Las relaciones en la oficina comienzan a desmadrarse. Nuevos personajes empiezan a mostrar sus debilidades y fantasías.
CAPITULO 7
Pasado el primer mes de trabajo de las nuevas empleadas, Mabel fue confirmada en su puesto. En cambio Karina fue citada a la gerencia. Rodolfo se apresuró a ubicar la cámara y esperar el día.
Cuando Karina llegó a la oficina, el gerente aún no había llegado y Betty estaba esperándola .
Realmente lamento que tu trabajo no haya sido mejor.
Karina comenzó a sollozar y entonces, sorpresivamente, Betty se acercó.
- No tenés que preocuparte, no todo pasa por la tarea que hagas, sino también a quien complazcas. Yo puedo ayudarte mucho en esto.
Comenzó a acariciarle la cabeza, y despacio, muy despacio, empezó a bajar con sus caricias, hasta llegar a sus pechos, que masajeó suavemente, y con una mano llegó hasta su abdomen comenzando a juguetear con su pancita y más abajo con su monte de venus.
Karina se puso rígida, pero poco a poco, la suavidad de Betty la fue relajando y comenzó a responder a sus caricias. Despacio, pasó su mano por las mejillas de la secretaria, acarició su cuello y bajando más comenzó a sopesarle los pechos, atractivos para una mujer de su edad.
En este punto, Betty descendió sobre su presa y la besó en los labios profundamente, sin suspender la tarea que sus manos realizaban, y Karina fue lentamente abriendo sus piernas para facilitar la incursión de esa mano lujuriosa.
Se veía claramente como la mano de Betty iba haciéndose cada vez mas insistente, hasta que aflojándole el pantalón se metió dentro de ellos y pudo penetrarla con sus dedos, provocando un gemido de la jóven que se entregó totalmente.
-Sigue, sigue, dijo la joven.
El gerente entró subrepticiamente y se ubicó en un rincón desde donde veía toda la escena sin que el fuera visto por las mujeres.
Betty que lo vió le hizo una seña, con lo que se notó que era un complot bien orquestado.
A continuación comenzó a desnudar a la joven que estaba totalmente vencida en su resistencia, y una vez totalmente desnuda, la hizo colocarse boca abajo sobre el escritorio y comenzó a introducirle sus dedos en la concha provocando el éxtasis de la joven.
Mientras tanto, Hernández se había sacado su ropa y estaba masturbándose salvajemente ante esta escena. Betty comprendiendo su excitación le hizo señas de que se acercara, y haciéndolo suavemente, se colocó detrás de la jóven que no lo había visto ni sabía de su presencia. Betty le preguntó a Karina
-¿No sería bueno tener una verga bien dura ?,
-Si, contestó Karina fuera de control.
-¿ Y no sería bueno que esa verga también te garantizara el trabajo?.
Sería fantástico.
En ese momento hubiera dicho que sí a cualquier cosa. Al retirar los dedos Betty, Hernández la penetró hasta los huevos de un solo empujón.
La joven, sobresaltada, sintió la diferencia entre los dedos y semejante pedazo, pero su reacción, instintiva se vio sofocada por el peso de Hernández, que tirado sobre ella la bombeaba frenéticamente.
- Callate la boca y gozá, te voy a echar un polvo y después vas a seguir trabajando sin problemas.
Luego de unos momentos, Karina se aflojó.
-Usted es un hijo de puta, pero sabe usar bien la verga.
Una mano de la joven salió de entre sus piernas abiertas y comenzó a acariciar las bolsas del gerente en el furioso mete y saca que estaba llevando a cabo. Y estas caricias inesperadas aumentaron su excitación y aceleraron su penetración. En ese momento Betty, arrodillándose bajo su jefe comenzó a chuparle los huevos y la escena hizo insostenible la resistencia de Hernández quien dando un grito se preparaba para acabar. Betty, entonces dijo:
-No te hagas el guacho, sabés que tu leche es siempre mía , le tomó la verga y sacándola de la concha de Karina se la tragó entera haciendo que el jefe le acabara en la garganta tomándose todo su licor. Así Karina aseguró su trabajo y comenzó a disfrutar del sexo más caliente.
CAPÍTULO 8
Adolfo se desvivía por cada hembra que veía.Griselda no le alcanzaba, pero por suerte le abría las puertas de las demás compañeras, que soñaban con acostarse con él y meterle los cuernos a su compañera
Empezó con Mabel, a quien sabía experimentada y calentona, y a poco de hablar con ella, invitarla a salir, ir a bailar, llegó a tenerla lista para la cama, lo que lo tenía siempre caliente, ante la posibilidad de concretar su sueño. Y a Mabel le encantaba la idea de usar el macho de su compañera.
