Había perdido esta tercera parte y nunca la publiqué. Un lector me recordó el relato inconcluso y buscando encontré un back up donde había quedado. Vaya entonces esta tercera parte para Petrouska con mis disculpas por la demora.
Los siguientes días, seguí de cerca el comportamiento de Ricky. En varias ocasiones se ausentó del trabajo luego de recibir algún mensaje en su celular. Selena ya había terminado el adriestamiento y había regresado a su sucursal que estaba a una hora de viaje de la central.
Un tiempo después salimos a almorzar con Ricky y luego de un buen almuerzo y un buen vino la charla se hizo íntima , y en esa intimidad, terminó por confesar lo que había pasado con Selena.
- Mira Raúl, debo confesarte algo, ahora que ya pasó. Al final te hice caso y avancé con Selena
- No me digas, ¿ Y como te fue?, mentí
- De maravillas. Ha probado ser toda una perra, muy sensual y muy atractiva, me dijo sonriendo
- Bueno, cuenta, cuenta, lo incité.
- Pues mira, la primera vez la llevé a la oficina fuera de hora. Se notaba en sus gestos que estaba más que interesada. No me costó mucho tenerla a mi disposición. Y le gustó. Me dijo que nunca le había sido infiel al esposo, así que no te sientas mal por que no aceptó tu invitación. En otra oportunidad me dijo que le gustastes pero no quería engañar a su pareja. Bueno, como sea , pasó algo muy raro, que me hizo recapacitar y cortar nuestra relación.
- ¿ Qué pasó?, pregunté interesado
- Sabes, desde hace mucho tiempo con mi mujer no tenía mas relaciones. Los dos estábamos cansados, aburridos, que se yo. Pero a partir de mi relación con Selena yo estaba todo el día caliente. Al principio me contenía porqué me daba vergüenza buscar a mi mujer porque estaba caliente con otra, pero una noche decidí probar y la respuesta de mi mujer fue asombrosa. Estaba más caliente que yo. Me hizo de todo. Te juro que nunca me había tratado así. Y yo, me volvía excitar como la primera vez que la tuve, y empecé a coger con ella a toda hora, así que unos días después, aprovechando que Selena se volvía a su ciudad, corté y quedamos como amigos, comprometiéndonos a que nadie jamás sabría lo nuestro. No queremos que nuestras respectivas parejas se enteren de esta aventura tan fugaz.
- Que suerte que tienes de que tu mujer te desee tanto, le dije, mientras por dentro me imaginaba la razón por la que su mujer actuaba así. Estaba disfrutando de los cuernos que le había puesto y eso la tenía excitada. Era lo mismo que le pasaba a él, pero el cornudo no hacía ese análisis, y pensaba que era porque había renacido el amor.
- Si, realmente soy afortunado, así que ahora me dedico exclusivamente a mi mujercita. Basta de aventuras, al menos por ahora, dijo sonriendo.
Cuando nos separamos volví a analizar lo que pasaba. Me estaba cogiendo a la mujer de mi amigo, un par de días a la semana. Ese sexo clandestino, la volvía loca y disfrutaba el sexo con su marido, seguramente pensando en los cuernos que le ponía periódicamente. Hasta ahí, todos ganábamos. El problema era como abordar a Selena. Y la suerte me ayudó
Unos días después el gerente de la sucursal de Selena pidió unas semanas de licencia para realizarse una intervención quirúrgica. La dirección de la empresa, no quiso nombrar como interino a nadie de la misma sucursal para evitar que la amistad entre los empleados provocara algún descontrol, y decidió enviar alguien de afuera a hacerse cargo de la agencia. Por supuesto, moví mis contactos y conseguí hacerme del cargo, que por otro lado no despertaba mucho interés en nadie, porque era temporal y había que trasladarse a otra ciudad. Todos tenían familia y yo solo tenía una esposa de la cual estaba prácticamente separado. Solo compartíamos la casa. Cada uno hacía su vida.
Apenas llegar, me presentaron a todo el personal y allí estaba ella, tan bella y sensual como siempre, y además sonriente porque seguramente pensó que como me conocía iba a tener alguna ventaja sobre los demás. E iba a tenerla, pero porque yo conocía ciertas cosas de ella que los demás no.
De inmediato la convoqué a mi oficina.
-Selena, un gusto tenerte aquí, dije cuando entró a la gerencia. Ella se acercó al escritorio a darme la mano y un beso.
-Te felicito por el nombramiento, me dijo, mientras su perfume me envolvía.
-Gracias, pero es solo temporario. Lo acepté para probar cosas nuevas, dije con doble intención que ella por supuesto no comprendió, Te llamé porque eres la única persona que conozco aquí y necesito que me asesores sobre el funcionamiento del negocio y las características de los empleados. Tengo poco tiempo, y no puedo hacer mi propia experiencia laboral, así que quiero aprovechar el tiempo todo lo que pueda, dije sonriendo.
-Será un placer Raúl, dijo modosita
-Espero que no te moleste, si te llamo a cada rato, cuando me surja alguna necesidad, le dije
-No hay problema, estoy a tus ordenes, y yo pensaba, y no sabes hasta donde.
Charlamos unos minutos y la despedí.
Los siguientes días la convocaba varias veces por día, hasta que se estableció entre nosotros una buena intimidad de trabajo. Por fin, con la excusa de resolver unas cuestiones urgentes le pedí que se quedará después de hora para adelantar el trabajo.
-No hay problema, contestó
-Mira no quiero que tengas problemas en tu casa, le dije humildemente
-No, esta bien, mi esposo viaja este mediodía a un Congreso en la capital, así que no estará por un par de días. Como voy a estar sola, no tengo problemas de horario. Al escuchar esto, mi verga pegó un brinco. Los planetas se habían alineado. Yo pensaba echarle un polvo rápido en la oficina, y resulta que si jugaba bien podía tenerla un par de días en su casa y disfrutarla plenamente.
-Te agradezco la disposición. Te aseguro que no te arrepentirás, le dije.
-¿ A qué hora nos reuniremos?
-Mira, la jornada termina a las 19 hs. Dame un rato para descansar un poco y estar bien despierto. Ven a mi oficina a las 20 hs, si te parece bien.
-Para mí está bien, lo único que me gustaría refrescarme un poco también, me dijo
-Entiendo. No hay problema. Puedes irte a tu casa a las 17 y vuelve para las 20, ¿ te parece?
-Perfecto, dijo sonriendo, más que suficiente para organizar mis cosas.
A las 18 hs, le pedí a mi secretaria que no me molestara nadie, y que el personal de limpieza dejara mi piso para el último. Le dije también que al día siguiente quizás no viniera porqué tenía una reunión importante y que de ir Selena me acompañaría, así que en cualquier caso le avisara a personal. Me dí una ducha, me cambié la ropa, me afeité y me puse ropa sport, más cómoda que el traje que usaba habitualmente. Preparé café, puse un vino blanco en la nevera, cargué el dvd en el que había convertido la grabación de mi celular, y acomodé los papeles en los que supuestamente ibamos a trabajar.
Mientras hacía todo esto, se cumplió el horario, y el personal se retiró. Solo quedaba el personal de vigilancia en planta baja.
Me senté en mi escritorio, y esperé que se hiciera la hora. A las 20,01 sentí el ascensor subir y un minuto después Selena entraba en la oficina. Ella también se había cambiado. En lugar del traje sastre que usaba en la oficina, vino con unos vaqueros que parecían pintados al cuerpo, tal como la recordaba en el curso que había dictado. Un sweater de lino rosa,completaba su vestimenta. Estaba realmente para comérsela y eso pensaba hacer. Era ahora o nunca.
Apenas llegó le serví un café y comenzamos a revisar los legajos, uno a uno. Estabamos pegados uno al otro. Su perfume me enloquecía y me costaba disimular y hacer que trabajaba. Mi intención era que el tiempo pasara y se hiciera tarde. El reloj pasaba muy lento pero al fin, se hicieron las 10 de la noche.
- Bueno es momento de hacer una pausa, le dije levantándome de la silla y estirándome.
-Si, tienes razón, dijo ella imitándome.
- ¿ Quieres tomar algo?, pregunté
- Si, por favor, dijo amablemente
Fui a la nevera abrí el vino y serví dos copas.
Ella lo probó, y se sorprendió.
-Perdón, pensé que ibas a servir un refresco. No tengo hábito de tomar vino, me marea, dijo dejando la copa sobre el escritorio.
-Disculpa, no tenía otra cosa. En realidad era del gerente anterior. Yo no tuve tiempo de revisar la nevera. Pero esta frío y es bueno. Una copa no te va a hacer daño, insistí.
Ella , me imagino que para no quedar mal con el jefe tomó el vaso y tomó un pequeño sorbo. Nos sentamos y comenzamos a charlar de sus cosas, especialmente, por supuesto de su matrimonio, que simpre ponía por delante como yo ya sabía. Después pasamos al curso que había hecho conmigo. Cada rato volvía a llenar las copas, y en un rato, se notaba el brillo en sus ojos.
-Debo decirte que me impactaste cuando te ví. Por eso te invité a tomar un café. Nunca tuve la posibilidad de disculparme por ese avance, le dije.
- No hay problema, en realidad me halagó que me invitaras pero, ya sabes, no soy libre de aceptar esas invitaciones, dijo seria.
-Por supuesto, te comprendo. Inclusive comentamos con Ricky ¿ Te acuerdas de Ricky?
Noté como se tensó.
- Si, por supuesto. ¿ Y que comentaron? Preguntó con curiosidad, y nerviosa.
-No, comenté que te había invitado a tomar un café, y el me dijo que también le habías gustado y que iba a intentar charlar contigo. Después no hablamos más. Dime, al final ¿ Te invitó a tomar algo?
Por un minuto dudó. Su rostro denotaba que dudaba sobre la respuesta. ¿ Hasta donde sabría yo? Ricky le juró que no iba a contar nada, pero los hombres no son ninguna garantía. De pronto empezó a pensar que esta reunión tenía otro sentido que no era precisamente laboral. Pero ella estaba segura que podía desmentir cualquier cosa que su amante hubiera contado así que se tranquilizó y trató de armar una respuesta creíble.
-Si, me invitó a tomar un café, y cuando le dije que no quería que me vieran relacionándome con un compañero de trabajo, trajo el café y lo tomamos en su oficina.
Raúl pensó que además de bonita era inteligente. Era mas difícil de desenmascarar una media verdad que una mentira absoluta. Pero estaba tranquilo. Ella no podría mentir por mucho más tiempo.
