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Me presento... y aca va mi primer relato

Carne Cruda

120 respondió Camila, cuando su compañera de trabajo le preguntó cuanto tenía de busto, y yo al lado haciéndome como que estaba metido en mi pega pero de puro pensar en esos "melones" me distrajo, ya que trabajar en una textil cortando géneros requiere concentración. Camila y Roxana eran las únicas dos mujeres en la sección y estaban asignadas a mi sector, tal vez el hecho de que Camila llegó en Agosto no me dejó notar las formas de su voluptuoso cuerpo sino hasta el día que la empresa decidió celebrar el 18 de septiembre, Camilita se ofreció para picar la cebolla para el pino de las empanadas y yo era el picador oficial de carne. Un delantal de cocinero no lograba tapar el escote magnifico de aquella hembra venida de las tierras huasas de Colchagua, y mientras se agachaba a recoger las cebollas yo le miraba las tetas gingantescas que tenía, a punto de arrancarse de los sostenes, yo estaba como loco picando carne, pero tuve que dejar de hacerlo ya que corría peligro de volarme un dedo. Las lagrimas en los ojos ya no la dejaban ver así que salió un rato y volvió a la lucha con el 1/4 de saco que aún le restaba, de pronto se sentó en un fardo de tela de lana y se quedó mirándome fijamente con unos ojos penetrantes, y de pronto soltó: "¿Por que te gusta comer carne cruda?", ¡plop! y caí en cuenta que estaba embobado con ella y de nervioso esta mordisqueando trozos de carne cruda, de la que estaba picando. No sé, respondí..., y luego todo se detuvo, un pájaro que volaba afuera quedó suspendido en el aire, el agua que corría bajo el colador de la cebolla dejó de fluir, y solamente su sonrisa brotó. Un manojo de perlas cultivadas coronaban su boca, sensuales labios gruesos, unos cabellos ondulados de color negro azabache, aquel cuadro me dejó extasiado. De pronto la acción continuó…, ella se estaba riendo, el agua corría y el pájaro pasó raudo aleteando, ¿Por que me miras así?, inquirió, ¿así como?, respondí, y envalentonado le dije: “bueno por que la verdad me gustas mucho, me encanta tu sonrisa, tu cara tu cuerpo…” y la verdad no se quien se apoderó de mi, no se si un poeta, un ángel o el mismo Diablo, pero a medida que le hablaba me acerqué a ella (con una confianza inusual en mi), hasta estar a 10 cms de su boca.

Ella tenía su mirada fija en mis ojos y luego en mi boca y viceversa, hasta que no aguantó más y me besó. Sus labios eran calientes y sus manos pasadas a cebolla, pero eso lejos de molestarme me calentó, sin preguntar le agarré las tetas por encima del delantal... ufff inolvidable, pero ella como molesta por esa sucia prenda se la quitó inmediatamente, así que por debajo de su polera, procedí a tocarla nuevamente, increíble a pesar del tamaño de mis manos esas monumentales tetas no me cabían bien en ellas, seguí acariciándoselas hasta que logré mi objetivo de subirle la polera y el sostén para poder mirarlas y chupárselas. El tamaño y la redondez de esos meloncitos coronados por una fresa de color café oscuro eran una verdadera delicia, mientras mi lengua jugueteaba con sus pezones mis dedos acariciaron su cara y de pronto le metí un dedo en la boca, y ella me dijo: "MMM que rico sentir el sabor a carne cruda en la boquita", a lo que al instante respondí: "MMM Camilita mi amor, ¿no quiere otro tipo de carnecita en su boquita?", yaaaa , me dijo, “pero cierra la puerta”, a lo que solo respondí: "ok". Ella sentada en el fardo de tela se subió su falda y metí de inmediato una mano entre sus muslos turgentes, se notaban piernas trabajadas y firmes por las largas caminatas del campo y unas nalgas duras producto del uso del caballo desde la infancia, pero su conchita... ufff suave como la seda, húmeda como un tampón de tinta china y caliente como la estufa del Diablo. Mientras le metía un dedo en su conchita, con mi diestra, me bajé el cierre y liberé mi venoso y jugoso amigo, se lo puse a un par de centímetros de la boca, lo miró con lujuria y no dudó en darle un languetazo a una gotita de jugo que osaba escapársele a su lengua comilona. El hecho de estar de pié mientras me lo comía y de la vista que tenía desde la altura me hizo alucinar con tener mi pene atrapado entre esas tetotas ricas, así que como no me atrevía a pedirlo, se las tocaba mientras me lo chupaba... ufff, no se de que manera se las tocaba, pero de pronto ella me dijo: "¿Que quieres que te haga?", guauuu, pensé que habia muerto, ido al cielo y vuelto, pero nó! Y sin timidez le dije:"¿Por que no me haces una Rusa?, ¿Que?, respondió... ¿que es eso?, ehhh que me atrapes el pene entre tus tetitas, me masturbes con ellas y me lo chupes, ya!, me dijo, pero después me lo metes rico bueno?, si mi amorcito, ya... .