De las conversaciones que mantuvieron surgió el interés de Mabel por los tríos, aunque no explícitamente, y entonces Rodolfo habló con Nico para ver si le interesaba la idea y quería participar. Con semejante hembra, la aceptación fue de muy buen grado, pero debían organizar esta jugada sin que Mabel se enterara y de manera que no tuviera más remedio que rendirse ante el hecho consumado.
Pero para mayor placer esperó a que coincidieran con ella en la oficina y decidió llevarla allí para montársela.
El día llegó, y como Mabel sospechaba lo que su amigo había planeado ( aunque no todo) fue a trabajar con ropa muy práctica. Una micromini infartante roja, y sin ropa interior, y una camisa con botones de presión, sin corpiño como se veía cuando caminaba y bamboleaba sus pechos sensualmente.
Nico ingresó al archivo y se ocultó entre dos estanterías, quedándose en silencio.
Al rato llegó Adolfo, y se quedó esperando.
Llegada la hora Mabel fue al archivo, se besaron, y sin tiempo que perder comenzaron a desvertirse. Evidentemente Adolfo tuvo menos trabajo. De un solo tirón quedaron los pechos de Mabel al descubierto y comenzó a chuparlos, mientras ella le desabrochaba el pantalón, y metía su mano por la bragueta empezando a acariciarle su pene.
Esta escena , descontroló a Nico que espiaba a través de los biblioratos, y lentamente comenzó a apretarse la verga que estaba poniéndose dura.
Terminaron de desnudarse y pudo apreciarse todo el bello cuerpo de Mabel. Realmente sus curvas eran espléndidas y aunque menuda, su cuerpo estaba magníficamente proporcionado. Adolfo la observó detenidamente y pasándose la lengua por los labios se lanzó sobre ella. La besó y comenzó a acariciarle la concha con su mano derecha, cosa a la que su pareja respondió levantando su pierna izquierda y envolviéndole su muslo. Mientras tanto, jugueteaba con su verga y sus huevos de manera muy excitante.
Por fin, llevándola hasta un viejo sillón, la hizo arrodillarse en cuatro patas y colocándose detrás de ella la montó lentamente, colocándose en cuclillas para hacer la penetración mas profunda.
-Eres una yegua y me encanta montarte como lo que eres. Tomándola de los hombros comenzó a cabalgarla a buen ritmo, provocando en su pareja gemidos de placer.
Luego de unos minutos de presenciar estas imágenes y considerando que era el momento oportuno, Nico procedíó a desvertirse y en un estado de total excitación se acercó hasta la pareja, y dando la vuelta se paró frente a Mabel. Al ver frente a ella una verga tan endurecida, salió de su estado de descontrol y se quedó mirándo al dueño de semejante instrumento. Nico, por su parte, la tomó de la nuca.
-Por favor, fue todo lo que atinó a decir.
Ella lo miró y comprendiendo su pedido se pasó la lengua por los labios, abrió su boca y engullo el pedazo hasta la mitad, comenzando a juguetear con su lengua sobre él. Empujándola por la nuca, Nico consiguió que fuera tragándose toda la verga hasta los huevos. Sentir sus labios sobre el pene fue una sensación indescriptible.
Mientras Adolfo, observando esta escena perdió el poco control que le quedaba y luego de dos o tres arremetidas salvajes, saco su verga de adentro de Mabel y acabó copiosamente sobre su espalda. Al sentir este derrame, ella abandonó la pija que tenía en la boca, y dándose vuelta gritó:
-¡Espera, aún no estoy lista!. Aprovechando el momento Nico dijo: -No te preocupes, yo no he terminado contigo , y diciendo esto, la acostó de espalda, se colocó entre sus piernas y levantándolas hasta los hombros acomodó la verga en posición y la penetró con fuerza.
Mabel enloqueció.
-¡Hijo de puta, me llega hasta la matriz! ¡Por favor dejame bajar las piernas! pero Nico, haciendo caso omiso de sus quejas seguía arremetiendo.
- Cométela y callate la boca, eres mía y te voy a reventar. Se arrojó sobre ella, forzando aún más su posición de entrega absoluta y continuó abusando de su cuerpo.
Adolfo, que había caído exánime sobre las cortinas, miraba este encuentro y con ojos inyectados, comenzaba a recuperar sus fuerzas. La forma en que su pene comenzó a latir era un claro síntoma de esa recuperación.
Se acercó a la pareja y poniéndose al costado de Mabel con una mano comenzó a acariciarle las tetas, mientras que le metía un dedo en el culo, lo que provocaba movimientos espásmodicos de la jóven que no hacían mas que calentar al extremo a quien se la estaba cepillando.
-Son dos degenerados hijos de puta, ¡no pueden usarme de esta manera!