-Bueno, evidentemente fue mas inteligente que yo, hay que sacarle el sombrero. A mi no se me hubiera ocurrido, le dije, si lo hubiera hecho ¿ Hubieras aceptado tomar un café conmigo? Le pregunté inocentemente.
-Ya pasó hace tiempo, no te puedo responder hoy por lo que hubiera hecho en ese momento.
-¿ Y hoy? ¿ Aceptarías?
Nuevamente se tomó un segundo para pensar. Comenzaba a sentirse acorralada. Pero al mismo tiempo lo disfrutaba.
-Ya tomamos un café ¿ te acuerdas?, dijo sonriendo
- Tienes razón, le dije mientras volvía a llenar las copas., bueno pero cuéntame como siguió la reunión con Ricky. No creo que no te haya echado los tejos.
- Eres muy curioso, sabes?
- No es eso, es que me gusta saber cuan sincera es la gente que trabaja conmigo, dije como jugando.
Sus ojos destellaron. Sospechaba que yo sabía mas de lo que decía, pero no sabía cuanto, y no quería quedar desubicada.
-Si, me hizo algunas insinuaciones, pero yo le dije lo mismo que te dije a tí. Estoy casada y feliz.
- ¿ Y luego?
- ¿ Luego qué?
-Luego de decirle eso, que pasó, insistí.
-Nada pasó, dijo poniéndose seria.
-Ay Selena, no eres buena mintiendo, me parece que algo ocultas, le dije sonriendo pícaramente.
- Me parece que esta charla está tomando un caríz que no me gusta, dijo moviéndose incómoda.
-No te molestes,por favor. Solo quiero que entiendas algunas cosas. Tranquilízate
-¿ Qué quieres que entienda?, preguntó levantando la voz.
-Es muy simple Selena. Me gustas mucho y se que no te desagrado. Vine a esta sucursal por una sola razón: tú.
-Pues te equivocas conmigo, dijo tensa.
-No me equivoco en lo más mínimo. A ver si nos entendemos. Se que engañaste a tu esposo con Ricky y lo disfrutaste. Lo que quiero es que la pasemos bien estos días que voy a estar por aquí y cuando me vaya no volverás a saber de mí. Solo te quedarán unos hermosos recuerdos y unos momentos placenteros que te harán disfrutar mas de tu matrimonio, le dije mientras acariciaba sus hombros, no quiero lastimarte ni perjudicarte.
Retiró mis manos violentamente, y se levantó.
- Tu estás loco, si crees las mentiras que te contó el degenerado de tu amigo, y si piensas que puedes extorsionarme con chismes, creo que esta reunión terminó, dijo tomando su cartera y dirigiéndose a la puerta.
-Espera un minuto, Selena,le dije mientras encendía el video que estaba en un rincón detrás mío.
Ella se dio vuelta . De prontó notó el televisor prendido y lo miró de reojo. Su cara se transfiguró. Quedó helada, como si se hubiera transformado en piedra. Todos los colores pasaron por su rostro. No pudo articular palabra.
Detrás mío pasaban las imágenes y en la oficina reverberaban los gemidos y gritos de ella y su macho tirando.
- ¿ Cómo.....? Atinó a decir mientras se notaba como el enojo se transformaba en pánico y a la vez en excitación al verse en pantalla gigante teniendo sexo.
-Suerte, simplemente, Selena. Y te aclaro que Ricky nunca me contó nada. Es todo un caballero, como yo. Tampoco pienso contar nada, le dije, estableciendo las bases para un acuerdo.
Se acercó lentamente a la silla y se desparramó sobre ella. Puso su cara entre las manos y suspiró.
- Apágalo por favor, me suplicó, cosa que hice de inmediato.
- No me gusta que me chantajeen, dijo con un hilo de voz.
- Y no quiero chantajearte. Solo quiero demostrarte que se que eres capaz de disfrutar del sexo con alguien que te guste, y como se que te gusto, y te deseo quiero poseerte y hacerte feliz. Ya te dije que no quiero hacerte ningún daño, dije con dulzura.
-Si, pero seguramente serías capaz de envíarselo a mi esposo si no acepto acostarme contigo.
-Yo no dije eso. Quiero que hagas las cosas porque tienes ganas, sin amenazas.
- No te creo. Se que eso es lo que harás, dijo, como pidiéndome que la forzara a satisfacerme. Y entonces comprendí que lo que ella necesitaba para no sentirse culpable era que le hicieran sentir que la forzaban.
-Pues será así, si no tengo más remedio, le dije y noté como se rindió. Ahora mismo bajarás conmigo y me llevarás a tu casa. Estás sola y allí estaremos seguros de que nadie grabara lo que pase en un lugar público como este. La próxima vez tendrás que tener mas cuidado, le dije tomándola del brazo y levantándola de la silla. Le dí su cartera, y la arrastré del brazo mientras apagaba las luces, sacaba el cd, cerraba la puerta y la metí en el ascensor que llevaba al estacionamiento.
Ella se dejó llevar sin ofrecer resistencia. Una vez en el estacionamiento, la subí a mi auto y salimos a la calle. Los vidrios polarizados no permitieron que el cuidador la viera.
- Dime como llegar a tu casa , le dije una vez que doblamos la esquina.
- No es justo lo que haces, suplicó, dame el cd y déjame tranquila, suplicó.
-Dime donde vives, y no lo repetiré, insistí. Ella me indicó entonces como llegar a su departamento.
Luego de que avanzamos unas cuadras comencé a acariciar sus piernas. Ella no se movió. Mi mano fue haciéndose cada vez más indiscreta hasta que llegué a su entrepierna, entonces trató de correrla. Luchamos unos segundos y por fin, dejó de pelear, y se aflojó. Cuando tomé posesión de su sexo, suspiró y lentamente comenzó a abrir sus piernas para facilitar mis caricias. Cerró los ojos y se quedó allí, sintiendo mi mano.
En un semáforo, aproveché para bajar el cierre de mi bragueta y sacar mi verga que estaba hinchada y caliente. Ella no lo notó, por la música que invadía el habitáculo y apagaba los ruidos interiores y exteriores. Ya en marcha nuevamente, tomé su mano y la dirigí a mi verga. Al principio se resistió y trató de retirarla, pero la obligué a rodearla con sus dedos. Cuando no trató mas de alejarse, la solté y volví a acariciar su sexo.
Seguimos viaje, y despacio, comenzó a masturbarme suavemente. El líquido preseminal mojaba su mano, y ella lo sentía. Ese líquido pegajoso y resbaladizo facilitaba los movimientos de su mano en torno a mi vara.
-Esta es la dirección. Dime cual es el edificio.
Abrió los ojos e indicó con su otra mano, un edificio de 7 pisos, moderno y con grandes ventanas.
- ¿ Donde dejo el auto? Pregunté.
- Entra y usa la cochera de mi esposo, ya que el no está.
- Bien. Además no es lo único de tu esposo que voy a usar ya que no está, le dije riendo.
Entré al edificio y me indicó cual era el lugar. Una vez que estacioné, giré sobre ella y la besé, vorazmente, metiendo mi lengua hasta el fondo de su garganta. Sentí como su mano apretaba mi verga con desesperación. El beso duró un rato largo, hasta que ambos nos quedamos sin aire, mientras su mano apretaba mi verga y la mía magreaba su sexo a través del jean. Por fin, nos separamos.
Me acomodé la ropa, y le ordené que bajara y fuera adelante para indicarme el camino. Bajamos y la seguí, disfrutando de ese culo con el que tanto había soñado. Llegamos al ascensor y subimos hasta el 6º piso. En el ascensor volví a acariciarla, esta vez mientras la besaba, retorcía sus pezones que estaban duros como piedras. Ella me abrazaba y se entregaba totalmente. Llegamos al piso y entramos.
Encendió la luz y dejó su cartera. El departamento era muy bonito.
- Llévame al dormitorio,le dije tomándola del brazo.
- No, al dormitorio no, quedémonos aquí, suplicó.
- Tendremos tiempo de venir aquí, pero ahora me quiero poner cómodo, dije mientras le apretaba el brazo. Lentamente comenzó a caminar hacia un pasillo y abrió la última puerta.
Encendió la luz y entramos. Una hermosa cama extra large ocupaba el centro de la estancia. En un rincón una tv con reproductor de video. Me arrojé sobre la cama, y me apoyé en el respaldo. Encendí un velador que daba una luz tenue .
- Apaga la luz, le ordené, lo que ella hizo de inmediato. Se quedó allí de pie frente a la cama, mirándome.
- Ahora te vas a desnudar lentamente y trata de calentarme, le dije mientras colocaba mis brazos detrás de mi cabeza para disfrutar del espectáculo.
Mirándome, se quitó los zapatos, luego lentamente se quito el sweater, quedandose con el corpiño unicamente. Luego pasó sus manos a la espalda y lo desprendió. Sus tetas rebotaron libres y quedaron suspendidas formando unas sensuales curvas, cuando quedaron al aire libre.
- Vaya, vaya, que par de tesoros. Al tacto estaban buenas pero a sí son supremas, le comenté .
- No se como puedes disfrutar de abusar así de una persona, dijo mientras se desabrochaba el pantalón.
-Shhh, no me hagas enojar, porque dejamos todo como está, me voy, y mañana tu esposo tiene una hermosa película para el fin de semana, y uniendo el dicho al hecho me levanté amenazante de la cama.
- Por favor, espera, suplicó.
- Está bien pero ahora vienes y me besas un rato, y con ganas, le dije quedándome parado al lado de la cama.
Ella se acercó y me besó abrazándome y apretando sus tetas contra mi cuerpo. Su lengua entró en mi boca, demostrando a las claras que estaba muy excitada y que su enojo era una actuación para no sentirse culpable. Cuando se separó, volví a mi posición inicial.
Ella siguió con su jean, se lo quitó y quedó allí de pie. Se quitó las medias y su tanga quedando totalmente desnuda. El espectáculo era enloquecedor.
Me levanté de la cama y procedí a quitarme la ropa, quedándome también desnudo y exhibiendo una erección mas que respetable. Debo decir que mi verga era más larga y gruesa que la de mi amigo como pude comprobar de observar el video. La cara de deseo y lujuria de la hembra demostraba que ella también se había dado cuenta.
Totalmente desnudo me acosté nuevamente y abrí mis piernas dejando a la vista mi verga y mis pelotas hinchadas.
- Hazme gozar putita, le dije, mensaje que ella entendió. Se acercó subió a la cama y gateando lllegó hasta mi herramienta comenzando a masturbarla con una mano mientras sopesaba mis pelotas con la otra. Yo tiré mi cabeza hacia atrás y la dejé hacer, cerrando los ojos y gozando como nunca.
