Este fue un suceso tan importante como real en mi vida, así tanto en la normal como sexual. Soy un estudiante universitario de diseño gráfico que vivía al límite de la normalidad y por ello no conocía nada de nada. La pernicia me era desconocida y no tenía la curiosidad de atreverme a siquiera mirarla. Sin embargo para alguien de 19 años, cuya actividad sexual es casi nula, resulta ser desesperante el inmenso deseo por la carne, la mujer y sus atributos.
Deisy, mi mejor amiga, se acerca invitándome a una fiesta de sus amigos en donde habrá farra y recocha garantizada. Le decía que no era mi ambiente y me iría a sentir un tanto incomodo, pero al final, la idea de que ella estaría conmigo me calmó y resulté en aquella rumba. Yo venía desde hace bastante tiempo comiéndomela en la mente, mis ojos se la devoraban sin ella darse cuenta. Yo sabía disimular. Es una chica sexi: pequeña, figura esbelta, morena, senos pequeños y redondos, mejor dicho una delicia.
- Javier, ¿bailamos? – me dice Deisy con una cerveza en la mano y la otra ofreciéndoseme.
- eeehh, no se, me da pena…
- dale, no seas bobito – me toma y me jala al centro. Olía delicioso, y se sentía tan sabrosa. – oye, casi que no te saco, jajaja.
Terminé pasándola bien con ella, pero la fiesta de un momento a otro se tornó aburrida, ya nadie bailaba y se acabó el trago. Deisy y yo decidimos retirarnos.
Después de un largo silencio mientras caminábamos ella dice entre risas:
-Vine pa’ nada, resultaron con un chorro de babas ahí.
- ¿ves? Te dije que no iban a tener plata, pero ni modo… - en ese momento se me encendió el bombillo y… - ¿Qué tal si vamos a mi casa y seguimos tomando? Vamos a mi casa y sacamos algo de plata de la que tengo guardada.
-uy, listo, dale.
Me sorprendió que se hubiera emocionado por eso y sin perder tiempo compramos y nos dispusimos a una bebedera que duró, entre charla, chiste y juego, hasta la 1 de la mañana. Sin darnos cuenta terminamos demasiado cerca, ella yacía con la cabeza sobre mi pecho y yo abrazándola. No estaba tan borracha, por decir solo “happy”. Nos quedamos en silencio sobre el sofá entre una que otra caricia insinuante a su espalda, me acariciaba el pecho hasta que nos levantamos para solo mirarnos los rostros sonrientes de pena y nos besamos suavemente. Era obvio: Estábamos calientes, mi pene brotaba en mi pantalón y sus pezones me apuntaban. En mi calentura le empecé a acariciar todo el cuerpo, disfrutando sus nalgas, masajeando sus tetas, y una que otra pasada por sus piernas. No demoramos en quitarnos las primeras prendas. Me fascine con sus tetas redondas y pequeñas. Me baja el pantalón con los boxers y toma la verga parada suavemente, acerca su rostro y lame un poco el fluído seminal que ya brotaba. Me empieza a chupar de una forma espectacular. Suavemente Lamía, tragaba, pasaba por mis testículos y me masturbaba tan rico. Me di cuenta de que podría venirme sin que yo quisiera, así que le dije que era el turno de ella. Nunca antes le había hecho sexo oral a una chica, pero hice lo mejor que pude. Su vagina era muy bella, labios carnosos, clítoris pequeño y un poco de vello. Particularmente soy una persona que se toma su tiempo y con esta lubricada vagina si que me lo tomé. Empecé a besar los alrededores, los labios, Las nalgas, las piernas y el clítoris lo deje deseando para el final. En mi arrechera empecé a comerme la raja, lamía, jalaba, besaba y chupaba, que deliciosos eran sus jugos. Luego terminamos desvistiéndonos totalmente.
-vamos a tu cuarto- dijo ella con cara roja de excitación.
