Tras la separación de mis padres, me fui a vivir a casa de mi abuela materna. A los pocos días mi abuela me comento que el hijo de una amiga de la familia, necesitaba clases particulares.
- “Miguelito debe de tener ahora 10 u 11 años, cuando tenia 3 años murió su padre, tu tenias entonces 9 ó 10 años, se quedo en casa unos días y jugaba contigo” dijo mi abuela.
- “Si creo recordar” mentí para no llevar la contraria a mi abuela.
- “La madre, Paulina era amiga de tu madre, tiene su edad mas o menos 38 ó 39 años, lo paso muy mal quedo viuda muy joven” explico mi abuela.
- “Dile que podemos probar” le dije.
Vino a casa Miguelito y su madre, Paulina. Estuvimos hablando y quedamos que iría a su casa dos veces por semana, de 6 a 8 de la tarde, para repasar lo estudiado en clase.
Iba a dar clases los martes y los jueves, Miguelito era un buen chaval, no daba problemas y era buen estudiante.
En pocas semanas se recogió los frutos, mejorando sus notas. Eso hizo que su madre me pidiera que ampliase a cinco días a la semana, de lunes a viernes, martes y jueves dos horas y el resto una hora. No me pareció mal.
Los viernes al terminar la clase, me pagaba, un viernes me hizo entrar hasta su habitación, se había puesto un vestido de noche.
- “Que te parece, como estoy” dijo ella mirándose al espejo.
Fue la primera vez que no la veía como la madre de Miguelito, sino como mujer. Y era un pedazo de mujer, con muchas curvas, un par de buenas tetas, y un pandero muy bonito, tenia algo de barriguita, pero no le afeaba.
- “Bien supongo, yo no entiendo de eso mucho” aunque le tenía que haber dicho que estaba muy buena.
Sonrió, se dirigió a un cajo saco el dinero y me lo dio.
- “Esta noche salgo con unos amigos” dijo ella.
- “Si alguna noche quiere que me quede con Miguelito no me importaría hacer de niñera” le dije.
- “Lo tendré en cuenta, esta noche viene una prima suya” dijo ella dando por terminada la mini-conversación.
Tras haberme fijado en Paulina, me hizo que la viera de diferente forma, incluso la veía y me excitaba.
Cada viernes, a la hora de cobrar me llamaba y entraba en su habitación, y me preguntaba: Que te parece, como estoy.
Un viernes, escuche como entraba en la ducha, y justo cuando terminaba di por finalizada la clase, Miguelito se fue a su habitación como siempre, y yo me acerque a la habitación de Paulina, la puerta estaba entre abierta, desde fuera mire al espejo donde ella se solía mirar y la vi reflejada, estaba de espaldas al espejo, pero solo tenia puestas las bragas, de pronto se giro, las tetas me parecían impresionantes (tal vez fuese efecto óptico del espejo), se las estaba acariciando con la mano izquierda, mientras que la derecha la movía hacia abajo, acariciándose el coño por encima de las bragas, lentamente entro la mano debajo de sus bragas, dejando ver unos cuantos pelos de su vello púbico, y siguió acariciándose, se estaba masturbando, no me podía ver porque los ojos los tenia casi cerrados, mi polla estaba a cien a punto de reventar, metí la mano por debajo del pantalón y del slip y me agarre la polla, y comencé a frotar viendo como ella seguía masturbándose, se le notaba en la cara que estaba disfrutando, y lo que no sabia lo que me estaba haciendo disfrutar a mí, desapareció del espejo, me acerque mire dentro de la habitación, estaba sobre la cama, seguía masturbándose, se había colocado una almohada sobre la cabeza, para ahogar sus gemidos, eso implicaba que no me podía ver. Por sus movimientos estaba a punto de alcanzar el orgasmo, y yo apunto de correrme. No tarde mucho en correrme, sentí mi leche entre los dedos.
Lentamente volví al salón donde daba las clases a Miguelito, y como pude me limpie la mano. Desde allí llame la Paulina.
- “ Señora Paulina, ya hemos terminado” dije
- “Un momento y salgo” se escucho desde la habitación
Unos minutos después salió enfundada en una bata, solo imaginar que debajo de la bata iba casi desnuda me volvió a excitar y hacer que mi polla volviera a tener volumen.