Este manoseo y la penetración terminaron por vencer a Mabel quien acabó con gemidos entrecortados, y los latidos de su concha apuraron también el alivio de Nico, pero con un esfuerzo supremo, este consiguió sacarla, y dejando caer sus piernas, avanzó sobre ella y se la metió en la boca. Ella le agarró los huevos dándose cuenta de las intenciones del macho que de inmediato se corrió, con chorros largos y espesos que ella recibió en su boca de buen grado.
Allí quedaron los dos caídos de costado. Ella extenuada y el rendido y con el fláccido pene en su boca. Pero el show no había terminado. Faltaba Adolfo. Este, se acostó detrás de Mabel, que estaba de costado y sin más la penetró ante la total pasividad de ella, y comenzó una serie de arremetidas rápidas que lo llevaron al orgasmo. Esta vez, le llenó su concha por completo, entre alaridos de placer.
A medida que recuperaban la respiración, comenzaron a vestirse, y Mabel dijo:
-Jamás hubiera esperado esto de ustedes, pero fue una sorpresa agradable. Forman un buen equipo, y si les gusta el sexo grupal puedo conseguir alguna amiga para que nos divirtamos todos.
No hay problema, pero tenemos una fantasía. Las mujeres tienen que ser de la empresa.
¿ Y Griselda? Preguntó la mujer con fingida inocencia.
Nunca le propuse algo así, contestó Adolfo cortando el diálogo.
Mabel se quedó pensativa, y dijo que no tenía tanta confianza con ellas como para sugerir que participaran de un jueguito de esta naturaleza, pero prometió averiguar quien podía estar dispuesta.
CAPÍTULO 9
Mientras tanto, Rodolfo por su cuenta puso en práctica otro plan. decidió utilizar los videos para darse el gusto de disponer de algunas compañeras de trabajo que nunca le habían hecho caso. Y su primera víctima fue Marta. Estaba claro que detrás de su timidez, se ocultaba el deseo de ser dominada y forzada, como había visto hacerlo por el albañil, y Rodolfo se ingenió de manera que esta perversión le fuera útil para conseguir sus fines. No solo quería poseerla sino también someterla totalmente a todos sus lascivos deseos.
Así, comenzó a conversar mas asiduamente con ella, y lentamente fue llevándola al tema de su relación matrimonial, como era su marido, si lo quería, etc. Hasta conseguir que ella reconociera que si éste se enterara que ella alguna vez lo engañaba podría terminar con la pareja.
En el amor y en la guerra todo vale, pero realmente el cínismo del que hizo gala Rodolfo para conseguir sus fines no tiene perdón. Pero leamos como escribió en su diario este encuentro.
"Con todo el plan ya elaborado, conseguí que Marta viniera a mi casa un viernes por la tarde a buscar unos papeles que debían estar en la oficina el lunes a primera hora, y que como supuestamente yo iba a faltar, no iba a poder hacer llegar.
Una vez en mi departamento, elogié su nuevo color de cabello rubio claro y la invité a tomar un café, charlamos de trivialidades unos minutos, y después comenté:
-Me han hecho llegar unos videos muy comprometedores para la empresa y quieren que yo los vea para que opine sobre el camino a seguir. Todavía no los ví, pero pienso hacerlo este fin de semana. Esto despertó su curiosidad .
- Bueno, yo hace más tiempo que vos que estoy en la empresa, y si hay alguna irregularidad tengo derecho a saber que está pasando, así que me gustaría verla.
- No hay ningún problema, al contrario, no quisiera que te sintieras excluída de un tema que nos implica a todos, dije con mi mayor ingenuidad. La llevé hasta su PC, la encendí y una vez que todo estuvo preparado y andando, con la excusa de ir al baño la dejé sola, ubicándome de forma de poder ver su rostro cuando descubriera el contenido del video.
Durante unos minutos pasaron las imágenes del baño vacío,ante lo que ella empezó a revolverse en el sillón y perder interés, pero, de pronto, cuando se vio ingresar al mismo, empalideció. Cuando vio a su amante ingresar detrás de ella, creí que se desmayaría. Y cuando revivió las escenas que había protagonizado, fue pasando por toda la gama de colores, se puso terriblemente nerviosa, pero el modo en que se mordía los labios y no podía separar sus ojos de las imágenes me demostraba que en el fondo también se estaba excitando.
Calculando con exactitud el tiempo, regresé cuando ya todo había terminado, y las imágenes de pantalla volvían a mostrar el baño vacío.
Me senté inocentemente, tratando de no ver el estado de nerviosismo de Marta y le pregunté que había pasado hasta el momento.
Con la voz temblorosa me dijo que nada. Y allí empecé el juego.
Me senté a su lado y comencé el siguiente diálogo.