Luego de un rato, sentí como su lengua comenzaba a acariciar mi verga y después era toda su boca la que rodeaba mi aparato y succionaba con ganas.
- Dame tu conchita, le dije, y ella giró poniendo una rodilla a cada lado de mi cuerpo y sentándose sobre mi rostro mientras seguía chupando. Mi lengua encontró facilmente el camino a su sexo y comencé a penetrarla con ella. Los gemidos de Selena mostraban que estaba al menos, tan caliente como yo.
Pasé mi lengua arriba y abajo y jugue con su clítoris, provocando espasmos de placer en la hembra. Llegó un momento en que no aguanté más y me moví para que dejara de chupar porque si no me iba a correr y tenía otros planes.
- Date vuelta, le dije, y ella giró y quedo arrodillada sobre mi cuerpo de frente a mí.
- Montame, y ella levantando su cuerpo, buscó mi verga con su mano y la apuntó a su conejito, dejándose luego caer lentamente, hasta que pudo guardarla toda en su cuerpo. Mientras yo magreaba sus hermosas tetas.
Comenzó a cabalgarme ágilmente y yo disfrutaba como loco. Luego de un rato giré mi cuerpo y quedamos de costado. Una de sus piernas quedó bajo mi cuerpo y entonces pude empezar a moverme y bombearla como se merecía. Luego de un rato me coloqué sobre ella y levantando sus piernas las puse sobre mis hombros, haciendo que su entrega fuera total. En esa posición la volví a penetrar por completo, y sus gemidos eran de película.
-Ahhhhm, me llenás por completo animal, despacio, despacio, por favor, gritaba mientras yo seguía mi pistoneo.
- Ni loco pienso aflojarte puta, le decía mientras la miraba y continuaba la posesión.
En ese momento ella comenzó a acabar, gritando como una condenada, por lo que tuve que taparle la boca para que no vinieran todos los vecinos. Comenzó a gemir y llorar por la fuerza de la corrida y no aguanté mas. Me vacié por completo dentro de ella, en unas arremetidas salvajes, que liberaban chorros y chorros de semen. De a poco nos fuimos aflojando y quedamos uno encima del otro desparramados en la cama.
Luego de un rato, giré y me acosté a su lado.
- Bueno, ya obtuviste lo que querías, espero que ahora me dejes tranquilo , dijo Selena.
-Esto recién empieza querida. Hay muchas cosas para hacerte todavía, y como tu maridito no está, nos vamos a quedar aquí todo el día hasta que nos saquemos las ganas.
-¡ Ni lo sueñes!, contestó, Ya es medianoche y debes irte
-Ve a preparar algo para comer y en la cena hablamos, le dije, poniéndome cómodo en la cama.
- Voy a preparar algo y luego te vas, dijo levántandose de la cama. Sacó un desabillé transparente negro del placard, se lo puso, y se alejó hacia lo cocina moviendo su hermoso culo.
Me levanté y busqué en mi portafolio el cd y lo coloqué en el equipo de video. Luego busqué mi slip y me vestí con él, para luego ir hacia la cocina.
Selena preparaba una ensalada y unos huevos revueltos. Me quedé al costado de ella viéndola trabajar.
- ¿ Con que te diviertes? Le pregunté
-¿ Cómo?
-Digo, que haces para divertirte cuando no estás trabajando.
-Pues, me gusta leer, o ir a ver alguna película. A mi esposo le gusta más el teatro así que alguna noche lo acompaño, dijo mientras seguía con su tarea.
-Yo también prefiero leer o navegar en internet en los ratos libres, le dije.
- A mi internet no me convence demasiado
-Es bueno, hay de todo
-Mucha pornografía también
-No es mi preferida. En realidad prefiero los relatos eróticos.
- Nunca leí ninguno. No me gusta el sexo de esa manera
-Harías bien en leer alguno bueno, podría llegar a gustarte.
-No creo, además los que escriben son todos unos degenerados.
- Gracias por lo que me toca, le dije
Me miró extrañada.
- No me digas que escribes relatos escandalosos, dijo asombrada
- Eróticos, no escandalosos, y si, los escribo
- ¿Imaginarios?
-Algunos sí, otros bastante ajustados a la realidad.
-¿ Y como se te ocurren los argumentos? Preguntó interesada.
- Leo, escucho, veo, e imagino como combinar todas esas percepciones en algo creíble y a la vez bastante fantástico como para que la gente se sienta parte del cuento.
- Ya está la comida, dijo, ahora seguimos conversando, y comenzó a llevar los platos a la mesa.
Nos sentamos a comer y seguimos charlando. Era evidente que la cuestión de los relatos le había pegado. Estaba realmente interesada. Juraría que algunas veces leía alguno de estos relatos cuando nadie la observaba. Yo por mi parte, me hacía el experto.
- ¿ Y la gente como toma tus cuentos?
-Sin falsa modestia, te diré que a muchos les gustan
-¿ Y sobre que temas escribes?
-En general me gustan las historias de infidelidades e intercambios y también algo de orgías, le dije entre bocado y bocado.
- Pero al final todas son iguales, dijo tratando de rebajarme
-Si como todas las historias, ya sean románticas, policiales, de guerra. No hay muchos finales distintos. Lo que varía en el entorno de cada relato y allí trato de ser original, le dije
Con toda esta charla la cena terminó, preparó un café, y nos sentamos en el living. Era muy extraña la situación. Ella con su ropa transparente a través de la cual se apreciaba todo su deseable cuerpo, y yo en slip y totalmente desnudo, los dos charlando animadamente sentados en los sillones.
- ¿ Y como das a conocer tus relatos? Volvía y volvía sobre el tema, mas que interesada y juraría que hasta excitada.
-Los publico en diversas páginas con seudónimos distintos, es fácil.
-Que pena que nunca leí ninguno, dijo
-Si nunca lees estos relatos es lógico, por otro lado, si no sabes cuales son míos no podrás leerlos, le dije
- Si, tienes razón. La verdad que si hubiera sabido que eras un reconocido escritor te hubiera leído, dijo sonriendo.
-No te burles. En realidad es mi hobby para desenchufarme del stress del trabajo. No espero ganar nunca una moneda con esto, dije mientras terminaba el café.
Ella se levantó y volvió con dos vasos de whisky. Durante la cena habíamos tomado unos cuantos vasos de vino, y ahora con esto, nos ibamos a soltar totalmente. Yo tomé mi vaso y lo sorbí lentamente. Ella en cambio en 4 o 5 tragos lo terminó. Sus ojos se volvieron brillantes otra vez, como cuando estábamos en la oficina, despues del vino blanco.
-¿ me mostrarías alguno de tus relatos?
-Pero están en internet, no en papel, dije
-Mi esposo tiene una notebook en su estudio. Desde allí puedes conectarte
-Bueno, si quieres, no hay problema, inclusive, si tiene una impresora, puedo imprimirte algunos para que leas, le dije
-Me parece bien. La verdad que no me gusta leer desde la pantalla.
Le pedí que me indicara cual era el estudio y allí fui. Conecté el ordenador, busqué los sitios donde había relatos míos publicados, y elegí un par que me resultaban especialmente fuertes, y que habían merecido elogios de muchos ciberlectores. Una vez impresos, volví al living.
Selena estaba en la cocina terminando de levantar la mesa y lavar la vajilla. Esperé que regresara y observé que había vuelto a llenar los vasos de whisky. Yo me juré no tomar más porque si no iba a perder la conciencia. Saqué una buena parte del líquido y lo agregue a su vaso. Que ella se deshinibiera era interesante para lo que faltaba de la noche.
Por fin, volvió y se sentó. Tomó las hojas que estaban sobre la mesa, y tirándose contra el respaldo, tomó el vaso de whisky y comenzó a leer. Yo la observaba.
El primer relato se trataba de una mujer que engañaba a su esposa con un vecino del mismo edificio. Mientras lo leía, se notaba como iba enrojeciendo y bebía de su vaso.
Al terminar el relato, me miró.
-Debo reconocer que sabes jugar con el morbo de la gente. Entiendo porque gustan. Son fantasías que todos tenemos, dijo, y comenzó con el segundo relato. Este era una historia de intercambio de parejas que incluía diversas situaciones muy morbosas. Debo agregar que si ella se estaba calentando, yo estaba al rojo vivo. Me paré detrás de su sillón, y comencé a leer el relato junto con ella, siguiendo el texto que ella miraba.
Noté como frotaba sus piernas mientras avanzaba en el texto, y comencé a acariciar su cuello y su cabello. Ella se dejaba hacer , mientras seguía concentrada en la lectura. Mis manos bajaron y comenzaron a acariciar sus espléndidas tetas. Mis dos manos se adueñaron de sus pechos, una en cada uno, y mis pulgares jugueteaban con el botón de sus pezones.
-por favor, dejame terminar de leer, me suplicó mientras suspiraba ante el tratamiento que le estaba dando.
-Lee, lee, no me hagas caso, dije mientras seguía con mis caricias
-No seas hijo de puta. No puedo concentrarme, espera un poco, me pidió.
Saqué mis manos y la dejé. Di la vuelta y me senté sobre el apoyabrazos a su lado. Desde allí comencé a acariciar sus piernas y fui subiendo hasta llegar a su sexo. Estaba inundado. Mojado como nunca lo había visto. Evidentemente la situación, el alcohol, el relato y mis caricias la tenían totalmente entregada. Mis dedos juguetearon con sus labios vaginales y mi dedo medio encontró el camino para penetrarla, a lo que respondió separando sus piernas.
-Ahhhh, espera, que ya termino, por favor, suplicó
Me quedé allí con mi dedo dentro de su concha, sin moverlo, hasta que terminó de leer.
-Debo confesarte que es bueno, pero ¿ tu viviste algo de lo que cuentas?
-Algo, y ahora estoy viviendo algo para mi nuevo cuento.
-¿ Y como se va a llamar, preguntó mientras comenzaba a acariciar mi pedazo.
-Se me ocurre que podría ser “ espectador privilegiado” ya que la fortuna hizo que estuviera en el lugar justo y en el momento justo.
Ella bajó mi slip para sacar mi tranca afuera, y de inmediato se lo metió en la boca con desesperación. Yo acariciaba su cabeza y la dejaba hacer.
-Muy bien, putita, sigue, sigue, vamos, hazme gozar, yegua, le decía mientras ella succionaba con todas sus fuerzas. Mi mano en su sexo la estaba destruyendo. Mi dedo recorría el interior de su cuerpo y luego salía y jugaba con su clítoris que estaba duro como una piedra. Ella gemía ante este tratamiento. Por fin la levanté del sillón y la llevé hasta el estudio donde estaba el ordenador. Una vez allí, la senté sobre el escritorio y comencé a besarla.
