Mi Tía tiene novio (Episodio 1)

Mí Tía acaba de darme una sorpresa. Esta mañana al despertarme, me esperaba en la cocina fumando y –cosa rara- vestida. Me llamó la atención pero no dije nada y como siempre me dispuse a desayunar completamente desnudo como lo hacía habitualmente. Estaba muy arreglada, super maquillada y con un vestido rojo ajustado y corto que le marcaba el orto y el tanga metido hasta el fondo. Llevaba unos tacones blancos altísimos de yegua puta. Un escote enorme que dejaba ver el canal de sus enormes tetas bronceadas. Me apoyé en la mesada para beber mi café y fumarme el cigarrillo de cada mañana mientras ella permanecía sentada y callada.


Me dijo que teníamos que hablar de algo muy serio. Le dije que claro, que podía confiar en su sobrino. Fue muy directa, me contó que estaba enamorada y que ya no podríamos comportarnos con tanta naturalidad. Había conocido un hombre en su trabajo y que hoy iba a venir a su casa a conocerme, con lo cual debía comportarme como un sobrino ejemplar…


Me hizo gracia y pensé que era un chiste ya que era una yegua muy puta para enamorarse, pero al parecer la cosa iba en serio. Me dijo que a partir de ahora todo sería diferente, ya que ese hombre le importaba mucho y no quería perderlo. No pude evitar que mi pija empezara a levantarse, era como un reflejo cada mañana, y esa historia y las normas que me estaba imponiendo me hacían explotar la imaginación.


Mientras me contaba de su nueva realidad no paraba de mirar mi verga hinchada, mientras reprimía su impulso de puta madura. Me dijo que en dos horas llegaría y que todo tenía que estar perfecto. Lo único que le pedí es que besara mi pija un buen rato a manera de despedida, lo cual aceptó de mil amores, como “última vez” según sus palabras, mientras succionaba mi cabeza. Era hermoso ver a mi Tía comiendo carne jugosa desesperada.

La “enamorada” chupaba como una zorra hija de puta, arrodillada en la cocina. Le encantaba mi chota mojada, y le encantaba babearla a destajo. Así estuvo un buen rato hasta que la incorporé y poniéndola de espalda le levanté el vestidito rojo y le metía la barra hasta el fondo moviendo el tanguita a un lado… Le di masa un rato largo, despacito mientras con mi dedo pulgar le trabajaba el orto.


Estaba dispuesto a aceptar su nueva situación pero no iba a renunciar a culearla por última vez. Una vez dilatado su ano, se la puse sin mediar palabra, de una estocada. Justo en ese momento sonó su celular, nerviosa me hizo un gesto de que no hiciera ruido. Atendió con voz ahogada, susurrando, con mi verga quieta enterrada en su orto maravilloso. Era su “amado”…


-Hola amor! Aquí estoy esperándotehh… Sí, mi sobrino también. Está desayunandoahhh.

La hija de puta empezó a bombear su orto contra mi chota con fuerza, la calentaba la situación.

-Siiiihhh! Amor…, no, no pasa nadahh, es que estoyyy muy contentaaaaahh!

Me puse como loco y empecé a taladrar ese agujero hermoso…. Se escuchaba el golpe de mis huevos en sus muslos duros y morenos.

- Noh..es que mi sobri está haciendo un jugo de de naranjahhh!

La leche salió disparada dentro de esa yegua que me volvía loco, inundando su canal con leche abundante y espesa.

- Tehh esperoahh! Un besooooh!

Al colgar se arrodilló y me lamió la leche que quedaba, desesperada, mientras se pajeaba con fuerza. Estaba como loca y era hermoso ver como seguí siendo la misma puta de siempre.

Cuando estaba a punto de acabar, me agarró con fuerza del cuello y acabó en mi boca… inundándome de sus fluídos calientes y perfumados.

Sin mediar palabra, me fui a duchar y a esperar al “amado”.

Al salir, ya había llegado. Fue grande mi sorpresa al ver que mi Tía no se había cambiado de ropa e imaginar que mi leche aún estaba en su colita redonda y hambrienta,

(continuará…)