HOLA AMIGOS!! LES VOY A CONTAR ALGO QUE ME SUCEDIÓ HACE 4 AÑOS...cuando estudiaba y trabajaba de niñera de vez en cuando....
Fue así como un viernes a la noche, me llamaron a mi celular y una voz de una mujer muy dulce me pidió si podía cuidar de su hija, Martina, esa misma noche, porque ella y su marido tenían que salir. A la hora pactada me dirigí a la casa de esta señora, y me presentó a su hijo, un morocho muy lindo, alto, de buen físico llamado Luciano.
La mamá de la nena, me dijo que su hijo solo se quedaría un rato, hasta que sus amigos pasaran a buscarlo. Yo encantada con la situación, hacía 3 meses que no tenía sexo, y esa mañana, una mañana de verano, me había levantado con ganas de hacer el amor.
Luego de que los padres se retiraran de la casa, conocí a Martina, una nena encantadora de tan solo 3 años, que se quedó dormida luego de comer. Cuando bajé de la habitación, pensé que estaba sola, entonces me dirigí a la cocina, y ahí estaba Lucho tomando una cerveza, cuando entré me preguntó si quería un trago, y le dije que no me correspondía ya que estaba trabajando. Él insistió, prometiendo que no les contaría nada a sus padres, entonces comenzamos a charlar, de la vida, de los estudios, me contó que tenía 21 años, jugaba al tenis, y tenía novia hacia más de un año. Y yo le conté un poco de mi vida, seguimos tomando como 3 cervezas más, hasta que sonó su celular.
Eran sus amigos que la salida se había pinchado por lo tanto se quedaría en la casa, conmigo y con Martina. Con el alcohol que tenía en las venas, me entusiasmó la idea de estar con Luciano, en esa casa, solos y tomando cerveza, y verdaderamente este chico era muy lindo, y estaba muy bien arreglado. Seguimos tomando cervezas, y yo ya me reía de cualquier cosa, un síntoma especial de que se acercaba mi borrachera, entonces Lucho me dijo si quería ir a su cuarto a ver una película qué había alquilado.
Acepté sin ningún rodeo, y subimos a su habitación, no sin antes fijarme que Martina seguía durmiendo como un angelito. Puso la película, y yo me senté en el puff que había en el piso, pero él muy caballero me dijo si quería sentarme con el, en su cama. A lo cual acepté y debido a mi borrachera antes de ponerme completamente de pie, me caí y quedé de rodillas a Lucho, mirándolo con toda mi camisa desarreglada.
Él me levantó, pero yo caí en el intento nuevamente, pero esta vez quedamos los dos en la cama acostados, mirándonos y con mucho olor a cerveza. Yo me disculpé y me quise levantar, pero cuando me di cuenta, Luciano me tenía muy bien agarrada de mi culo. Lo miré de nuevo, y comenzamos a besarnos desesperadamente, el comenzó a subir su mano, por adentro de mi pollera de Jean y a mi eso me encantó.
Seguimos besándonos por un rato hasta que Lucho se dio cuenta, que a mi no me alcanzaba con los besos, y que quería mas, por lo cual me dio vuelta, de modo que quedé acostada boca abajo, y el comenzó a apoyarme, a restregarme su pija en mi culito, subiendo mi pollera cada vez más. Cómo me estaba gustando todo lo que me hacia, y sabia perfectamente donde tocarme. Me desabrochó la camisa y me sacó el corpiño, entonces quedé con las tetas al aire, me dio vuelta y comenzó a morderme los pezones, a chupar mis tetas como un desesperado.
Estábamos a mil, le saqué la remera de una y lo único que quería en ese momento era sentir su pija adentro mío. Entonces me agaché le desbroché el pantalón, y le saqué su pija, que no podía creer lo grande que era, me encantaba, entonces sin dudarlo, me la metí entera en la boca y comencé a hacerle un pete, que a mi tanto me gustaba! Y él me agarraba la cabeza, me tiraba de los pelos, y me dirigía los movimientos. Me cansé de estar así, entonces me levanté y me tiré en la cama, Lucho se abalanzó sobre mí, y me la metió sin más reparos. Como me gustaba esa verga, gorda, y larga. Una de las más lindas que me metieron, empezó a darme más fuerte, y yo le decía que siga así que me encantaba.
Me la sacó, me dio vuelta y me la empezó a meter como perrito, es hermoso sentir como llegaban sus huevos a mi culo, y me agarraba las tetas por delante. Hasta que me dijo que se venía, entonces me di vuelta y le hice una turca, y así acabó en mis tetas.
