Día de la primavera a full. Esta vez no fuimos a Palermo, sino que decidimos ir a la quinta de unos amigos para pasarla más tranqui y disponer de mayor intimidad. El día estuvo espectacular por lo que malla y pileta todo el día.
La jornada empezó prometedora. Nos juntamos con algunas chicas en la esquina del colegio, fuimos a comprar algunas latas de cerveza, Fernet, cigarrillos y de ahí derechito a Parque Leloir. Apenas llegamos ya empezó el descontrol, los padres de Mili, la dueña de la quinta, no estaban, ya que era jornada laborable, por lo que no tuvimos que rescatarnos, pudendo actuar como las pendejitas trolas que somos en realidad… Jajaja.
Mi primer momento hot vino a la hora de cambiarnos. Fui a uno de los cuartos, saque la malla de la mochila, y cuándo estaba a punto de desvestirme entra Loli también a cambiarse. Siempre hubo onda entre las dos, aunque nunca llegamos a nada, si bien nos dábamos cuenta que nos gustábamos. Ella también sacó una malla de su mochila y entramos a desvestirnos. No tuvimos pudor en mirarnos y recorrernos con la mirada.
-Que buen orto tenés Yesi- me dijo entonces admirándomelo-
-¿Te gusta?- le pregunté moviéndolo incitantemente delante de ella.
-¡Me encanta!- exclamó –Con razón los flacos te andan por detrás-
-A vos también te siguen- le recordé.
-Si, pero a mí no me gustan los flacos-
-Te gustan las flacas-
-Me gustás vos-
-¿Y si te gusto porque no venís?- la desafié entonces.
Me miro buscando la complicidad necesaria y cuándo la encontró, se me acercó y me apoyó una mano en el culo. Nos besamos y mientras jugábamos con las lenguas podía sentir su dedo haciendo lo mismo en la entrada de mi culito. No era la primera vez que estaba con una chica y no va a ser la última, por lo que los jueguitos eróticos entre mujeres no me eran para nada desconocidos. Lo cierto es que cerramos con llave la puerta y así desnudas como estábamos nos tiramos en la cama que no se de quién era pero la deshicimos con una revolcada para el recuerdo. Me gustó chuparle la concha, la tiene bien apretadita, según me dijo no se la metió todavía ningún chico, aunque ya sintió algún que otro dedo aparte de los de ella misma. Yo se los metí suavecito, haciéndole una paja como a mí me gusta, suave, sin apurarme, tratando de seguir el ritmo de sus jadeos. Ella también me la chupó rico, me hizo mojar con un jueguito de lengua realmente maravilloso… con decirles que ningún chico y ningún hombre… ejem… me la chupó así. Después de un polvo rápido aunque gratificante, nos pusimos las mallas y nos fuimos con el resto de las chicas. Por suerte nadie nos echo de menos durante ese rato.
El resto de la tarde la pasamos en la pileta, tomando, fumando, haciendo lo que toda chica de nuestra edad acostumbra… jajaja… hasta que llegaron los chicos, los novios de algunas de las chicas. Ahí varias desaparecieron… adonde habrán ido, ¿no? Yo no tengo novio así que me entretuve con el amigo del novio de Jime. Bastante lindo el guacho. Al final entre charla y charla y viendo que los demás no aparecían, desaparecimos nosotros también. Nos metimos en uno de los baños de servicio. Beso va, beso viene, lengüita aquí y allá, me mete los deditos, me rebusca bien adentro.
-¿Se te perdió algo?- le digo en tono de broma.
-Si, pero ya lo voy a encontrar- me dice.
-Seguí buscando entonces- le digo separando todavía más las piernas, permitiendo que me hurgara con absoluta comodidad.
Yo ya estaba recontra empapada, mojada a más no poder. Quería que me cogiera pero YA. Estaba desesperada.
-¡Ponémela!- le pedí casi en un susurro.
Me baje la parte de abajo de la malla, me di la vuelta y apoyándome sobre el lavatorio, me le entregué sin guardarme nada. Él se bajo enseguida el pantalón, peló la pija, la misma que ya había estado manoseando durante un largo y se preparó para metérmela, pero antes de que lo hiciera, me doy la vuelta y le pregunto:
-¿Te pusiste forro?-
Era obvio que no.
