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Joya nunca taxi (relato gay)

Hola a todos los avidos lectores. Descubri esta pagina casi por casualidad, mientras buscaba como saciar mis deseos ocultos. creo que llego el momento de compartir lo mio


Joya, nunca taxi.

mi historia se remonta alla por el año 2000. Por entonces el pais incubaba una de la crisis económicas mas grandes que se recuerde y yo me encontraba recientemente sin trabajo. Era el dia de mi cumpleaños número 20, pero no sentía animo de festejarlo. Por motivos que no vienen al caso comentar, me encontraba solo y sin planes. Justo en el borde de un abismo depresivo.

No podía dejar que eso me afectara, justo ese día. Hay muchas cosas que se pueden hacer en Buenos Aires, aun si andas corto de dinero. Asi que decidí salir y dar una vuelta por el centro. Caminar, aunque mas no sea, me anudaría a despejarme. Como lo tenía planeado, camine casi toda la tarde. Recién cuando empezaba a oscurecer decidí que era hora de volver a casa.
En el momento que esperaba el colectivo, noto que desde un auto que frenaba su marcha mientras se acercaba, un hombre me observaba con atención. Lo note por que no era la primera vuelta que daba, aunque esa fue la primera vez que me sentí observado. Luego nuevamente paso una última vez por enfrente mio y esta vez, muy sutilmente puso un billete de 100 pesos arriba de la guantera, justo para que lo viera. Yo me hice el desentendido, y al rato me olvide de todo. pero el colectivo seguía sin venir.

Habria pasado otros 15 minutos cuando siento que desde mis espaldas se acerca un hombre, me toma del brazo y me dice:
-”Deje el auto en la otra cuadra y te estaba esperando”.
Cuando me doy vuelta, veo a un hombre de unos 45 años y de una contextura robusta, con una expresión completamente seria y un poco intimidante.
-”Vamos?”, me dijo
No se a dónde, pero yo lo seguí.

Subi al auto y dimos unas vueltas. Solo le pedí que no se alejara mucho
Anduvimos un rato sin rumbo, mientras el hablaba y yo me matenia casi en silencio. Me conto que su nombre era Victor, que trabajaba para una petrolera y que estaba en Buenos Aires por cuestiones laborales. Finalmente, me pregunto cual es mi servicio. En ese momento entendi lo que pasaba. Senti vergüenza, inicialmente, pero no por la propuesta en si, sino por haber sido tan inocente. El tipo estaba de levante y estaba dispuesto a poner su plata para concretarlo. La propuesta, por otra parte, era para analizarla.
“¿Que andas buscando?” le pregunte. “un pibe con onda”, me respondió. “De todos los que vi en la calle, vos fuiste el que mas me gusto”
No supe que responder. Intimamente, me sentí halagado. Era la primera vez que alguien compartía sus deseos conmigo tan abiertamente. Por un momento me olvide que era un hombre el que me deseaba, o mejor dicho, no me importo. Le agradecí el halago, aunque aun estaba nervioso y las palabras se me trababan.
“Que tímido que sos, bb” me dijo “¿por qué estás tan calladito? y nos reimos para romper el hielo.

