Como empezó esta historia tiene una explicación. A parte que soy muy trolita, me gusta darme mis gustos, para que se den una idea gasto casi un tercio de mi sueldo en ropa interior, es mi debilidad, además hago feliz a muchos con mi gusto por esta clase de prendas. Llegué al punto de reventar todas las tarjetas, y necesitaba urgentemente un sustancial aumento de sueldo. Por suerte para mi, tengo de jefe un tipo muy pajero y sabía como conseguirlo.
Mi jefe se llama Bernardo, esta cerca de los 60 años, pero nunca fue de cuidarse por lo que parece un tipo aun mayor. Es alto, cerca de 1.90 m., canoso, tiene una gran barriga, ojos azules, he visto fotos de él cuando era joven y era muy apuesto, pero el paso del tiempo no fue generoso con él mas por la vida de excesos que llevó.
Bernardo, viene a la empresa un par de horas como mucho, llega cerca de las 16.00 hs y antes de las 18.00 esta partiendo con su chofer. El horario laboral donde trabajo es hasta las 17.00 hs, y salvo alguna excepción todos lo cumplen. El día en cuestión, esperé que todos se vayan de la empresa hasta quedar solamente en la planta baja el guardia de seguridad.
Tomé mi bolso y fui a cambiarme al baño. Les dejo unas fotos para que vean como fui vestida a ver a mi jefe. Por supuesto no me puse ni tanga ni corpiño, quería hacérsela fácil.
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Una vez cambiada, me dirigí al tercer piso, donde mi jefe tiene su oficina. Todo el piso es para él. Salí del ascensor, toqué timbre y me atendió mi jefe por el portero de mala manera, sin saber quien era.
- Soy Vanesa, disculpe que lo moleste, pero me quedaron unos cheques para firmar.
- Pasa nena, me dijo.
Entré, el lugar era inmenso, tenía una gran recepción, con muebles antiguos muy costosos y antes de llegar a su oficina había un escritorio donde se sentaba su secretaria personal. Apenas me vio dijo:
- Nena que haces vestida así. Obviamente con una cara de re pajero.
- Es que salgo con unas amigas. Aproveché y me cambié en la oficina para ahorrar tiempo.
- MMMMM portate bien me dijo con cara de pervertido total.
- Disculpe señor que lo moleste a esta hora pero me quedaron un par de cheques para que me firme y los necesito para mañana temprano.
- Bueno, dámelos.
Me hice la torpe y tiré los cheques al piso, me agache a agarrarlos, y le mostré medio culo y concha. Si se habrá sorprendido que empezó a toser muy nerviosamente. Me levanté, me bajé el vestido que se me había subido y le pregunté:
- Quiere algo para tomar Sr.
- No nena estoy bien, es que hay cosas que a esta edad hacen mal, riéndose.
- Sr. Ya que estoy acá, le quería preguntar si existe la posibilidad que me de un aumento de sueldo. Realmente lo necesito y estoy dispuesta a hacer lo que me pida, si quiere puedo quedarme después de hora para ayudarlo, sea lo que sea.
Bernardo ya sabía por donde venía la cosa y empezó a jugar.
- Por ejemplo, como podrías ayudarme.
Me puse un dedo en la boca, haciéndome la que pensaba y le dije:
- Y lo puedo ayudar a organizar sus cosas, déjeme mostrarle.
Me acerqué a el y me senté sobre su regazo, me aseguré de apoyarle bien mi culo sobre su chota. Y agarré unos papeles de su escritorio y comencé a separarlos por tipo. Separé unas facturas para autorizar, ordenes de pago y demás documentación.
- Que le parece? Puede servirle mis servicios?
Mientras seguía sobandolo con mi culo, refregándoselo bien en sus muslos y chota.
- Sabes lo que pasa, esto lo puede hacer cualquiera.
- Entiendo Sr., y que tal esto?
Giré la silla giratoria hacia un lado para estar mas cómodos, y le bajé el cierre del pantalón de vestir, metí mi mano por este y saqué su verga para afuera. Pedazo de verga tenía, era muy grande y eso que aun estaba flácida. Además pude sentir sus huevos y eran gigantes también. Una vez con su verga en mi mano, me la metí en la boca y comencé a petearlo, tenía un olor bastante desagradable, una mezcla de orina con traspiración y olor a huevo, pero por dentro pensaba, esto te va a dar tu aumento y encima el morbo que me producía la situación también sumaba.