-Ni pienses que me vas a coger sin forro- le dije.
-Es que no traje- admitió.
-¡Sos un boludo!, ¿Cómo venís a festejar la primavera sin forros?-
-¿Vos no tendrás?- me pregunta tímidamente.
-Si, encima que me la dejo poner también tengo que traer los forros, no seas forro… valga la redundancia- le digo casi enojada.
-¿Entonces?- pregunta casi desesperada.
El pobre estaba con la pija bien al palo, desbordando lechita por la punta, me daba pena… ¿que culpa tenía de ser tan boludo?
-Bueno, te la chupo y me acabas en las tetas, ¿te parece?- le sugerí.
-Dale- se entusiasmó.
Me saque entonces el corpiño de la malla, me hinqué de rodillas ante él y me puse a petearlo. Cuándo de chupar se trata, me gusta comérmela toda, o lo más que pueda, me gusta atragantarme bien con carne de verga, y como la de este chico no era demasiado grande me la podía mandar casi hasta la base. Me la sacaba, tosía, escupía un poco de esa mezcla de saliva y líquido preseminal y me la volvía a comer, bien hasta el fondo, disfrutando una y otra vez de semejante hermosura. A la vez que se la chupaba yo también me dedeaba, acariciándome el clítoris sin dejar de mamar la pija del amigo del novio de mi amiga.
-Avisame cuándo estés por acabar- le dije en un momento, sacándomela brevemente de la boca.
Se la seguí chupando un rato más pero el guacho no me aviso, se le olvido o no quiso avisarme, igual me di cuenta y me aparte justo a tiempo, los lechazos empezaron a saltar como si fuera la última vez, unos cuántos me cayeron en las tetas, aunque enseguida me levante, me di la vuelta y puse la colita para que me tirara ahí el resto.
Luego nos dimos una duchita juntos y volvimos con los demás. Algunos volvieron después, aunque todos con cara de haber garchado. Yo no pude pero igual me entretuve y pase una feliz primavera… ja.
La jornada empezó prometedora. Nos juntamos con algunas chicas en la esquina del colegio, fuimos a comprar algunas latas de cerveza, Fernet, cigarrillos y de ahí derechito a Parque Leloir. Apenas llegamos ya empezó el descontrol, los padres de Mili, la dueña de la quinta, no estaban, ya que era jornada laborable, por lo que no tuvimos que rescatarnos, pudendo actuar como las pendejitas trolas que somos en realidad… Jajaja.
Mi primer momento hot vino a la hora de cambiarnos. Fui a uno de los cuartos, saque la malla de la mochila, y cuándo estaba a punto de desvestirme entra Loli también a cambiarse. Siempre hubo onda entre las dos, aunque nunca llegamos a nada, si bien nos dábamos cuenta que nos gustábamos. Ella también sacó una malla de su mochila y entramos a desvestirnos. No tuvimos pudor en mirarnos y recorrernos con la mirada.
-Que buen orto tenés Yesi- me dijo entonces admirándomelo-
-¿Te gusta?- le pregunté moviéndolo incitantemente delante de ella.
-¡Me encanta!- exclamó –Con razón los flacos te andan por detrás-
-A vos también te siguen- le recordé.
-Si, pero a mí no me gustan los flacos-
-Te gustan las flacas-
-Me gustás vos-
-¿Y si te gusto porque no venís?- la desafié entonces.
Me miro buscando la complicidad necesaria y cuándo la encontró, se me acercó y me apoyó una mano en el culo. Nos besamos y mientras jugábamos con las lenguas podía sentir su dedo haciendo lo mismo en la entrada de mi culito. No era la primera vez que estaba con una chica y no va a ser la última, por lo que los jueguitos eróticos entre mujeres no me eran para nada desconocidos. Lo cierto es que cerramos con llave la puerta y así desnudas como estábamos nos tiramos en la cama que no se de quién era pero la deshicimos con una revolcada para el recuerdo. Me gustó chuparle la concha, la tiene bien apretadita, según me dijo no se la metió todavía ningún chico, aunque ya sintió algún que otro dedo aparte de los de ella misma. Yo se los metí suavecito, haciéndole una paja como a mí me gusta, suave, sin apurarme, tratando de seguir el ritmo de sus jadeos. Ella también me la chupó rico, me hizo mojar con un jueguito de lengua realmente maravilloso… con decirles que ningún chico y ningún hombre… ejem… me la chupó así. Después de un polvo rápido aunque gratificante, nos pusimos las mallas y nos fuimos con el resto de las chicas. Por suerte nadie nos echo de menos durante ese rato.