- Ahora te voy a dejar un recuerdo para cuando veas a tu marido trabajando aquí, le dije mientras me acercaba y apoyaba la cabeza de mi verga en la entrada de su cueva. Ella me rodeó con sus piernas y se abrazó a mi cuerpo. Avancé, y sin resistencia, mi verga entró como un cuchillo caliente en la manteca. Un largo gemido acompañó la intrusión, y mis huevos chocaron contra su cuerpo indicando que era totalmente mía.
-por favor, que placer me das, dijo
-Lástima que ya tengo que irme, dije tratando de retirarme
-Ni lo sueñes hijo de puta, no vas a dejarme así, dijo reteniéndome para que no desmontara.
-Pero no querías que me quedara.
-Solo un rato más, pidió
-No, todo el día o nada.
-Es muy peligroso, mi esposo puede volver
-Dijiste que volvería a la noche,
-Pero no es seguro, y en ese momento, mientras la estaba clavando hasta el fondo sonó el teléfono.
-Déjame, tengo que atender, dijo
-Tienes uno al lado tuyo atiende desde ahí, le contesté comenzando a serrucharla.
Levantó el teléfono.
-Hola mi amor, dijo mirándome con cara de susto.
-Estoy bien, no, no estaba durmiendo.
-Si, te extraño, por eso no puedo dormir. Me siento sola, contestaba mientras mi verga la perforaba con dedicación.
-¿ Y cuando volverás entonces?, bueno está bien no te hagas problema. Si no te preocupes, tomaré un vaso de leche tibia y me dormiré no te preocupes, te quiero, un beso para vos, y colgó.
-Que dice nuestro común amigo?, le pregunté
-Que no volverá hasta bien entrada la noche, porque no hay pasajes más temprano.
-Que pena, tendré que hacerte compañía
-No seas malo, no te burles.
- No, si no me burlo, estoy preocupado, Tengo leche para darte pero tanto como un vaso, no creo, dije riendo mientras aceleraba mis arremetidas.
-Me vuelves loca, sigue, sigue.
-No ya está bautizado el escritorio del cornudito, ahora volvamos al dormitorio que estamos más cómodos, le dije desensillando y bajándola del escritorio. La tomé del brazo y la llevé a la cama matrimonial.
-Ahora ponte en cuatro patas, no al revés, mirando hacia acá, le dije haciendo que su cabeza quedara del lado de los pies.
Me ubiqué a su grupa, y comencé a refregar mi verga en su concha y su culo. Al mismo tiempo con el control remoto encendí el televisor y apareció en pantalla la película que me había abierto sus piernas.
De inmediato ella la vio y comenzó a mirarla. Como imaginé, estaba reviviendo todo lo ocurrido y eso la pondría al rojo vivo. En ese momento la monté nuevamente mientras mi mano jugaba con el agujero de su culo y comenzaba a penetrarla. Mi saliva ayudaba a que ese dedo se lubricara, y mientras comentaba la película para que ella no se diera cuenta de lo que iba a pasar.
-Vaya, vaya, Cuentame que sentías, le dije
Hmmm. Me sentía bien, me gustaba...
¿ Y ahora? ¿ Te gusta?
Simmmm, sigue sigue
Dos dedos ya jugaban en su culo, y en un momento la saqué y la apoyé en su entrada trasera.
¿ Qué haces?, preguntó alarmada
- Shh, quedate callada que te va a gustar, dije mientras empujaba y alcanzaba a traspasar su esfinter.
-¡¡¡Noo!!! me va a doler, dijo mientras trataba de escaparse, cosa imposible. Un pequeño empujó y unos cuantos centímetros de mi verga penetraron en ella e hicieron imposible cualquier retirada.
-No, no lo hagas, por favor, me lastimas, sollozaba, mientras yo, despacio iba introduciéndome centímetro a centímetro. En un momento comenzó a llorar y se entregó y entonces aproveché y la poseí totalmente.
-Eres un sádico, no puedes disfrutar con mi dolor, decía
-Espera un momento que vas a gozar tu también, le dije quedándome quieto un rato hasta que ella se acostumbrara. Selena aguantaba apoyada en sus rodillas y sus codos la posesión. Luego de un rato sentí como se aflojaba y de pronto pude empezar a ir y venir suavemente, cosa que ella acompañó con gemidos y suspiros. A partir de allí todo fue coser y cantar.
Por fin, luego de un buen rato de bombearla, me dejé ir y me vacié en su cuerpo. Cuando terminé caí sobre la cama y ella a mi lado, mientras seguíamos mirando la película.
- cada vez que lo veo no puedo menos de reconocer lo bien que chupas esa verga, has practicado mucho en tu juventud, no? Cuentame vamos que estamos solos.
-Si, de joven fui siempre muy atractiva. Desde lo 13 años ya tenía un buen cuerpo, y los muchachos querían aprovecharse de mí.
- Cuenta cuenta, que me interesa.
-Tenía un primo mayor,como de 18 años con el que jugaba siempre, y una tarde a la siesta, me llevó al cuarto del fondo y allí me mostró su verga y me enseñó a chuparla. Durante todo el verano, a la tarde cuando quedábamos solos me llevaba al cuarto y me hacía chuparle la verga y tomarme su corrida. Realmente me volví una experta.
- ¿ Y se conformó con eso?
-Si hasta que cumplí los 15. El ya tenía 20 y estaba de novio. En una fiesta familiar, me apartó del grupo, me emborrachó, y me llevó al jardín. Me puso en cuatro detrás de un cantero de flores, y me desvirgó. Me dolió mucho la primera vez. A la semana vino a buscarme con dos amigos para ir al cine, y en lugar de llevarme al cine, detuvieron el auto en un descampado y me obligó a chuparle la verga a los tres, y luego me fueron pasando entre ellos, cogiéndome sin pausa durante horas. No sabes todo lo que aprendí esa noche, me dijo
-Vaya que historias interesantes que tienes para contar. Y después conociste a tu esposo.
- NO, a mi esposo lo conocí mucho después. Para esa época ya el sexo no tenía secretos para mí, y había ganado mucha experiencia. Mi primo le contó a mi tío lo que habían hecho, y un día que fui a su casa, él estaba solo y me contó lo que sabía. Me sentí avergonzada, pero me dijo que no tenía de que avergonzarme, que los culpables eran esos críos que se habían aprovechado de mi, pero que él me iba a mostrar que el sexo podía ser distinto, y sin más se bajó los pantalones y sacó una verga enorme, la más grande que había visto y me la dio para que la chupara para ver si era cierto que era tan buena. Me costó trabajo meterla en la boca, pero pude con ella, y luego de un rato me desnudó y me partió a vergazos. Nunca me sentí tan cogida, te puedo asegurar. Yo era una niña y esa verga era para una mujer mayor. Cuando terminó conmigo estaba destrozada, pero ya era capaz de cualquier cosa. Instintivamente, de manera inconsciente mi mano comenzó a juguetear con su sexo mientras escuchaba esas historias, y ella de igual manera comenzó a masturbarme sin dejar de hablar.
-¿ Y como conociste a tu esposo?, pregunté mientras seguia acariciándola
-Cuando fui a la facultad. Al salir de mi pueblo, cambié totalmente mi estilo. Empecé a vestirme sobriamente y no dejé que ningún hombre se me acercara. No quería volver a caer en lo anterior. Realmente la pasé bastante mal ante la carencia de sexo, pero era la única manera de entablar una relación seria y constituir una familia de verdad. En ese momento apareción mi marido. Nos pusimos de novios y al terminar de estudiar nos casamos.
-¿ Y te acostaste con él?, pregunté mientras mis dedos entraban en su cuerpo.
-Luego de un tiempo, cuando estuve segura de lo que sentíamos, dijo entre suspiros ante mis caricias.
-¿ Y como le explicaste tus habilidades?
-Disimulé al principio. Le dije que solo había tenido un novio que me había desvirgado hacía tiempo, y de a poco me fui soltando a medida que él me iba pidiendo cosas nuevas, y así conseguí que nunca sospechara de mi pasado, dijo mientras apretaba mi verga y aceleraba la masturbación.
-¿ Y que tal es en la cama?
-Es bueno, pero la mala soy yo. La rutina me está matando. Cada día necesito mas nuevas experiencias. No puedo acostumbrarme al sexo con una sola persona, culpa de mi primo que me hizo probar toda clase de perversiones.
En ese momento la obligué a que dejara mi verga pues si seguía así iba a correrme y ya no tenía mucho resto para atenderla. Comenzamos a besarnos y acariciarnos como si fuéramos verdaderos amantes. Luego de un buen rato, me coloqué sobre ella y la poseí suavemente, arrancando gemidos y suspiros de su boca, y al estar agotados, pudimos hacer el amor durante un rato largo, para al final dormirnos uno en brazo del otro.
Por la mañana, al despertarme estaba solo. Desde la cocina se escuchaban ruidos. Estaba totalmente empalmado. Me levanté desnudo como estaba y me dirigí hacia donde estaba ella. De pie, frente a la mesada preparaba el desayuno, con el desabillé negro que mencioné, sin nada debajo. Me acerqué sigilosamente por su espalda y tomándola de los hombros la besé en el cuello.
- ¿ Que haces? Dejame cocinar, dijo sonriendo.
Sin mediar palabras levanté su desabillé, tomandola del cuello la obligué a inclinarse un poco, y apuntando mi dura herramienta la penetré de un golpe.
- ¡¡¡Ay!!! No seas animal, espera, dijo tratando de escapar del empalamiento.
Tomé sus tetas y la obligué a quedarse inclinada mientras yo comenzaba a entrar y salir de su cuerpo. En un par de minutos estaba respondiendo a mis ataques con todo lo que tenía. Separó sus piernas y sus manos comenzaron a jugar con mi sexo por el medio de ellas. Esa acción terminó de enloquecerme y aceleré mis arremetidas, sacudiendola con cada penetración.
Por fin, me vacié por completo, mientras ella alcanzaba un clímax salvaje.
***
Volví a la tardecita a mi apartamento. Estaba agotado y satisfecho como nunca. Selena era todo lo que yo imaginaba y más.
En el trabajo, nos comportamos como si nada hubiera ocurrido, y al terminar mi tarea volví a la casa central.
Hasta hoy no volví a verla, pero algunas veces, una Selen69 comenta algunos de mis relatos, especialmente cuando se refieren a infidelidades y orgías, y al leerla recuerdo los momentos que compartimos. Cada 2 años el personal vuelve a la Central a actualizarse, y ahora faltan 6 meses para que sea su turno......