Por dentro me preguntaba como sería su pija erecta, porque ya flácida llenaba toda mi boca. La chupé por mas de 10 minutos para lograr su erección, me dio trabajo pero finalmente tenía su pedazo de verga bien dura en mi boca, era demasiado grande, me destrocé la mandíbula tratando de tragarla, solo pude petearle la cabeza y parte del tronco, mientras lo masturbaba con mis manos el tronco y sus huevos. Estuve mas de 20 minutos así, se notaba que tenía problemas para eyacular.
- Te gustaría meter tu pedazo de carne en mi conchita. Me costó decirlo por como me dolía la mandíbula de abrirla a su máximo, la verdad me quedó adolorida por varios días.
Solo dijo: -Si.
Me subí a su escritorio, me recosté boca arriba, me levante la minifalda hasta la cintura y separé bien las piernas, me escupí las yemas de mis dedos y me humedecí mis labios vaginales, sabía que necesitaba toda la lubricación posible.
Se abalanzó sobre mí, me tomó por mi cintura, me acomodó al borde del escritorio, con su mano derecha sujetó su verga y la acomodó en la entrada de mi concha, con su mano izquierda la hundió contra mi abdomen, presionándome contra el escritorio, era muy violento en sus movimientos y tenía un a fuerza descomunal, al menos para mi. Se acomodó bien y me penetró con su cabezota, me hizo chillar del dolor que me produjo, si no fuese que su mano me hundía contra el escritorio me hubiese torcida toda del dolor, el desgraciado siguió hundiendo su verga dentro mío con mucha velocidad y violencia, una vez que me la incrustó toda, me sujetó con sus manos de mis caderas y empezó a embestirme, me dio bien duro, hacía estrellar sus huevos contra mis nalgas, una y otra vez, el desgraciado traspiraba como un animal bañándome en su sudor, fue una cogida de unos 10 o 15 minutos, yo esperaba que acabe pronto pero nunca llegaba, jadeaba, parecía que se venía pero nada pasaba.
En un momento se detuvo, aun con su verga dentro de mi concha, se secó el sudor de su frente. Me miró con una mirada fría, me tomó de la cintura y me dio vuelta, dejándome bocabajo contra el escritorio, me tomo de mis nalgas y dejó mis caderas al borde del escritorio dejando mis piernas colgando, me dejó lista para que me rompa el culo. Metió dos de sus dedos en mi ano y empezó a escarbar dentro de mi culo, le grité que pare, pero no me respondía, la verdad que había entregado muchas veces mi cola, pero me preocupaba el pedazo de verga que tenía y el daño que podía hacerme.
- No te hagas la virgen nena, que esta bien usado este orificio.
- Para maldito, déjame en paz.
Unos segundos mas tardes, sentí su cabeza entrando entre mis nalgas buscando mi ano. Lo acomodó y hundió el maldito, mi ano no quería ceder, pero no se dio por vencido, me lo embestía una y otra vez, hasta que mi ano empezó a ceder, cuando sentí gran parte de su cabeza dentro de mi culo, traté de relajarme para que pueda entrar mejor, sabía que si seguía resistiéndome, iba terminar con el culo roto, traté lo mejor que pude y dio sus frutos, su verga empezó e entrar muy lentamente, sentía como me despedazaba por dentro pero había buscado la situación y tenía que llevarla lo mejor que pude, con mis manos las pasé por detrás y separaba mis nalgas para que haya menos fricción. No podía creer lo profundo que llegaba su pija, no paraba de entrar, cuando llegó a mi esfínter le pedí por favor despacio para que entrara mejor, siguió como si nada, no voy a decir que ya estaba bien, seguía adolorida pero cada vez se sentía menos doloroso, finalmente su verga entro completamente. Empezó a meter y sacar unos pocos centímetros, y así estuvo por unos veinte minutos, no podía creer lo que aguantaba sin acabar, y menos me esperaba su resistencia física, cuando fui a provocarlo hoy, pensé que con un pete lo dejaría muerto, pero la realidad fue que el me termino cogiendo y haciendo lo que el quería. Me bajó la parte de arriba del vestido dejándome mis tetas al descubierto y me pasó sus manos por debajo de mi cuerpo hasta agarrar mis tetas y las apretaba, amasaba, pellizcaba mis pezones, me los lastimó severamente ese día, pero me lo merecía por ser muy puta. Mientras gozaba con mis pechos seguía dándome en mi culo, fue un mete saca de unos 20 minutos, para ese entonces ya estaba entregada, solo esperaba que me acabe dentro de mi culo. El momento finalmente llegó, me sujetó ambos pechos con sus manos me los apretó como si su vida dependiese de eso, grité muy fuerte del dolor, ya el dolor en el culo paso a segundo plano comparado como me dolían mis tetas. Terminó acabando dentro de mi culo.
