¿Dónde jugarán las niñas? (1)
Recordáis la portada de un disco, de un grupo mexicano, a mediados de los 90?
El grupo en cuestión era Molotov, y en su portada se veían las piernas de una chica, vestida de colegiala, con su faldita a cuadros sus zapatitos negros, sus calcetines blancos y con las braguitas bajadas hasta las rodillas…….No era una imagen pornográfica, pero si muy morbosa.
La primera vez que cayó en mis manos ese disco, despertó en mi una excitación muy grande, descubrí el morbo de la insinuación, el erotismo de las situaciones comprometidas…
Después de esta breve introducción, dejadme explicaros la siguiente historia, real como la vida misma.
Mi nombre es Ernesto, tengo 33 años, vivo en Cataluña, y me encanta conocer a gente, con los que compartir historias, experiencias e infinidad de momentos muy placenteros.
La chica de mi historia es Sara, 19 años, vive en el sur de España, morena, con un cuerpo de infarto. Alta 1.75, delgada, grandes pechos en forma de pera, coronados por unos pequeños pezones rosados, cinturita estrecha, un culito prieto y redondo que siempre destaca con su manera de vestir, y un coñito totalmente depilado, y casi siempre muy mojado….
Ella era una chica acostumbrada a conseguir todo lo que quería, tenía un trabajo envidiable para su edad, una posición social acomodada y un éxito increíble con el sexo masculino. Todo ello unido a su afición por el sexo, hacían que a sus 19 añitos, sus experiencias sexuales eran muchas. Había perdido su virginidad pronto, y desde entonces había practicado varios tríos con dos chicos, dobles penetraciones, eyaculaciones faciales, le encantaba tragarse la leche de sus amantes, mirándolos a los ojos…..
Nos conocimos un día casualmente, chateando. Empezamos hablando de nuestras fantasías, y también nos contábamos nuestras experiencias más íntimas, compartimos momentos muy agradables, intercambiábamos relatos eróticos y algunos vídeos, a cada cual más morboso. Ella era bastante reservada y no quería ni que la viera por cam ni darme su teléfono, solo me enseñó algunas fotos suyas por la ventanita del msn, aunque todo esto cambió más adelante.
Esta situación duró algunas semanas en las que nos conectábamos a diario. Al cabo del tiempo, por razones de trabajo y de horarios, muy a pesar nuestro, dejamos de coincidir, aunque seguíamos mandándonos algunos mails.
Por todas las historias que me contaba y por sus expresiones, Sara me dejó intuir que sería una perfecta sumisa, que posiblemente aceptaría ser dominada para experimentar nuevas sensaciones jamás vividas anteriormente. Por todo esto decidí enviarle el siguiente mail:
“Hola Sara, buenos días. Te voy a proponer un juego, te digo de antemano que para poder jugar, será necesario el móvil. Si aceptas, no te arrepentirás, si no quieres jugar, borra ahora mismo el mensaje y elimíname del msn”
El mail continuaba algunas líneas más a bajo:
“Si estás leyendo esto es que has aceptado, por tanto envíame un mensaje a mi teléfono, diciéndome que eres tu, y a que hora entre hoy y mañana quieres llevar a cabo el juego, necesitaremos unas tres horas. Un beso”.
Sorprendentemente para mí, al cabo de media hora, recibí un sms:
- Hola Ernesto, este es mi móvil. Estoy ansiosa por empezar ahora mismo, puedes?
- Hola preciosa, en breves minutos recibirás un mail. Un beso, no te arrepentirás.
En cinco minutos tenía preparado el juego, le envié el siguiente mail:
“Hoy vas a ser mi esclava a distancia, no quiero que te pares a pensar nada, sólo obedece y experimentarás sensaciones morbosas y placenteras jamás vividas antes. Imprime el documento de Word que aquí te adjunto, y sigue sus instrucciones. Un beso”
Según me comentó después, obedeció mis órdenes al instante, se sentía segura por la distancia, curiosa por la forma de recibir las instrucciones y excitada por sentirse dominada.
