Me quiero remontar unos años antes, cuando yo pensaba que si no me casaba nunca tendría relaciones sexuales.
Era extremadamente beata y conservadora, para mi la virginidad era muy importante conservarla hasta el matrimonio, asi fuí educada, en escuela de monjas y en un estricto catolicismo.
Nunca fuí mal parecida pero demasiado conservadora y con 29 años y era aun virgen.
Recuerdo que en una plática con mi jefe que ya era un señor de edad y a quien yo le tenía mucho afecto y confianza por los años que lo conocía, le comenté muy segura: "Si nunca me caso nunca tendré relaciones", el me escuchó y se quedó muy serio y pensativo y me comentó: "Estás mal, no sabes de lo que te has perdido, debes hacerlo te cases o no"
Luego me dijo: "Te voy a traer libros para que los leas y te des cuenta de lo que te digo"
Al día siguiente llegó con literatura erótica y me dijo: " Revísalos, leerlos y comentamos después"
Ya en mi casa los leí. Vi donde está el centro del placer de la mujer, me guié en base a eso y me empezé a tocar todo el cuerpo.
¡Ah! Cuando llegué a lo más íntimo de mi, lo recuerdo como si fuera ayer.
Me toqué poco a poco sin imaginar lo que vendría después. Fué una sensación increíble, nunca ni en sueños hubiera imaginado eso.
Una explosión total de energía. Empezé a mojarme toda, las manos las tenía empapadas, mi cuerpo ardía y se movía desenfrenadamente para todos lados, me arquée en un ángulo que ni en el gimnasio lo hacía, con un jadeo y con mi respiración agitada. No salía de mi asombro.
Me toqué mis pechos y me di cuenta que al moverlos en una dirección mis caderas se movian en forma contraria, mis pezones se endurecieron y sentía un cosquilleo en mi parte íntima que solo con el clímax se pudo calmar.
Empezé a gritar sin poder contenerme, no me conocía esos ruidos, salían de mi vagina líquidos que hacían mas placentero ese momento, pues mi mano se resbalaba con mucha falicidad abarcando todo, tocando todo mi sexo.
Al terminar me quedé dormida con una sensación grata, de relajamiento pleno.
Al día siguiente le regresé los libros y me preguntó si los había leido, le dije que si, pero me dió mucha pena comentarle lo que había hecho.
De ahi en adelante, buscaba un momento, un lugar propicio para hacerlo pues sentía que el cuerpo me lo pedía, no podía dejarlo. Era algo que la verdad disfrutaba mucho, me encataba demasiado.
Yo estaba muy confusa pues me decía a mi misma: ¿Porque ya no puedo dejar de hacer esto?
Después de un tiempo me animé a comentarlo con mi jefe y me dijo: "Es como si hubieras probado una droga la cual si te gustó ya no puedes dejar" y vaya que sí.
En verdad es algo de lo que uno no se debe de perder.
No nos podemos ir de éste mundo sin experimentar esas cosas tan deliciosas. Creo que no es malo saber lo que tenemos y saber hasta donde podemos disfrutar. Es algo de lo cual la naturaleza nos dió.
Era extremadamente beata y conservadora, para mi la virginidad era muy importante conservarla hasta el matrimonio, asi fuí educada, en escuela de monjas y en un estricto catolicismo.
Nunca fuí mal parecida pero demasiado conservadora y con 29 años y era aun virgen.
Recuerdo que en una plática con mi jefe que ya era un señor de edad y a quien yo le tenía mucho afecto y confianza por los años que lo conocía, le comenté muy segura: "Si nunca me caso nunca tendré relaciones", el me escuchó y se quedó muy serio y pensativo y me comentó: "Estás mal, no sabes de lo que te has perdido, debes hacerlo te cases o no"
Luego me dijo: "Te voy a traer libros para que los leas y te des cuenta de lo que te digo"
Al día siguiente llegó con literatura erótica y me dijo: " Revísalos, leerlos y comentamos después"
Ya en mi casa los leí. Vi donde está el centro del placer de la mujer, me guié en base a eso y me empezé a tocar todo el cuerpo.
¡Ah! Cuando llegué a lo más íntimo de mi, lo recuerdo como si fuera ayer.
Me toqué poco a poco sin imaginar lo que vendría después. Fué una sensación increíble, nunca ni en sueños hubiera imaginado eso.
Una explosión total de energía. Empezé a mojarme toda, las manos las tenía empapadas, mi cuerpo ardía y se movía desenfrenadamente para todos lados, me arquée en un ángulo que ni en el gimnasio lo hacía, con un jadeo y con mi respiración agitada. No salía de mi asombro.
Me toqué mis pechos y me di cuenta que al moverlos en una dirección mis caderas se movian en forma contraria, mis pezones se endurecieron y sentía un cosquilleo en mi parte íntima que solo con el clímax se pudo calmar.
Empezé a gritar sin poder contenerme, no me conocía esos ruidos, salían de mi vagina líquidos que hacían mas placentero ese momento, pues mi mano se resbalaba con mucha falicidad abarcando todo, tocando todo mi sexo.
Al terminar me quedé dormida con una sensación grata, de relajamiento pleno.
Al día siguiente le regresé los libros y me preguntó si los había leido, le dije que si, pero me dió mucha pena comentarle lo que había hecho.
De ahi en adelante, buscaba un momento, un lugar propicio para hacerlo pues sentía que el cuerpo me lo pedía, no podía dejarlo. Era algo que la verdad disfrutaba mucho, me encataba demasiado.
Yo estaba muy confusa pues me decía a mi misma: ¿Porque ya no puedo dejar de hacer esto?
Después de un tiempo me animé a comentarlo con mi jefe y me dijo: "Es como si hubieras probado una droga la cual si te gustó ya no puedes dejar" y vaya que sí.
En verdad es algo de lo que uno no se debe de perder.
No nos podemos ir de éste mundo sin experimentar esas cosas tan deliciosas. Creo que no es malo saber lo que tenemos y saber hasta donde podemos disfrutar. Es algo de lo cual la naturaleza nos dió.
32 comentarios - Como conocí mi sexualidad, fué delicioso.
felicitaciones
nunca es demasiado tarde para aprender sobre nosotrosmmismos
exito
quiero saber como sigue
besitos
Muchas gracias por sus comentarios, si me animaré a seguir escribiendo.
Hola Vito, que bien que te haya gustado, gracias un beso
aporto mis 10 puntos para q sumes y dejes de ser novata!
segui compartiendo!!!
Hola gracias y que bueno que te gustó.
Me alegra Maria que tu hayas podido romper ese circulo de falsedad.
Para reflexionar y disfrutar 🙂