Los siguientes días, seguí de cerca el comportamiento de Ricky. En varias ocasiones se ausentó del trabajo luego de recibir algún mensaje en su celular. Selena ya había terminado el adriestamiento y había regresado a su sucursal que estaba a una hora de viaje de la central.
Un tiempo después salimos a almorzar con Ricky y luego de un buen almuerzo y un buen vino la charla se hizo íntima , y en esa intimidad, terminó por confesar lo que había pasado con Selena.
- Mira Raúl, debo confesarte algo, ahora que ya pasó. Al final te hice caso y avancé con Selena
- No me digas, ¿ Y como te fue?, mentí
- De maravillas. Ha probado ser toda una perra, muy sensual y muy atractiva, me dijo sonriendo
- Bueno, cuenta, cuenta, lo incité.
- Pues mira, la primera vez la llevé a la oficina fuera de hora. Se notaba en sus gestos que estaba más que interesada. No me costó mucho tenerla a mi disposición. Y le gustó. Me dijo que nunca le había sido infiel al esposo, así que no te sientas mal por que no aceptó tu invitación. En otra oportunidad me dijo que le gustastes pero no quería engañar a su pareja. Bueno, como sea , pasó algo muy raro, que me hizo recapacitar y cortar nuestra relación.
- ¿ Qué pasó?, pregunté interesado
- Sabes, desde hace mucho tiempo con mi mujer no tenía mas relaciones. Los dos estábamos cansados, aburridos, que se yo. Pero a partir de mi relación con Selena yo estaba todo el día caliente. Al principio me contenía porqué me daba vergüenza buscar a mi mujer porque estaba caliente con otra, pero una noche decidí probar y la respuesta de mi mujer fue asombrosa. Estaba más caliente que yo. Me hizo de todo. Te juro que nunca me había tratado así. Y yo, me volvía excitar como la primera vez que la tuve, y empecé a coger con ella a toda hora, así que unos días después, aprovechando que Selena se volvía a su ciudad, corté y quedamos como amigos, comprometiéndonos a que nadie jamás sabría lo nuestro. No queremos que nuestras respectivas parejas se enteren de esta aventura tan fugaz.
- Que suerte que tienes de que tu mujer te desee tanto, le dije, mientras por dentro me imaginaba la razón por la que su mujer actuaba así. Estaba disfrutando de los cuernos que le había puesto y eso la tenía excitada. Era lo mismo que le pasaba a él, pero el cornudo no hacía ese análisis, y pensaba que era porque había renacido el amor.
- Si, realmente soy afortunado, así que ahora me dedico exclusivamente a mi mujercita. Basta de aventuras, al menos por ahora, dijo sonriendo.
Cuando nos separamos volví a analizar lo que pasaba. Me estaba cogiendo a la mujer de mi amigo, un par de días a la semana. Ese sexo clandestino, la volvía loca y disfrutaba el sexo con su marido, seguramente pensando en los cuernos que le ponía periódicamente. Hasta ahí, todos ganábamos. El problema era como abordar a Selena. Y la suerte me ayudó
Unos días después el gerente de la sucursal de Selena pidió unas semanas de licencia para realizarse una intervención quirúrgica. La dirección de la empresa, no quiso nombrar como interino a nadie de la misma sucursal para evitar que la amistad entre los empleados provocara algún descontrol, y decidió enviar alguien de afuera a hacerse cargo de la agencia. Por supuesto, moví mis contactos y conseguí hacerme del cargo, que por otro lado no despertaba mucho interés en nadie, porque era temporal y había que trasladarse a otra ciudad. Todos tenían familia y yo solo tenía una esposa de la cual estaba prácticamente separado. Solo compartíamos la casa. Cada uno hacía su vida.
Apenas llegar, me presentaron a todo el personal y allí estaba ella, tan bella y sensual como siempre, y además sonriente porque seguramente pensó que como me conocía iba a tener alguna ventaja sobre los demás. E iba a tenerla, pero porque yo conocía ciertas cosas de ella que los demás no.
De inmediato la convoqué a mi oficina.
-Selena, un gusto tenerte aquí, dije cuando entró a la gerencia. Ella se acercó al escritorio a darme la mano y un beso.
-Te felicito por el nombramiento, me dijo, mientras su perfume me envolvía.
-Gracias, pero es solo temporario. Lo acepté para probar cosas nuevas, dije con doble intención que ella por supuesto no comprendió, Te llamé porque eres la única persona que conozco aquí y necesito que me asesores sobre el funcionamiento del negocio y las características de los empleados. Tengo poco tiempo, y no puedo hacer mi propia experiencia laboral, así que quiero aprovechar el tiempo todo lo que pueda, dije sonriendo.
-Será un placer Raúl, dijo modosita
-Espero que no te moleste, si te llamo a cada rato, cuando me surja alguna necesidad, le dije
-No hay problema, estoy a tus ordenes, y yo pensaba, y no sabes hasta donde.
Charlamos unos minutos y la despedí.
Los siguientes días la convocaba varias veces por día, hasta que se estableció entre nosotros una buena intimidad de trabajo. Por fin, con la excusa de resolver unas cuestiones urgentes le pedí que se quedará después de hora para adelantar el trabajo.
-No hay problema, contestó
-Mira no quiero que tengas problemas en tu casa, le dije humildemente
-No, esta bien, mi esposo viaja este mediodía a un Congreso en la capital, así que no estará por un par de días. Como voy a estar sola, no tengo problemas de horario. Al escuchar esto, mi verga pegó un brinco. Los planetas se habían alineado. Yo pensaba echarle un polvo rápido en la oficina, y resulta que si jugaba bien podía tenerla un par de días en su casa y disfrutarla plenamente.
-Te agradezco la disposición. Te aseguro que no te arrepentirás, le dije.
-¿ A qué hora nos reuniremos?
-Mira, la jornada termina a las 19 hs. Dame un rato para descansar un poco y estar bien despierto. Ven a mi oficina a las 20 hs, si te parece bien.
-Para mí está bien, lo único que me gustaría refrescarme un poco también, me dijo
-Entiendo. No hay problema. Puedes irte a tu casa a las 17 y vuelve para las 20, ¿ te parece?
-Perfecto, dijo sonriendo, más que suficiente para organizar mis cosas.
A las 18 hs, le pedí a mi secretaria que no me molestara nadie, y que el personal de limpieza dejara mi piso para el último. Le dije también que al día siguiente quizás no viniera porqué tenía una reunión importante y que de ir Selena me acompañaría, así que en cualquier caso le avisara a personal. Me dí una ducha, me cambié la ropa, me afeité y me puse ropa sport, más cómoda que el traje que usaba habitualmente. Preparé café, puse un vino blanco en la nevera, cargué el dvd en el que había convertido la grabación de mi celular, y acomodé los papeles en los que supuestamente ibamos a trabajar.
Mientras hacía todo esto, se cumplió el horario, y el personal se retiró. Solo quedaba el personal de vigilancia en planta baja.
Me senté en mi escritorio, y esperé que se hiciera la hora. A las 20,01 sentí el ascensor subir y un minuto después Selena entraba en la oficina. Ella también se había cambiado. En lugar del traje sastre que usaba en la oficina, vino con unos vaqueros que parecían pintados al cuerpo, tal como la recordaba en el curso que había dictado. Un sweater de lino rosa,completaba su vestimenta. Estaba realmente para comérsela y eso pensaba hacer. Era ahora o nunca.
Apenas llegó le serví un café y comenzamos a revisar los legajos, uno a uno. Estabamos pegados uno al otro. Su perfume me enloquecía y me costaba disimular y hacer que trabajaba. Mi intención era que el tiempo pasara y se hiciera tarde. El reloj pasaba muy lento pero al fin, se hicieron las 10 de la noche.
- Bueno es momento de hacer una pausa, le dije levantándome de la silla y estirándome.
-Si, tienes razón, dijo ella imitándome.
- ¿ Quieres tomar algo?, pregunté
- Si, por favor, dijo amablemente
Fui a la nevera abrí el vino y serví dos copas.
Ella lo probó, y se sorprendió.
-Perdón, pensé que ibas a servir un refresco. No tengo hábito de tomar vino, me marea, dijo dejando la copa sobre el escritorio.
-Disculpa, no tenía otra cosa. En realidad era del gerente anterior. Yo no tuve tiempo de revisar la nevera. Pero esta frío y es bueno. Una copa no te va a hacer daño, insistí.
Ella , me imagino que para no quedar mal con el jefe tomó el vaso y tomó un pequeño sorbo. Nos sentamos y comenzamos a charlar de sus cosas, especialmente, por supuesto de su matrimonio, que simpre ponía por delante como yo ya sabía. Después pasamos al curso que había hecho conmigo. Cada rato volvía a llenar las copas, y en un rato, se notaba el brillo en sus ojos.
-Debo decirte que me impactaste cuando te ví. Por eso te invité a tomar un café. Nunca tuve la posibilidad de disculparme por ese avance, le dije.
- No hay problema, en realidad me halagó que me invitaras pero, ya sabes, no soy libre de aceptar esas invitaciones, dijo seria.
-Por supuesto, te comprendo. Inclusive comentamos con Ricky ¿ Te acuerdas de Ricky?
Noté como se tensó.
- Si, por supuesto. ¿ Y que comentaron? Preguntó con curiosidad, y nerviosa.
-No, comenté que te había invitado a tomar un café, y el me dijo que también le habías gustado y que iba a intentar charlar contigo. Después no hablamos más. Dime, al final ¿ Te invitó a tomar algo?
Por un minuto dudó. Su rostro denotaba que dudaba sobre la respuesta. ¿ Hasta donde sabría yo? Ricky le juró que no iba a contar nada, pero los hombres no son ninguna garantía. De pronto empezó a pensar que esta reunión tenía otro sentido que no era precisamente laboral. Pero ella estaba segura que podía desmentir cualquier cosa que su amante hubiera contado así que se tranquilizó y trató de armar una respuesta creíble.
-Si, me invitó a tomar un café, y cuando le dije que no quería que me vieran relacionándome con un compañero de trabajo, trajo el café y lo tomamos en su oficina.
Raúl pensó que además de bonita era inteligente. Era mas difícil de desenmascarar una media verdad que una mentira absoluta. Pero estaba tranquilo. Ella no podría mentir por mucho más tiempo.
-Bueno, evidentemente fue mas inteligente que yo, hay que sacarle el sombrero. A mi no se me hubiera ocurrido, le dije, si lo hubiera hecho ¿ Hubieras aceptado tomar un café conmigo? Le pregunté inocentemente.