Aquella noche no podía dormir, la visión de aquellas tetas me seguía.
Seguí yendo a casa de Paulina cada día de la semana, cada vez me gustaba más, me la imaginaba desnuda, y me ponía a cien.
Dos semanas más tarde, acababa de dar las clases Miguelito, salió Paulina.
- “Te acuerdas que me dijiste que si algún día te necesitaba podía contar contigo” me dijo.
- “Si claro, puede contar conmigo” pensé incluso para follarla.
- “Tengo una cena importante, y no tengo niñera, ¿Te podrías quedar?” me pregunto.
- “Sin problema, algo que deba saber” le dije.
- “No tardare en volver, pero sobretodo que a las diez este en la cama, la cena la tenéis en el horno, mientras esperas puedes ver la tele o algún video que hay” me dijo.
- “Voy a casa a decírselo a mi abuela y vengo” le dije.
- “No hace falta, yo la llamare” me dijo.
Paulina se fue, y yo fui al cuarto de Miguelito, me estuvo contando cosas y jugando. A eso de las nueve cenamos Miguelito y yo. Después me enseño fotografías de sus padres de jóvenes, tenía que reconocer que Paulina de joven tenía un buen cuerpo, y en bikini estaba de muerte.
A las diez le dije que tenía que dormir, y salí al salón, estuve rebuscando películas de video, todas eran más o menos serias, pero detrás encontré unas cuantas que me llamaron la atención, una de ellas era Dos mulas y una mujer, no hacía mucho que la había visto, decidí ponerla, cuando la saque de su carcasa me dejo confuso, ponía Dos mulas y una mujer, protagonizada por Miguel, Paulina y Sergio, la puse en el video y comencé a verla.
No era la original, y era muda, la primera imagen era un salón, y de pronto apareció un hombre reconocí a Miguel, el marido de Paulina, poco después entraba Paulina, era muy joven debía tener veinte pocos años, debía ser antes de casarse, comenzaron a hablar, de pronto Miguel se puso en marcha y abrió la puerta apareció otro muchacho, debía ser Sergio. Entraron los dos, se sentaron en el sofá, salió Paulina comenzó a bailar y a desnudarse, estaba haciendo un striptease, las imágenes eran muy calientes y me puso cachondo, me saque la polla, y comencé a pelármela, pero la película no era solo el striptease, se acerco a Sergio le abrió la cremallera del pantalón y le saco la polla y comenzó a chupársela, mientras Miguel se saco la suya y se la metió por detrás a Paulina, las imágenes se sucedieron, Paulina fue follada por los dos…
No llegue a terminar de verla tuve que salir disparado al lavabo pues estaba a punto de correrme, llegue justo a tiempo. Cuando volvía al salón la película había terminado, busque otra película, Pequeño Gran Hombre, la puse y como la anterior no era la original, en esta salía un enano con una polla inmensa, que se follaba a Paulina y a otra muchacha. Nuevamente me excite, la quite y busque otras películas las visione y aparecían otras muchachas que no eran Paulina.
En cualquier momento podía aparecer Paulina, así que cogí esas dos películas y me las guarde. Puse una película normal. Media hora después llegaba Paulina, iba contenta, hablamos poco, yo no podía quitarme de la cabeza las imágenes de ella follando.
Me fui a casa, entre semana seguí yendo a dar clases a Miguelito, los fines de semana me ponía las películas, había una imagen que me ponía mas cachondo que las otras, era una en la que la cámara hacia un zoom de ella y se iba a cercando a su coño lentamente, de tal forma que parecía que el objetivo la iba a penetrar.
Unas semanas más tarde, principios de diciembre, Paulina me propuso quedarme con Miguelito acepte, pensando que tendría más tiempo de ver alguna película. Como así fue, la película fue Bésame, Monstruo en esta ocasión volvían a ser Paulina y la otra muchacha, el protagonista masculino era un hombre de raza negra, que tenía una polla de dimensiones extraordinarias, larga y muy gruesa, casi no cabía en la boca de Paulina.
También me la guarde, y espere a que llegase Paulina, en esta ocasión no llego alegre sino todo lo contrario, triste y enfadada, le pregunte que le pasaba.