-Realmente, eres buena para engañar a tu marido, pero no sabes mentir.
Con sorpresa, ante esto, se puso pálida y sólo atinó a balbucear:
- No se que es lo que dices.
- ¿ Crees realmente que no vi el polvo que te echaste, y que a tu marido también le encantaría ver?
- No puedes ser tan hijo de puta. Me causarías mucho daño innecesariamente. No le cuentes a nadie, exclamó mientras me tomaba las manos.
- Mira, yo no voy a contar nada de lo que ví. Tampoco voy a contar nada de la mamada que me vas a hacer ahora mismo, ni del polvo que nos vamos a echar, así que comienza a desnudarte.
Su cara quedó petrificada, y parecía una estatua. Me miraba con sorpresa y odio y se quedó allí sentada, sin responder. Yo, mientras tanto tomé sus manos y las dirigí hacia mi bragueta.
- Vamos que no quiero que sufras con tu espos. Quiero que goces. Empieza ya que no tenemos todo el día. De lo contrario, tu marido va a tener un espectáculo cinematográfico que ni se imagina.
Me miró con un sentimiento incomprensible y abriendo mi bragueta, me tomó la pija con ambas manos y se la llevó a la boca. Pensé que iba a morderme por el odio que mostraba, pero despacio, como juntando fuerzas empezó a succionarme la verga.
Mientras, empecé a acariciarle esos soberbios pechos que tiene, y poniéndola de pie la arrodillé sobre el sillón, levántandole el vestido y corriendole la bombacha. Mi mano acarició su sexo y mis dedos se introdujeron en su vagina. Cuando la sentí húmeda, allí, en esa posición , la penetré totalmente.
- Está claro que eres una putita, y durante años me rechazaste. Al final te tengo donde quería tenerte. , dije en medio de las arremetidas.
Estos gritos la excitaron más y comenzó a responder a mis embates saliendo a mi encuentro para asegurar una penetración total.
-Eres un miserable al extorsionarme de esta manera pasa poseerme, dijo mientras tensionaba los músculos de su vagina y me apretaba la pija como si tuviera una mano en lugar de una concha.
Pero no tenía idea de lo que yo le había preparado.
Mientras estábamos en este trance, tomé un frasquito de vaselina que había dejado previsoramente sobre la mesa y comencé a untarle el culo, metiéndole mis dedos bien adentro mientras seguí trabajándole la concha.
¿Qué estás haciendo hijo de puta?, dijo la perra cuando sintió mis maniobras en su trasero.
- Tranquila que esto no es ninguna novedad para vos. Si te tragaste el pedazo del albañil, el mio es un juguete en tu culo.
Saqué mi pija, y la apunté a su culo pero la muy guarra comenzó a moverse y resistirse.
Ni lo sueñes, no te lo voy a permitir. Ante esto la tomé del cuello y de los cabellos, hasta conseguir que se quedara quieta, y luego mientras le tiraba de los pelos haciendo que su cabeza se viniera contra mi cuerpo, le ensarté la cabeza de mi pene en el agujero del culo.
- Ya la tenés adentro, lo único que vas a ganar con no colaborar es que te duela.Ella luego de un momento de resistencia se aflojó.
Cuando noté su entrega, comenzé a moverme despacio mientras le decía:
-Confesá que te gusta. Tengo experiencia en desvirgar traseros y el tuyo cedió muy facil, me parece que varios metros de penes han pasado por allí, así que hasta que no me lo pidas no te la voy a dar toda. Ella negaba y me insultaba hasta que sollozando en un momento dado dijo:
- Hijo de puta, me estás enloqueciendo, dale empujá, la quiero toda. Ese era el momento que esperaba. Hice una pausa, respiré profundo, empujé y se la metí hasta la raíz. Su cabeza cayó sobre el respaldo del sillón y comenzó a respirar agitadamente. Luego de un momento comencé a meterla y sacarla con movimientos pausados, pero profundos.
Este juego no podía durar y era mucho lo que yo había aguantado.
-¡Tomate toda mi leche! Grité y me zambullí hasta el fondo donde vacié mis huevos a voluntad con chorros que parecían no acabar nunca. Marta me acompañó con un orgasmo violento y quedó sobre el sillón aplastada por mi cuerpo , los dos agotados.
Luego de unos momentos de reláx, salí de su culo, y tomándola del pelo, la besé en la boca.
-Puta, de ahora en adelante cuando te tenga ganas te voy a coger, y también te voy a hacer coger para verte como gozás. Y cuando te niegues, serás la atracción de Internet.
- Haz lo que quieras pero no le cuentes nada a mi esposo de todo esto, me pidió con resignación. En realidad, me dio la sensación de que le gustó que la cogiera por el culo, y que quería que siguiera haciéndolo. Luego, se vistió, tomamos algo y se fue a su casa."