Me acostó en la cama, caí de espaldas, me da unas cuantas mamadas y empieza a enterrarse mi palpitante verga en esa concha pequeña como ella. Me sorprendió la gracia con que se movía, la pelvis se movía seximente en un vaivén que me tenía loco. Gemíamos, nos besábamos, me daban ganas de acariciar sus nalgas pasando mis dedos en su ano entre el sudor y nuestros fluidos. Yo ya estaba enloquecido. La voltee y empecé a darle en un misionero que para ser sincero fue difícil adaptarme (teniendo en cuenta de que solo había tenido sexo una vez) poco a poco tomé el ritmo y la pasábamos rico en eso. Como ella era pequeña se veía como una lolita hecho que me excitó más. Luego elevo sus piernas para ver mejor su vagina, un espectáculo sin precedentes: una colorada panocha caliente por el mete y saca de mi pene a través de los líquidos sexuales que emanaban. Rico. Sentía que me venía, pero no era la hora. Siempre me esmero por dejar a al chica contenta primero. Saco la verga y empiezo a lamerme su húmeda raja. Mi lengua pasaba por todos lados, en mi morbo llegué a pasar por su ano. Le metí los dedos, me lamía esos labios…
-oye, métemela otra vez… eyacúlame pues también… jejeje
Chica graciosa ¿eh? Se voltea y me muestra ese culo que brillaba, se masturbaba esperándome a que la clavara. Una última chupada (desde ese momento me obsesioné con lamer vaginas) y se la entierro. Lo hacíamos suavemente mientras yo la acariciaba por todos lados. Ella estaba descansando su torso en la cama empinado su cola mientras se tocaba los pechos y gemía con suave placer. Luego siento que su ano me llama pero en ese momento supe que no le gustaba anal, así que me conforme con tocarle con el dedo el orto que si que estaba bien apretado. Aceleré el ritmo pues me iba a venir. Para mi sorpresa ella termino retorciéndose sutilmente entre gotitas que caían de su concha. Me arreché mas y se la clavé con mas velocidad demoré un poco pero al fin lo sentía venir. Me saco el palo, me doy un par de masturbadas y mi leche cae sobre ella que me esperaba con las piernas abiertas y mirándome. Fue una gran cantidad de semen, pues hacía tiempo que no eyaculaba. Me limpia a punta de chupadas y amanecimos abrazados desnudos, oliendo a sexo y húmedos.
A partir de eso, los días fueron mas extraños. ¡Culié con mi mejor amiga entre copas! Y pues eso le parecía extraño. Pronto volvímos a la normalidad, hablábamos y nos relacionábamos como antes.
Excepto aquella otra vez …
Deisy, mi mejor amiga, se acerca invitándome a una fiesta de sus amigos en donde habrá farra y recocha garantizada. Le decía que no era mi ambiente y me iría a sentir un tanto incomodo, pero al final, la idea de que ella estaría conmigo me calmó y resulté en aquella rumba. Yo venía desde hace bastante tiempo comiéndomela en la mente, mis ojos se la devoraban sin ella darse cuenta. Yo sabía disimular. Es una chica sexi: pequeña, figura esbelta, morena, senos pequeños y redondos, mejor dicho una delicia.
- Javier, ¿bailamos? – me dice Deisy con una cerveza en la mano y la otra ofreciéndoseme.
- eeehh, no se, me da pena…
- dale, no seas bobito – me toma y me jala al centro. Olía delicioso, y se sentía tan sabrosa. – oye, casi que no te saco, jajaja.
Terminé pasándola bien con ella, pero la fiesta de un momento a otro se tornó aburrida, ya nadie bailaba y se acabó el trago. Deisy y yo decidimos retirarnos.
Después de un largo silencio mientras caminábamos ella dice entre risas:
-Vine pa’ nada, resultaron con un chorro de babas ahí.
- ¿ves? Te dije que no iban a tener plata, pero ni modo… - en ese momento se me encendió el bombillo y… - ¿Qué tal si vamos a mi casa y seguimos tomando? Vamos a mi casa y sacamos algo de plata de la que tengo guardada.
-uy, listo, dale.
