La gordita petera (otra historia real)

La había conocido en un chat, así nomás, sin verla le mandé un mensaje privado y ella se copó enseguida. Todo con buenisima onda, ella tenía 24 años, estudiaba psicología y no tenía novio. Yo ya estaba recibido, 27 años y sin compromisos tampoco.
Hablamos un par de veces por teléfono y como estaba todo tan bien, acordamos para ir a tomar algo. Yo tenía auto así que la pasé a buscar por la casa y fuimos a un bar donde solía llevar mis conquistas, porque tenía un lindo resevardo por si la cosa se ponía linda.
Este no fue el caso, más que nada porque a mí su aspecto me decepcionó un poco, recuerden que era una cita a ciegas. Era muy bonita de cara, ojos claros, hermosa sonrisa, pelo castaño bastante corto y muy símpatica, pero les sobraban unos 12 o 15 kilos. Yo me di cuenta que yo sí le gustaba, pero no quise avanzar porque pensé que me iba a querer como novio (la chica parecía super seria, hija de un médico bastante conocido en mi ciudad, futura psicologa), y yo no quería comprometerme para no lastimarla al toque. Así que estuve símpatico pero la dejé en su casa sin ningún compromiso de nada y apenas un beso en la mejilla.
Me olvidé de ella hasta que un domingo a la tarde me la volví encontrar en el chat, donde me reprochó que nunca más la hubiera llamado. Le puse algunas excusas, todo bien y seguimos hablando. Le pregunté que había hecho el sábado y me dijo que había estado "chapando" con un pibe pero que el flaco era un desastre y ni siquiera sabía besar. Yo le dije que era un experto en besos y si quería la podía recompensar por lo que le había pasado con el flaco, pero le propuse ir directo a los bifes, la pasaba a buscar para apretar, ni chamuyo ni romanticismo ni nada. Como todo esto era por chat era facil decirlo porque como máximo no me contestaría. Para mi sorpresa me dijo que pasara a buscarla en una hora, que no tenía mucho tiempo porque después tenía un cumpleaños. Me pegué un bañito y fui hasta la casa.
Se ve que la promesa se la tomo enserio porque ni bien subió al auto no pusimos a apretar como locos, casi sin decir hola. Nos empezamos a manosear, evidentemente no me había equivocado, sobraba carne, pero igual yo estaba al re palo. Todo esto estacionados en la puerta de la casa de ella. Yo le metí mano por todos lados y ella también. Creo que una de las pocas que le dije, bien así a lo bruto fue "vos la chupás?". Pensé que se cortaba todo pero me dijo: "pará, no te apures". Ese día lo único que ligué fue una paja que se estrelló contra en techo del auto y me dejó porque tenía al cumpleaños la gordita linda y ahora también putita.
Obvio que arreglamos para otra salida a los poco días y a pesar de sus kilitos yo ya quería cogerla, aunque sea para ver como era. La volví a pasar a buscar a la nochecita y le propuse ir a un telo, pero me dijo que estaba indispuesta, que lo dejaramos para otro día, que mejor nos estacionaramos a charlar en un lugar más tranquilo. Todas la ciudades tienen su Villa Cariño y hacía allí fuimos. Esta ves las caricias y los besos fueron más calientes todavía y ella comenzó a cumplir con su promesa. Era una mamadora de primera y creo que el objetivo de ella esa noche era tragar todo lo que pudiera de pija. La chupaba muy bien, con cariño, cambios de ritmo, mucha saliva, todo espectacular. Como vi que le gustaba tanto no la quise interrumpir a la hora de la leche, así que acabé sin avisar. Tosió un poquito, pero tragó casi todo. Se limpió los restos con un pañuelo descartable y esa fue la única vez que se enojó, me dijo que nunca más acabe sin avisarle, pero no para sacarsela de la boca, sino para mirarme a los ojos en el momento de la acabada y de tragar la leche y ver mis gestos de placer. Charlamos un rato, más distendidos y al rato, casi sin avisar se prendió de nuevo de la pija. Esta vez le hice caso, avisé y me miró con sus hermosos ojos mientras tragaba la leche que había ido a buscar. Nunca me la habían mamado 2 veces en menos de una hora.
La dejé en la casa y acordamos llamarnos. A la semana pasé a buscarla con la idea de esta vez sí cojer. Pero no, me puso otra excusa, se ve que su sobrepeso la ponía incómoda a la hora desnudarse. La experiencia de la semana anterior se repitió casi calcada, después de 2 horas la volví a dejar en la puerta de su casa, con su importante pancita llena de mi leche.
Yo después empecé a salir con una chica y no la llamé más, pero seguro habrá seguido ordeñando pijas por ahí, la linda gordita hija del doctor.
Después de algunos años encontré su foto en el facebook, donde posa con su marido y su perro labrador. Está más flaca e igual de linda. Hijos parece que no tienen, porque ella sigue con su costumbre de tomar la lechita...