El secuestro de la novia 3
Ani comienza a recobrar la conciencia, sintiendo aturdido su cuerpo por las descargas eléctricas, su mente aún se encuentra confusa por todo lo sufrido, su secuestro, todo el placer que su cuerpo ha sufrido en tan poco tiempo.
-¿Ya despertaste perra?
Una voz la despierta de su estado somnoliento, una voz que había escuchado hacía poco.
.-¿Quién es usted? ¿Dónde esta Wolf? ¿Qué más piensan hacerme?
-Calma perrita todo estará bien, sólo te mejoraremos para que seas una buena mascota.
La mente de Ani entró en shock al escuchar esas palabras. Mejorar, una mascota, esas palabras hicieron eco en su cabeza recordando lo último que escuchó de Wolf.
-si no eres mi mujer, ni mi esclava, serás mi mascota.
De repente vio a Wolf entrar seguido de alguien más, caminando a gatas, no podía reconocer quién era esa otra persona, solo distinguía que era una mujer.
-¿Ya estas despierta, perra? Alguien quería saludarte.
La persona que estaba a gatas se acercó a la cama donde se encontraba Ani, haciendo que por fin pueda verla bien, su cara se descomponía mostrando una expresión de terror, de incredulidad, la persona a gatas era Diana, su mejor amiga, su confidente, Diana, que hace poco había desaparecido, un mes atrás. Diana, sin decir palabra alguna, acercó su rostro al de Ani y comenzó a lamerlo como lo haría un perro.
-Diana ¿Qué haces? ¿Por qué estas aquí? ¡Respóndeme!
Diana no dejaba de lamer las mejillas de Ani, sin responder ninguna de sus preguntas, Wolf jalaba la correa que tenía Diana en su cuello, haciendo que ésta corra a gatas a donde estaba él, colocándose en cuclillas mientras restregaba en su entrepierna, emitiendo unos ligeros gemidos como si fuera una cachorrita.
Ani pudo ver a Diana por completo, su cuerpo había cambiado, sus senos eran mas grandes, notó incrédula que de la base de la cintura de Diana se encontraba cabello que simulaba ser una cola canina, y en su muslo tenia tatuado la frase “¡Diana la perra!”.
-¡Monstruos! ¿Qué le han hecho a Diana? Diana, ¿Estás bien? Respóndeme, ¿Qué te han hecho?
-Jajajaja, sólo la convertimos en una dócil perrita, y como una buena perrita, no habla, solo gime.
Wolf tomó los senos de Diana y comenzó a apretarlos como si los estuviera ordeñando, de los senos de Diana comenzaron a brotar chorros de leche, provocando que Diana emita fuertes gemidos de placer, y su vagina comience a brotar liquido vaginal.
-Mi perrita se quiere correr, ¿La perrita se quiere correr? --Le hablaba a Diana como si le hablara a un perro común.
Diana comenzó a afirmar con la cabeza mientras que sus caderas se movían sin control, provocando que su cola canina se moviera como la de un perro.
Wolf, exprimió más fuerte los senos de Diana, sacando chorros de leche aún más grandes, la excitación de Diana era evidente que estaba a su máxima capacidad porque el líquido que brotaba de su vagina ya había hecho un charco en el piso, sus gemidos inundaban toda la habitación, era evidente que tendría un orgasmo bestial dentro de poco, de pronto de su boca creció un gran grito de placer, al tiempo que de su vagina salía un gran chorro de líquido que hacía parecer que se estuviera orinando.
El doctor, que todo este tiempo había estado revisando el cuerpo de Ani, comenzó a decirle.
-¿Te gusta lo que le hicimos? Antes sufría por su vida, y mírala ahora, está feliz de ser una perra. Ahora mírala, solo siente placer.
-No. esto no es sano, no es ella misma, ¿Por qué?, Wolf, también era tu amiga.
-Jajajaja, Diana, perrita caliente ¿Quién pidió que te hicieran esto?
Diana, aún temblando por su orgasmo, comenzó a afirmar con la cabeza.
-bueno, qué maleducado soy, te presento al doctor Moreau, es un gran cirujano, y está aquí para convertirte en una perra como lo hizo con diana.
-¡No, por favor, no! Haré todo lo que tu pidas, pero por favor no lo hagas.
