Era una noche como cualquier una, estaba en casa con mi hermano mayor Joaquín, estando yo en el sofá tirada mirando televisión mi hermano me dice: -Ya vengo, voy a buscarla a Mariana (su novia) para que venga a cenar con nosotros- pero cuando él decía ‘ya vengo’ tardaba una eternidad. Al salir volvió hasta el sofá donde yo yacía inmóvil y me dijo: -Pioja no salgas a ningún lado porque le dije a Diego que venga a casa a cenar también y si no encuentra a nadie se va a volver a la suya, otra cosa pendeja cuando él llegue te quiero ver vestida, no con ese short que es más chico que la tanga que tenés y ese escote provocador que tenés. Yo le sonreí y le dije:-Tenés miedo a que pueda gustarle a tu amigo? Él me miró con una cara de no digas tonterías y se fue. Bueno ahora les cuento quién es Diego, es un amigo de mi hermano que cualquier chica quisiera tener en su cama, mide 1,85, muy buen mozo, ojos verdes, una sonrisa de costado, y todo un caballero. Varias veces me sorprendió mirándolo y nunca selo dijo a mi hermano (por suerte, él me mataría)
Cuando Diego llegó a casa yo todavía estaba con la ropa que mi hermano no quería que su amigo viera ya que era demasiado ‘sugerente’. Abrí la puerta y casi sin darme cuenta con la mirada le tire un coqueteo de aquellos, no sé si lo notó o no, -Dale entrá- le dije. En lo que él me pregunta por mi hermano, le conté que había ido a buscar a su novia y que tardaría un buen rato, él me dijo si se podía quedar a esperarlo, yo le esbocé una sonrisa pícara y le pregunte: - No tenés miedo a que yo pueda hacerte algo en ausencia de mi hermano? Mientras él solamente sonreía y me decía con un tono serio, casi cortante: -No podría follarte ni aunque que te me parases desnuda frente a mí, sos la hermana menor de mi mejor amigo y no le podría faltar el respeto de esa manera!
-Era sólo una pregunta de broma! –Le dije fastidiada- Esperáme que me cambio y ya estoy con vos- le dije casi invitándolo a que me siga a la habitación.
-Ok muñeca- dijo con una voz de curiosidad.
Entré a mi habitación y en lo que me saqué mi diminuta remerita blanca, escucho que la puerta se abre lentamente, no me volteo a ver ya que sabía de quién se trataba. –Pasá, pasá- le digo con una voz acaramelada – qué acaso yo era la hermanita de tu mejor amigo? Por qué viniste a espiar como está nena se cambia? –Le dije con un todo de burla y morbo combinados
-Sentía mucha curiosidad, necesitaba ver como se veían esas tetas sin las remeras que usas, y aproveche que no está Joaco, para verlas… -me dijo con una satisfacción enorme
-Y que te pareció mi cuerpo? - le pregunte con una voz dulce y sexi
-Tus pechos son perfectos, dos tetas perfectamente simétricas bastante grandes y suculentas, tus pezones rosados son redondeles perfectamente diseñados, tu culo es un monumento a la vida bien turgente y suave. Se me para la pija en solo pensar que querés que te folle!
-Pero yo te gusto como mujer? – Le pregunté tímidamente
-Te cuento un secreto? – dijo él en voz baja, casi murmurando –Vos a mi me re calentás pendeja, pero nunca me animé a decirte nada por respeto a tu hermano, y cómo él ahora no está acá yo te haría mía!
-Y que estás esperando para sacarte las ganas de hacerme tuya? –le repliqué
Comencé a acercarme a él lentamente con mis tetas balanceándose al compás de la caminata, le tomé la mano y las coloqué sobre mis pechos, suspiró de tal manera que yo ya veía sus mas mórbidos pensamiento, entrelazamos nuestras bocas en un beso apasionado, nuestras lenguas parecían luchar por un lugar en la boca, él seguía con sus viriles manos sobre mis pechos, me acariciaba dulcemente mis duros pezones luego uno a uno los lamia, yo extasiada solo atinaba a retorcerme de gusto y satisfacción,
–Como te gusta que te chupe toda puta, nunca pensé que te podría estar chupando estás tetotas que algún día fueron motivos de mis hermosas pajas– dijo él mientras desabotonaba mi diminuto short.
