Hace unos ocho años atrás, siendo yo un cadete de una Empresa, hubo que incrementar nuestro plantel de personal en forma temporaria, para lo cual publicamos un aviso.
Entre varios postulantes, se presentó una mujer, literalmente preciosa. De unos 34 años, Bajita, morocha, cabello corto, un rostro bellísimo. Nariz pequeña, boca ancha y carnosa, ojos renegridos y una sonrisa que te derretías cuando ella te miraba.
Pero lo más destacable de Daniela, muy lejos, era su cuerpo. Aún siendo bajita, era perfecta. Pechos redondos y medianos, cintura muy pequeña, muy marcada…..y un culo……¡¡¡¡Un culo!!! Mi amigo se volvió loco cuando la viera. Entró a mi oficina, con los ojos desorbitados y me dijo "anda a la recepción y mira el culo de la postulante de pantalones blancos".
Así hice, pasé por recepción como quien no quiere y al mirar a la "morocha bajita de pantalones blancos" ella me miró francamente a los ojos y me sonrió…………debo confesar que me corrió un escalofrío por el vientre….apenas atiné a devolverle tímidamente la sonrisa. Pero al sobrepasarla, me di vuelta, como si me hubiese olvidado algo en mi oficina, para observarla de atrás………y casi me llevo la puerta por delante. Eso no era un culo…era el monumento a las nalgas perfectas. La colita parada, arqueada la cintura, bien ceñido el pantalón blanco a su talle, muy ajustado, muy metido entre sus nalgas, dejando transparentar una tanguita minúscula, casi un pequeño triángulo donde comienza la raya del culito…………..y nada más………..
La remera blanca que llevaba, realzaba más su piel morena y bien tostada por el sol del verano y los tacos muy altos, sandalias, la hacían más sexy y la obligaban a pararse más erguida aún, realzando la de por sí, pose natural en ella.
Regresé a mi oficina totalmente excitado por lo que viera y, a partir de ese momento, comencé a pergeñar la manera de intimar con ella, sin que eso se pudiera interpretar como un acoso sexual. Opino que no debe haber algo más abominable que aprovecharse de un cargo para abordar una mujer, es algo que me repugna.
De modo que decidí que, luego de incorporada, fuera destinada a otra de nuestras oficinas, a unas cuadras de la sede central, como para que ni siquiera estuviera cerca mío. También sabía que la incorporación era transitoria, por el término de dos meses.
Durante ese tiempo, aprovechaba toda oportunidad que tenía, para ir a la otra oficina con cualquier excusa y charlar dos o tres palabras con Daniela, de una manera de lo más inocente, como para no despertar sospechas en otras personas. Pero lo cierto es que regresaba totalmente turbado, por la sola imagen de verla sentada, muy derecha, su culo precioso, bien echado para atrás, sus pechos erguidos y muy concentrada en su computadora.
Cuando me veía, me regalaba la mejor de sus sonrisas y se levantaba para saludarme con un beso, el cual siempre rozaba la comisura de mis labios. En ese momento, me volvía a sonreír, pero ya no de manera angelical, sino más bien con una inocultable picardía.
Resultaba más que obvio que Daniela estaba coqueteando conmigo, pero yo no quería avanzar más allá. Mi posición laboral me lo impedía.
En ese momento, la verga se me ponía dura y trataba yo de evitar que fuera tan evidente, más sabiendo que tengo una verga normal de 21x5.
A esta altura del relato, quiero aclarar que Daniela no era su verdadero nombre, pero que ella se hacía llamar así, entre sus íntimos, dado que era un nombre que le fascinaba y lo venía haciendo desde chica. A las tres semanas de estar trabajando, Dani me pidió que así la llamara y me explicó lo de su preferencia. Yo para mis adentros me preguntaba…. ¿La preferirá por el culo? No puede tener semejante culo y no usarlo, sería un pecado morta!!!
Cuando quedaban pocos días para que finalizara su trabajo temporario, hablé con un amigo, empresario también y le conté toda la historia y mis deseos para con Dani. De inmediato, se ofreció a incorporarla en forma permanente a su empresa y con mejor sueldo, para que yo tuviera el camino despejado………le agradecí infinitamente…..eso sí, le hice prometer que habría de ser un caballero con ella…..no fuera que terminara él en la cama con Dani.
Le conté a Daniela del ofrecimiento y ella decidió aceptar encantada; de esa forma, ella lograba un trabajo permanente y ya no dependería de mí, lo que me dejaba el camino libre para intentar una conquista. Me dijo "No sé cómo agradecerte" y le respondí…"acéptame tomar un café, ahora que ya no seré más tu jefe" . Yo suponía que iba a dar vueltas o decirme que en otra oportunidad o algo por el estilo. Pero no, me dijo "encantada" ¿Vamos ahora?
