CLASES DE YOGA
by Mr.Owl
Soy Armando y esta es la historia...
Solía ir a la escuela pero debido a un problema con el profesor de Algebra no pude avanzar en mis estudios pues este me reprobó y para cursar de nuevo su materia debía esperar un par de meses para presentar los exámenes pertinentes. Mientras mis amigos seguían con sus estudios, yo estuve sin hacer nada por un tiempo de 3 meses.
Durante ese lapso mi rutina era más que predecible. Me levantaba de cama casi cuando salía el sol, justo a las 11:30 am, desayunaba y desde ahí todo el día jugando los videojuegos que había dejado pendientes por los estudios y después dormía. Así es, ese era un día normal.
Mi madre es una señora bastante alegre pero recién divorciada de mi padre el cual nunca tuve el gusto de tratar con él. Pero esa es otra historia. Debido al nada despreciable cheque que recibía cada mes por parte de mi padre, le permitía trabajar apenas unas cuantas horas a la semana, así que tenía tiempo libre de sobra y aprovechando este, se inscribía en cualquier club que la mantuviera ocupada, ya sea deportivo, de lectura o de meditación.
Aunque creía que no me daba cuenta, pero en cada lugar al que acudía a entretenerse, había hombres a los cuales mi madre no les quitaba la mirada de encima. Ella ya es una mujer que sabe lo que hace, yo no le presto atención pues no quiero interferir en sus asuntos.
Pero bueno, en una ocasión al verme esparcido en el sillón prácticamente inmóvil destrozando mis pupilas con los destellos epilépticos que los hermosos videojuegos arrojan. Mi madre se acerco y sin pedir ningún tipo de permiso me tomo del brazo, me levantó del sofá y me llevó hasta el auto. Sin poder reaccionar con claridad, mi madre me pidió que la acompañara a su clase de Yoga.
No podía hacer nada al respecto ya estaba en el auto, para mi desgracia vestía ropa deportiva y ya estábamos en camino. No se ustedes pero yo no quisiera ver a mi madre en mallas ajustadas, pero parecía que era inevitable.
Ya resignado me dirigía al gimnasio donde se llevaba a cabo las clases, con la más grande de las perezas, entramos al lugar ese, fuimos los primeros en llegar (eso siempre me ha cagado) de pronto fueron llegando.
Cuando ya estábamos rodeados de señoras y una que otra chica, la maestra de Yoga se dispuso a entrar. Una linda mujer como de 30 años con un cuerpo divino, unas nalgas redonditas cubiertas por esas hermosas calzas que parece que envuelven ese culo para regalo, sus ricas tetas que rebotaban cada vez que mostraba esa sonrisa que hipnotizaba, tanto que las demás personas ya estaba sentadas en su respectiva alfombrita y yo aún seguía de pie viéndola fijamente con esa mirada de perversión que se nos hace cada que vemos algo que nos gusta.
Cuando por fin tome mi posición, la maestra comenzó a mostrar la rutina de posiciones que debíamos intentar en esa clase. Ni loco podría realizar alguna de esas, pero mi mente todo el tiempo imaginaba esas misma posiciones pero empleándolas en el sexo salvaje con ella.
La hora dedicada a estos ejercicios se me paso rapidísimo, rápidamente me levante y mientras todas las demás personas se retiraban, yo me acerque a la maestra para pedirle algunos “consejos” para “mejorar” mi “ejercicio”.
Ella amablemente me mando al carajo pues su pareja la esperaba en la puerta, tomo sus cosas y se fue. Esta había sido una derrota para mí, pero algo me devolvió la fe. Al momento de encontrarnos en el estacionamiento ella con su pareja y yo con mi madre, la maestra me sonrió y me guiñó el ojo, eso fue una luz de esperanza para con ella.
A la siguiente clase fui lo más deportivo posible, para que viera de que estaba hecho y con toda la actitud de ser el mejor de la clase, todo esto con el motivo de intentar hacer algo con ella.
Las posiciones me costaban uno y la mitad del otro, la del perro, el gato, el mono y cualquier animal que se te ocurra, pero aún así las hacía. De esta manera terminó la clase y obviamente me hice notar con la maestra, de nuevo me sonrió y me guiño el ojo. Pero en esta ocasión no había nadie esperándola así que mande a mi madre a casa e intente entablar una conversación con ella. Tomó sus cosas y salió del salón, no sin antes toparse conmigo.
