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Ella, casada, veterana, rellenita y de calzas

Esta sencilla historia ocurrió en el pequeño local de electrodomésticos de barrio en el que trabajo. No se imaginen uno de los gigantes del centro que predominan en el mercado, donde siempre hay clientes y no menos de 4 o 5 vendedores, donde esto que les voy a contar no podría haber pasado.
Yo trabajo en un negocio donde, dependiendo del horario, atendemos 1 o 2 personas. Mediodía por medio me toca quedarme solo. En uno de esos mediodías desolados, de lluvia torrencial, entró una pareja en busca de alguna heladera con freezer. Él, unos 48 años, flaco, alto canoso, pinta de boludón. Esos tipos que se hacen los cancheros, que a la mujer le dicen "la bruja", te hacen chistes en cada frase y encima se creen galanes. Ella, unos 45 años, gordita, tetona y culona, rubia teñida y carita levemente de atorranta, de rápida. Vestía unas una campera rompeviento roja, que no le tapaba el culo y unas calzas negras de esas que te hacen pensar "con ese culo, esa edad y esos kilitos de más, no te podés poner eso". Gordito y todo, a ese ojete daban ganas de amasarlo. La mercadería estaba acomodada en el local de manera de formar pequeños pasillo para poder acomodar más cosas. Para evitar roces en los pasillo había que turnarse, si no, era imposible no tocarse.
Mientras el lungo hablaba y preguntaba boludeces, ella me tiraba alguna mirada bien putona, pero corta, de manera que él no lo notase pero yo sí. A mis 38 años y con miles de clientas atendidas, ya sabía lo que esa mirada significaba, pero en el 99% de los casos no terminaba pasando nada, se trataba solamente de caliente-pijas. Como en boludón seguía mirando y entrando en todos los pasillos, ella aprovechaba para mechar las miradas con algún roce que simulaba ser casual, pero yo empezaba a entender que no. Donde podía me apoyaba el culo o las tetas, también con un poco de complicidad mía, que ahora no me le despegaba. A los 20 minutos de roces y miradas, mi pija ya formaba un bulto en el pantalón. Él, preocupado por la financiación, no lo notaba, pero ella lo disfrutaba con la vista (yo me daba cuenta que me miraba el paquete) y con el culo, porque las apoyadas se parecían cada vez más a una cojida. A esta altura, ella ya me había sacado de foco y a pesar de que yo trabajaba a comisión y una venta de una heladera en un día de lluvia como ese hubiera sido espectacular, a mí ya no me interesaba. Igual, era imposible ilusionarse, con el marido ahí a 2 metros.
Después de un rato, el boludo pronunció la clásica frase, "bueno, vemos, cualquier cosa volvemos después, hay que sacar cuentas, la bruja no me deja gastar de más, sabés cómo me controla, jajajajaj".
-"Es que si te doy rienda suelta, te haces el piratón, jajaja". Se despidieron, ella con una sonrisa que reforzó mi erección. Como tantas otras veces en este rubro, me quedaba sin el pan y sin la torta. Sin vender y sin el orto.
A los 5 minutos, ya me había olvidado del tema y se me había bajado la chota. Intercalaba, desde mi oficinita, miradas a la tele y a la calle, donde la lluvia no daba respiro. Pasaron 20 minutos más y el episodio ya no estaba ni en el recuerdo, faltaba media hora para irme y estaba pensando a cuantas cuadras tenía el auto para no mojarme tanto, cuando imprevistamente, volvió ella. Yo esperaba ver al larguirucho entrar corriendo detrás, pero pasaron los segundos y no entró, evidentemente ya no iba a entrar. En un segundo, se me puso al palo, ni pensé en la venta.
-"Te abandonaron?", dije, tratando de sonar natural.
-"Se quedó en el auto para no mojarse, porque en realidad yo me quedé con la duda una Coventry que nos mostraste". Yo sabía que era mentira, porque ella no le había prestado atención a las heladeras, entretenida con el jueguito. Era una excusa que le dio a él y a mí para volver a entrar sin sospechas. Yo simulé seguirle el jueguito y la llevé directo al pasillo de las Coventry.
-"A ver, decime cúal es". Ella se metió bien adentro del pasillo y le abrió la puerta a una heladera que ni siquira había mirado"
-"Creo que es esta", me dijo. yo me acerqué, ya con la certeza de quería guerra, y me ubiqué detrás de ella. Me apoyó su culo gordo sin ningún disimulo y empezó a frotarlo contra mi pija que ya estaba en su máxima expresión.
-"Vamos al baño, que es el único lugar cerrado", le dije.
-"No, no, seguí así que si el boludo baja del auto y no me ve se va a dar cuenta. Vos seguí así."
No me quedó otra que hacerle caso, me la seguí "cojiendo", calzas y pantalón mediante. Sí el marido entraba, tampoco se iba a quedar muy tranquilo, pero era problema de ella. Empecé a tocarle la concha, sus labios se notaban claramente por la fina tela de la calza, y hasta parecía no tener bombacha. Le pajeaba la argolla mientras la apoyaba por atrás. Ella no aguantó y me dijo "sacá la pija, que te la quiero tocar".
La posición era rara pero muy estimulante. Yo estaba detrás de ella, tocandole la concha mojada por encima de las calzas y ella ubicando mi pija en la zanja de su terrible culo enfundado en lycra. La sentía gemir y acabó por lo menos un par de veces. Mi lechazo llegó casí sin avisar, al unísono con un rayo y un gritito de ella. No terminaba nunca de salir leche y le regué toda la ropa con mi jugo espeso. Ella se avivó, se dio vuelta, me dio un beso rapidito y me dijo, "ya está, ya me saqué la duda que tenía, esta que me mostraste es muy grande, pero va a entrar en el hueco".
Salío corriendo bajo la lluvia y la vi subirse a un auto a unos 20 metros del local. El agua le barrió un poco del semen, pero otro poco debe haber terminado en tapizado del 0 km del marido.
Recién 3 días después, cuando volvieron a comprar la heladera (obvio que no la Coventry que había servido de pantalla), me enteré que se llamaba Jorgelina, cuando pagó con la tarjeta.

10 comentarios - Ella, casada, veterana, rellenita y de calzas

Conchadicto +2
buen relato.
y anotaste el telefono de Jorgelina para hacerle el service ??
alejo73 +1
estos relatos me gustan
fachelo1 +2
...gordi trola y obvio mal garchada....tremenda puta del ortooooo, seeeeee!!!!!!!!!!
Easylover +1
Sos un capo!
Te sigo y a favs para pasar con puntos.
Ya pasare por todos tus relatos, me gusta el estilo man!
goditicahot
muy buen relato, deje otro en favoritos que ya voy a leer y te di seguir para no perderme de ningun otro
Ella, casada, veterana, rellenita y de calzas
drsexrg
buena historia, james.... deje porotines... sigo la lectura....
Lady_GodivaII
que vuelva a comprar el lavarropas y se lo instalás
loco2300
muy bueno felicitaciones
vergacorti
Muy buen relato, Puntos y saludos para usted