Yo ya sentía contra mí su dura verga, así que separaba mis piernas para que el roce sea más intenso, cuando logró quitarme el short, me tomo de la mano y la llevo hacia su bragueta.
–Dale abrí la jaula que la anaconda quiere salir – me dijo con un tono sexi y muy hot – Dale que te morís por chuparla puta – agregó mientras yo le desabrochaba el cinturón, cuando terminé de quitarle el pantalón y el bóxer, se asomó un tremendo bulto, algo tan lindo y rico que solo atiné a acariciarlo con la yema de los dedos, en lo que él me dice: –Bajá y conocé a mi amiguito tiene ganas de saludarte,
Yo bajo con una sonrisa móbida y le digo: –Tan bello amiguito merece un beso de lengua– él solo sonrió y frotó su dura poronga sobre mi cara, en lo que yo atiné a pedirle (con la mirada) que la introduzca en la boca, rápidamente lo hizo y gimió al sentir como mi boca recorría cada rincón de esa deliciosa y suculenta pija, primero se la succionaba desde la cabeza roja y grande hasta el cuerpo lleno de venas, después comencé a besar sus testículos, él sólo miraba como ‘la hermanita de su mejor amigo’ se la mamaba como una experta. Me tomó de la nuca y comenzó a llevarme hacía su cuerpo, que rica sensación sentía yo al oírlo gemir de placer, realmente estaba pasando me estaba follando a Diego, me estaba introduciendo su pija grande y dura por la boca, yo me sentía la tipa más feliz del mundo, él me levanta dulcemente y me dice al oído con un tono de amo a su esclava: – Dale pendeja ponéte de cuatro que quiero que sepas como folla un pijudo como yo.
Me pongo de cuatro y él me aborda por atrás e introduce lentamente esa pija que me vuelve loca, primero introduce la cabeza, la saca de nuevo, me hace desear más. – Dale hijo de mil putas, métemela toda de una vez que quiero que me hagas gritar como toda una hembra en celo– le reclamo en voz alta, en lo que él me la mete toda y empieza a dar bruscos movimientos que hacen que sus testículos golpeen fuertemente con mis nalgas simulando aplausos fuertes, –Así te gusta perra? – Me preguntó mientras me hacía vibrar de placer, lo sentía venía mi 1° orgasmo de la noche. –Dale papi, métemela mas adentro que te quiero tener bien profundo dentro de mi, dale vos podes hacer que mi clítoris explote de placer, ahhhhhhhh dale dale papi, quiero mas pija, quiero esa verga dura en mi siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii– y llego mi 1° orgasmo, junto con él, Diego acaba dentro mio también, se asusta y me dice –La putisima madre acabé dentro tuyo, ahora que hacemos?
Cuando Diego llegó a casa yo todavía estaba con la ropa que mi hermano no quería que su amigo viera ya que era demasiado ‘sugerente’. Abrí la puerta y casi sin darme cuenta con la mirada le tire un coqueteo de aquellos, no sé si lo notó o no, -Dale entrá- le dije. En lo que él me pregunta por mi hermano, le conté que había ido a buscar a su novia y que tardaría un buen rato, él me dijo si se podía quedar a esperarlo, yo le esbocé una sonrisa pícara y le pregunte: - No tenés miedo a que yo pueda hacerte algo en ausencia de mi hermano? Mientras él solamente sonreía y me decía con un tono serio, casi cortante: -No podría follarte ni aunque que te me parases desnuda frente a mí, sos la hermana menor de mi mejor amigo y no le podría faltar el respeto de esa manera!
-Era sólo una pregunta de broma! –Le dije fastidiada- Esperáme que me cambio y ya estoy con vos- le dije casi invitándolo a que me siga a la habitación.
-Ok muñeca- dijo con una voz de curiosidad.
Entré a mi habitación y en lo que me saqué mi diminuta remerita blanca, escucho que la puerta se abre lentamente, no me volteo a ver ya que sabía de quién se trataba. –Pasá, pasá- le digo con una voz acaramelada – qué acaso yo era la hermanita de tu mejor amigo? Por qué viniste a espiar como está nena se cambia? –Le dije con un todo de burla y morbo combinados
-Sentía mucha curiosidad, necesitaba ver como se veían esas tetas sin las remeras que usas, y aproveche que no está Joaco, para verlas… -me dijo con una satisfacción enorme
-Y que te pareció mi cuerpo? - le pregunte con una voz dulce y sexi
-Tus pechos son perfectos, dos tetas perfectamente simétricas bastante grandes y suculentas, tus pezones rosados son redondeles perfectamente diseñados, tu culo es un monumento a la vida bien turgente y suave. Se me para la pija en solo pensar que querés que te folle!