Bernardo saco su pija de adentro mío y se tiro en su sillón ejecutivo. Yo seguía en la misma posición. Estuve unos minutos así. Hubo un silencio incomodo y me reincorporé. Lo vi tirado ahí, lo miré con mucho desprecio pero traté de poner mi mejor cara.
- Déjeme limpiarle su pene Sr., le dije.
Cuando me arrodillé una puntada dentro de mi culo me estremeció, pero me acomodé y chupé su verga para limpiarle los restos de semen y sangre que había salido de mi cola rota. Me daba miedo saber como tenia el orto. Solo esperaba que no haya sido en vano.
- Pensabas que era fácil conseguir el aumento no nena, me dijo el maldito.
Lo odie mucho en ese momento. Pero cuando me dijo la plata que me pagaría por mes, mi amor por el volvió. Era mucho mas de lo que esperaba. Solo tenía que ir a visitarlo 2 o 3 veces a la semana después de las 17.00 hs. Por supuesto siempre salía con el orto roto pero podía darme todos los gustos.
Bueno esto fue lo que tuve que hacer para conseguir lo que quería. No fue la primera o única vez que me prostituyo para conseguir lo que quiero. Ya les iré contando mis otras experiencias. Un beso para todos.
Vanesa M
Mi jefe se llama Bernardo, esta cerca de los 60 años, pero nunca fue de cuidarse por lo que parece un tipo aun mayor. Es alto, cerca de 1.90 m., canoso, tiene una gran barriga, ojos azules, he visto fotos de él cuando era joven y era muy apuesto, pero el paso del tiempo no fue generoso con él mas por la vida de excesos que llevó.
Bernardo, viene a la empresa un par de horas como mucho, llega cerca de las 16.00 hs y antes de las 18.00 esta partiendo con su chofer. El horario laboral donde trabajo es hasta las 17.00 hs, y salvo alguna excepción todos lo cumplen. El día en cuestión, esperé que todos se vayan de la empresa hasta quedar solamente en la planta baja el guardia de seguridad.
Tomé mi bolso y fui a cambiarme al baño. Les dejo unas fotos para que vean como fui vestida a ver a mi jefe. Por supuesto no me puse ni tanga ni corpiño, quería hacérsela fácil.
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Una vez cambiada, me dirigí al tercer piso, donde mi jefe tiene su oficina. Todo el piso es para él. Salí del ascensor, toqué timbre y me atendió mi jefe por el portero de mala manera, sin saber quien era.
- Soy Vanesa, disculpe que lo moleste, pero me quedaron unos cheques para firmar.
- Pasa nena, me dijo.
Entré, el lugar era inmenso, tenía una gran recepción, con muebles antiguos muy costosos y antes de llegar a su oficina había un escritorio donde se sentaba su secretaria personal. Apenas me vio dijo:
- Nena que haces vestida así. Obviamente con una cara de re pajero.
- Es que salgo con unas amigas. Aproveché y me cambié en la oficina para ahorrar tiempo.
- MMMMM portate bien me dijo con cara de pervertido total.
- Disculpe señor que lo moleste a esta hora pero me quedaron un par de cheques para que me firme y los necesito para mañana temprano.
- Bueno, dámelos.