CAPITULO 7
Pasado el primer mes de trabajo de las nuevas empleadas, Mabel fue confirmada en su puesto. En cambio Karina fue citada a la gerencia. Rodolfo se apresuró a ubicar la cámara y esperar el día.
Cuando Karina llegó a la oficina, el gerente aún no había llegado y Betty estaba esperándola .
Realmente lamento que tu trabajo no haya sido mejor.
Karina comenzó a sollozar y entonces, sorpresivamente, Betty se acercó.
- No tenés que preocuparte, no todo pasa por la tarea que hagas, sino también a quien complazcas. Yo puedo ayudarte mucho en esto.
Comenzó a acariciarle la cabeza, y despacio, muy despacio, empezó a bajar con sus caricias, hasta llegar a sus pechos, que masajeó suavemente, y con una mano llegó hasta su abdomen comenzando a juguetear con su pancita y más abajo con su monte de venus.
Karina se puso rígida, pero poco a poco, la suavidad de Betty la fue relajando y comenzó a responder a sus caricias. Despacio, pasó su mano por las mejillas de la secretaria, acarició su cuello y bajando más comenzó a sopesarle los pechos, atractivos para una mujer de su edad.
En este punto, Betty descendió sobre su presa y la besó en los labios profundamente, sin suspender la tarea que sus manos realizaban, y Karina fue lentamente abriendo sus piernas para facilitar la incursión de esa mano lujuriosa.
Se veía claramente como la mano de Betty iba haciéndose cada vez mas insistente, hasta que aflojándole el pantalón se metió dentro de ellos y pudo penetrarla con sus dedos, provocando un gemido de la jóven que se entregó totalmente.
-Sigue, sigue, dijo la joven.
El gerente entró subrepticiamente y se ubicó en un rincón desde donde veía toda la escena sin que el fuera visto por las mujeres.
Betty que lo vió le hizo una seña, con lo que se notó que era un complot bien orquestado.
A continuación comenzó a desnudar a la joven que estaba totalmente vencida en su resistencia, y una vez totalmente desnuda, la hizo colocarse boca abajo sobre el escritorio y comenzó a introducirle sus dedos en la concha provocando el éxtasis de la joven.
Mientras tanto, Hernández se había sacado su ropa y estaba masturbándose salvajemente ante esta escena. Betty comprendiendo su excitación le hizo señas de que se acercara, y haciéndolo suavemente, se colocó detrás de la jóven que no lo había visto ni sabía de su presencia. Betty le preguntó a Karina
-¿No sería bueno tener una verga bien dura ?,
-Si, contestó Karina fuera de control.
-¿ Y no sería bueno que esa verga también te garantizara el trabajo?.
Sería fantástico.
En ese momento hubiera dicho que sí a cualquier cosa. Al retirar los dedos Betty, Hernández la penetró hasta los huevos de un solo empujón.
La joven, sobresaltada, sintió la diferencia entre los dedos y semejante pedazo, pero su reacción, instintiva se vio sofocada por el peso de Hernández, que tirado sobre ella la bombeaba frenéticamente.
- Callate la boca y gozá, te voy a echar un polvo y después vas a seguir trabajando sin problemas.
Luego de unos momentos, Karina se aflojó.
-Usted es un hijo de puta, pero sabe usar bien la verga.
Una mano de la joven salió de entre sus piernas abiertas y comenzó a acariciar las bolsas del gerente en el furioso mete y saca que estaba llevando a cabo. Y estas caricias inesperadas aumentaron su excitación y aceleraron su penetración. En ese momento Betty, arrodillándose bajo su jefe comenzó a chuparle los huevos y la escena hizo insostenible la resistencia de Hernández quien dando un grito se preparaba para acabar. Betty, entonces dijo:
-No te hagas el guacho, sabés que tu leche es siempre mía , le tomó la verga y sacándola de la concha de Karina se la tragó entera haciendo que el jefe le acabara en la garganta tomándose todo su licor. Así Karina aseguró su trabajo y comenzó a disfrutar del sexo más caliente.
CAPÍTULO 8
Adolfo se desvivía por cada hembra que veía.Griselda no le alcanzaba, pero por suerte le abría las puertas de las demás compañeras, que soñaban con acostarse con él y meterle los cuernos a su compañera
Empezó con Mabel, a quien sabía experimentada y calentona, y a poco de hablar con ella, invitarla a salir, ir a bailar, llegó a tenerla lista para la cama, lo que lo tenía siempre caliente, ante la posibilidad de concretar su sueño. Y a Mabel le encantaba la idea de usar el macho de su compañera.