Documento Word
Sara, 14 de Abril del 2011
“Bien zorrita, quiero que vayas a tu habitación y que te pongas ese traje de verano de tirantes bien cortito que me has enseñado en alguna foto. Quiero que te pongas las braguitas blancas, sin sujetador. Cuando estés cambiada, maquíllate un poco, no demasiado, no quiero que parezcas la puta en la que te vas a convertir. Cuando estés lista coge tu coche y te marchas al supermercado que quieras, tú eliges.
Cuando estés en el coche, antes de empezar a conducir, quiero que te quites las braguitas, súbete el vestido, quiero que notes el asiento de tu coche directamente sobre tu culito. Cada vez que puedas, quiero que te toques los pezones levemente por encima del vestido, que abras las piernas, y que notes como se va mojando tu coñíto.
Cuando llegues al supermercado, justo antes de bajar del coche, me haces una perdida.”
Al cabo de cuarenta minutos, sonó mi móvil, era ella. Dejé pasar dos minutos a propósito, para aumentar su impaciencia y excitación, y la llamé:
- “Hola guapa, buenos días, ya has llegado al supermercado?
- Si.
- Cuéntame, estás excitada, te has mojado, tienes los pezoncitos duros?
- Realmente siento una sensación extraña, estoy muy mojada, pero también tengo miedo…
- Bueno, no te puedo obligar a nada, eres dueña de tus actos, esto sólo es un juego muy excitante, se trata de que tú sola sabes lo caliente que estas, nadie tiene porque enterarse.
- Bien, dime que tengo que hacer.
- Tienes que entrar al supermercado y comprar unos guantes de látex, una botella de aceite corporal y un pepino o calabacín del tamaño que tú elijas. Imaginaras para que es, no?
- Tengo una ligera idea, jejeje… bueno voy para dentro, hasta luego.
Pasaron unos diez minutos que se me hicieron eternos y la volví a llamar.
Me explicó que no había mucha gente en el supermercado y que ya tenía los guantes y el aceite y estaba dudando entre un pepino de unos 12 cm con sus rugosidades o un calabacín más largo pero más estrecho, yo le aconseje el pepino, lo cogió todo y se dirigió hacia la caja.
Sintió un poco de vergüenza delante de la cajera, una chica jovencita, que la miró a los ojos sonriendo. Pagó y volvió al coche.
Una vez dentro de su vehiculo, le indiqué lo que tenia que hacer:
- Vuelve a levantarte el vestido, pon el pepino en el asiento y vuelve a tu casa. Mientras conduces quiero que te vayas moviendo sobre él, quiero que notes sus puntitos sobre tu clítoris. Si quieres puedes introducirlo en un guante de látex o si tienes un preservativo a mano, que supongo que sí, pónselo.
- Uffff, no sabes lo mojada que estoy, eres un cabrón, pero me está encantando.
- Ya te lo dije yo zorrita, sabía que te gustaría. Bueno, llámame cuando llegues a casa.
Me volvió a llamar durante el trayecto, diciéndome que estaba muy cachonda, y que no sabría si podría llegar a casa sin masturbarse, estaba a punto de parar y follarse con el pepino hasta quedar saciada. Yo le dije que aguantara, que esa excitación continua la haría conseguir un orgasmo tremendo, que tuviera paciencia y que tendría su recompensa.
Muy a pesar suyo, Sara continuó hasta su casa, lo más rápido que pudo, aparcó y subió rápidamente a su piso con la bolsa de la compra. Notaba como sus flujos vaginales recorrían sus piernas, había mojado todo el asiento del coche y su vestido.
Nada más entrar en casa, encendió su ordenador y conectó el msn. Por primera vez me conectó su cam, se la notaba muy caliente y excitada. Tan sólo me escribió una frase: “Mándame lo que quieras”
“Muy bien cariño, primero que nada, quiero que te quites el vestido y que te vuelvas a poner las braguitas blancas.