El resto de la tarde la pasamos en la pileta, tomando, fumando, haciendo lo que toda chica de nuestra edad acostumbra… jajaja… hasta que llegaron los chicos, los novios de algunas de las chicas. Ahí varias desaparecieron… adonde habrán ido, ¿no? Yo no tengo novio así que me entretuve con el amigo del novio de Jime. Bastante lindo el guacho. Al final entre charla y charla y viendo que los demás no aparecían, desaparecimos nosotros también. Nos metimos en uno de los baños de servicio. Beso va, beso viene, lengüita aquí y allá, me mete los deditos, me rebusca bien adentro.
-¿Se te perdió algo?- le digo en tono de broma.
-Si, pero ya lo voy a encontrar- me dice.
-Seguí buscando entonces- le digo separando todavía más las piernas, permitiendo que me hurgara con absoluta comodidad.
Yo ya estaba recontra empapada, mojada a más no poder. Quería que me cogiera pero YA. Estaba desesperada.
-¡Ponémela!- le pedí casi en un susurro.
Me baje la parte de abajo de la malla, me di la vuelta y apoyándome sobre el lavatorio, me le entregué sin guardarme nada. Él se bajo enseguida el pantalón, peló la pija, la misma que ya había estado manoseando durante un largo y se preparó para metérmela, pero antes de que lo hiciera, me doy la vuelta y le pregunto:
-¿Te pusiste forro?-
Era obvio que no.
-Ni pienses que me vas a coger sin forro- le dije.
-Es que no traje- admitió.
-¡Sos un boludo!, ¿Cómo venís a festejar la primavera sin forros?-
-¿Vos no tendrás?- me pregunta tímidamente.
-Si, encima que me la dejo poner también tengo que traer los forros, no seas forro… valga la redundancia- le digo casi enojada.
-¿Entonces?- pregunta casi desesperada.
El pobre estaba con la pija bien al palo, desbordando lechita por la punta, me daba pena… ¿que culpa tenía de ser tan boludo?
-Bueno, te la chupo y me acabas en las tetas, ¿te parece?- le sugerí.
-Dale- se entusiasmó.
Me saque entonces el corpiño de la malla, me hinqué de rodillas ante él y me puse a petearlo. Cuándo de chupar se trata, me gusta comérmela toda, o lo más que pueda, me gusta atragantarme bien con carne de verga, y como la de este chico no era demasiado grande me la podía mandar casi hasta la base. Me la sacaba, tosía, escupía un poco de esa mezcla de saliva y líquido preseminal y me la volvía a comer, bien hasta el fondo, disfrutando una y otra vez de semejante hermosura. A la vez que se la chupaba yo también me dedeaba, acariciándome el clítoris sin dejar de mamar la pija del amigo del novio de mi amiga.
-Avisame cuándo estés por acabar- le dije en un momento, sacándomela brevemente de la boca.
Se la seguí chupando un rato más pero el guacho no me aviso, se le olvido o no quiso avisarme, igual me di cuenta y me aparte justo a tiempo, los lechazos empezaron a saltar como si fuera la última vez, unos cuántos me cayeron en las tetas, aunque enseguida me levante, me di la vuelta y puse la colita para que me tirara ahí el resto.
Luego nos dimos una duchita juntos y volvimos con los demás. Algunos volvieron después, aunque todos con cara de haber garchado. Yo no pude pero igual me entretuve y pase una feliz primavera… ja.
14 comentarios - Feliz primavera...
Jajaja... sin forro no hay colectora que valga... q se joda por boludo...
Cuidarse es quererce y el sexo es salud!
SALUD!
DocGaleno, poringologo.