Astor decidió hacer realidad la fantasía que tantas veces le había contado su novio. Esa noche le esperó en casa vestida como una colegiala: con una minifalda de tablas estampada con cuadros escoceses, una camisa blanca abrochada hasta el cuello, unas medias sujetas con liguero y ropa interior blanca de niña buena.
Cuando escuchó las llaves abrir la cerradura, se sentó en la mesa del comedor y se puso a hacer como que resolvía las tareas del colegio. Su novio, al entrar en el salón y verla en tal situación se excitó al momento. Rápidamente puso su mejor voz de profesor enojado y la llamó para pasarle la lección. Él que era un chico de ciencias, sabía perfectamente que los conocimientos de su novia en el campo de la física y matemáticas eran casi nulos, por lo que procedió a preguntarle cosas complicadas al respecto. Ante los errores que cometía esta en sus respuestas, no pudo evitar sonreír mientras la amenazaba con suspenderla y avisar a sus padres. Ella, metida en su papel, le suplico que por favor no lo hiciera, que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de que la aprobara. Después de unos momentos pensandoselo, él aceptó con una condición, antes tendría que recibir un castigo para que se aplicara más en un futuro.
La ordenó que se colocara de pie frente a la mesa donde antes estaba haciendo sus tareas y apoyara los brazos en ella, quedando su trasero más elevado que el resto del cuerpo. Levantó su minuscula falda dejando sus nalgas a la vista, solo cubiertas por la fina tela de las braguitas blancas. En esa postura comenzó a azotarla con la mano abierta, viendo como poco a poco su piel iba enrojeciendose. A continuación bajó sus bragitas hasta las rodillas y siguió azotandola, esta vez directamente sobre su piel. Su trasero adquirió un intenso color rojo, momento en el que decidió finalizar el castigo y comenzar a buscar la forma de aprobar a su alumna. Para ello, se colocó detrás, y sin previó aviso la penetró de un sólo golpe. Estaba tan excitado que se corrió en pocos minutos, quedandose saciado.
Cuando escuchó las llaves abrir la cerradura, se sentó en la mesa del comedor y se puso a hacer como que resolvía las tareas del colegio. Su novio, al entrar en el salón y verla en tal situación se excitó al momento. Rápidamente puso su mejor voz de profesor enojado y la llamó para pasarle la lección. Él que era un chico de ciencias, sabía perfectamente que los conocimientos de su novia en el campo de la física y matemáticas eran casi nulos, por lo que procedió a preguntarle cosas complicadas al respecto. Ante los errores que cometía esta en sus respuestas, no pudo evitar sonreír mientras la amenazaba con suspenderla y avisar a sus padres. Ella, metida en su papel, le suplico que por favor no lo hiciera, que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de que la aprobara. Después de unos momentos pensandoselo, él aceptó con una condición, antes tendría que recibir un castigo para que se aplicara más en un futuro.
La ordenó que se colocara de pie frente a la mesa donde antes estaba haciendo sus tareas y apoyara los brazos en ella, quedando su trasero más elevado que el resto del cuerpo. Levantó su minuscula falda dejando sus nalgas a la vista, solo cubiertas por la fina tela de las braguitas blancas. En esa postura comenzó a azotarla con la mano abierta, viendo como poco a poco su piel iba enrojeciendose. A continuación bajó sus bragitas hasta las rodillas y siguió azotandola, esta vez directamente sobre su piel. Su trasero adquirió un intenso color rojo, momento en el que decidió finalizar el castigo y comenzar a buscar la forma de aprobar a su alumna. Para ello, se colocó detrás, y sin previó aviso la penetró de un sólo golpe. Estaba tan excitado que se corrió en pocos minutos, quedandose saciado.
1 comentarios - soy una colegiala , azotame