La sensación de tenerlo ahí, es casi irreal esa algo exquisito sentir tu pene goteante entre esas masas de carne tibias y suaves y que cada vez que subes recibe una chupada en la cabecita, una vez, dos veces, quince veces, hasta que ya el climax fué imposible de detener y en la última subida, la acribillé con repetidos disparos de leche en su boca, mentón, nariz y cuello, mientras ella, un poco molesta se secaba la boca y yo miraba atónito como le chorreaba mi semen por su cuello hasta cada una de las tetas, lo cual me rememoró las más calientes escenas porno, esto hizo salir una última y cansada descarga seminal. Pensé que eso de no avisarle la tenía molesta, pero me dijo: ¿y ahora yo, que hago?, ¿me vas a dejar caliente?, "espérame unos minutos y te quito esa calentura mi cosita rica", dispuesto a cumplir mi parte del trato. Cuando en ese momento golpean la puerta y gritan: "¿Oye está lista la carne y la cebolla?", mientras ella se arreglaba su ropa y se ponía el delantal, yo respondí:"La cebolla está lista y a la carne le falta un poquito...". Ella me miró con rabia, sabiendo que ya había llegado gente y que sería imposible calmar su calentura, asi que se acercó y me dijo al oído: "cuando te comas la primera empanada "caldúa", piensa en como me dejaste ya?" (con la molestia obvia de toda persona que se queda con las ganas). En eso entra Roxana, Camila toma la olla con cebolla y las lleva a la cocina para freírla, y me dice te espero para que me eches la carne en la olla (cerrándome un ojo). Cuando ya tenía lista la carne para llevarla a la cocina, Roxana me dice: "Compañero me ayuda con este quintal de harina?, mire que yo no me lo puedo...", "claro!!!" dije, como un caballero y me dispuse a llevar el azafate con carne, cuando ella se vuelve hacia mi y me dice:"Por que tan apurado?, si don Juan y los demás andan comprando vino y carne para el asado, o me va a dejar solita amasando?, diciendo esto, se pasa una mano entre las piernas y con la otra se mete un dedo en la boca... lo que ocurrió luego se los cuento en otra ocasión.

Sin mas me fuí a dejar la carne donde Camila, quien ya se encontraba con la cebolla en el fuego revolviéndola, al sentir la puerta de la cocina me miro, pero enseguida bajó su vista a lo que estaba haciendo. Estas molesta?, le pregunté, poniéndome detrás de ella y metiendo una mano entre sus nalgas, no, respondió secamente, lo mojado de su entrepierna delataba que ella aún seguía con ganas de que yo le satisficiese su necesidad, pero mi "amigo" aún no estaba en condiciones de prestar tan delicado y especial servicio, así que le metí un dedo en la vagina y le agarré nuevamente uno de sus exquisitos meloncitos que estaban aún cubiertos de mi semen ya seco. Suéltame que puede venir alguén!!! me dijo, no, respondí, si la única que está aca es la Roxana, que está haciendo la masa para las empanadas..., sin eperar respuesta corrí con mi brazo todos los utensilios de cocina que estaban sobre la mesa, la tomé por fuerza de la cintura y la senté sobre ella, sin que tubiera tiempo de arrepentirse, la besé fuerte en sus ricos y gruesos labios y inmediatamente le metí una mano bajo la falda, ya una vez entregada a los deseos de la carne, con ambas manos la tendí con cuidado sobre la mesa y le quité sus calzoncitos, que para ese momento estaban estilando en fluido vaginal, la verdad jamás había visto una mujer mojarse tanto... Una vez hecho eso y todavía con mi pene haciendo el descanzo del guerrero, clavé mi lengua entre sus piernas, que dicho sea de paso, casi me causó muerte por inmersión, debido a la cantidad de flujo que tragué, pero la verdad era un juguito exquisito, casi dulce, y ver ese pobrecito clítoris imflamado, hizo que me bajara un instinto casi paternal... no miento en realidad animal de darle muy, pero muy delicados mordiscos a los labios interiores de la vagina y de vez en cuando una chupada a ese clítoris rosado, alternadamente pasaba mi lengua en la entrada de la vagina y todo acompañado de un amase de tetas, proporcionado tanto por ella y por mí. Sigue... sigue, me decía, asi... ricooo chupame la concha, mmmm, puta que lo hacis rico. Cuando de pronto.. la puerta, shusha, disculpen chiquillos, paff, se cerró de un portazo!!!, puta la wea dijo Camila, la Roxana nos vió!!!, que vamos a hac... espera la interrumpí, y salí raudo tras la intrusa, Roxana!!, le grité, no me pescó... Roxana!!! para por favor..., llegó hasta el taller donde estaba preparando la masa. Oye me puedes escuchar?, que quieres?, me dijo, no te preocupes no diré nada..., en ese minuto noté que su mirada era de celos... si celos... entonces