-Ya pasó hace tiempo, no te puedo responder hoy por lo que hubiera hecho en ese momento.
-¿ Y hoy? ¿ Aceptarías?
Nuevamente se tomó un segundo para pensar. Comenzaba a sentirse acorralada. Pero al mismo tiempo lo disfrutaba.
-Ya tomamos un café ¿ te acuerdas?, dijo sonriendo
- Tienes razón, le dije mientras volvía a llenar las copas., bueno pero cuéntame como siguió la reunión con Ricky. No creo que no te haya echado los tejos.
- Eres muy curioso, sabes?
- No es eso, es que me gusta saber cuan sincera es la gente que trabaja conmigo, dije como jugando.
Sus ojos destellaron. Sospechaba que yo sabía mas de lo que decía, pero no sabía cuanto, y no quería quedar desubicada.
-Si, me hizo algunas insinuaciones, pero yo le dije lo mismo que te dije a tí. Estoy casada y feliz.
- ¿ Y luego?
- ¿ Luego qué?
-Luego de decirle eso, que pasó, insistí.
-Nada pasó, dijo poniéndose seria.
-Ay Selena, no eres buena mintiendo, me parece que algo ocultas, le dije sonriendo pícaramente.
- Me parece que esta charla está tomando un caríz que no me gusta, dijo moviéndose incómoda.
-No te molestes,por favor. Solo quiero que entiendas algunas cosas. Tranquilízate
-¿ Qué quieres que entienda?, preguntó levantando la voz.
-Es muy simple Selena. Me gustas mucho y se que no te desagrado. Vine a esta sucursal por una sola razón: tú.
-Pues te equivocas conmigo, dijo tensa.
-No me equivoco en lo más mínimo. A ver si nos entendemos. Se que engañaste a tu esposo con Ricky y lo disfrutaste. Lo que quiero es que la pasemos bien estos días que voy a estar por aquí y cuando me vaya no volverás a saber de mí. Solo te quedarán unos hermosos recuerdos y unos momentos placenteros que te harán disfrutar mas de tu matrimonio, le dije mientras acariciaba sus hombros, no quiero lastimarte ni perjudicarte.
Retiró mis manos violentamente, y se levantó.
- Tu estás loco, si crees las mentiras que te contó el degenerado de tu amigo, y si piensas que puedes extorsionarme con chismes, creo que esta reunión terminó, dijo tomando su cartera y dirigiéndose a la puerta.
-Espera un minuto, Selena,le dije mientras encendía el video que estaba en un rincón detrás mío.
Ella se dio vuelta . De prontó notó el televisor prendido y lo miró de reojo. Su cara se transfiguró. Quedó helada, como si se hubiera transformado en piedra. Todos los colores pasaron por su rostro. No pudo articular palabra.
Detrás mío pasaban las imágenes y en la oficina reverberaban los gemidos y gritos de ella y su macho tirando.
- ¿ Cómo.....? Atinó a decir mientras se notaba como el enojo se transformaba en pánico y a la vez en excitación al verse en pantalla gigante teniendo sexo.
-Suerte, simplemente, Selena. Y te aclaro que Ricky nunca me contó nada. Es todo un caballero, como yo. Tampoco pienso contar nada, le dije, estableciendo las bases para un acuerdo.
Se acercó lentamente a la silla y se desparramó sobre ella. Puso su cara entre las manos y suspiró.
- Apágalo por favor, me suplicó, cosa que hice de inmediato.
- No me gusta que me chantajeen, dijo con un hilo de voz.
- Y no quiero chantajearte. Solo quiero demostrarte que se que eres capaz de disfrutar del sexo con alguien que te guste, y como se que te gusto, y te deseo quiero poseerte y hacerte feliz. Ya te dije que no quiero hacerte ningún daño, dije con dulzura.
-Si, pero seguramente serías capaz de envíarselo a mi esposo si no acepto acostarme contigo.
-Yo no dije eso. Quiero que hagas las cosas porque tienes ganas, sin amenazas.
- No te creo. Se que eso es lo que harás, dijo, como pidiéndome que la forzara a satisfacerme. Y entonces comprendí que lo que ella necesitaba para no sentirse culpable era que le hicieran sentir que la forzaban.
-Pues será así, si no tengo más remedio, le dije y noté como se rindió. Ahora mismo bajarás conmigo y me llevarás a tu casa. Estás sola y allí estaremos seguros de que nadie grabara lo que pase en un lugar público como este. La próxima vez tendrás que tener mas cuidado, le dije tomándola del brazo y levantándola de la silla. Le dí su cartera, y la arrastré del brazo mientras apagaba las luces, sacaba el cd, cerraba la puerta y la metí en el ascensor que llevaba al estacionamiento.
Ella se dejó llevar sin ofrecer resistencia. Una vez en el estacionamiento, la subí a mi auto y salimos a la calle. Los vidrios polarizados no permitieron que el cuidador la viera.
- Dime como llegar a tu casa , le dije una vez que doblamos la esquina.
- No es justo lo que haces, suplicó, dame el cd y déjame tranquila, suplicó.
-Dime donde vives, y no lo repetiré, insistí. Ella me indicó entonces como llegar a su departamento.
Luego de que avanzamos unas cuadras comencé a acariciar sus piernas. Ella no se movió. Mi mano fue haciéndose cada vez más indiscreta hasta que llegué a su entrepierna, entonces trató de correrla. Luchamos unos segundos y por fin, dejó de pelear, y se aflojó. Cuando tomé posesión de su sexo, suspiró y lentamente comenzó a abrir sus piernas para facilitar mis caricias. Cerró los ojos y se quedó allí, sintiendo mi mano.
En un semáforo, aproveché para bajar el cierre de mi bragueta y sacar mi verga que estaba hinchada y caliente. Ella no lo notó, por la música que invadía el habitáculo y apagaba los ruidos interiores y exteriores. Ya en marcha nuevamente, tomé su mano y la dirigí a mi verga. Al principio se resistió y trató de retirarla, pero la obligué a rodearla con sus dedos. Cuando no trató mas de alejarse, la solté y volví a acariciar su sexo.
Seguimos viaje, y despacio, comenzó a masturbarme suavemente. El líquido preseminal mojaba su mano, y ella lo sentía. Ese líquido pegajoso y resbaladizo facilitaba los movimientos de su mano en torno a mi vara.
-Esta es la dirección. Dime cual es el edificio.
Abrió los ojos e indicó con su otra mano, un edificio de 7 pisos, moderno y con grandes ventanas.
- ¿ Donde dejo el auto? Pregunté.
- Entra y usa la cochera de mi esposo, ya que el no está.
- Bien. Además no es lo único de tu esposo que voy a usar ya que no está, le dije riendo.
Entré al edificio y me indicó cual era el lugar. Una vez que estacioné, giré sobre ella y la besé, vorazmente, metiendo mi lengua hasta el fondo de su garganta. Sentí como su mano apretaba mi verga con desesperación. El beso duró un rato largo, hasta que ambos nos quedamos sin aire, mientras su mano apretaba mi verga y la mía magreaba su sexo a través del jean. Por fin, nos separamos.
Me acomodé la ropa, y le ordené que bajara y fuera adelante para indicarme el camino. Bajamos y la seguí, disfrutando de ese culo con el que tanto había soñado. Llegamos al ascensor y subimos hasta el 6º piso. En el ascensor volví a acariciarla, esta vez mientras la besaba, retorcía sus pezones que estaban duros como piedras. Ella me abrazaba y se entregaba totalmente. Llegamos al piso y entramos.
Encendió la luz y dejó su cartera. El departamento era muy bonito.
- Llévame al dormitorio,le dije tomándola del brazo.
- No, al dormitorio no, quedémonos aquí, suplicó.
- Tendremos tiempo de venir aquí, pero ahora me quiero poner cómodo, dije mientras le apretaba el brazo. Lentamente comenzó a caminar hacia un pasillo y abrió la última puerta.
Encendió la luz y entramos. Una hermosa cama extra large ocupaba el centro de la estancia. En un rincón una tv con reproductor de video. Me arrojé sobre la cama, y me apoyé en el respaldo. Encendí un velador que daba una luz tenue .
- Apaga la luz, le ordené, lo que ella hizo de inmediato. Se quedó allí de pie frente a la cama, mirándome.
- Ahora te vas a desnudar lentamente y trata de calentarme, le dije mientras colocaba mis brazos detrás de mi cabeza para disfrutar del espectáculo.
Mirándome, se quitó los zapatos, luego lentamente se quito el sweater, quedandose con el corpiño unicamente. Luego pasó sus manos a la espalda y lo desprendió. Sus tetas rebotaron libres y quedaron suspendidas formando unas sensuales curvas, cuando quedaron al aire libre.
- Vaya, vaya, que par de tesoros. Al tacto estaban buenas pero a sí son supremas, le comenté .
- No se como puedes disfrutar de abusar así de una persona, dijo mientras se desabrochaba el pantalón.
-Shhh, no me hagas enojar, porque dejamos todo como está, me voy, y mañana tu esposo tiene una hermosa película para el fin de semana, y uniendo el dicho al hecho me levanté amenazante de la cama.
- Por favor, espera, suplicó.
- Está bien pero ahora vienes y me besas un rato, y con ganas, le dije quedándome parado al lado de la cama.
Ella se acercó y me besó abrazándome y apretando sus tetas contra mi cuerpo. Su lengua entró en mi boca, demostrando a las claras que estaba muy excitada y que su enojo era una actuación para no sentirse culpable. Cuando se separó, volví a mi posición inicial.
Ella siguió con su jean, se lo quitó y quedó allí de pie. Se quitó las medias y su tanga quedando totalmente desnuda. El espectáculo era enloquecedor.
Me levanté de la cama y procedí a quitarme la ropa, quedándome también desnudo y exhibiendo una erección mas que respetable. Debo decir que mi verga era más larga y gruesa que la de mi amigo como pude comprobar de observar el video. La cara de deseo y lujuria de la hembra demostraba que ella también se había dado cuenta.
Totalmente desnudo me acosté nuevamente y abrí mis piernas dejando a la vista mi verga y mis pelotas hinchadas.
- Hazme gozar putita, le dije, mensaje que ella entendió. Se acercó subió a la cama y gateando lllegó hasta mi herramienta comenzando a masturbarla con una mano mientras sopesaba mis pelotas con la otra. Yo tiré mi cabeza hacia atrás y la dejé hacer, cerrando los ojos y gozando como nunca.
Luego de un rato, sentí como su lengua comenzaba a acariciar mi verga y después era toda su boca la que rodeaba mi aparato y succionaba con ganas.