Sus súplicas no evitaron que el doctor Moreau le inyectara la anestesia, los ojos de Ani se sentían pesados y su cuerpo se sentía completamente adormecido, su conciencia se perdió lentamente hasta que todo quedó negro.
Ani abrió lentamente sus ojos, se encontraba recostada dentro de una pequeña jaula, sentía algo raro en su cintura y al tocarse se horrorizó, tenía cola al igual que Diana, un ardor en su muslo la hizo notar que tenía un tatuaje con la leyenda “¡ANIXXX EL CULO DEL PLACER!”
Su cuerpo se sentía extraño, como más caliente, sus senos le dolían, los sentía duros. Wolf entró a la habitación donde además se encontraba otra jaula donde estaba recostada Diana, que al ver a Wolf, corrió a la orilla de su jaula tratando de llamar la atención de él.
-Bien, ya te despertaste, perra.
Él abrió la puerta de la jaula de Ani.
- Ven, perrita, saluda a tu amo.
Ani trató de levantarse y caminar erguida, pero sus pies no la sostenían y cayó de lado.
-Jajajajaja. Las perras no caminan erguidas, tienes que venir a 4 patas, como la mascota que eres.
-¿Qué le hiciste a mis pies? ¿Por qué no puedo caminar?
-Eso es gracias al doctor Moreau, cortó los tendones de tus tobillos, ya no podrás caminar erguida, además de que hizo un cambio en tus hormonas, ya lo debes de sentir, en tus senos, pronto darás leche como lo hace Diana, y lo demás, solo hizo que tu cuerpo grite lo que siente.
Ani caminó torpemente en cuatro patas, sintiendo que su nueva cola se movía de un lado para otro a cada paso que daba.
Wolf sacó su verga del pantalón y la dejó al aire, Diana, en su jaula comenzó a estirar la mano, como si quisiera tocar a Wolf.
-Ven perra, chúpale la verga a tu amo.
Aní sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo, su vagina comenzó a humedecerse, Su cuerpo deseaba hacerlo, sentir la calidez en su boca, pero su mente aún tenía un poco de control y bajando la cabeza comenzó a negar.
-¡Que la chupes, perra!
Tomó del pelo a Ani y restregó su cara por toda su verga, pero ella cerraba la boca resistiéndose.
-Bien, perra ¿Así que no quieres? ¿Crees aún que tienes opciones? Ya veremos cómo actúas después de tu castigo.
Wolf metió a Ani a su jaula y le ató las manos a la espalda, y amarrando una soga en los tobillos de Ani las amarró al techo de la jaula, dejándola completamente abierta y sin posibilidades de cerrar las piernas, sacó un pequeño tarro que contenía una sustancia en forma de gel, la cual comenzó a untar en la vagina de Aní.
Ella comenzó a sentir que su vagina aumentaba de temperatura mas rápido que antes, provocando un estado de excitación incontrolable.
-Asi te quedaras hasta mañana, perra, a ver si así aprendes obediencia.
Wolf caminó a la jaula de Diana y se paró junto a ella, quedando enfrente de Diana.
-¡Vamos, perrita, come!
Diana sacó el pene de su amo y comenzó a besarlo con mucha ternura, para después comenzar a chuparlo como un bebé hambriento. Mientras se masturbaba desesperadamente produciendo gemidos ahogados por el pene de su amo.
Aní miraba atónita la morbosa escena que hacía su amiga Diana, cómo ella saboreaba cada centímetro del pene de Wolfen, cómo ella mostraba toda su lujuria, y no podía evitar que su cuerpo se calentara deseando ser ella la que chupara ese pene. Pero su mente se negaba, eso estaba mal, si, estaba mal, y era tan………………………………………………..
El cuerpo de Wolfen sufrió un espasmo involuntario, señal de que se estaba corriendo, disparando todo su semen directo en la boca de Diana, la cual se corrió casi al mismo tiempo.
-Eres una perrita buena, muy buena.--Le decía Wolfen a diana mientras acariciaba su cabello, mientras ella se bebía hasta la última gota de su corrida y limpiaba a conciencia el pene de su amo.
-¿Ves, perra? Así es como te tienes que comportar. Veremos cómo te comportas después de una noche atada.