Me hice la torpe y tiré los cheques al piso, me agache a agarrarlos, y le mostré medio culo y concha. Si se habrá sorprendido que empezó a toser muy nerviosamente. Me levanté, me bajé el vestido que se me había subido y le pregunté:
- Quiere algo para tomar Sr.
- No nena estoy bien, es que hay cosas que a esta edad hacen mal, riéndose.
- Sr. Ya que estoy acá, le quería preguntar si existe la posibilidad que me de un aumento de sueldo. Realmente lo necesito y estoy dispuesta a hacer lo que me pida, si quiere puedo quedarme después de hora para ayudarlo, sea lo que sea.
Bernardo ya sabía por donde venía la cosa y empezó a jugar.
- Por ejemplo, como podrías ayudarme.
Me puse un dedo en la boca, haciéndome la que pensaba y le dije:
- Y lo puedo ayudar a organizar sus cosas, déjeme mostrarle.
Me acerqué a el y me senté sobre su regazo, me aseguré de apoyarle bien mi culo sobre su chota. Y agarré unos papeles de su escritorio y comencé a separarlos por tipo. Separé unas facturas para autorizar, ordenes de pago y demás documentación.
- Que le parece? Puede servirle mis servicios?
Mientras seguía sobandolo con mi culo, refregándoselo bien en sus muslos y chota.
- Sabes lo que pasa, esto lo puede hacer cualquiera.
- Entiendo Sr., y que tal esto?
Giré la silla giratoria hacia un lado para estar mas cómodos, y le bajé el cierre del pantalón de vestir, metí mi mano por este y saqué su verga para afuera. Pedazo de verga tenía, era muy grande y eso que aun estaba flácida. Además pude sentir sus huevos y eran gigantes también. Una vez con su verga en mi mano, me la metí en la boca y comencé a petearlo, tenía un olor bastante desagradable, una mezcla de orina con traspiración y olor a huevo, pero por dentro pensaba, esto te va a dar tu aumento y encima el morbo que me producía la situación también sumaba.
Por dentro me preguntaba como sería su pija erecta, porque ya flácida llenaba toda mi boca. La chupé por mas de 10 minutos para lograr su erección, me dio trabajo pero finalmente tenía su pedazo de verga bien dura en mi boca, era demasiado grande, me destrocé la mandíbula tratando de tragarla, solo pude petearle la cabeza y parte del tronco, mientras lo masturbaba con mis manos el tronco y sus huevos. Estuve mas de 20 minutos así, se notaba que tenía problemas para eyacular.
- Te gustaría meter tu pedazo de carne en mi conchita. Me costó decirlo por como me dolía la mandíbula de abrirla a su máximo, la verdad me quedó adolorida por varios días.
Solo dijo: -Si.
Me subí a su escritorio, me recosté boca arriba, me levante la minifalda hasta la cintura y separé bien las piernas, me escupí las yemas de mis dedos y me humedecí mis labios vaginales, sabía que necesitaba toda la lubricación posible.
Se abalanzó sobre mí, me tomó por mi cintura, me acomodó al borde del escritorio, con su mano derecha sujetó su verga y la acomodó en la entrada de mi concha, con su mano izquierda la hundió contra mi abdomen, presionándome contra el escritorio, era muy violento en sus movimientos y tenía un a fuerza descomunal, al menos para mi. Se acomodó bien y me penetró con su cabezota, me hizo chillar del dolor que me produjo, si no fuese que su mano me hundía contra el escritorio me hubiese torcida toda del dolor, el desgraciado siguió hundiendo su verga dentro mío con mucha velocidad y violencia, una vez que me la incrustó toda, me sujetó con sus manos de mis caderas y empezó a embestirme, me dio bien duro, hacía estrellar sus huevos contra mis nalgas, una y otra vez, el desgraciado traspiraba como un animal bañándome en su sudor, fue una cogida de unos 10 o 15 minutos, yo esperaba que acabe pronto pero nunca llegaba, jadeaba, parecía que se venía pero nada pasaba.
En un momento se detuvo, aun con su verga dentro de mi concha, se secó el sudor de su frente. Me miró con una mirada fría, me tomó de la cintura y me dio vuelta, dejándome bocabajo contra el escritorio, me tomo de mis nalgas y dejó mis caderas al borde del escritorio dejando mis piernas colgando, me dejó lista para que me rompa el culo. Metió dos de sus dedos en mi ano y empezó a escarbar dentro de mi culo, le grité que pare, pero no me respondía, la verdad que había entregado muchas veces mi cola, pero me preocupaba el pedazo de verga que tenía y el daño que podía hacerme.