- Dame tu conchita, le dije, y ella giró poniendo una rodilla a cada lado de mi cuerpo y sentándose sobre mi rostro mientras seguía chupando. Mi lengua encontró facilmente el camino a su sexo y comencé a penetrarla con ella. Los gemidos de Selena mostraban que estaba al menos, tan caliente como yo.
Pasé mi lengua arriba y abajo y jugue con su clítoris, provocando espasmos de placer en la hembra. Llegó un momento en que no aguanté más y me moví para que dejara de chupar porque si no me iba a correr y tenía otros planes.
- Date vuelta, le dije, y ella giró y quedo arrodillada sobre mi cuerpo de frente a mí.
- Montame, y ella levantando su cuerpo, buscó mi verga con su mano y la apuntó a su conejito, dejándose luego caer lentamente, hasta que pudo guardarla toda en su cuerpo. Mientras yo magreaba sus hermosas tetas.
Comenzó a cabalgarme ágilmente y yo disfrutaba como loco. Luego de un rato giré mi cuerpo y quedamos de costado. Una de sus piernas quedó bajo mi cuerpo y entonces pude empezar a moverme y bombearla como se merecía. Luego de un rato me coloqué sobre ella y levantando sus piernas las puse sobre mis hombros, haciendo que su entrega fuera total. En esa posición la volví a penetrar por completo, y sus gemidos eran de película.
-Ahhhhm, me llenás por completo animal, despacio, despacio, por favor, gritaba mientras yo seguía mi pistoneo.
- Ni loco pienso aflojarte puta, le decía mientras la miraba y continuaba la posesión.
En ese momento ella comenzó a acabar, gritando como una condenada, por lo que tuve que taparle la boca para que no vinieran todos los vecinos. Comenzó a gemir y llorar por la fuerza de la corrida y no aguanté mas. Me vacié por completo dentro de ella, en unas arremetidas salvajes, que liberaban chorros y chorros de semen. De a poco nos fuimos aflojando y quedamos uno encima del otro desparramados en la cama.
Luego de un rato, giré y me acosté a su lado.
- Bueno, ya obtuviste lo que querías, espero que ahora me dejes tranquilo , dijo Selena.
-Esto recién empieza querida. Hay muchas cosas para hacerte todavía, y como tu maridito no está, nos vamos a quedar aquí todo el día hasta que nos saquemos las ganas.
-¡ Ni lo sueñes!, contestó, Ya es medianoche y debes irte
-Ve a preparar algo para comer y en la cena hablamos, le dije, poniéndome cómodo en la cama.
- Voy a preparar algo y luego te vas, dijo levántandose de la cama. Sacó un desabillé transparente negro del placard, se lo puso, y se alejó hacia lo cocina moviendo su hermoso culo.
Me levanté y busqué en mi portafolio el cd y lo coloqué en el equipo de video. Luego busqué mi slip y me vestí con él, para luego ir hacia la cocina.
Selena preparaba una ensalada y unos huevos revueltos. Me quedé al costado de ella viéndola trabajar.
- ¿ Con que te diviertes? Le pregunté
-¿ Cómo?
-Digo, que haces para divertirte cuando no estás trabajando.
-Pues, me gusta leer, o ir a ver alguna película. A mi esposo le gusta más el teatro así que alguna noche lo acompaño, dijo mientras seguía con su tarea.
-Yo también prefiero leer o navegar en internet en los ratos libres, le dije.
- A mi internet no me convence demasiado
-Es bueno, hay de todo
-Mucha pornografía también
-No es mi preferida. En realidad prefiero los relatos eróticos.
- Nunca leí ninguno. No me gusta el sexo de esa manera
-Harías bien en leer alguno bueno, podría llegar a gustarte.
-No creo, además los que escriben son todos unos degenerados.
- Gracias por lo que me toca, le dije
Me miró extrañada.
- No me digas que escribes relatos escandalosos, dijo asombrada
- Eróticos, no escandalosos, y si, los escribo
- ¿Imaginarios?
-Algunos sí, otros bastante ajustados a la realidad.
-¿ Y como se te ocurren los argumentos? Preguntó interesada.
- Leo, escucho, veo, e imagino como combinar todas esas percepciones en algo creíble y a la vez bastante fantástico como para que la gente se sienta parte del cuento.
- Ya está la comida, dijo, ahora seguimos conversando, y comenzó a llevar los platos a la mesa.
Nos sentamos a comer y seguimos charlando. Era evidente que la cuestión de los relatos le había pegado. Estaba realmente interesada. Juraría que algunas veces leía alguno de estos relatos cuando nadie la observaba. Yo por mi parte, me hacía el experto.
- ¿ Y la gente como toma tus cuentos?
-Sin falsa modestia, te diré que a muchos les gustan
-¿ Y sobre que temas escribes?
-En general me gustan las historias de infidelidades e intercambios y también algo de orgías, le dije entre bocado y bocado.
- Pero al final todas son iguales, dijo tratando de rebajarme
-Si como todas las historias, ya sean románticas, policiales, de guerra. No hay muchos finales distintos. Lo que varía en el entorno de cada relato y allí trato de ser original, le dije
Con toda esta charla la cena terminó, preparó un café, y nos sentamos en el living. Era muy extraña la situación. Ella con su ropa transparente a través de la cual se apreciaba todo su deseable cuerpo, y yo en slip y totalmente desnudo, los dos charlando animadamente sentados en los sillones.
- ¿ Y como das a conocer tus relatos? Volvía y volvía sobre el tema, mas que interesada y juraría que hasta excitada.
-Los publico en diversas páginas con seudónimos distintos, es fácil.
-Que pena que nunca leí ninguno, dijo
-Si nunca lees estos relatos es lógico, por otro lado, si no sabes cuales son míos no podrás leerlos, le dije
- Si, tienes razón. La verdad que si hubiera sabido que eras un reconocido escritor te hubiera leído, dijo sonriendo.
-No te burles. En realidad es mi hobby para desenchufarme del stress del trabajo. No espero ganar nunca una moneda con esto, dije mientras terminaba el café.
Ella se levantó y volvió con dos vasos de whisky. Durante la cena habíamos tomado unos cuantos vasos de vino, y ahora con esto, nos ibamos a soltar totalmente. Yo tomé mi vaso y lo sorbí lentamente. Ella en cambio en 4 o 5 tragos lo terminó. Sus ojos se volvieron brillantes otra vez, como cuando estábamos en la oficina, despues del vino blanco.
-¿ me mostrarías alguno de tus relatos?
-Pero están en internet, no en papel, dije
-Mi esposo tiene una notebook en su estudio. Desde allí puedes conectarte
-Bueno, si quieres, no hay problema, inclusive, si tiene una impresora, puedo imprimirte algunos para que leas, le dije
-Me parece bien. La verdad que no me gusta leer desde la pantalla.
Le pedí que me indicara cual era el estudio y allí fui. Conecté el ordenador, busqué los sitios donde había relatos míos publicados, y elegí un par que me resultaban especialmente fuertes, y que habían merecido elogios de muchos ciberlectores. Una vez impresos, volví al living.
Selena estaba en la cocina terminando de levantar la mesa y lavar la vajilla. Esperé que regresara y observé que había vuelto a llenar los vasos de whisky. Yo me juré no tomar más porque si no iba a perder la conciencia. Saqué una buena parte del líquido y lo agregue a su vaso. Que ella se deshinibiera era interesante para lo que faltaba de la noche.
Por fin, volvió y se sentó. Tomó las hojas que estaban sobre la mesa, y tirándose contra el respaldo, tomó el vaso de whisky y comenzó a leer. Yo la observaba.
El primer relato se trataba de una mujer que engañaba a su esposa con un vecino del mismo edificio. Mientras lo leía, se notaba como iba enrojeciendo y bebía de su vaso.
Al terminar el relato, me miró.
-Debo reconocer que sabes jugar con el morbo de la gente. Entiendo porque gustan. Son fantasías que todos tenemos, dijo, y comenzó con el segundo relato. Este era una historia de intercambio de parejas que incluía diversas situaciones muy morbosas. Debo agregar que si ella se estaba calentando, yo estaba al rojo vivo. Me paré detrás de su sillón, y comencé a leer el relato junto con ella, siguiendo el texto que ella miraba.
Noté como frotaba sus piernas mientras avanzaba en el texto, y comencé a acariciar su cuello y su cabello. Ella se dejaba hacer , mientras seguía concentrada en la lectura. Mis manos bajaron y comenzaron a acariciar sus espléndidas tetas. Mis dos manos se adueñaron de sus pechos, una en cada uno, y mis pulgares jugueteaban con el botón de sus pezones.
-por favor, dejame terminar de leer, me suplicó mientras suspiraba ante el tratamiento que le estaba dando.
-Lee, lee, no me hagas caso, dije mientras seguía con mis caricias
-No seas hijo de puta. No puedo concentrarme, espera un poco, me pidió.
Saqué mis manos y la dejé. Di la vuelta y me senté sobre el apoyabrazos a su lado. Desde allí comencé a acariciar sus piernas y fui subiendo hasta llegar a su sexo. Estaba inundado. Mojado como nunca lo había visto. Evidentemente la situación, el alcohol, el relato y mis caricias la tenían totalmente entregada. Mis dedos juguetearon con sus labios vaginales y mi dedo medio encontró el camino para penetrarla, a lo que respondió separando sus piernas.
-Ahhhh, espera, que ya termino, por favor, suplicó
Me quedé allí con mi dedo dentro de su concha, sin moverlo, hasta que terminó de leer.
-Debo confesarte que es bueno, pero ¿ tu viviste algo de lo que cuentas?
-Algo, y ahora estoy viviendo algo para mi nuevo cuento.
-¿ Y como se va a llamar, preguntó mientras comenzaba a acariciar mi pedazo.
-Se me ocurre que podría ser “ espectador privilegiado” ya que la fortuna hizo que estuviera en el lugar justo y en el momento justo.
Ella bajó mi slip para sacar mi tranca afuera, y de inmediato se lo metió en la boca con desesperación. Yo acariciaba su cabeza y la dejaba hacer.
-Muy bien, putita, sigue, sigue, vamos, hazme gozar, yegua, le decía mientras ella succionaba con todas sus fuerzas. Mi mano en su sexo la estaba destruyendo. Mi dedo recorría el interior de su cuerpo y luego salía y jugaba con su clítoris que estaba duro como una piedra. Ella gemía ante este tratamiento. Por fin la levanté del sillón y la llevé hasta el estudio donde estaba el ordenador. Una vez allí, la senté sobre el escritorio y comencé a besarla.