De las conversaciones que mantuvieron surgió el interés de Mabel por los tríos, aunque no explícitamente, y entonces Rodolfo habló con Nico para ver si le interesaba la idea y quería participar. Con semejante hembra, la aceptación fue de muy buen grado, pero debían organizar esta jugada sin que Mabel se enterara y de manera que no tuviera más remedio que rendirse ante el hecho consumado.
Pero para mayor placer esperó a que coincidieran con ella en la oficina y decidió llevarla allí para montársela.
El día llegó, y como Mabel sospechaba lo que su amigo había planeado ( aunque no todo) fue a trabajar con ropa muy práctica. Una micromini infartante roja, y sin ropa interior, y una camisa con botones de presión, sin corpiño como se veía cuando caminaba y bamboleaba sus pechos sensualmente.
Nico ingresó al archivo y se ocultó entre dos estanterías, quedándose en silencio.
Al rato llegó Adolfo, y se quedó esperando.
Llegada la hora Mabel fue al archivo, se besaron, y sin tiempo que perder comenzaron a desvertirse. Evidentemente Adolfo tuvo menos trabajo. De un solo tirón quedaron los pechos de Mabel al descubierto y comenzó a chuparlos, mientras ella le desabrochaba el pantalón, y metía su mano por la bragueta empezando a acariciarle su pene.
Esta escena , descontroló a Nico que espiaba a través de los biblioratos, y lentamente comenzó a apretarse la verga que estaba poniéndose dura.
Terminaron de desnudarse y pudo apreciarse todo el bello cuerpo de Mabel. Realmente sus curvas eran espléndidas y aunque menuda, su cuerpo estaba magníficamente proporcionado. Adolfo la observó detenidamente y pasándose la lengua por los labios se lanzó sobre ella. La besó y comenzó a acariciarle la concha con su mano derecha, cosa a la que su pareja respondió levantando su pierna izquierda y envolviéndole su muslo. Mientras tanto, jugueteaba con su verga y sus huevos de manera muy excitante.
Por fin, llevándola hasta un viejo sillón, la hizo arrodillarse en cuatro patas y colocándose detrás de ella la montó lentamente, colocándose en cuclillas para hacer la penetración mas profunda.
-Eres una yegua y me encanta montarte como lo que eres. Tomándola de los hombros comenzó a cabalgarla a buen ritmo, provocando en su pareja gemidos de placer.
Luego de unos minutos de presenciar estas imágenes y considerando que era el momento oportuno, Nico procedíó a desvertirse y en un estado de total excitación se acercó hasta la pareja, y dando la vuelta se paró frente a Mabel. Al ver frente a ella una verga tan endurecida, salió de su estado de descontrol y se quedó mirándo al dueño de semejante instrumento. Nico, por su parte, la tomó de la nuca.
-Por favor, fue todo lo que atinó a decir.
Ella lo miró y comprendiendo su pedido se pasó la lengua por los labios, abrió su boca y engullo el pedazo hasta la mitad, comenzando a juguetear con su lengua sobre él. Empujándola por la nuca, Nico consiguió que fuera tragándose toda la verga hasta los huevos. Sentir sus labios sobre el pene fue una sensación indescriptible.
Mientras Adolfo, observando esta escena perdió el poco control que le quedaba y luego de dos o tres arremetidas salvajes, saco su verga de adentro de Mabel y acabó copiosamente sobre su espalda. Al sentir este derrame, ella abandonó la pija que tenía en la boca, y dándose vuelta gritó:
-¡Espera, aún no estoy lista!. Aprovechando el momento Nico dijo: -No te preocupes, yo no he terminado contigo , y diciendo esto, la acostó de espalda, se colocó entre sus piernas y levantándolas hasta los hombros acomodó la verga en posición y la penetró con fuerza.
Mabel enloqueció.
-¡Hijo de puta, me llega hasta la matriz! ¡Por favor dejame bajar las piernas! pero Nico, haciendo caso omiso de sus quejas seguía arremetiendo.
- Cométela y callate la boca, eres mía y te voy a reventar. Se arrojó sobre ella, forzando aún más su posición de entrega absoluta y continuó abusando de su cuerpo.
Adolfo, que había caído exánime sobre las cortinas, miraba este encuentro y con ojos inyectados, comenzaba a recuperar sus fuerzas. La forma en que su pene comenzó a latir era un claro síntoma de esa recuperación.
Se acercó a la pareja y poniéndose al costado de Mabel con una mano comenzó a acariciarle las tetas, mientras que le metía un dedo en el culo, lo que provocaba movimientos espásmodicos de la jóven que no hacían mas que calentar al extremo a quien se la estaba cepillando.
-Son dos degenerados hijos de puta, ¡no pueden usarme de esta manera!