Eso es, ahora quiero que cojas con tus manos la parte delantera de las braguitas y que te la aprietes bien fuerte contra toda tu rajita, quiero que notes como se te pega al clítoris, como se te meten las braguitas dentro de tu coño. Quiero que te muevas apretándotela más, todo lo que puedas, eso es, muy bien, me gusta que seas obediente.
Es hora de que te pongas los guantes de látex, coge la botella de aceite y derrama un poco sobre tus manos, acaríciate todo el cuerpo, quiero verte brillante y mojada.
Ahora quiero que te pongas en cuclillas sobre el suelo, mueve la cámara para que pueda verte perfectamente, quiero ver como pasas tus dedos entre tu vulva, desde el clítoris hasta el agujero de tu ano. Muy bien, repite la operación, quiero que cada vez que pases el dedo por tu culito, te lo metas un poquito….
Ufff, cariño, mira como me tienes, tengo la polla durísima, la ves? Me enastaría ponerte a cuatro patitas y follarte bien follada, te la metería por el culito también, que se que te encanta, cuando estas bien caliente, y te sientes bien zorra.
Quiero que cojas el pepino, sujetándolo con una mano en el suelo, quiero que te sientes sobre el y que te folles, quiero que cabalgues sobre al mismo tiempo que te masturbas el clítoris.
Eres una experta, jejeje… ahora ha llegado el momento de que te corras, quiero ver como salen chorros de flujo de tu coño, quiero ver como caes rendida después de un fantástico orgasmo….
Quiero que te metas los dedos anular y corazón dentro de tu coño, con la palma de la mano mirando hacia tu clítoris, y quiero que los muevas al principio lento y que vayas aumentando el ritmo a medida que te llega el orgasmo, quiero que cuando te vayas a correr tu coño saque humo, cada vez que te penetres con tus dedos, que tu palma toque tu clítoris….
Eso es cariño, así, mas rápido, muy bien, venga……”
La escuche gemir durante más de media hora, y finalmente alcanzó un orgasmo fantástico, me dejó ver toda la humedad que llegó a salir de su coño, al mismo tiempo que yo cubría la mesa de mi escritorio con litros de leche…
CONTINUARÁ…
Recordáis la portada de un disco, de un grupo mexicano, a mediados de los 90?
El grupo en cuestión era Molotov, y en su portada se veían las piernas de una chica, vestida de colegiala, con su faldita a cuadros sus zapatitos negros, sus calcetines blancos y con las braguitas bajadas hasta las rodillas…….No era una imagen pornográfica, pero si muy morbosa.
La primera vez que cayó en mis manos ese disco, despertó en mi una excitación muy grande, descubrí el morbo de la insinuación, el erotismo de las situaciones comprometidas…
Después de esta breve introducción, dejadme explicaros la siguiente historia, real como la vida misma.
Mi nombre es Ernesto, tengo 33 años, vivo en Cataluña, y me encanta conocer a gente, con los que compartir historias, experiencias e infinidad de momentos muy placenteros.
La chica de mi historia es Sara, 19 años, vive en el sur de España, morena, con un cuerpo de infarto. Alta 1.75, delgada, grandes pechos en forma de pera, coronados por unos pequeños pezones rosados, cinturita estrecha, un culito prieto y redondo que siempre destaca con su manera de vestir, y un coñito totalmente depilado, y casi siempre muy mojado….
Ella era una chica acostumbrada a conseguir todo lo que quería, tenía un trabajo envidiable para su edad, una posición social acomodada y un éxito increíble con el sexo masculino. Todo ello unido a su afición por el sexo, hacían que a sus 19 añitos, sus experiencias sexuales eran muchas. Había perdido su virginidad pronto, y desde entonces había practicado varios tríos con dos chicos, dobles penetraciones, eyaculaciones faciales, le encantaba tragarse la leche de sus amantes, mirándolos a los ojos…..
Nos conocimos un día casualmente, chateando. Empezamos hablando de nuestras fantasías, y también nos contábamos nuestras experiencias más íntimas, compartimos momentos muy agradables, intercambiábamos relatos eróticos y algunos vídeos, a cada cual más morboso. Ella era bastante reservada y no quería ni que la viera por cam ni darme su teléfono, solo me enseñó algunas fotos suyas por la ventanita del msn, aunque todo esto cambió más adelante.