El se marchó dejándola imposibilitada de moverse y mucho menos de aplacar la lujuria que incrementaba en su cuerpo, esa misma lujuria que casi hacía suplicarle que no se vaya y que le deje chupar su pene.
La noche de Aní fue horrible, sentía un enorme deseo de calmar su ardor, de comenzar a masturbarse como loca, pero no podía, sus manos estaban atadas, al parecer Diana podía oler esa lujuria porque estaba tratando de tocar a Aní a ratos, a otros ratos se masturbaba sin control.
Amaneció, y Wolfen entró para ver como amanecieron sus dos mascotas, el cuerpo de Aní se retorcía sin control, mientras su vagina era un mar de fluidos.
-¿Cómo amaneciste, perrita? ¿Lista para obedecer a tu amo?
-Si, si, si, haré lo que quieras, todo, pero desátame, ya no soporto.
Él saca a Diana de su jaula y la mete en la jaula de Aní.
-Diana, calma un poco a tu nueva hermanita.
Diana se acercó velozmente a la vagina y comienza a besarla y meter su lengua dentro de ella con desesperación, al sentir esa cálida y rasposa lengua invadiéndola, Aní no tardó en comenzar a gemir.
-¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Por favor! ¡No pares!
El cuerpo de Aní se estremecía al ritmo de la lengua de Diana, sus gemidos eran gritos de placer que anunciaban su orgasmo, el cual fue acompañado de una gran cantidad de liquido vaginal que salía disparado, bañando la cara de Diana.
-Bien hecho, perrita. Dime, Aní ¿Qué se le dice?
Aní no podía contestar por los espasmos que sufría su cuerpo, sus pechos aún se hinchaban al máximo con su respiración.
-Diana, desata a tu nueva hermanita y después tráela al estudio, les tengo una sorpresa.
Diana desata lentamente a Aní, sin poder evitar acariciar su cuerpo con curiosidad, mientras la mente de Aní trataba de adivinar cuál sería la sorpresa.
Continuará…………………………………………………
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Ani comienza a recobrar la conciencia, sintiendo aturdido su cuerpo por las descargas eléctricas, su mente aún se encuentra confusa por todo lo sufrido, su secuestro, todo el placer que su cuerpo ha sufrido en tan poco tiempo.
-¿Ya despertaste perra?
Una voz la despierta de su estado somnoliento, una voz que había escuchado hacía poco.
.-¿Quién es usted? ¿Dónde esta Wolf? ¿Qué más piensan hacerme?
-Calma perrita todo estará bien, sólo te mejoraremos para que seas una buena mascota.
La mente de Ani entró en shock al escuchar esas palabras. Mejorar, una mascota, esas palabras hicieron eco en su cabeza recordando lo último que escuchó de Wolf.
-si no eres mi mujer, ni mi esclava, serás mi mascota.
De repente vio a Wolf entrar seguido de alguien más, caminando a gatas, no podía reconocer quién era esa otra persona, solo distinguía que era una mujer.
-¿Ya estas despierta, perra? Alguien quería saludarte.
La persona que estaba a gatas se acercó a la cama donde se encontraba Ani, haciendo que por fin pueda verla bien, su cara se descomponía mostrando una expresión de terror, de incredulidad, la persona a gatas era Diana, su mejor amiga, su confidente, Diana, que hace poco había desaparecido, un mes atrás. Diana, sin decir palabra alguna, acercó su rostro al de Ani y comenzó a lamerlo como lo haría un perro.
-Diana ¿Qué haces? ¿Por qué estas aquí? ¡Respóndeme!
Diana no dejaba de lamer las mejillas de Ani, sin responder ninguna de sus preguntas, Wolf jalaba la correa que tenía Diana en su cuello, haciendo que ésta corra a gatas a donde estaba él, colocándose en cuclillas mientras restregaba en su entrepierna, emitiendo unos ligeros gemidos como si fuera una cachorrita.
Ani pudo ver a Diana por completo, su cuerpo había cambiado, sus senos eran mas grandes, notó incrédula que de la base de la cintura de Diana se encontraba cabello que simulaba ser una cola canina, y en su muslo tenia tatuado la frase “¡Diana la perra!”.
-¡Monstruos! ¿Qué le han hecho a Diana? Diana, ¿Estás bien? Respóndeme, ¿Qué te han hecho?