-Pero yo te gusto como mujer? – Le pregunté tímidamente
-Te cuento un secreto? – dijo él en voz baja, casi murmurando –Vos a mi me re calentás pendeja, pero nunca me animé a decirte nada por respeto a tu hermano, y cómo él ahora no está acá yo te haría mía!
-Y que estás esperando para sacarte las ganas de hacerme tuya? –le repliqué
Comencé a acercarme a él lentamente con mis tetas balanceándose al compás de la caminata, le tomé la mano y las coloqué sobre mis pechos, suspiró de tal manera que yo ya veía sus mas mórbidos pensamiento, entrelazamos nuestras bocas en un beso apasionado, nuestras lenguas parecían luchar por un lugar en la boca, él seguía con sus viriles manos sobre mis pechos, me acariciaba dulcemente mis duros pezones luego uno a uno los lamia, yo extasiada solo atinaba a retorcerme de gusto y satisfacción,
–Como te gusta que te chupe toda puta, nunca pensé que te podría estar chupando estás tetotas que algún día fueron motivos de mis hermosas pajas– dijo él mientras desabotonaba mi diminuto short.
Yo ya sentía contra mí su dura verga, así que separaba mis piernas para que el roce sea más intenso, cuando logró quitarme el short, me tomo de la mano y la llevo hacia su bragueta.
–Dale abrí la jaula que la anaconda quiere salir – me dijo con un tono sexi y muy hot – Dale que te morís por chuparla puta – agregó mientras yo le desabrochaba el cinturón, cuando terminé de quitarle el pantalón y el bóxer, se asomó un tremendo bulto, algo tan lindo y rico que solo atiné a acariciarlo con la yema de los dedos, en lo que él me dice: –Bajá y conocé a mi amiguito tiene ganas de saludarte,
Yo bajo con una sonrisa móbida y le digo: –Tan bello amiguito merece un beso de lengua– él solo sonrió y frotó su dura poronga sobre mi cara, en lo que yo atiné a pedirle (con la mirada) que la introduzca en la boca, rápidamente lo hizo y gimió al sentir como mi boca recorría cada rincón de esa deliciosa y suculenta pija, primero se la succionaba desde la cabeza roja y grande hasta el cuerpo lleno de venas, después comencé a besar sus testículos, él sólo miraba como ‘la hermanita de su mejor amigo’ se la mamaba como una experta. Me tomó de la nuca y comenzó a llevarme hacía su cuerpo, que rica sensación sentía yo al oírlo gemir de placer, realmente estaba pasando me estaba follando a Diego, me estaba introduciendo su pija grande y dura por la boca, yo me sentía la tipa más feliz del mundo, él me levanta dulcemente y me dice al oído con un tono de amo a su esclava: – Dale pendeja ponéte de cuatro que quiero que sepas como folla un pijudo como yo.
Me pongo de cuatro y él me aborda por atrás e introduce lentamente esa pija que me vuelve loca, primero introduce la cabeza, la saca de nuevo, me hace desear más. – Dale hijo de mil putas, métemela toda de una vez que quiero que me hagas gritar como toda una hembra en celo– le reclamo en voz alta, en lo que él me la mete toda y empieza a dar bruscos movimientos que hacen que sus testículos golpeen fuertemente con mis nalgas simulando aplausos fuertes, –Así te gusta perra? – Me preguntó mientras me hacía vibrar de placer, lo sentía venía mi 1° orgasmo de la noche. –Dale papi, métemela mas adentro que te quiero tener bien profundo dentro de mi, dale vos podes hacer que mi clítoris explote de placer, ahhhhhhhh dale dale papi, quiero mas pija, quiero esa verga dura en mi siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii– y llego mi 1° orgasmo, junto con él, Diego acaba dentro mio también, se asusta y me dice –La putisima madre acabé dentro tuyo, ahora que hacemos?
12 comentarios - Diego, más que amigo, un gran amante (Parte I)
para eso está, para calentar.. espero que te haya gustado 🤤
mmm que ricooooo, que bueno que te haya dejado asi papito 🤤
hay papi me gustaria verla paradita 🤤