Belcebú me invadió y decidido la besé, esperaba que me corriera la boca o algo, incluso una bofetada, pero nada..., me aceptó el beso y para mi sorpresa con su mano me acariciaba mi ya no tan cansado paquetito... la temperatura comenzó a subir a mi cuerpo otra vez, sentía como se comenzaban a calentar los motores, hasta el minuto que me dijo: "Que sabor tan rico tienes en tu boquita..." y ya caliente y esperando cualquier cosa le dije: "no es otra cosa que el sabor de la conchita de tu amiga Camila". Me había quedado mirando con una sonrisa maliciossa y me responde: "lo sé, yo también la he probado". En ese instante ingresa Camila en escena y ya el cuadro me quedó clarito iba a ser victima de aquellas dos amigas cómplices, ya me olía algo raro que todo me estuviea resultando tan fácil..., Camila se acercó a Roxana y la beso en la boca por unos minutos estubieron besandose y acariciando mutuamente las tetas, que por lo demás dejó en claro que Diós a veces no es muy equitativo en lo que nos regala, ya que Roxana era mas bien planita, pero lo que no tenía de delantera lo tenía en caderas y un portentoso culo parado como el de una mulata brasileña. Se recostaron sobre unos quintales de harina y sigueron toda clase de masjes besos y caricias, yo por mi parte ya estaba con mi ropa afuera y con mi pene en la mano masturbandome ante tan esplédido cuadro, cuando al fin me invitaron, haciendome un espacio al medio, las chicas se acomodaron cuales bailarinas con coreografías resabidas, me tendieron de espaldas, Camila se puso sobre mi y mientras la comenzaba a penetrar Roxana dejo caer todas sus sentaderas en mi cara dejando toda su humeda vagina en mi boca..., mientras yo le comía el coño a Roxana ella besaba la boca y tetas de Camila, quien a su vez me cabalgaba en todas direcciones y acariciaba las tetas de Roxana, luego cambiaron posiciones y cuando Roxana pasó por mi oreja me susurró: "acabas y te lo corto!!!" y cuando Camila se me acercó me dijo: "MMM que lo tienes rico papito", asi que no sabía si estar feliz o asustado, bueno quizas ese estado hizo que aguantara como buen semental. Camila llegó a su tan ansiado orgasmo producto de mi legua y al cabo de un minuto mas o menos sentía que Roxana me arrancaría la verga con los apretones de su vagina. Por el culo!!!, me pidió Roxana... poniendose en cuatro patas afirmada de un saco harinero, ya sabiendo que había logrado un orgasmo vaginal, accedí, total ya era mi turno, cuando se lo estaba acercando al ano, Camila se agacho y comenzo a lamerle el culo

dejándoselo bien mojado y lo mismo hizo con mi pene, que para ese momento estaba ya bastante amoratado. Se lo presenté en la entrada suavemente, para no causarle dolor, pero Camila detras de mi empujó haciendo que ensartara a Roxana hasta el fondo, ahhhhhhhh, gimió Roxana y Camila comenzo a guíar desde atrás mis movimientos... avisame cuando estés a punto ya?, me dijo al oído Camila... no respondi nada solo la miré con los ojos blancos... yaaaa dije, rauda se salió Roxana y Camila ambas de rodillas delante mío... y yo masturbandome, pero al mismo tiempo aguantando como nunca la eyaculación... ahhhhhhhh finalmente ... 3 gotitas chorriaron de mi pene... eso fué todo... las chicas me miraron y se mataron de la risa, yo me puse rojo, pero me dijeron, descansa papito, luego del asado te esperamos con un mariscal en la casita y tómese un juguito de sangre de corderito ya?. Con mi pene adolorido y mas seco que lagarto de museo, solo las miré y dije: "Voy a tener que llamar un amigo, o si no del fin de semana no paso"...

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