Me sorprendió que se hubiera emocionado por eso y sin perder tiempo compramos y nos dispusimos a una bebedera que duró, entre charla, chiste y juego, hasta la 1 de la mañana. Sin darnos cuenta terminamos demasiado cerca, ella yacía con la cabeza sobre mi pecho y yo abrazándola. No estaba tan borracha, por decir solo “happy”. Nos quedamos en silencio sobre el sofá entre una que otra caricia insinuante a su espalda, me acariciaba el pecho hasta que nos levantamos para solo mirarnos los rostros sonrientes de pena y nos besamos suavemente. Era obvio: Estábamos calientes, mi pene brotaba en mi pantalón y sus pezones me apuntaban. En mi calentura le empecé a acariciar todo el cuerpo, disfrutando sus nalgas, masajeando sus tetas, y una que otra pasada por sus piernas. No demoramos en quitarnos las primeras prendas. Me fascine con sus tetas redondas y pequeñas. Me baja el pantalón con los boxers y toma la verga parada suavemente, acerca su rostro y lame un poco el fluído seminal que ya brotaba. Me empieza a chupar de una forma espectacular. Suavemente Lamía, tragaba, pasaba por mis testículos y me masturbaba tan rico. Me di cuenta de que podría venirme sin que yo quisiera, así que le dije que era el turno de ella. Nunca antes le había hecho sexo oral a una chica, pero hice lo mejor que pude. Su vagina era muy bella, labios carnosos, clítoris pequeño y un poco de vello. Particularmente soy una persona que se toma su tiempo y con esta lubricada vagina si que me lo tomé. Empecé a besar los alrededores, los labios, Las nalgas, las piernas y el clítoris lo deje deseando para el final. En mi arrechera empecé a comerme la raja, lamía, jalaba, besaba y chupaba, que deliciosos eran sus jugos. Luego terminamos desvistiéndonos totalmente.
-vamos a tu cuarto- dijo ella con cara roja de excitación.
Me acostó en la cama, caí de espaldas, me da unas cuantas mamadas y empieza a enterrarse mi palpitante verga en esa concha pequeña como ella. Me sorprendió la gracia con que se movía, la pelvis se movía seximente en un vaivén que me tenía loco. Gemíamos, nos besábamos, me daban ganas de acariciar sus nalgas pasando mis dedos en su ano entre el sudor y nuestros fluidos. Yo ya estaba enloquecido. La voltee y empecé a darle en un misionero que para ser sincero fue difícil adaptarme (teniendo en cuenta de que solo había tenido sexo una vez) poco a poco tomé el ritmo y la pasábamos rico en eso. Como ella era pequeña se veía como una lolita hecho que me excitó más. Luego elevo sus piernas para ver mejor su vagina, un espectáculo sin precedentes: una colorada panocha caliente por el mete y saca de mi pene a través de los líquidos sexuales que emanaban. Rico. Sentía que me venía, pero no era la hora. Siempre me esmero por dejar a al chica contenta primero. Saco la verga y empiezo a lamerme su húmeda raja. Mi lengua pasaba por todos lados, en mi morbo llegué a pasar por su ano. Le metí los dedos, me lamía esos labios…
-oye, métemela otra vez… eyacúlame pues también… jejeje
Chica graciosa ¿eh? Se voltea y me muestra ese culo que brillaba, se masturbaba esperándome a que la clavara. Una última chupada (desde ese momento me obsesioné con lamer vaginas) y se la entierro. Lo hacíamos suavemente mientras yo la acariciaba por todos lados. Ella estaba descansando su torso en la cama empinado su cola mientras se tocaba los pechos y gemía con suave placer. Luego siento que su ano me llama pero en ese momento supe que no le gustaba anal, así que me conforme con tocarle con el dedo el orto que si que estaba bien apretado. Aceleré el ritmo pues me iba a venir. Para mi sorpresa ella termino retorciéndose sutilmente entre gotitas que caían de su concha. Me arreché mas y se la clavé con mas velocidad demoré un poco pero al fin lo sentía venir. Me saco el palo, me doy un par de masturbadas y mi leche cae sobre ella que me esperaba con las piernas abiertas y mirándome. Fue una gran cantidad de semen, pues hacía tiempo que no eyaculaba. Me limpia a punta de chupadas y amanecimos abrazados desnudos, oliendo a sexo y húmedos.
A partir de eso, los días fueron mas extraños. ¡Culié con mi mejor amiga entre copas! Y pues eso le parecía extraño. Pronto volvímos a la normalidad, hablábamos y nos relacionábamos como antes.
Excepto aquella otra vez …
3 comentarios - ¡Me culie a mi mejor amiga entre copas!