Esta situación duró algunas semanas en las que nos conectábamos a diario. Al cabo del tiempo, por razones de trabajo y de horarios, muy a pesar nuestro, dejamos de coincidir, aunque seguíamos mandándonos algunos mails.
Por todas las historias que me contaba y por sus expresiones, Sara me dejó intuir que sería una perfecta sumisa, que posiblemente aceptaría ser dominada para experimentar nuevas sensaciones jamás vividas anteriormente. Por todo esto decidí enviarle el siguiente mail:
“Hola Sara, buenos días. Te voy a proponer un juego, te digo de antemano que para poder jugar, será necesario el móvil. Si aceptas, no te arrepentirás, si no quieres jugar, borra ahora mismo el mensaje y elimíname del msn”
El mail continuaba algunas líneas más a bajo:
“Si estás leyendo esto es que has aceptado, por tanto envíame un mensaje a mi teléfono, diciéndome que eres tu, y a que hora entre hoy y mañana quieres llevar a cabo el juego, necesitaremos unas tres horas. Un beso”.
Sorprendentemente para mí, al cabo de media hora, recibí un sms:
- Hola Ernesto, este es mi móvil. Estoy ansiosa por empezar ahora mismo, puedes?
- Hola preciosa, en breves minutos recibirás un mail. Un beso, no te arrepentirás.
En cinco minutos tenía preparado el juego, le envié el siguiente mail:
“Hoy vas a ser mi esclava a distancia, no quiero que te pares a pensar nada, sólo obedece y experimentarás sensaciones morbosas y placenteras jamás vividas antes. Imprime el documento de Word que aquí te adjunto, y sigue sus instrucciones. Un beso”
Según me comentó después, obedeció mis órdenes al instante, se sentía segura por la distancia, curiosa por la forma de recibir las instrucciones y excitada por sentirse dominada.
Documento Word
Sara, 14 de Abril del 2011
“Bien zorrita, quiero que vayas a tu habitación y que te pongas ese traje de verano de tirantes bien cortito que me has enseñado en alguna foto. Quiero que te pongas las braguitas blancas, sin sujetador. Cuando estés cambiada, maquíllate un poco, no demasiado, no quiero que parezcas la puta en la que te vas a convertir. Cuando estés lista coge tu coche y te marchas al supermercado que quieras, tú eliges.
Cuando estés en el coche, antes de empezar a conducir, quiero que te quites las braguitas, súbete el vestido, quiero que notes el asiento de tu coche directamente sobre tu culito. Cada vez que puedas, quiero que te toques los pezones levemente por encima del vestido, que abras las piernas, y que notes como se va mojando tu coñíto.
Cuando llegues al supermercado, justo antes de bajar del coche, me haces una perdida.”
Al cabo de cuarenta minutos, sonó mi móvil, era ella. Dejé pasar dos minutos a propósito, para aumentar su impaciencia y excitación, y la llamé:
- “Hola guapa, buenos días, ya has llegado al supermercado?
- Si.
- Cuéntame, estás excitada, te has mojado, tienes los pezoncitos duros?
- Realmente siento una sensación extraña, estoy muy mojada, pero también tengo miedo…
- Bueno, no te puedo obligar a nada, eres dueña de tus actos, esto sólo es un juego muy excitante, se trata de que tú sola sabes lo caliente que estas, nadie tiene porque enterarse.
- Bien, dime que tengo que hacer.
- Tienes que entrar al supermercado y comprar unos guantes de látex, una botella de aceite corporal y un pepino o calabacín del tamaño que tú elijas. Imaginaras para que es, no?
- Tengo una ligera idea, jejeje… bueno voy para dentro, hasta luego.
Pasaron unos diez minutos que se me hicieron eternos y la volví a llamar.
Me explicó que no había mucha gente en el supermercado y que ya tenía los guantes y el aceite y estaba dudando entre un pepino de unos 12 cm con sus rugosidades o un calabacín más largo pero más estrecho, yo le aconseje el pepino, lo cogió todo y se dirigió hacia la caja.