- Ahora te voy a dejar un recuerdo para cuando veas a tu marido trabajando aquí, le dije mientras me acercaba y apoyaba la cabeza de mi verga en la entrada de su cueva. Ella me rodeó con sus piernas y se abrazó a mi cuerpo. Avancé, y sin resistencia, mi verga entró como un cuchillo caliente en la manteca. Un largo gemido acompañó la intrusión, y mis huevos chocaron contra su cuerpo indicando que era totalmente mía.
-por favor, que placer me das, dijo
-Lástima que ya tengo que irme, dije tratando de retirarme
-Ni lo sueñes hijo de puta, no vas a dejarme así, dijo reteniéndome para que no desmontara.
-Pero no querías que me quedara.
-Solo un rato más, pidió
-No, todo el día o nada.
-Es muy peligroso, mi esposo puede volver
-Dijiste que volvería a la noche,
-Pero no es seguro, y en ese momento, mientras la estaba clavando hasta el fondo sonó el teléfono.
-Déjame, tengo que atender, dijo
-Tienes uno al lado tuyo atiende desde ahí, le contesté comenzando a serrucharla.
Levantó el teléfono.
-Hola mi amor, dijo mirándome con cara de susto.
-Estoy bien, no, no estaba durmiendo.
-Si, te extraño, por eso no puedo dormir. Me siento sola, contestaba mientras mi verga la perforaba con dedicación.
-¿ Y cuando volverás entonces?, bueno está bien no te hagas problema. Si no te preocupes, tomaré un vaso de leche tibia y me dormiré no te preocupes, te quiero, un beso para vos, y colgó.
-Que dice nuestro común amigo?, le pregunté
-Que no volverá hasta bien entrada la noche, porque no hay pasajes más temprano.
-Que pena, tendré que hacerte compañía
-No seas malo, no te burles.
- No, si no me burlo, estoy preocupado, Tengo leche para darte pero tanto como un vaso, no creo, dije riendo mientras aceleraba mis arremetidas.
-Me vuelves loca, sigue, sigue.
-No ya está bautizado el escritorio del cornudito, ahora volvamos al dormitorio que estamos más cómodos, le dije desensillando y bajándola del escritorio. La tomé del brazo y la llevé a la cama matrimonial.
-Ahora ponte en cuatro patas, no al revés, mirando hacia acá, le dije haciendo que su cabeza quedara del lado de los pies.
Me ubiqué a su grupa, y comencé a refregar mi verga en su concha y su culo. Al mismo tiempo con el control remoto encendí el televisor y apareció en pantalla la película que me había abierto sus piernas.
De inmediato ella la vio y comenzó a mirarla. Como imaginé, estaba reviviendo todo lo ocurrido y eso la pondría al rojo vivo. En ese momento la monté nuevamente mientras mi mano jugaba con el agujero de su culo y comenzaba a penetrarla. Mi saliva ayudaba a que ese dedo se lubricara, y mientras comentaba la película para que ella no se diera cuenta de lo que iba a pasar.
-Vaya, vaya, Cuentame que sentías, le dije
Hmmm. Me sentía bien, me gustaba...
¿ Y ahora? ¿ Te gusta?
Simmmm, sigue sigue
Dos dedos ya jugaban en su culo, y en un momento la saqué y la apoyé en su entrada trasera.
¿ Qué haces?, preguntó alarmada
- Shh, quedate callada que te va a gustar, dije mientras empujaba y alcanzaba a traspasar su esfinter.
-¡¡¡Noo!!! me va a doler, dijo mientras trataba de escaparse, cosa imposible. Un pequeño empujó y unos cuantos centímetros de mi verga penetraron en ella e hicieron imposible cualquier retirada.
-No, no lo hagas, por favor, me lastimas, sollozaba, mientras yo, despacio iba introduciéndome centímetro a centímetro. En un momento comenzó a llorar y se entregó y entonces aproveché y la poseí totalmente.
-Eres un sádico, no puedes disfrutar con mi dolor, decía
-Espera un momento que vas a gozar tu también, le dije quedándome quieto un rato hasta que ella se acostumbrara. Selena aguantaba apoyada en sus rodillas y sus codos la posesión. Luego de un rato sentí como se aflojaba y de pronto pude empezar a ir y venir suavemente, cosa que ella acompañó con gemidos y suspiros. A partir de allí todo fue coser y cantar.
Por fin, luego de un buen rato de bombearla, me dejé ir y me vacié en su cuerpo. Cuando terminé caí sobre la cama y ella a mi lado, mientras seguíamos mirando la película.
- cada vez que lo veo no puedo menos de reconocer lo bien que chupas esa verga, has practicado mucho en tu juventud, no? Cuentame vamos que estamos solos.
-Si, de joven fui siempre muy atractiva. Desde lo 13 años ya tenía un buen cuerpo, y los muchachos querían aprovecharse de mí.
- Cuenta cuenta, que me interesa.
-Tenía un primo mayor,como de 18 años con el que jugaba siempre, y una tarde a la siesta, me llevó al cuarto del fondo y allí me mostró su verga y me enseñó a chuparla. Durante todo el verano, a la tarde cuando quedábamos solos me llevaba al cuarto y me hacía chuparle la verga y tomarme su corrida. Realmente me volví una experta.
- ¿ Y se conformó con eso?
-Si hasta que cumplí los 15. El ya tenía 20 y estaba de novio. En una fiesta familiar, me apartó del grupo, me emborrachó, y me llevó al jardín. Me puso en cuatro detrás de un cantero de flores, y me desvirgó. Me dolió mucho la primera vez. A la semana vino a buscarme con dos amigos para ir al cine, y en lugar de llevarme al cine, detuvieron el auto en un descampado y me obligó a chuparle la verga a los tres, y luego me fueron pasando entre ellos, cogiéndome sin pausa durante horas. No sabes todo lo que aprendí esa noche, me dijo
-Vaya que historias interesantes que tienes para contar. Y después conociste a tu esposo.
- NO, a mi esposo lo conocí mucho después. Para esa época ya el sexo no tenía secretos para mí, y había ganado mucha experiencia. Mi primo le contó a mi tío lo que habían hecho, y un día que fui a su casa, él estaba solo y me contó lo que sabía. Me sentí avergonzada, pero me dijo que no tenía de que avergonzarme, que los culpables eran esos críos que se habían aprovechado de mi, pero que él me iba a mostrar que el sexo podía ser distinto, y sin más se bajó los pantalones y sacó una verga enorme, la más grande que había visto y me la dio para que la chupara para ver si era cierto que era tan buena. Me costó trabajo meterla en la boca, pero pude con ella, y luego de un rato me desnudó y me partió a vergazos. Nunca me sentí tan cogida, te puedo asegurar. Yo era una niña y esa verga era para una mujer mayor. Cuando terminó conmigo estaba destrozada, pero ya era capaz de cualquier cosa. Instintivamente, de manera inconsciente mi mano comenzó a juguetear con su sexo mientras escuchaba esas historias, y ella de igual manera comenzó a masturbarme sin dejar de hablar.
-¿ Y como conociste a tu esposo?, pregunté mientras seguia acariciándola
-Cuando fui a la facultad. Al salir de mi pueblo, cambié totalmente mi estilo. Empecé a vestirme sobriamente y no dejé que ningún hombre se me acercara. No quería volver a caer en lo anterior. Realmente la pasé bastante mal ante la carencia de sexo, pero era la única manera de entablar una relación seria y constituir una familia de verdad. En ese momento apareción mi marido. Nos pusimos de novios y al terminar de estudiar nos casamos.
-¿ Y te acostaste con él?, pregunté mientras mis dedos entraban en su cuerpo.
-Luego de un tiempo, cuando estuve segura de lo que sentíamos, dijo entre suspiros ante mis caricias.
-¿ Y como le explicaste tus habilidades?
-Disimulé al principio. Le dije que solo había tenido un novio que me había desvirgado hacía tiempo, y de a poco me fui soltando a medida que él me iba pidiendo cosas nuevas, y así conseguí que nunca sospechara de mi pasado, dijo mientras apretaba mi verga y aceleraba la masturbación.
-¿ Y que tal es en la cama?
-Es bueno, pero la mala soy yo. La rutina me está matando. Cada día necesito mas nuevas experiencias. No puedo acostumbrarme al sexo con una sola persona, culpa de mi primo que me hizo probar toda clase de perversiones.
En ese momento la obligué a que dejara mi verga pues si seguía así iba a correrme y ya no tenía mucho resto para atenderla. Comenzamos a besarnos y acariciarnos como si fuéramos verdaderos amantes. Luego de un buen rato, me coloqué sobre ella y la poseí suavemente, arrancando gemidos y suspiros de su boca, y al estar agotados, pudimos hacer el amor durante un rato largo, para al final dormirnos uno en brazo del otro.
Por la mañana, al despertarme estaba solo. Desde la cocina se escuchaban ruidos. Estaba totalmente empalmado. Me levanté desnudo como estaba y me dirigí hacia donde estaba ella. De pie, frente a la mesada preparaba el desayuno, con el desabillé negro que mencioné, sin nada debajo. Me acerqué sigilosamente por su espalda y tomándola de los hombros la besé en el cuello.
- ¿ Que haces? Dejame cocinar, dijo sonriendo.
Sin mediar palabras levanté su desabillé, tomandola del cuello la obligué a inclinarse un poco, y apuntando mi dura herramienta la penetré de un golpe.
- ¡¡¡Ay!!! No seas animal, espera, dijo tratando de escapar del empalamiento.
Tomé sus tetas y la obligué a quedarse inclinada mientras yo comenzaba a entrar y salir de su cuerpo. En un par de minutos estaba respondiendo a mis ataques con todo lo que tenía. Separó sus piernas y sus manos comenzaron a jugar con mi sexo por el medio de ellas. Esa acción terminó de enloquecerme y aceleré mis arremetidas, sacudiendola con cada penetración.
Por fin, me vacié por completo, mientras ella alcanzaba un clímax salvaje.
***
Volví a la tardecita a mi apartamento. Estaba agotado y satisfecho como nunca. Selena era todo lo que yo imaginaba y más.
En el trabajo, nos comportamos como si nada hubiera ocurrido, y al terminar mi tarea volví a la casa central.
Hasta hoy no volví a verla, pero algunas veces, una Selen69 comenta algunos de mis relatos, especialmente cuando se refieren a infidelidades y orgías, y al leerla recuerdo los momentos que compartimos. Cada 2 años el personal vuelve a la Central a actualizarse, y ahora faltan 6 meses para que sea su turno......
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