- “¡Hombres!” fue lo único que dijo.
Por Miguelito sabía que estaba saliendo con un hombre, según Miguelito, su novio, y no era el primero.
Me fui, pero no estaba muy convencido, así que al día siguiente sábado por la mañana fui a su casa. Allí estaba ella tenía puesto un chándal.
- “Pasaba por aquí, y como ayer te deje algo depre” le dije, tuteándola.
Paulina, me miro sorprendida.
- “Estoy bien” dijo.
- “¿Donde está Miguelito?” pregunte.
- “Se ha ido con mi cuñada y su prima…” me dijo “…ya que estas aquí me podrías echar una mano”
- “Por supuesto” pensé al coño te echaría una mano.
Estaba limpiando, lo que mi ayuda era mover muebles de un lado para otro.
Después del trabajo realizado me senté en el sofá; Paulina, también estaba cansada y se sentó frente a mí.
- “¿Quieres un refresco?” me pregunto
- “Si…” sabía que era el momento debía hacer algo “…, pero antes porque no hablamos de lo que sucedió anoche que llegastes casi llorando”
Me miro, como un elefante mirando una hormiga.
- “No tengo nada que hablar” dijo.
- “¿Tuviste una pelea con tu novio?” le pregunte
- “Quien te ha dicho… Miguelito, si fue una pelea, diferencias de opiniones” dijo.
- “Cuando estoy depre me gusta ver alguna película” le dije.
- “Y a mi” dijo sonriendo.
- “Las que me gustan son Dos mulas y una mujer, Pequeño Gran Hombre o Bésame, Monstruo” posiblemente una bomba no habría hecho más, vi como se puso blanca. “Ahora sí que quiero el refresco” y fui a por el refresco a la cocina.
Cuando volví al salón Paulina estaba rebuscando en el mueble de las películas de video.
- “¿Buscas algo?” le pregunte.
- “No, solo…” tartamudeo ella.
- “No estarás buscando las películas” le dije.
- “¿Las has visto?” pregunto nerviosamente.
- “Si las he visto” dije.
- “Me refiero a su contenido” dijo
- “Claro que he visto su contenido” sonreí.
- “Y…” estaba perpleja.
- “Nada muy interesante, no lo habría imaginado” dije.
- “Hicimos esas películas para sacar dinero para terminar la carrera, las hicimos entre unos amigos, Miguel se caso conmigo” me contesto.
- “Realmente no me importa para que la hicisteis, me gusta verlas” le dije.
- “¿Como las puedo recuperar?” me pregunto.
- “Quien te ha dicho que las puedes recuperar, ya te he dicho que me gustan” le dije, saliendo por la puerta.
- “No te vayas…” pero yo ya no hice caso.
De camino a casa iba pensando porque le había dicho lo de las películas, pensaba que iba a caer rendida a mis pies, que se iba a entregar, que me la iba a follar. Pensé para mi estúpido, estúpido.
Por la tarde salí con los amigos, cuando volví, mi abuela se acerco a mí.
- “José Antonio, ha venido esta tarde buscándote Paulina, que si puedes ir esta noche a cuidar a Miguelito” dijo mi abuela.
- “¿No dijo nada mas?” le pregunte.
- “Bueno si, que si no podías fueses a decírselo” dijo mi abuela.
Que era lo que quería, supongo que recuperar las cintas.
- “Abuela, voy a ir a cuidar a Miguelito” le dije.
- “Bien, ¿Es un buen chaval, verdad?” me pregunto.
- “Si, abuela es un buen chaval” dije, pensé pero la que esta buena es su madre.
Tenía que ir a casa de Paulina a eso de las diez, faltaban 10 minutos cuando me presente. Me abrió ella. Llevaba una bata.
- “Pasa, no tardo nada” dijo
Era raro, estaba muy simpática.
- “Y Miguelito” le dije.
- “Con su tía… quería hablar contigo” dijo.
- “De las películas, ya te dije que me gustan y me las quedo” dije.
- “Siéntate por favor…” me dijo, y me senté “… ahora mismo no me importan las películas” dijo.
Se puso delante de mí.