Este manoseo y la penetración terminaron por vencer a Mabel quien acabó con gemidos entrecortados, y los latidos de su concha apuraron también el alivio de Nico, pero con un esfuerzo supremo, este consiguió sacarla, y dejando caer sus piernas, avanzó sobre ella y se la metió en la boca. Ella le agarró los huevos dándose cuenta de las intenciones del macho que de inmediato se corrió, con chorros largos y espesos que ella recibió en su boca de buen grado.
Allí quedaron los dos caídos de costado. Ella extenuada y el rendido y con el fláccido pene en su boca. Pero el show no había terminado. Faltaba Adolfo. Este, se acostó detrás de Mabel, que estaba de costado y sin más la penetró ante la total pasividad de ella, y comenzó una serie de arremetidas rápidas que lo llevaron al orgasmo. Esta vez, le llenó su concha por completo, entre alaridos de placer.
A medida que recuperaban la respiración, comenzaron a vestirse, y Mabel dijo:
-Jamás hubiera esperado esto de ustedes, pero fue una sorpresa agradable. Forman un buen equipo, y si les gusta el sexo grupal puedo conseguir alguna amiga para que nos divirtamos todos.
No hay problema, pero tenemos una fantasía. Las mujeres tienen que ser de la empresa.
¿ Y Griselda? Preguntó la mujer con fingida inocencia.
Nunca le propuse algo así, contestó Adolfo cortando el diálogo.
Mabel se quedó pensativa, y dijo que no tenía tanta confianza con ellas como para sugerir que participaran de un jueguito de esta naturaleza, pero prometió averiguar quien podía estar dispuesta.
CAPÍTULO 9
Mientras tanto, Rodolfo por su cuenta puso en práctica otro plan. decidió utilizar los videos para darse el gusto de disponer de algunas compañeras de trabajo que nunca le habían hecho caso. Y su primera víctima fue Marta. Estaba claro que detrás de su timidez, se ocultaba el deseo de ser dominada y forzada, como había visto hacerlo por el albañil, y Rodolfo se ingenió de manera que esta perversión le fuera útil para conseguir sus fines. No solo quería poseerla sino también someterla totalmente a todos sus lascivos deseos.
Así, comenzó a conversar mas asiduamente con ella, y lentamente fue llevándola al tema de su relación matrimonial, como era su marido, si lo quería, etc. Hasta conseguir que ella reconociera que si éste se enterara que ella alguna vez lo engañaba podría terminar con la pareja.
En el amor y en la guerra todo vale, pero realmente el cínismo del que hizo gala Rodolfo para conseguir sus fines no tiene perdón. Pero leamos como escribió en su diario este encuentro.
"Con todo el plan ya elaborado, conseguí que Marta viniera a mi casa un viernes por la tarde a buscar unos papeles que debían estar en la oficina el lunes a primera hora, y que como supuestamente yo iba a faltar, no iba a poder hacer llegar.
Una vez en mi departamento, elogié su nuevo color de cabello rubio claro y la invité a tomar un café, charlamos de trivialidades unos minutos, y después comenté:
-Me han hecho llegar unos videos muy comprometedores para la empresa y quieren que yo los vea para que opine sobre el camino a seguir. Todavía no los ví, pero pienso hacerlo este fin de semana. Esto despertó su curiosidad .
- Bueno, yo hace más tiempo que vos que estoy en la empresa, y si hay alguna irregularidad tengo derecho a saber que está pasando, así que me gustaría verla.
- No hay ningún problema, al contrario, no quisiera que te sintieras excluída de un tema que nos implica a todos, dije con mi mayor ingenuidad. La llevé hasta su PC, la encendí y una vez que todo estuvo preparado y andando, con la excusa de ir al baño la dejé sola, ubicándome de forma de poder ver su rostro cuando descubriera el contenido del video.
Durante unos minutos pasaron las imágenes del baño vacío,ante lo que ella empezó a revolverse en el sillón y perder interés, pero, de pronto, cuando se vio ingresar al mismo, empalideció. Cuando vio a su amante ingresar detrás de ella, creí que se desmayaría. Y cuando revivió las escenas que había protagonizado, fue pasando por toda la gama de colores, se puso terriblemente nerviosa, pero el modo en que se mordía los labios y no podía separar sus ojos de las imágenes me demostraba que en el fondo también se estaba excitando.
Calculando con exactitud el tiempo, regresé cuando ya todo había terminado, y las imágenes de pantalla volvían a mostrar el baño vacío.
Me senté inocentemente, tratando de no ver el estado de nerviosismo de Marta y le pregunté que había pasado hasta el momento.
Con la voz temblorosa me dijo que nada. Y allí empecé el juego.
Me senté a su lado y comencé el siguiente diálogo.
-Realmente, eres buena para engañar a tu marido, pero no sabes mentir.