- No te hagas la virgen nena, que esta bien usado este orificio.
- Para maldito, déjame en paz.
Unos segundos mas tardes, sentí su cabeza entrando entre mis nalgas buscando mi ano. Lo acomodó y hundió el maldito, mi ano no quería ceder, pero no se dio por vencido, me lo embestía una y otra vez, hasta que mi ano empezó a ceder, cuando sentí gran parte de su cabeza dentro de mi culo, traté de relajarme para que pueda entrar mejor, sabía que si seguía resistiéndome, iba terminar con el culo roto, traté lo mejor que pude y dio sus frutos, su verga empezó e entrar muy lentamente, sentía como me despedazaba por dentro pero había buscado la situación y tenía que llevarla lo mejor que pude, con mis manos las pasé por detrás y separaba mis nalgas para que haya menos fricción. No podía creer lo profundo que llegaba su pija, no paraba de entrar, cuando llegó a mi esfínter le pedí por favor despacio para que entrara mejor, siguió como si nada, no voy a decir que ya estaba bien, seguía adolorida pero cada vez se sentía menos doloroso, finalmente su verga entro completamente. Empezó a meter y sacar unos pocos centímetros, y así estuvo por unos veinte minutos, no podía creer lo que aguantaba sin acabar, y menos me esperaba su resistencia física, cuando fui a provocarlo hoy, pensé que con un pete lo dejaría muerto, pero la realidad fue que el me termino cogiendo y haciendo lo que el quería. Me bajó la parte de arriba del vestido dejándome mis tetas al descubierto y me pasó sus manos por debajo de mi cuerpo hasta agarrar mis tetas y las apretaba, amasaba, pellizcaba mis pezones, me los lastimó severamente ese día, pero me lo merecía por ser muy puta. Mientras gozaba con mis pechos seguía dándome en mi culo, fue un mete saca de unos 20 minutos, para ese entonces ya estaba entregada, solo esperaba que me acabe dentro de mi culo. El momento finalmente llegó, me sujetó ambos pechos con sus manos me los apretó como si su vida dependiese de eso, grité muy fuerte del dolor, ya el dolor en el culo paso a segundo plano comparado como me dolían mis tetas. Terminó acabando dentro de mi culo.
Bernardo saco su pija de adentro mío y se tiro en su sillón ejecutivo. Yo seguía en la misma posición. Estuve unos minutos así. Hubo un silencio incomodo y me reincorporé. Lo vi tirado ahí, lo miré con mucho desprecio pero traté de poner mi mejor cara.
- Déjeme limpiarle su pene Sr., le dije.
Cuando me arrodillé una puntada dentro de mi culo me estremeció, pero me acomodé y chupé su verga para limpiarle los restos de semen y sangre que había salido de mi cola rota. Me daba miedo saber como tenia el orto. Solo esperaba que no haya sido en vano.
- Pensabas que era fácil conseguir el aumento no nena, me dijo el maldito.
Lo odie mucho en ese momento. Pero cuando me dijo la plata que me pagaría por mes, mi amor por el volvió. Era mucho mas de lo que esperaba. Solo tenía que ir a visitarlo 2 o 3 veces a la semana después de las 17.00 hs. Por supuesto siempre salía con el orto roto pero podía darme todos los gustos.
Bueno esto fue lo que tuve que hacer para conseguir lo que quería. No fue la primera o única vez que me prostituyo para conseguir lo que quiero. Ya les iré contando mis otras experiencias. Un beso para todos.
Vanesa M
67 comentarios - Me prostituí por un aumento de sueldo con fotos
Que suerte tuvo tu jefe.
esta sos vos???
😉
🤤
los puntos de hoy ya los di, paso mañana a darte para q sumes!
Linda perrita. Tenes que aprender como poner las fotos en el post, porque no se ven. Igual me gusto mucho tu relato. Vuelvo mas tarde con puntos.
Estas muy linda, cuando quieras... ponele precio je!