De este lado de la orilla…la misma playa… la misma arena… el mismo sol que calienta y hace arder de modo distinto a idéntica mujer…
Los recuerdos de un amor adolescente son obstinados en querer hacerle creer la inmutabilidad de sus sentires. Nada más irreal !! Cuanto más ella se acerca a su presente realidad tanto más se aleja de aquellas pasiones sin principios ni finales. Es como querer dejar colgando de aquel tiempo lo que pudo ser y no fue… nunca más apropiados los versos …”no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás sucedió”; pareciera necesario ahora, agregar el tiempo futuro como una nueva añoranza de un sueño sin concretar. Indudablemente si ella pretende hoy, sentir la plenitud correspondida, no deberá mirar hacia atrás; sólo hacia delante… aunque esto signifique mantener el rumbo de su presente realidad.
Sin embargo, el atardecer de aquel domingo ella quiso acercar la otra orilla, atraer para sí su alocado sueño por última vez, ese sueño que vive, goza y se proyecta desde el otro lado del azul intenso, de esa inmensidad que une y separa a la misma vez. Con su mirada anclada en ese horizonte sin límites, el mar …cada vez que humedecía sus pies descalzos sólo le devolvía ausencias, tristezas y desamor… El sonido, ahora estruendoso de las olas se convertía en el eco de las recientes confirmaciones: amistades desleales con viejas asignaturas pendientes que pretendieron convertirse en urgencias que sólo podían saldarse ya… quizás en el momento en que se creyó que el falso orgullo parecía peligrar en ser herido por la que nunca revistió otra condición más que la de amiga. Para esta amiga con pacto de sangre, el orgullo no es compatible con el estar enamorada y a pesar de sentir que frente a su primer amor perdió siempre, para ella no se trata de premios, victorias o trofeos… se trata de la intangibilidad de los sentimientos entrelazados en sueños que se esfuman cada vez más, en sueños que se quedarán en lo que siempre fueron: sueños de la historia más bonita… la que nunca se te olvida!
Para suerte y fortuna de esta amiga, mientras la brisa marina le marcaba una vez más huellas húmedas en sus inmensos cachetes, el reflejo dorado de la seguridad de la arena le ofrecía la oportunidad de ser feliz acá y ahora… La sensación de atracción que pesaba ahora en su baja espalda, la obligó a dejar el mar detrás de sí, para ponerse de cara frente a un hombre que desde la primavera de aquel desconcertante dosmilnueve está absolutamente dispuesto a todo. Ella pudo comprender que del otro lado de su orilla, aquel amor nunca sintió, ni sentirá lo mismo…. eran tan sólo palabras con impacto, frases que siempre quisieron ser oídas y que valora toda mujer que desee agradar…son locos deseos de cogerse, café y vanidades de por medio… demasiado!! a los casi treinta y diez. Entendió también que quien ahora estaba al alcance de sus caricias, la ayudaría a abrirse y protegerse del pasado.
Este macho caballero admirado por ella, le proporcionaba la pasión y ternura que en su rutina oficial estaba por momentos… aquietada. Se sintió molesta porque su obsesión con su eternamente amigo, le había hecho no recordar en aquel momento, el encuentro furtivo y clandestino que ellos habían planeado.
La invadía ahora una sensación diferente, al verlo ahí … sintiéndose atrevidamente desnuda y caliente frente a la mirada penetrante de su amante… no pudo contener el impulso de abrazarlo y comerle sus finos labios con la succión fuerte de los suyos. Recorrió su boca con su lengua caliente, babosa y… sin advertir ojos indiscretos, lo arrojó sobre la arena, sin dejar de mojarle con su baba todo su rostro, metió sus manos suaves en el traje de baño de aquel turro, pudiendo acariciar intensa y rítmicamente el tronco duro y venoso de este doctor en leyes de pasión y enajenación. Ella sintió cómo su concha comenzaba a hervirle, chorreaba bajo ese pañuelo anudado a modo de pareo. Al oído ella le confesó con las palabras más sucias y obscenas que una dama pueda pronunciar, el protagonismo que él había tenido en su última paja; le ofreció los detalles de cuando en cuatro patas en la ducha, el agua tibia que le caía desde arriba, recorría con marcada precisión cada centímetro de su orto, facilitando que dos de sus dedos pudieran entrar y salir de él… era como si ambos cogieran sin tocarse, ambos se pajeaban juntos, no se penetraban pero se sentían y gozaban, podía percibir la densa leche marcando territorio en cada gota.