- “Si te gusta lo que hay en las películas, te gustara lo que te voy a enseñar” dijo quitándose la bata, quedando desnuda “… ven, no necesito ver esas películas, lo que necesito es un hombre” y se dirigió a su habitación.
Yo la seguí, no era aquella muchacha de las películas, era una mujer madura, en su habitación, se tumbo en la cama.
- “Desnúdate” me dijo.
Me desnude, y me acerque a ella.
- “¿Es tu primera vez?” me pregunto.
Empecé a acariciar sus pezones, pellizcándolos, mientras, baje mi mano, y acaricie su vello púbico, y metí mi mano en su entrepierna, acaricie su clítoris, y sus labios vaginales, metí mis dedos por su vagina, ella gemía.
- “Intuyo que no es tu primera vez” dijo entre jadeos.
Mi boca chupaba sus pechos, mordisqueando sus pezones, me metí entre sus pierna, enfile mi polla a su coño, acariciando el clítoris con la punta de mi polla antes de introducírsela.
- “Si, así sigue, más profunda” dijo entre gemidos y gritos de placer.
Unos minutos después alcanzaba su primer orgasmo, cambiamos de posición, pero seguí penetrándola, dos orgasmos mas alcanzo antes de que mi leche inundase su vagina.
Al finalizar quedamos medio dormidos, me desperté eran cerca de la una, me levante.
- “¿Dónde vas?” me pregunto.
- “A casa, mi abuela estará preocupada, si no voy” dije.
- “Vuelve a la cama, no te preocupes, llame a tu abuela, tu ya habías salido, le dije que estarías toda la noche, pues yo no volvería hasta por la mañana…” dijo, se metió un dedo en la boca “Vuelve a follarme” y se abrió de piernas.
Y volvía a follarmela. Cuando por la mañana me despedía de ella.
- “Mañana te devolveré las películas” le dije
- “Puedes quedártelas, cuando las veas, acuérdate de mí, si no quieres hacerlo tú solo yo estaré aquí.
Después de las Clases particulares a Miguelito, venían las Clases privadas con Paulina.
Durante casi un año y medio, seguí acostándome con Paulina y ella siguió teniendo novios, mi marcha a la universidad interrumpió las clases.
- “Miguelito debe de tener ahora 10 u 11 años, cuando tenia 3 años murió su padre, tu tenias entonces 9 ó 10 años, se quedo en casa unos días y jugaba contigo” dijo mi abuela.
- “Si creo recordar” mentí para no llevar la contraria a mi abuela.
- “La madre, Paulina era amiga de tu madre, tiene su edad mas o menos 38 ó 39 años, lo paso muy mal quedo viuda muy joven” explico mi abuela.
- “Dile que podemos probar” le dije.
Vino a casa Miguelito y su madre, Paulina. Estuvimos hablando y quedamos que iría a su casa dos veces por semana, de 6 a 8 de la tarde, para repasar lo estudiado en clase.
Iba a dar clases los martes y los jueves, Miguelito era un buen chaval, no daba problemas y era buen estudiante.
En pocas semanas se recogió los frutos, mejorando sus notas. Eso hizo que su madre me pidiera que ampliase a cinco días a la semana, de lunes a viernes, martes y jueves dos horas y el resto una hora. No me pareció mal.
Los viernes al terminar la clase, me pagaba, un viernes me hizo entrar hasta su habitación, se había puesto un vestido de noche.
- “Que te parece, como estoy” dijo ella mirándose al espejo.
Fue la primera vez que no la veía como la madre de Miguelito, sino como mujer. Y era un pedazo de mujer, con muchas curvas, un par de buenas tetas, y un pandero muy bonito, tenia algo de barriguita, pero no le afeaba.
- “Bien supongo, yo no entiendo de eso mucho” aunque le tenía que haber dicho que estaba muy buena.
Sonrió, se dirigió a un cajo saco el dinero y me lo dio.
- “Esta noche salgo con unos amigos” dijo ella.
- “Si alguna noche quiere que me quede con Miguelito no me importaría hacer de niñera” le dije.
- “Lo tendré en cuenta, esta noche viene una prima suya” dijo ella dando por terminada la mini-conversación.