Con sorpresa, ante esto, se puso pálida y sólo atinó a balbucear:
- No se que es lo que dices.
- ¿ Crees realmente que no vi el polvo que te echaste, y que a tu marido también le encantaría ver?
- No puedes ser tan hijo de puta. Me causarías mucho daño innecesariamente. No le cuentes a nadie, exclamó mientras me tomaba las manos.
- Mira, yo no voy a contar nada de lo que ví. Tampoco voy a contar nada de la mamada que me vas a hacer ahora mismo, ni del polvo que nos vamos a echar, así que comienza a desnudarte.
Su cara quedó petrificada, y parecía una estatua. Me miraba con sorpresa y odio y se quedó allí sentada, sin responder. Yo, mientras tanto tomé sus manos y las dirigí hacia mi bragueta.
- Vamos que no quiero que sufras con tu espos. Quiero que goces. Empieza ya que no tenemos todo el día. De lo contrario, tu marido va a tener un espectáculo cinematográfico que ni se imagina.
Me miró con un sentimiento incomprensible y abriendo mi bragueta, me tomó la pija con ambas manos y se la llevó a la boca. Pensé que iba a morderme por el odio que mostraba, pero despacio, como juntando fuerzas empezó a succionarme la verga.
Mientras, empecé a acariciarle esos soberbios pechos que tiene, y poniéndola de pie la arrodillé sobre el sillón, levántandole el vestido y corriendole la bombacha. Mi mano acarició su sexo y mis dedos se introdujeron en su vagina. Cuando la sentí húmeda, allí, en esa posición , la penetré totalmente.
- Está claro que eres una putita, y durante años me rechazaste. Al final te tengo donde quería tenerte. , dije en medio de las arremetidas.
Estos gritos la excitaron más y comenzó a responder a mis embates saliendo a mi encuentro para asegurar una penetración total.
-Eres un miserable al extorsionarme de esta manera pasa poseerme, dijo mientras tensionaba los músculos de su vagina y me apretaba la pija como si tuviera una mano en lugar de una concha.
Pero no tenía idea de lo que yo le había preparado.
Mientras estábamos en este trance, tomé un frasquito de vaselina que había dejado previsoramente sobre la mesa y comencé a untarle el culo, metiéndole mis dedos bien adentro mientras seguí trabajándole la concha.
¿Qué estás haciendo hijo de puta?, dijo la perra cuando sintió mis maniobras en su trasero.
- Tranquila que esto no es ninguna novedad para vos. Si te tragaste el pedazo del albañil, el mio es un juguete en tu culo.
Saqué mi pija, y la apunté a su culo pero la muy guarra comenzó a moverse y resistirse.
Ni lo sueñes, no te lo voy a permitir. Ante esto la tomé del cuello y de los cabellos, hasta conseguir que se quedara quieta, y luego mientras le tiraba de los pelos haciendo que su cabeza se viniera contra mi cuerpo, le ensarté la cabeza de mi pene en el agujero del culo.
- Ya la tenés adentro, lo único que vas a ganar con no colaborar es que te duela.Ella luego de un momento de resistencia se aflojó.
Cuando noté su entrega, comenzé a moverme despacio mientras le decía:
-Confesá que te gusta. Tengo experiencia en desvirgar traseros y el tuyo cedió muy facil, me parece que varios metros de penes han pasado por allí, así que hasta que no me lo pidas no te la voy a dar toda. Ella negaba y me insultaba hasta que sollozando en un momento dado dijo:
- Hijo de puta, me estás enloqueciendo, dale empujá, la quiero toda. Ese era el momento que esperaba. Hice una pausa, respiré profundo, empujé y se la metí hasta la raíz. Su cabeza cayó sobre el respaldo del sillón y comenzó a respirar agitadamente. Luego de un momento comencé a meterla y sacarla con movimientos pausados, pero profundos.
Este juego no podía durar y era mucho lo que yo había aguantado.
-¡Tomate toda mi leche! Grité y me zambullí hasta el fondo donde vacié mis huevos a voluntad con chorros que parecían no acabar nunca. Marta me acompañó con un orgasmo violento y quedó sobre el sillón aplastada por mi cuerpo , los dos agotados.
Luego de unos momentos de reláx, salí de su culo, y tomándola del pelo, la besé en la boca.
-Puta, de ahora en adelante cuando te tenga ganas te voy a coger, y también te voy a hacer coger para verte como gozás. Y cuando te niegues, serás la atracción de Internet.
- Haz lo que quieras pero no le cuentes nada a mi esposo de todo esto, me pidió con resignación. En realidad, me dio la sensación de que le gustó que la cogiera por el culo, y que quería que siguiera haciéndolo. Luego, se vistió, tomamos algo y se fue a su casa."
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