Ambos se revolcaron un buen rato, rozándose y masajeándose sin ninguna clase de control… Ambos sabían de las sorpresas y fantasías que los aguardaban en el lugar que sería el único testigo de la pasión intensa que los poseía… ella quiso recorrer ese camino con sus ojos cerrados, percibiendo su alrededor sólo a través de sus demás sentidos, ésto estimulaba su imaginación y recompensaba los gestos de confianza y entrega de su instruido y excitante amante cuarentón. Él la guió con delicadeza… cuidándola y amándola en cada paso… ella se sintió feliz porque él demostró saber cómo tratarla, qué decirle…como quererla sin herirla.
Aquí la autora se reserva para sí y su clandestino acompañante, lo vivido en cada uno de los rincones de esa casa con historia, ese lugar que supo ser el sitio perfecto para que ella se decidiera a recomenzar…
Tan sólo se dirá el mensaje que su macho dejó sobre su almohada, al momento de recoger el cuento que ella le había escrito como regalo de cumpleaños. La esquelita decía: “ he sido durante tanto tiempo tu fiel amante que ya no puedo acostumbrarme a nadie más…” Ella al leerlo sonrió y pensó en lo caprichosamente paradójica que suele ser la vida a veces… ese hombre le estaba ofreciendo mucho más de lo que ella podía y estaba dispuesta a darle… sólo era posible la ocasional clandestinidad!!! Cada uno deshizo su senda y la normalidad regresó para ambos, sólo hasta el día 14 del mes siguiente…..
Los recuerdos de un amor adolescente son obstinados en querer hacerle creer la inmutabilidad de sus sentires. Nada más irreal !! Cuanto más ella se acerca a su presente realidad tanto más se aleja de aquellas pasiones sin principios ni finales. Es como querer dejar colgando de aquel tiempo lo que pudo ser y no fue… nunca más apropiados los versos …”no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás sucedió”; pareciera necesario ahora, agregar el tiempo futuro como una nueva añoranza de un sueño sin concretar. Indudablemente si ella pretende hoy, sentir la plenitud correspondida, no deberá mirar hacia atrás; sólo hacia delante… aunque esto signifique mantener el rumbo de su presente realidad.
Sin embargo, el atardecer de aquel domingo ella quiso acercar la otra orilla, atraer para sí su alocado sueño por última vez, ese sueño que vive, goza y se proyecta desde el otro lado del azul intenso, de esa inmensidad que une y separa a la misma vez. Con su mirada anclada en ese horizonte sin límites, el mar …cada vez que humedecía sus pies descalzos sólo le devolvía ausencias, tristezas y desamor… El sonido, ahora estruendoso de las olas se convertía en el eco de las recientes confirmaciones: amistades desleales con viejas asignaturas pendientes que pretendieron convertirse en urgencias que sólo podían saldarse ya… quizás en el momento en que se creyó que el falso orgullo parecía peligrar en ser herido por la que nunca revistió otra condición más que la de amiga. Para esta amiga con pacto de sangre, el orgullo no es compatible con el estar enamorada y a pesar de sentir que frente a su primer amor perdió siempre, para ella no se trata de premios, victorias o trofeos… se trata de la intangibilidad de los sentimientos entrelazados en sueños que se esfuman cada vez más, en sueños que se quedarán en lo que siempre fueron: sueños de la historia más bonita… la que nunca se te olvida!