-Jajajaja, sólo la convertimos en una dócil perrita, y como una buena perrita, no habla, solo gime.
Wolf tomó los senos de Diana y comenzó a apretarlos como si los estuviera ordeñando, de los senos de Diana comenzaron a brotar chorros de leche, provocando que Diana emita fuertes gemidos de placer, y su vagina comience a brotar liquido vaginal.
-Mi perrita se quiere correr, ¿La perrita se quiere correr? --Le hablaba a Diana como si le hablara a un perro común.
Diana comenzó a afirmar con la cabeza mientras que sus caderas se movían sin control, provocando que su cola canina se moviera como la de un perro.
Wolf, exprimió más fuerte los senos de Diana, sacando chorros de leche aún más grandes, la excitación de Diana era evidente que estaba a su máxima capacidad porque el líquido que brotaba de su vagina ya había hecho un charco en el piso, sus gemidos inundaban toda la habitación, era evidente que tendría un orgasmo bestial dentro de poco, de pronto de su boca creció un gran grito de placer, al tiempo que de su vagina salía un gran chorro de líquido que hacía parecer que se estuviera orinando.
El doctor, que todo este tiempo había estado revisando el cuerpo de Ani, comenzó a decirle.
-¿Te gusta lo que le hicimos? Antes sufría por su vida, y mírala ahora, está feliz de ser una perra. Ahora mírala, solo siente placer.
-No. esto no es sano, no es ella misma, ¿Por qué?, Wolf, también era tu amiga.
-Jajajaja, Diana, perrita caliente ¿Quién pidió que te hicieran esto?
Diana, aún temblando por su orgasmo, comenzó a afirmar con la cabeza.
-bueno, qué maleducado soy, te presento al doctor Moreau, es un gran cirujano, y está aquí para convertirte en una perra como lo hizo con diana.
-¡No, por favor, no! Haré todo lo que tu pidas, pero por favor no lo hagas.
Sus súplicas no evitaron que el doctor Moreau le inyectara la anestesia, los ojos de Ani se sentían pesados y su cuerpo se sentía completamente adormecido, su conciencia se perdió lentamente hasta que todo quedó negro.
Ani abrió lentamente sus ojos, se encontraba recostada dentro de una pequeña jaula, sentía algo raro en su cintura y al tocarse se horrorizó, tenía cola al igual que Diana, un ardor en su muslo la hizo notar que tenía un tatuaje con la leyenda “¡ANIXXX EL CULO DEL PLACER!”
Su cuerpo se sentía extraño, como más caliente, sus senos le dolían, los sentía duros. Wolf entró a la habitación donde además se encontraba otra jaula donde estaba recostada Diana, que al ver a Wolf, corrió a la orilla de su jaula tratando de llamar la atención de él.
-Bien, ya te despertaste, perra.
Él abrió la puerta de la jaula de Ani.
- Ven, perrita, saluda a tu amo.
Ani trató de levantarse y caminar erguida, pero sus pies no la sostenían y cayó de lado.
-Jajajajaja. Las perras no caminan erguidas, tienes que venir a 4 patas, como la mascota que eres.
-¿Qué le hiciste a mis pies? ¿Por qué no puedo caminar?
-Eso es gracias al doctor Moreau, cortó los tendones de tus tobillos, ya no podrás caminar erguida, además de que hizo un cambio en tus hormonas, ya lo debes de sentir, en tus senos, pronto darás leche como lo hace Diana, y lo demás, solo hizo que tu cuerpo grite lo que siente.
Ani caminó torpemente en cuatro patas, sintiendo que su nueva cola se movía de un lado para otro a cada paso que daba.
Wolf sacó su verga del pantalón y la dejó al aire, Diana, en su jaula comenzó a estirar la mano, como si quisiera tocar a Wolf.
-Ven perra, chúpale la verga a tu amo.
Aní sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo, su vagina comenzó a humedecerse, Su cuerpo deseaba hacerlo, sentir la calidez en su boca, pero su mente aún tenía un poco de control y bajando la cabeza comenzó a negar.
-¡Que la chupes, perra!
Tomó del pelo a Ani y restregó su cara por toda su verga, pero ella cerraba la boca resistiéndose.