Tras haberme fijado en Paulina, me hizo que la viera de diferente forma, incluso la veía y me excitaba.
Cada viernes, a la hora de cobrar me llamaba y entraba en su habitación, y me preguntaba: Que te parece, como estoy.
Un viernes, escuche como entraba en la ducha, y justo cuando terminaba di por finalizada la clase, Miguelito se fue a su habitación como siempre, y yo me acerque a la habitación de Paulina, la puerta estaba entre abierta, desde fuera mire al espejo donde ella se solía mirar y la vi reflejada, estaba de espaldas al espejo, pero solo tenia puestas las bragas, de pronto se giro, las tetas me parecían impresionantes (tal vez fuese efecto óptico del espejo), se las estaba acariciando con la mano izquierda, mientras que la derecha la movía hacia abajo, acariciándose el coño por encima de las bragas, lentamente entro la mano debajo de sus bragas, dejando ver unos cuantos pelos de su vello púbico, y siguió acariciándose, se estaba masturbando, no me podía ver porque los ojos los tenia casi cerrados, mi polla estaba a cien a punto de reventar, metí la mano por debajo del pantalón y del slip y me agarre la polla, y comencé a frotar viendo como ella seguía masturbándose, se le notaba en la cara que estaba disfrutando, y lo que no sabia lo que me estaba haciendo disfrutar a mí, desapareció del espejo, me acerque mire dentro de la habitación, estaba sobre la cama, seguía masturbándose, se había colocado una almohada sobre la cabeza, para ahogar sus gemidos, eso implicaba que no me podía ver. Por sus movimientos estaba a punto de alcanzar el orgasmo, y yo apunto de correrme. No tarde mucho en correrme, sentí mi leche entre los dedos.
Lentamente volví al salón donde daba las clases a Miguelito, y como pude me limpie la mano. Desde allí llame la Paulina.
- “ Señora Paulina, ya hemos terminado” dije
- “Un momento y salgo” se escucho desde la habitación
Unos minutos después salió enfundada en una bata, solo imaginar que debajo de la bata iba casi desnuda me volvió a excitar y hacer que mi polla volviera a tener volumen.
Aquella noche no podía dormir, la visión de aquellas tetas me seguía.
Seguí yendo a casa de Paulina cada día de la semana, cada vez me gustaba más, me la imaginaba desnuda, y me ponía a cien.
Dos semanas más tarde, acababa de dar las clases Miguelito, salió Paulina.
- “Te acuerdas que me dijiste que si algún día te necesitaba podía contar contigo” me dijo.
- “Si claro, puede contar conmigo” pensé incluso para follarla.
- “Tengo una cena importante, y no tengo niñera, ¿Te podrías quedar?” me pregunto.
- “Sin problema, algo que deba saber” le dije.
- “No tardare en volver, pero sobretodo que a las diez este en la cama, la cena la tenéis en el horno, mientras esperas puedes ver la tele o algún video que hay” me dijo.
- “Voy a casa a decírselo a mi abuela y vengo” le dije.
- “No hace falta, yo la llamare” me dijo.
Paulina se fue, y yo fui al cuarto de Miguelito, me estuvo contando cosas y jugando. A eso de las nueve cenamos Miguelito y yo. Después me enseño fotografías de sus padres de jóvenes, tenía que reconocer que Paulina de joven tenía un buen cuerpo, y en bikini estaba de muerte.
A las diez le dije que tenía que dormir, y salí al salón, estuve rebuscando películas de video, todas eran más o menos serias, pero detrás encontré unas cuantas que me llamaron la atención, una de ellas era Dos mulas y una mujer, no hacía mucho que la había visto, decidí ponerla, cuando la saque de su carcasa me dejo confuso, ponía Dos mulas y una mujer, protagonizada por Miguel, Paulina y Sergio, la puse en el video y comencé a verla.
