimonio.
Se separo de mi un poco, me miro con cara un poco de borracha, y con aliento a gin, me separo con la palma de su mano contra mi pecho.
Me separe, pero le agarre el brazo con las dos manos. No la soltaba. Ella enojada no dejaba de mirarme con su cara a mitad de camino entre borracha y enojada.
Tomada con mis dos manos, logure que se pare, y sin dejar de mirarla, la arrastre a la pista. No muy lejos.
Mis lobos me siguieron, y se mesclaron con los pibes que bailaban alrededor. Sin soltarle la mano, la acerque a la fuerza, ella seguía con su cara de culo. –Porque el enojo? -Soltame.
Porque tan linda y enojada? Soltame
Enojada te pones muy linda.
No me hables mas asi, soy tu Profesora.
Sos una mujer hermosa. No te puedo sacar de mi cabeza, hasta sueño con vos.
Que soñas?, me grito en el oído, porque no se escuchaba nada.
Sueño con tu culo, me anime a decirle.
Solo se alejo, y me quede mirándola, se dio vuelta un poco y me miro. Yo la segui. Los lobos detras mio.
La tome de la cintura y paro de caminar y se puso a bailar lentamente. Le mostre a mis lobos como la llevaba de la cintura y bajaba a las caderas.
Le indique que me traigan un par de gins.
Ella se sorprendió de verlos en mi mano. LO apuro de un trago y yo por acompañar casi me muero de tragarlos. Ella iba por el cuerto y yo no podía empujarme el primero.
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Llegamos en plena madrugada, y del mismo aeropuerto un par de bondis enormes nos llevaron al Resort. Piletas, Gym, Club de Playa, Carpa enorme en la playa para fiesta todas la noches. DJ propio, un paraíso. Chupi, del color que quieras. Como la mayoría habíamos cumplido los dieciocho, tomabamos lo que nos parecía.
Esa misma tarde, todavía con sol, fue la fiesta de bienvenida. Vinieron de otros colegios a la misma carpa. Serian como quinientos pibes, todos a full.
Los acompañantes estaban muy serios en una mesa cerca de la barra. Algunos tomando a la par nuestro.
Pasamos cera y saludamos a todos en general, y a la profe los dos la saludamos con un beso. Nunca la saludábamos con un beso, pero en esa situación resulto lo natural. Le apunte cerca de la boca pero le erre. Me pareció que ella retiro bastante la cara para no caer en la trampa.
Mi sueño del avión, me había dejado muy caliente. Tenia como trescientas minas a mi alcance, tanto o mas calientes que la profe, pero ninguna me despertó esta pasión.
Nos fuimos dando manija, los que ya la sabíamos trola. Los del puño en el banco. La intención era traerla en pedo ala pista de baile. Pero por lo que veíamos, ni siquiera estaba tomando alcohol. Se la veía sentada en la barra, mirando hacia adelante fijamente, un poco encorvada, y un acompañante alto, flaco, casi escuálido, que no paraba de hablarle. Seria uno de esos viejos de otro colegio, que intentaba hace horas que alguien le de bola.
Los padres o profes que acompañaban, parecían mas alzados y pendejos que los pibes.
Ella revolvía el hiela que tenia delante, pero no parecía un vaso de trago.
Nos acercamos y sin preguntar nada, le agarramos el vaso y sele tomamos un traguito. – ahhh es gin tonic ¡ pensé que estabas tomando sprite. Le dije tratándola de vos.
Ella giro sorprendida, y me saco el vaso con fuerza. Nos miro a todos, no habló y dio otro traguito a su gin.
- Vamos profe, porque tan aburrida, vamos a bailar. Nos devolvió una cara de Estan en pedo? Los otros padres la miraron con cara de , Ojo que esto estaba muy prohibido. ¡ Nos pagaron el viaje y los gastos, para que no los agarren mayores degenerados. Que curioso.
-
Por supuesto que quedo sentada, y nos fuimos a nuestro rincón. Se me ocurrió mandar ingenuamente a las minas del curso. – Caro, porque no van a traer a la profe, tiene cara de estar embolada, y no quiso venir con nosotrs. Tal vez nos tiene miedo. Porque no la traen.
- Vamos profe, la tironearon del brazo. Si siempre eran mas confianzudas las minas, ahora en la carpa en la playa, con la música a full, estaban desatadas. Entre varias no le dejaron opción. La trajeron La rodearon y la abrazaron. Vailaba como una mina mas. Nosotros no le sacábamos la mirada de encima. Ella no nos veía. Estaba oscuro, y las luces enceguecían. Largaban las bocanadas de humo blanco, que no dejaba ver las caras, eran todas figuras y contornos.
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Las chicas la abandonaron por un momento, y ella al descuido se volvió con el grupo de padres, que seguían hablando, luchando contra la música, no se como hacían. Ella se sento en el mismo sitio, le pidió al barman otro gin, se lo lei en los labios.
Me ubique bien cerca, las luces encandilando todo, dejaban ponerme muy cerca. Todos nos pusimos muy cerca. Estabamos apostados como francotiradores sobre terroristas.
Nos fuimos acercando como manada de lobos. Cuando dejo el vaso de gin sobre la barra, me precipite sobre el gin, y le di una largo trago. Sin sorprenderse ni cambiar el tono de voz, me dijo.
No sos chico para ese trago?
- Tengo 18. Puedo hacer todo, todo lo que pueda.
- Hace mucho se separo?
- Como sabes que me separe?
- Me contaron. Las chicas saben todo.
- Para que queres saber cuanto hace?
- Me da curiosidad- Acercandome al oído, le repito, no se cuanto aguanta una mujer sin sexo, aunque no se cuanto sexo tiene un matrimonio.
Se separo de mi un poco, me miro con cara un poco de borracha, y con aliento a gin, me separo con la palma de su mano contra mi pecho.
Me separe, pero le agarre el brazo con las dos manos. No la soltaba. Ella enojada no dejaba de mirarme con su cara a mitad de camino entre borracha y enojada.
Tomada con mis dos manos, logure que se pare, y sin dejar de mirarla, la arrastre a la pista. No muy lejos.
Mis lobos me siguieron, y se mesclaron con los pibes que bailaban alrededor. Sin soltarle la mano, la acerque a la fuerza, ella seguía con su cara de culo. –Porque el enojo? -Soltame.
Porque tan linda y enojada? Soltame
Enojada te pones muy linda.
No me hables mas asi, soy tu Profesora.
Sos una mujer hermosa. No te puedo sacar de mi cabeza, hasta sueño con vos.
Que soñas?, me grito en el oído, porque no se escuchaba nada.
Sueño con tu culo, me anime a decirle.
Solo se alejo, y me quede mirándola, se dio vuelta un poco y me miro. Yo la segui. Los lobos detras mio.
La tome de la cintura y paro de caminar y se puso a bailar lentamente. Le mostre a mis lobos como la llevaba de la cintura y bajaba a las caderas.
Le indique que me traigan un par de gins.
Ella se sorprendió de verlos en mi mano. LO apuro de un trago y yo por acompañar casi me muero de tragarlos. Ella iba por el cuerto y yo no podía empujarme el primero.
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