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Automóvil

Bueno, aquí va mi primer Post. Espero les guste el relato. Me gustaría comenten y etc.
Saludos a la comunidad poringuera, que lo disfruten.

Automóvil

Después de haber estado esa noche lluviosa charlando en el bar dónde se conocieron, y de haberse gustado y de haberse deseado, llegó la hora de la retirada. Él la llevaba de regreso a su casa en el auto. En las miradas que se cruzaron en el bar era notable la lívido del ambiente generado por ellos, entre palabras y cerveza se les hacía agua la boca pensarse probando sus pieles. No lo dijeron y eso hacía que se pongan más calientes, él con el pene endureciéndose bajo el pantalón y ella que tenía húmedo la tanga. No había tiempo para ir al telo… aunque estuvieran muy calientes. Después de 10 minutos de viaje y silencio, no aguantaron el fuego que tenían dentro para darle al otro y se rozaron las manos (una inevitable atracción)… la de ella se acercó a la pierna de él y con caricias se la acercó a la entrepierna, le empezó a masajear la verga hasta sacarla del pantalón mientras él manejaba, se acomodó en el asiento y se la empezó a chupar. Ella le pidió que pare en cualquier lugar. Él buscó dónde estacionar. Frenó le metió la mano dentro de la tanga y con los dedos le empezó a esparcir la humedad por los labios y la cola, le chupó los senos mordisqueándoles un poco los pezones hasta bajar con besos por su vientre y darle una breve pero intensa chupada de concha. Ella estaba totalmente caliente y excitada y le dijo “cogeme ahora… yá”. Se pasó al asiento del acompañante y ella se sentó en su vientre. Le bajó un poco más el pantalón y se bajó el de él otro poco también. Entre las manos de los dos juguetearon con la cabeza de la pija y los labios de la concha hasta que la penetración fue inevitable. Él con sus manos la ayudaba a subir y a bajar. Se la sacó y se la apoyó en la cola, con la lubricación del flujo que tenía en el glande ella se fue sentando muy lentamente hasta llegar a los huevos. Se estremecía de tener la pija caliente y dura en su cola. Después de algunas estocadas fueron alternando entre la concha y la cola, hasta que gritando de placer tuvo su orgasmo que le desbordó la concha. La pija estaba lubricada como nunca y no hacía falta que se ayuden con las manos. Ella sintió en su interior que él la tenía más dura aún y que iba a tener pronto el preciado líquido. Entre fuertes respiraciones bucales de los dos él dio unos gemidos y rápido se puso en posición para derramar todo en sus pechos. Se contorsionó dos veces (ella sintió el líquido caliente en los pezones) y exhausto se abrazó a ella en un largo beso con el esperma entre sus cuerpos.

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