-Bien, perra ¿Así que no quieres? ¿Crees aún que tienes opciones? Ya veremos cómo actúas después de tu castigo.
Wolf metió a Ani a su jaula y le ató las manos a la espalda, y amarrando una soga en los tobillos de Ani las amarró al techo de la jaula, dejándola completamente abierta y sin posibilidades de cerrar las piernas, sacó un pequeño tarro que contenía una sustancia en forma de gel, la cual comenzó a untar en la vagina de Aní.
Ella comenzó a sentir que su vagina aumentaba de temperatura mas rápido que antes, provocando un estado de excitación incontrolable.
-Asi te quedaras hasta mañana, perra, a ver si así aprendes obediencia.
Wolf caminó a la jaula de Diana y se paró junto a ella, quedando enfrente de Diana.
-¡Vamos, perrita, come!
Diana sacó el pene de su amo y comenzó a besarlo con mucha ternura, para después comenzar a chuparlo como un bebé hambriento. Mientras se masturbaba desesperadamente produciendo gemidos ahogados por el pene de su amo.
Aní miraba atónita la morbosa escena que hacía su amiga Diana, cómo ella saboreaba cada centímetro del pene de Wolfen, cómo ella mostraba toda su lujuria, y no podía evitar que su cuerpo se calentara deseando ser ella la que chupara ese pene. Pero su mente se negaba, eso estaba mal, si, estaba mal, y era tan………………………………………………..
El cuerpo de Wolfen sufrió un espasmo involuntario, señal de que se estaba corriendo, disparando todo su semen directo en la boca de Diana, la cual se corrió casi al mismo tiempo.
-Eres una perrita buena, muy buena.--Le decía Wolfen a diana mientras acariciaba su cabello, mientras ella se bebía hasta la última gota de su corrida y limpiaba a conciencia el pene de su amo.
-¿Ves, perra? Así es como te tienes que comportar. Veremos cómo te comportas después de una noche atada.
El se marchó dejándola imposibilitada de moverse y mucho menos de aplacar la lujuria que incrementaba en su cuerpo, esa misma lujuria que casi hacía suplicarle que no se vaya y que le deje chupar su pene.
La noche de Aní fue horrible, sentía un enorme deseo de calmar su ardor, de comenzar a masturbarse como loca, pero no podía, sus manos estaban atadas, al parecer Diana podía oler esa lujuria porque estaba tratando de tocar a Aní a ratos, a otros ratos se masturbaba sin control.
Amaneció, y Wolfen entró para ver como amanecieron sus dos mascotas, el cuerpo de Aní se retorcía sin control, mientras su vagina era un mar de fluidos.
-¿Cómo amaneciste, perrita? ¿Lista para obedecer a tu amo?
-Si, si, si, haré lo que quieras, todo, pero desátame, ya no soporto.
Él saca a Diana de su jaula y la mete en la jaula de Aní.
-Diana, calma un poco a tu nueva hermanita.
Diana se acercó velozmente a la vagina y comienza a besarla y meter su lengua dentro de ella con desesperación, al sentir esa cálida y rasposa lengua invadiéndola, Aní no tardó en comenzar a gemir.
-¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Por favor! ¡No pares!
El cuerpo de Aní se estremecía al ritmo de la lengua de Diana, sus gemidos eran gritos de placer que anunciaban su orgasmo, el cual fue acompañado de una gran cantidad de liquido vaginal que salía disparado, bañando la cara de Diana.
-Bien hecho, perrita. Dime, Aní ¿Qué se le dice?
Aní no podía contestar por los espasmos que sufría su cuerpo, sus pechos aún se hinchaban al máximo con su respiración.
-Diana, desata a tu nueva hermanita y después tráela al estudio, les tengo una sorpresa.
Diana desata lentamente a Aní, sin poder evitar acariciar su cuerpo con curiosidad, mientras la mente de Aní trataba de adivinar cuál sería la sorpresa.
Continuará…………………………………………………
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6 comentarios - El secuestro de la novia 3
me gustaron mas los dos anteriores, aunque este esta muy bueno tambien ;)
gracias por el aporte!! besoooosssss,
GodiTICA
yo pase por tu post, vos pasaste por el mio?
los comentarios son el apoyo que necesitamos para seguir adelante!!