Empecé a inventarle una historia, no muy lejana a la mia. Le dije que era nuevo en esto. Que me había quedado sin trabajo y un amigo me había sugerido esta alternativa, mientras me reacomodaba.
“Este es el primer fin de semana que salgo solo” le dije, casi disculpándome por mi falta de experiencia.
Seguimos dando un par de vueltas, mientras hablamos tranquilos, hasta que finalmente enfilo hacia un telo en Caballito. Si aun me quedaban dudas, el momento para arrepentirme paso, exactamente, cuando cruzamos el portón de entrada. Ya dentro del telo, caminamos por unos pasillos largos e intrincados hasta llegar hasta llegar a la puerta de la habitación que nos habían dado. Yo apure mi paso, para entrar lo mas rápido posible y evitar miradas indiscretas. La habituación era pequeña, pero cómoda y mas que ninguna otra cosa, limpia. Tenía un espejo grande, frente a la cama y el baño con ducha y jacussi.
-”Por que no te aseas en el baño, yo ahora te alcanzo” me sugirió.
Asi fui, me meti al baño y me mire al espejo hasta convencerme que la persona que veía ahi no era yo. No se cuanto tiempo paso, pero lo siguiente que vi fue a Victor, acercándose sin ropa alguna. Asi desnudo, era mucho más impresionante. Era un hombre de mas de uno 1,80 y macizo, sin llegar a ser gordo. Tenia el pecho y parte de su abdomen enegrecido y cubierto de pelos. Su pija, aun dormida, prometía ser inmensa y tal vez, dolorosa.
-“Todavía tenes con la ropa puesta, bb?”,”veni, que yo te ayudo con eso” me dijo y con mucha calma, se puso a desprender los botones de mi camisa. Me acaricio el pecho y solo con eso, senti que su pija se endurecía. Se acercó a darme un beso, pero yo, instintivamente le saque la cara. En vez de eso, quizas para compensar, me arrodille y empecé a chuparle la verga. Nunca lo había hecho antes, pero por alguna razón chupar esa pija me salio mucho mas naturalmente que besar.
Volvimos al cuarto y nos acostamos sobre la cama. Yo seguía demostrando mis innatas habilidades para la felacion. Ya no me importaba nada. Es algo poderoso cuando sentís que una pija va cobrando tamaño en tu boca hasta abarcarla toda. Y dura como estaba, la segui chupando con una pasion desconocida. Mientras lo hacia, senti como acariciaba mi culo y con sus dedos, buscaba mi orificio. Trato de meterme un dedo, pero fue imposible. Eso, creo, lo calentó aun mas.
“Voy a abrirte el culito cerrado que tenes” me prometió.
Fue y busco unos de los sobres con gel que habia dejado a mano sobre la mesa de luz. Yo me acoste boca abajo, mientras lo miraba de costado. El unto sus dedos y se puso a dilarteme. Tenia manos grandes, que podian cubrir mis nalgas y sus dedos eran anchos. Hizo falta mucho trabajo y paciencia para conseguir que entrara un dedo. El dolor a veces era tan grande que por momentos pense que esa noche no podriamos hacer nada mas. Pero Victor estaba decidido y tenia toda la paciencia necesaria para lograr lo que buscaba. Jugo un buen tiempo con mi culo usando habilmente sus dedos y tambien su boca. Cuando me sentí mas cómodo se lo dije
-”haceme lo que quieras”, le susurre.
Me acomode en cuatro patas y lo espere. Victor se calzo el preservativo, unto el resto del gel sobre su pija dura y se puso detrás mio, tomandome de la cintura. Cerré los ojos, cuando senti que la acomodaba sobre mi agujero especialmente dilatado a su gusto. Y los mantuve cerrado, a medida que su aparato iba entrando en mi. Cada centímetro que entraba, me robaba un gemidito. Y lo que mas deseaba era que me la metiera un poco mas. Para cuando siento que sus testiculos golpeaban mis cola, las molestias se habian ido.

“La tenes toda adentro, bb” me dijo, con una sonrisa orgullosa. Todo lo que sentia era la inmensidad de su pija llenandome, entrando y saliendo. Se movia como una máquina, con un ritmo perfecto y constante. Me sentia como una marioneta que se movia a voluntad de otro. Probamos en varias posiciones y cogimos sin parar durante mas de una hora. Finalmente, cuando me encontraba encima de el, montado a su pija, me pidio que le acabe. Asi que me masturbe un poco y el, a la par mia, apuro sus embestidas. Cuando vino el momento del éxtasis tuve la acabada mas intensa de mi vida. Deje todo mi semen en su pecho y el continuo apretandome contra su cuerpo hasta estallar dentro mio. Me desplome sobre el, y el volvio a buscar mi boca. Esta vez no lo rechace y nos besamos con locura. Me sentia mucho mas libre y pude reconocer que lo habia pasado realmente bien.

Ya mas relajados, nos pusimos a conversar y descubri que Victor, ademas de ser un amante excepcional, tenia una personalidad encantadora. Nos bañamos juntos y volvimos a hacer el amor en la bañera. Luego nos despedimos con la promesa de repetir la experiencia la próxima vez que estuviera de paso. Y asi fue. En los años siguientes, me llamo cada vez que llegaba a Buenos Aires y nos hacíamos tiempo para visitar nuestra habitacion de la lujuria. Victor fue mi primer y unico cliente. Nunca me anime a decirle que no era taxi, ni que esa tarde habia sido mi primera vez con un hombre. En el fondo, yo creo que siempre lo supo. Con el tiempo perdimos contacto y yo conoci a una mujer que con la que luego me casaria. Cuando volvio a llamarme, le tuve que decir que ya no podria atenderlo. Lo habíamos pasado muy bien pero habia decidido que ese secreto quedaria en mi pasado.

2 comentarios - Joya nunca taxi (relato gay)

martupando
Es un buen relato te dejo mis 10 puntos de hoy!
mcorvinus
que rico nene asi se inicia y despues es vida 10