No era la original, y era muda, la primera imagen era un salón, y de pronto apareció un hombre reconocí a Miguel, el marido de Paulina, poco después entraba Paulina, era muy joven debía tener veinte pocos años, debía ser antes de casarse, comenzaron a hablar, de pronto Miguel se puso en marcha y abrió la puerta apareció otro muchacho, debía ser Sergio. Entraron los dos, se sentaron en el sofá, salió Paulina comenzó a bailar y a desnudarse, estaba haciendo un striptease, las imágenes eran muy calientes y me puso cachondo, me saque la polla, y comencé a pelármela, pero la película no era solo el striptease, se acerco a Sergio le abrió la cremallera del pantalón y le saco la polla y comenzó a chupársela, mientras Miguel se saco la suya y se la metió por detrás a Paulina, las imágenes se sucedieron, Paulina fue follada por los dos…
No llegue a terminar de verla tuve que salir disparado al lavabo pues estaba a punto de correrme, llegue justo a tiempo. Cuando volvía al salón la película había terminado, busque otra película, Pequeño Gran Hombre, la puse y como la anterior no era la original, en esta salía un enano con una polla inmensa, que se follaba a Paulina y a otra muchacha. Nuevamente me excite, la quite y busque otras películas las visione y aparecían otras muchachas que no eran Paulina.
En cualquier momento podía aparecer Paulina, así que cogí esas dos películas y me las guarde. Puse una película normal. Media hora después llegaba Paulina, iba contenta, hablamos poco, yo no podía quitarme de la cabeza las imágenes de ella follando.
Me fui a casa, entre semana seguí yendo a dar clases a Miguelito, los fines de semana me ponía las películas, había una imagen que me ponía mas cachondo que las otras, era una en la que la cámara hacia un zoom de ella y se iba a cercando a su coño lentamente, de tal forma que parecía que el objetivo la iba a penetrar.
Unas semanas más tarde, principios de diciembre, Paulina me propuso quedarme con Miguelito acepte, pensando que tendría más tiempo de ver alguna película. Como así fue, la película fue Bésame, Monstruo en esta ocasión volvían a ser Paulina y la otra muchacha, el protagonista masculino era un hombre de raza negra, que tenía una polla de dimensiones extraordinarias, larga y muy gruesa, casi no cabía en la boca de Paulina.
También me la guarde, y espere a que llegase Paulina, en esta ocasión no llego alegre sino todo lo contrario, triste y enfadada, le pregunte que le pasaba.
- “¡Hombres!” fue lo único que dijo.
Por Miguelito sabía que estaba saliendo con un hombre, según Miguelito, su novio, y no era el primero.
Me fui, pero no estaba muy convencido, así que al día siguiente sábado por la mañana fui a su casa. Allí estaba ella tenía puesto un chándal.
- “Pasaba por aquí, y como ayer te deje algo depre” le dije, tuteándola.
Paulina, me miro sorprendida.
- “Estoy bien” dijo.
- “¿Donde está Miguelito?” pregunte.
- “Se ha ido con mi cuñada y su prima…” me dijo “…ya que estas aquí me podrías echar una mano”
- “Por supuesto” pensé al coño te echaría una mano.
Estaba limpiando, lo que mi ayuda era mover muebles de un lado para otro.
Después del trabajo realizado me senté en el sofá; Paulina, también estaba cansada y se sentó frente a mí.
- “¿Quieres un refresco?” me pregunto
- “Si…” sabía que era el momento debía hacer algo “…, pero antes porque no hablamos de lo que sucedió anoche que llegastes casi llorando”
Me miro, como un elefante mirando una hormiga.
- “No tengo nada que hablar” dijo.
- “¿Tuviste una pelea con tu novio?” le pregunte
- “Quien te ha dicho… Miguelito, si fue una pelea, diferencias de opiniones” dijo.
- “Cuando estoy depre me gusta ver alguna película” le dije.
- “Y a mi” dijo sonriendo.
- “Las que me gustan son Dos mulas y una mujer, Pequeño Gran Hombre o Bésame, Monstruo” posiblemente una bomba no habría hecho más, vi como se puso blanca. “Ahora sí que quiero el refresco” y fui a por el refresco a la cocina.
Cuando volví al salón Paulina estaba rebuscando en el mueble de las películas de video.
- “¿Buscas algo?” le pregunte.
- “No, solo…” tartamudeo ella.
- “No estarás buscando las películas” le dije.
- “¿Las has visto?” pregunto nerviosamente.
- “Si las he visto” dije.
- “Me refiero a su contenido” dijo
- “Claro que he visto su contenido” sonreí.