Luego de recuperarnos, yo quería más. Fui a controlar que Martina seguía durmiendo y volví a la habitación de Luciano, pero él no estaba ahí. Escuché que me llamaba del baño de sus padres, entonces me dirigí hasta allá. Estaba en el jacuzzi, con una botella de cerveza en la mano, y me dijo: – vení bebé que el agua esta calentita, como vos...
Me metí al agua, desnuda como estaba, y le saqué la botella de la mano, y me la empecé a tomar, él se puso atrás mío, y me daba besos en el cuello, y en la oreja como a mí tanto me gusta. Me tocaba las tetas, y me decía todo lo que le había gustado estar conmigo, yo terminé la cerveza, me di vuelta y me puse encima de él, clavándome su pija muy adentro. Él me chupaba las tetas, y yo cabalgaba como una hembra en celo.
Me encantaba coger con Lucho, sabía cada movimiento que debe hacer un hombre. Yo gemía muchísimo, y ni estaba preocupada por la hora, solo quería seguir teniendo sexo con este hombre, que me daba placer y nada más. Salimos del jacuzzi muy calientes, porque todavía no habíamos acabado, entonces fuimos a la cocina, me subió a la mesada, y agarró una botella de cerveza, chica. Le sacó la tapa y me hizo cerrar los ojos, me mojó la concha con el alcohol y me la empezó a chupar, me metía la lengua, jugaba con mi clítoris, me succionaba, y yo con los ojos cerrados, hasta que se levanta, me dice que siga con los ojos cerrados, y me mete algo frío en mi concha.
Cuando abro los ojos me doy cuenta que me estaba metiendo la punta de la botella de vidrio helada, ¡y me encantaba! Estuvo así un rato, mientras yo le hacía una paja, y veía como su cabeza esta toda roja, y a punto de explotar, le dije que me sacara la botella, y que me meta su pija. Me puse sobre la mesa, y le dije "dale metémela por favor, no aguanto mas" y Lucho me dio vuelta apoyando mi panza contra la mesada y no se hizo rogar más. Me la clavó hasta el fondo, comenzó un mete-saca increíble que yo no paraba de disfrutar. Sentía que sus huevos chocaban con mis nalgas ¡que bien que me la metía! Estábamos a mil, hasta que él se corrió dentro mío, y yo pude acabar con un mar de jugos.
Descansamos lo suficiente, subimos, nos vestimos y nos despedimos. Él se quedó dormido en su cuarto, y a la media hora llegaron los padres de Martina..... 😃
Fue así como un viernes a la noche, me llamaron a mi celular y una voz de una mujer muy dulce me pidió si podía cuidar de su hija, Martina, esa misma noche, porque ella y su marido tenían que salir. A la hora pactada me dirigí a la casa de esta señora, y me presentó a su hijo, un morocho muy lindo, alto, de buen físico llamado Luciano.
La mamá de la nena, me dijo que su hijo solo se quedaría un rato, hasta que sus amigos pasaran a buscarlo. Yo encantada con la situación, hacía 3 meses que no tenía sexo, y esa mañana, una mañana de verano, me había levantado con ganas de hacer el amor.
Luego de que los padres se retiraran de la casa, conocí a Martina, una nena encantadora de tan solo 3 años, que se quedó dormida luego de comer. Cuando bajé de la habitación, pensé que estaba sola, entonces me dirigí a la cocina, y ahí estaba Lucho tomando una cerveza, cuando entré me preguntó si quería un trago, y le dije que no me correspondía ya que estaba trabajando. Él insistió, prometiendo que no les contaría nada a sus padres, entonces comenzamos a charlar, de la vida, de los estudios, me contó que tenía 21 años, jugaba al tenis, y tenía novia hacia más de un año. Y yo le conté un poco de mi vida, seguimos tomando como 3 cervezas más, hasta que sonó su celular.
Eran sus amigos que la salida se había pinchado por lo tanto se quedaría en la casa, conmigo y con Martina. Con el alcohol que tenía en las venas, me entusiasmó la idea de estar con Luciano, en esa casa, solos y tomando cerveza, y verdaderamente este chico era muy lindo, y estaba muy bien arreglado. Seguimos tomando cervezas, y yo ya me reía de cualquier cosa, un síntoma especial de que se acercaba mi borrachera, entonces Lucho me dijo si quería ir a su cuarto a ver una película qué había alquilado.
Acepté sin ningún rodeo, y subimos a su habitación, no sin antes fijarme que Martina seguía durmiendo como un angelito. Puso la película, y yo me senté en el puff que había en el piso, pero él muy caballero me dijo si quería sentarme con el, en su cama. A lo cual acepté y debido a mi borrachera antes de ponerme completamente de pie, me caí y quedé de rodillas a Lucho, mirándolo con toda mi camisa desarreglada.