Para suerte y fortuna de esta amiga, mientras la brisa marina le marcaba una vez más huellas húmedas en sus inmensos cachetes, el reflejo dorado de la seguridad de la arena le ofrecía la oportunidad de ser feliz acá y ahora… La sensación de atracción que pesaba ahora en su baja espalda, la obligó a dejar el mar detrás de sí, para ponerse de cara frente a un hombre que desde la primavera de aquel desconcertante dosmilnueve está absolutamente dispuesto a todo. Ella pudo comprender que del otro lado de su orilla, aquel amor nunca sintió, ni sentirá lo mismo…. eran tan sólo palabras con impacto, frases que siempre quisieron ser oídas y que valora toda mujer que desee agradar…son locos deseos de cogerse, café y vanidades de por medio… demasiado!! a los casi treinta y diez. Entendió también que quien ahora estaba al alcance de sus caricias, la ayudaría a abrirse y protegerse del pasado.
Este macho caballero admirado por ella, le proporcionaba la pasión y ternura que en su rutina oficial estaba por momentos… aquietada. Se sintió molesta porque su obsesión con su eternamente amigo, le había hecho no recordar en aquel momento, el encuentro furtivo y clandestino que ellos habían planeado.
La invadía ahora una sensación diferente, al verlo ahí … sintiéndose atrevidamente desnuda y caliente frente a la mirada penetrante de su amante… no pudo contener el impulso de abrazarlo y comerle sus finos labios con la succión fuerte de los suyos. Recorrió su boca con su lengua caliente, babosa y… sin advertir ojos indiscretos, lo arrojó sobre la arena, sin dejar de mojarle con su baba todo su rostro, metió sus manos suaves en el traje de baño de aquel turro, pudiendo acariciar intensa y rítmicamente el tronco duro y venoso de este doctor en leyes de pasión y enajenación. Ella sintió cómo su concha comenzaba a hervirle, chorreaba bajo ese pañuelo anudado a modo de pareo. Al oído ella le confesó con las palabras más sucias y obscenas que una dama pueda pronunciar, el protagonismo que él había tenido en su última paja; le ofreció los detalles de cuando en cuatro patas en la ducha, el agua tibia que le caía desde arriba, recorría con marcada precisión cada centímetro de su orto, facilitando que dos de sus dedos pudieran entrar y salir de él… era como si ambos cogieran sin tocarse, ambos se pajeaban juntos, no se penetraban pero se sentían y gozaban, podía percibir la densa leche marcando territorio en cada gota.
Ambos se revolcaron un buen rato, rozándose y masajeándose sin ninguna clase de control… Ambos sabían de las sorpresas y fantasías que los aguardaban en el lugar que sería el único testigo de la pasión intensa que los poseía… ella quiso recorrer ese camino con sus ojos cerrados, percibiendo su alrededor sólo a través de sus demás sentidos, ésto estimulaba su imaginación y recompensaba los gestos de confianza y entrega de su instruido y excitante amante cuarentón. Él la guió con delicadeza… cuidándola y amándola en cada paso… ella se sintió feliz porque él demostró saber cómo tratarla, qué decirle…como quererla sin herirla.
Aquí la autora se reserva para sí y su clandestino acompañante, lo vivido en cada uno de los rincones de esa casa con historia, ese lugar que supo ser el sitio perfecto para que ella se decidiera a recomenzar…
Tan sólo se dirá el mensaje que su macho dejó sobre su almohada, al momento de recoger el cuento que ella le había escrito como regalo de cumpleaños. La esquelita decía: “ he sido durante tanto tiempo tu fiel amante que ya no puedo acostumbrarme a nadie más…” Ella al leerlo sonrió y pensó en lo caprichosamente paradójica que suele ser la vida a veces… ese hombre le estaba ofreciendo mucho más de lo que ella podía y estaba dispuesta a darle… sólo era posible la ocasional clandestinidad!!! Cada uno deshizo su senda y la normalidad regresó para ambos, sólo hasta el día 14 del mes siguiente…..
1 comentarios - Mi tía a veces es romántica...