Una tarde como cualquiera salimos a caminar con mi novia de entonces, como si nada. Eramos jovenes y las hormonas estaban más que alborotadas. Para quienes conocen Rosario, calle Córdoba es un paseo obligado... Más es así cuando uno es joven y no maneja dinero.
Estuvimos caminando demasiado, calentando la tarde con frases más que elevadas de tono, lo que provocó que tanto ella como yo evidenciaramos grados de excitación más que evidentes; mi pija y su concha en su máximo esplendor buscando ser saciadas.
Lógicamente sin un peso para el telo, se nos ocurrio una pequeña idea; visitar el monumento a la bandera.
En ése momento los dos teniamos una sola idea fija en mente. Eran las cinco y media de la tarde y no habia mucha gente en el ascensor camino al mirador y ya en ese momento los toqueteos se hicieron más que importantes. Al llegar ibamos tomados de la mano y sin querer tanto una mano suya y una mia buscaban con frenesí tocar las partes más sensibles de ambos.
Ya una vez en el mirador y con la vista sobre avda Belgrano metí mi mano por dentro de su pantalón desde atrás y sin tapujos fui metiendo uno a uno mis dedos en esa conchita deseosa mientrás le besaba la oreja y le decia cosas como: Que hermosa putita que sos preciosa!.... Como me calienta tenerte así, ensartadita desde atrás. Sentimos ruidos y instintivamente retire lo más rápido que pude mi mano de su húmeda conchita, hasta que no di más y le estampe un beso más que desesperado, lo que provocó que la gente se fuera yendo hasta quedar nuevamente solos.
No dí más y mirando para todos lados, saque mi pija fuera y ella, sin pensarlo se la devoro de inclinandosé a lo que, tomandola fuertemente de los cabellos la hice arrodillar y mientrás me miraba con esa carita divina de puta que tenia, me decia lo mucho que le gustaba chupar mi pija.
Cuando sentí que estabamos al borde, la puse contra la reja del monumento que impide que la gente se lance y desde atrás le penetré esa conchita divina por un instante breve, el suficiente de llenarla entera de leche, retirarme, acomodarnos y que llegara la gente.
Sin palabras y ambos con una sonrisa en los labios, salimos camino al río, donde entre besos y arrumacos, nos seguimos calentando recordando lo vivido en el Monumento la la Bandera....
Estuvimos caminando demasiado, calentando la tarde con frases más que elevadas de tono, lo que provocó que tanto ella como yo evidenciaramos grados de excitación más que evidentes; mi pija y su concha en su máximo esplendor buscando ser saciadas.
Lógicamente sin un peso para el telo, se nos ocurrio una pequeña idea; visitar el monumento a la bandera.
En ése momento los dos teniamos una sola idea fija en mente. Eran las cinco y media de la tarde y no habia mucha gente en el ascensor camino al mirador y ya en ese momento los toqueteos se hicieron más que importantes. Al llegar ibamos tomados de la mano y sin querer tanto una mano suya y una mia buscaban con frenesí tocar las partes más sensibles de ambos.
Ya una vez en el mirador y con la vista sobre avda Belgrano metí mi mano por dentro de su pantalón desde atrás y sin tapujos fui metiendo uno a uno mis dedos en esa conchita deseosa mientrás le besaba la oreja y le decia cosas como: Que hermosa putita que sos preciosa!.... Como me calienta tenerte así, ensartadita desde atrás. Sentimos ruidos y instintivamente retire lo más rápido que pude mi mano de su húmeda conchita, hasta que no di más y le estampe un beso más que desesperado, lo que provocó que la gente se fuera yendo hasta quedar nuevamente solos.
No dí más y mirando para todos lados, saque mi pija fuera y ella, sin pensarlo se la devoro de inclinandosé a lo que, tomandola fuertemente de los cabellos la hice arrodillar y mientrás me miraba con esa carita divina de puta que tenia, me decia lo mucho que le gustaba chupar mi pija.
Cuando sentí que estabamos al borde, la puse contra la reja del monumento que impide que la gente se lance y desde atrás le penetré esa conchita divina por un instante breve, el suficiente de llenarla entera de leche, retirarme, acomodarnos y que llegara la gente.
Sin palabras y ambos con una sonrisa en los labios, salimos camino al río, donde entre besos y arrumacos, nos seguimos calentando recordando lo vivido en el Monumento la la Bandera....
1 comentarios - Haciendo patria....