Le pregunte su nombre, el cual respondió con mucha amabilidad: Lucy
Cuando ya estábamos conversando se nos interpuso el vestidor de damas, donde se disponía a tomar un baño, entró en el y hasta ahí llegó mi avance.
Sentado fuera del vestidor veía como la demás gente abandonaba el lugar pues ya era tarde y el gimnasio cerraba en media hora. Aunque ya era tarde no vi salir a nadie del vestidor en el que ella había entrado, así que supuse que no había nadie solo ella. Me puse a pensar en las opciones que tenía, si me metía podría irme bien o lo más probable es que me considere un pervertido y seguramente ya no sería bienvenido en el gimnasio. Pues me arriesgue, entré tratando de hacer el menor ruido posible, pues si no me hace caso al menos antes de que me corran del lugar la podría ver desnudita.
Llegué hasta las regaderas y de pronto vi ese hermoso cuerpo desnudo completamente mojado, estaba de espalda realizando movimientos vigorosos con su mano, se andaba picando la conchita con singular alegría.
Rápidamente ingeniaba en mi cabeza una excusa en caso de que intentara golpearme por la situación vergonzosa, de pronto se giró y me vio. Su reacción fue cubrirse su lindo cuerpo con sus manos. Yo me deshacía tratando de explicar mi presencia con muchas incoherencias que salían solas de mi boca. Ella en vez de gritarme sonrió otra vez y quito sus manos dejándome ver esas enormes tetas y su depilada conchita que me atraía como un imán.
Sin importar nada me quité mis ropas y me metí con ella a la ducha, de inmediato me dirigí a sus nalgas que para ese momento no podía dejar de apretar mientras mi boca no dejaba mi un milímetro de sus tetas sin chupar. Mi pene estaba erecto cual estaca, Lucy lo tomaba con desesperación rozándolo contra su vagina, la sensación era mortal. El agua caía en nuestros cuerpos haciendo todavía más caliente la escena. Se puso en cuclillas para jugar con mi pedazo, lo tomaba con fuerza y se lo introducía hasta sentir su garganta presionar mi glande.
Acomodo mi pene entre sus tetas masturbándome, nunca había tenido la fortuna de que me hicieran eso, el nivel de placer era intenso. De pronto se escucho una persona que se acercaba, de inmediato tomamos nuestras cosas y nos metimos a uno de los casilleros del vestidor aún desnudos. Estábamos bastante apretados, apenas si cabíamos.
Por las rendijas del Locker aquel, una chica cerraba las llaves de las duchas, mientras eso ocurría, Lucy tomó mi pene y lo metió en su vagina llegando al fondo, el placer se multiplico por la sensación de ser descubierto en el acto, los dos tuvimos que enmudecernos pero eso hacía que el placer nos quemara.
La tome en mis brazos y comencé a bombear, ella solo podía apagar sus gritos mordiéndose los labios, apretaba sus tetas con fuerza, y por fin la chica que revisaba las duchas se fue.
Los bombeos se hacían más intensos y llegamos a un ruidoso orgasmo, saqué mi pene y me vine en sus apetitosas nalgas, ella se embarraba el semen en todo su trasero mientras el resto se lo llevaba a la boca. Una última mamada para que se llevara hasta el más pequeño rastro de leche.
-Fue un momento maravilloso- Dijo
Nos vestimos, y mientras salíamos yo seguía manoseándola hasta que de pronto en la puerta de salida nos sorprendió la misma chica que había entrado con anterioridad acompañada de dos guardias de seguridad. Me sacaron del Gimnasio por indecente, Lucy intentaba explicarle a la chica que no era lo que pensaba, que no le fuera a decir a su novio, pues no quería problemas.
Esa fue la última vez que vi a Lucy y que entré a ese Gimnasio.
Pero desde aquella vez, no importa lo que mis amigos digan, yo siempre busco donde tomar clases de Yoga.
FIN
Autor: Mr. Owl
Genero: Aventura
Porcentaje: 40%
2 comentarios - Mr.Owl - Clases de Yoga
👨👨Excelente aporte amigo :D:D
:mario::mario:¡¡Saludos y Gracias por Compartir!! ;);)
¿Seguirás el código jedi? Yo comenté tu post ¿tu comentaste el mío?
Que la fuerza te acompañe