Él me levantó, pero yo caí en el intento nuevamente, pero esta vez quedamos los dos en la cama acostados, mirándonos y con mucho olor a cerveza. Yo me disculpé y me quise levantar, pero cuando me di cuenta, Luciano me tenía muy bien agarrada de mi culo. Lo miré de nuevo, y comenzamos a besarnos desesperadamente, el comenzó a subir su mano, por adentro de mi pollera de Jean y a mi eso me encantó.
Seguimos besándonos por un rato hasta que Lucho se dio cuenta, que a mi no me alcanzaba con los besos, y que quería mas, por lo cual me dio vuelta, de modo que quedé acostada boca abajo, y el comenzó a apoyarme, a restregarme su pija en mi culito, subiendo mi pollera cada vez más. Cómo me estaba gustando todo lo que me hacia, y sabia perfectamente donde tocarme. Me desabrochó la camisa y me sacó el corpiño, entonces quedé con las tetas al aire, me dio vuelta y comenzó a morderme los pezones, a chupar mis tetas como un desesperado.
Estábamos a mil, le saqué la remera de una y lo único que quería en ese momento era sentir su pija adentro mío. Entonces me agaché le desbroché el pantalón, y le saqué su pija, que no podía creer lo grande que era, me encantaba, entonces sin dudarlo, me la metí entera en la boca y comencé a hacerle un pete, que a mi tanto me gustaba! Y él me agarraba la cabeza, me tiraba de los pelos, y me dirigía los movimientos. Me cansé de estar así, entonces me levanté y me tiré en la cama, Lucho se abalanzó sobre mí, y me la metió sin más reparos. Como me gustaba esa verga, gorda, y larga. Una de las más lindas que me metieron, empezó a darme más fuerte, y yo le decía que siga así que me encantaba.
Me la sacó, me dio vuelta y me la empezó a meter como perrito, es hermoso sentir como llegaban sus huevos a mi culo, y me agarraba las tetas por delante. Hasta que me dijo que se venía, entonces me di vuelta y le hice una turca, y así acabó en mis tetas.
Luego de recuperarnos, yo quería más. Fui a controlar que Martina seguía durmiendo y volví a la habitación de Luciano, pero él no estaba ahí. Escuché que me llamaba del baño de sus padres, entonces me dirigí hasta allá. Estaba en el jacuzzi, con una botella de cerveza en la mano, y me dijo: – vení bebé que el agua esta calentita, como vos...
Me metí al agua, desnuda como estaba, y le saqué la botella de la mano, y me la empecé a tomar, él se puso atrás mío, y me daba besos en el cuello, y en la oreja como a mí tanto me gusta. Me tocaba las tetas, y me decía todo lo que le había gustado estar conmigo, yo terminé la cerveza, me di vuelta y me puse encima de él, clavándome su pija muy adentro. Él me chupaba las tetas, y yo cabalgaba como una hembra en celo.
Me encantaba coger con Lucho, sabía cada movimiento que debe hacer un hombre. Yo gemía muchísimo, y ni estaba preocupada por la hora, solo quería seguir teniendo sexo con este hombre, que me daba placer y nada más. Salimos del jacuzzi muy calientes, porque todavía no habíamos acabado, entonces fuimos a la cocina, me subió a la mesada, y agarró una botella de cerveza, chica. Le sacó la tapa y me hizo cerrar los ojos, me mojó la concha con el alcohol y me la empezó a chupar, me metía la lengua, jugaba con mi clítoris, me succionaba, y yo con los ojos cerrados, hasta que se levanta, me dice que siga con los ojos cerrados, y me mete algo frío en mi concha.
Cuando abro los ojos me doy cuenta que me estaba metiendo la punta de la botella de vidrio helada, ¡y me encantaba! Estuvo así un rato, mientras yo le hacía una paja, y veía como su cabeza esta toda roja, y a punto de explotar, le dije que me sacara la botella, y que me meta su pija. Me puse sobre la mesa, y le dije "dale metémela por favor, no aguanto mas" y Lucho me dio vuelta apoyando mi panza contra la mesada y no se hizo rogar más. Me la clavó hasta el fondo, comenzó un mete-saca increíble que yo no paraba de disfrutar. Sentía que sus huevos chocaban con mis nalgas ¡que bien que me la metía! Estábamos a mil, hasta que él se corrió dentro mío, y yo pude acabar con un mar de jugos.
Descansamos lo suficiente, subimos, nos vestimos y nos despedimos. Él se quedó dormido en su cuarto, y a la media hora llegaron los padres de Martina..... 😃
13 comentarios - La niñera