- “Y…” estaba perpleja.
- “Nada muy interesante, no lo habría imaginado” dije.
- “Hicimos esas películas para sacar dinero para terminar la carrera, las hicimos entre unos amigos, Miguel se caso conmigo” me contesto.
- “Realmente no me importa para que la hicisteis, me gusta verlas” le dije.
- “¿Como las puedo recuperar?” me pregunto.
- “Quien te ha dicho que las puedes recuperar, ya te he dicho que me gustan” le dije, saliendo por la puerta.
- “No te vayas…” pero yo ya no hice caso.
De camino a casa iba pensando porque le había dicho lo de las películas, pensaba que iba a caer rendida a mis pies, que se iba a entregar, que me la iba a follar. Pensé para mi estúpido, estúpido.
Por la tarde salí con los amigos, cuando volví, mi abuela se acerco a mí.
- “José Antonio, ha venido esta tarde buscándote Paulina, que si puedes ir esta noche a cuidar a Miguelito” dijo mi abuela.
- “¿No dijo nada mas?” le pregunte.
- “Bueno si, que si no podías fueses a decírselo” dijo mi abuela.
Que era lo que quería, supongo que recuperar las cintas.
- “Abuela, voy a ir a cuidar a Miguelito” le dije.
- “Bien, ¿Es un buen chaval, verdad?” me pregunto.
- “Si, abuela es un buen chaval” dije, pensé pero la que esta buena es su madre.
Tenía que ir a casa de Paulina a eso de las diez, faltaban 10 minutos cuando me presente. Me abrió ella. Llevaba una bata.
- “Pasa, no tardo nada” dijo
Era raro, estaba muy simpática.
- “Y Miguelito” le dije.
- “Con su tía… quería hablar contigo” dijo.
- “De las películas, ya te dije que me gustan y me las quedo” dije.
- “Siéntate por favor…” me dijo, y me senté “… ahora mismo no me importan las películas” dijo.
Se puso delante de mí.
- “Si te gusta lo que hay en las películas, te gustara lo que te voy a enseñar” dijo quitándose la bata, quedando desnuda “… ven, no necesito ver esas películas, lo que necesito es un hombre” y se dirigió a su habitación.
Yo la seguí, no era aquella muchacha de las películas, era una mujer madura, en su habitación, se tumbo en la cama.
- “Desnúdate” me dijo.
Me desnude, y me acerque a ella.
- “¿Es tu primera vez?” me pregunto.
Empecé a acariciar sus pezones, pellizcándolos, mientras, baje mi mano, y acaricie su vello púbico, y metí mi mano en su entrepierna, acaricie su clítoris, y sus labios vaginales, metí mis dedos por su vagina, ella gemía.
- “Intuyo que no es tu primera vez” dijo entre jadeos.
Mi boca chupaba sus pechos, mordisqueando sus pezones, me metí entre sus pierna, enfile mi polla a su coño, acariciando el clítoris con la punta de mi polla antes de introducírsela.
- “Si, así sigue, más profunda” dijo entre gemidos y gritos de placer.
Unos minutos después alcanzaba su primer orgasmo, cambiamos de posición, pero seguí penetrándola, dos orgasmos mas alcanzo antes de que mi leche inundase su vagina.
Al finalizar quedamos medio dormidos, me desperté eran cerca de la una, me levante.
- “¿Dónde vas?” me pregunto.
- “A casa, mi abuela estará preocupada, si no voy” dije.
- “Vuelve a la cama, no te preocupes, llame a tu abuela, tu ya habías salido, le dije que estarías toda la noche, pues yo no volvería hasta por la mañana…” dijo, se metió un dedo en la boca “Vuelve a follarme” y se abrió de piernas.
Y volvía a follarmela. Cuando por la mañana me despedía de ella.
- “Mañana te devolveré las películas” le dije
- “Puedes quedártelas, cuando las veas, acuérdate de mí, si no quieres hacerlo tú solo yo estaré aquí.
Después de las Clases particulares a Miguelito, venían las Clases privadas con Paulina.
Durante casi un año y medio, seguí acostándome con Paulina y ella siguió teniendo novios, mi marcha a la universidad interrumpió las clases.
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