Continuara
Entre varios postulantes, se presentó una mujer, literalmente preciosa. De unos 34 años, Bajita, morocha, cabello corto, un rostro bellísimo. Nariz pequeña, boca ancha y carnosa, ojos renegridos y una sonrisa que te derretías cuando ella te miraba.
Pero lo más destacable de Daniela, muy lejos, era su cuerpo. Aún siendo bajita, era perfecta. Pechos redondos y medianos, cintura muy pequeña, muy marcada…..y un culo……¡¡¡¡Un culo!!! Mi amigo se volvió loco cuando la viera. Entró a mi oficina, con los ojos desorbitados y me dijo "anda a la recepción y mira el culo de la postulante de pantalones blancos".
Así hice, pasé por recepción como quien no quiere y al mirar a la "morocha bajita de pantalones blancos" ella me miró francamente a los ojos y me sonrió…………debo confesar que me corrió un escalofrío por el vientre….apenas atiné a devolverle tímidamente la sonrisa. Pero al sobrepasarla, me di vuelta, como si me hubiese olvidado algo en mi oficina, para observarla de atrás………y casi me llevo la puerta por delante. Eso no era un culo…era el monumento a las nalgas perfectas. La colita parada, arqueada la cintura, bien ceñido el pantalón blanco a su talle, muy ajustado, muy metido entre sus nalgas, dejando transparentar una tanguita minúscula, casi un pequeño triángulo donde comienza la raya del culito…………..y nada más………..
La remera blanca que llevaba, realzaba más su piel morena y bien tostada por el sol del verano y los tacos muy altos, sandalias, la hacían más sexy y la obligaban a pararse más erguida aún, realzando la de por sí, pose natural en ella.
Regresé a mi oficina totalmente excitado por lo que viera y, a partir de ese momento, comencé a pergeñar la manera de intimar con ella, sin que eso se pudiera interpretar como un acoso sexual. Opino que no debe haber algo más abominable que aprovecharse de un cargo para abordar una mujer, es algo que me repugna.
De modo que decidí que, luego de incorporada, fuera destinada a otra de nuestras oficinas, a unas cuadras de la sede central, como para que ni siquiera estuviera cerca mío. También sabía que la incorporación era transitoria, por el término de dos meses.
Durante ese tiempo, aprovechaba toda oportunidad que tenía, para ir a la otra oficina con cualquier excusa y charlar dos o tres palabras con Daniela, de una manera de lo más inocente, como para no despertar sospechas en otras personas. Pero lo cierto es que regresaba totalmente turbado, por la sola imagen de verla sentada, muy derecha, su culo precioso, bien echado para atrás, sus pechos erguidos y muy concentrada en su computadora.
Cuando me veía, me regalaba la mejor de sus sonrisas y se levantaba para saludarme con un beso, el cual siempre rozaba la comisura de mis labios. En ese momento, me volvía a sonreír, pero ya no de manera angelical, sino más bien con una inocultable picardía.
Resultaba más que obvio que Daniela estaba coqueteando conmigo, pero yo no quería avanzar más allá. Mi posición laboral me lo impedía.
En ese momento, la verga se me ponía dura y trataba yo de evitar que fuera tan evidente, más sabiendo que tengo una verga normal de 21x5.
A esta altura del relato, quiero aclarar que Daniela no era su verdadero nombre, pero que ella se hacía llamar así, entre sus íntimos, dado que era un nombre que le fascinaba y lo venía haciendo desde chica. A las tres semanas de estar trabajando, Dani me pidió que así la llamara y me explicó lo de su preferencia. Yo para mis adentros me preguntaba…. ¿La preferirá por el culo? No puede tener semejante culo y no usarlo, sería un pecado morta!!!
Cuando quedaban pocos días para que finalizara su trabajo temporario, hablé con un amigo, empresario también y le conté toda la historia y mis deseos para con Dani. De inmediato, se ofreció a incorporarla en forma permanente a su empresa y con mejor sueldo, para que yo tuviera el camino despejado………le agradecí infinitamente…..eso sí, le hice prometer que habría de ser un caballero con ella…..no fuera que terminara él en la cama con Dani.
Le conté a Daniela del ofrecimiento y ella decidió aceptar encantada; de esa forma, ella lograba un trabajo permanente y ya no dependería de mí, lo que me dejaba el camino libre para intentar una conquista. Me dijo "No sé cómo agradecerte" y le respondí…"acéptame tomar un café, ahora que ya no seré más tu jefe" . Yo suponía que iba a dar vueltas o decirme que en otra oportunidad o algo por el estilo. Pero no, me dijo "encantada" ¿Vamos ahora?
Continuara
1 comentarios - Daniela,diosa anal