Sintió un poco de vergüenza delante de la cajera, una chica jovencita, que la miró a los ojos sonriendo. Pagó y volvió al coche.
Una vez dentro de su vehiculo, le indiqué lo que tenia que hacer:
- Vuelve a levantarte el vestido, pon el pepino en el asiento y vuelve a tu casa. Mientras conduces quiero que te vayas moviendo sobre él, quiero que notes sus puntitos sobre tu clítoris. Si quieres puedes introducirlo en un guante de látex o si tienes un preservativo a mano, que supongo que sí, pónselo.
- Uffff, no sabes lo mojada que estoy, eres un cabrón, pero me está encantando.
- Ya te lo dije yo zorrita, sabía que te gustaría. Bueno, llámame cuando llegues a casa.
Me volvió a llamar durante el trayecto, diciéndome que estaba muy cachonda, y que no sabría si podría llegar a casa sin masturbarse, estaba a punto de parar y follarse con el pepino hasta quedar saciada. Yo le dije que aguantara, que esa excitación continua la haría conseguir un orgasmo tremendo, que tuviera paciencia y que tendría su recompensa.
Muy a pesar suyo, Sara continuó hasta su casa, lo más rápido que pudo, aparcó y subió rápidamente a su piso con la bolsa de la compra. Notaba como sus flujos vaginales recorrían sus piernas, había mojado todo el asiento del coche y su vestido.
Nada más entrar en casa, encendió su ordenador y conectó el msn. Por primera vez me conectó su cam, se la notaba muy caliente y excitada. Tan sólo me escribió una frase: “Mándame lo que quieras”
“Muy bien cariño, primero que nada, quiero que te quites el vestido y que te vuelvas a poner las braguitas blancas.
Eso es, ahora quiero que cojas con tus manos la parte delantera de las braguitas y que te la aprietes bien fuerte contra toda tu rajita, quiero que notes como se te pega al clítoris, como se te meten las braguitas dentro de tu coño. Quiero que te muevas apretándotela más, todo lo que puedas, eso es, muy bien, me gusta que seas obediente.
Es hora de que te pongas los guantes de látex, coge la botella de aceite y derrama un poco sobre tus manos, acaríciate todo el cuerpo, quiero verte brillante y mojada.
Ahora quiero que te pongas en cuclillas sobre el suelo, mueve la cámara para que pueda verte perfectamente, quiero ver como pasas tus dedos entre tu vulva, desde el clítoris hasta el agujero de tu ano. Muy bien, repite la operación, quiero que cada vez que pases el dedo por tu culito, te lo metas un poquito….
Ufff, cariño, mira como me tienes, tengo la polla durísima, la ves? Me enastaría ponerte a cuatro patitas y follarte bien follada, te la metería por el culito también, que se que te encanta, cuando estas bien caliente, y te sientes bien zorra.
Quiero que cojas el pepino, sujetándolo con una mano en el suelo, quiero que te sientes sobre el y que te folles, quiero que cabalgues sobre al mismo tiempo que te masturbas el clítoris.
Eres una experta, jejeje… ahora ha llegado el momento de que te corras, quiero ver como salen chorros de flujo de tu coño, quiero ver como caes rendida después de un fantástico orgasmo….
Quiero que te metas los dedos anular y corazón dentro de tu coño, con la palma de la mano mirando hacia tu clítoris, y quiero que los muevas al principio lento y que vayas aumentando el ritmo a medida que te llega el orgasmo, quiero que cuando te vayas a correr tu coño saque humo, cada vez que te penetres con tus dedos, que tu palma toque tu clítoris….
Eso es cariño, así, mas rápido, muy bien, venga……”
La escuche gemir durante más de media hora, y finalmente alcanzó un orgasmo fantástico, me dejó ver toda la humedad que llegó a salir de su coño, al mismo tiempo que yo cubría la mesa de mi escritorio con litros de leche…
CONTINUARÁ…
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