La madura del subte

Hace unas semanas que empecé a coincidir en el horario de la tarde con una mujer en el subte. Creo que debe pasar los 50, y la verdad que al principio no le notaba nada especial, pero al verla detenidamente...
Tiene buen cuerpo, aunque se le nota que tiene pancita. Usa el pelo largo, rubio teñido. Tiene unas tetas enormes y el culito parado y bastante durito por lo que pude comprobar después.

Un día, después del trabajo, la ví de nuevo en el vagón. Llevaba unas calzas negras que le marcaban el culo y una campera ajustada donde no se como hizo para que le entraran esos pechos.
El subte se empezó a llenar como de costumbre, así que me pare detrás de ella ... me miró y se acomodó el pelo hacía adelante. Pude sentir su perfume, su cercanía me excitaba. Miré hacía abajo, podía ver su bombacha marcada en las calzas. La pija se me hinchaba dentro de los jeans.
El vagón se siguió llenando, la excusa perfecta para acercarme. Con cada vaivén me apoyaba en ella. Se dió vuelta y miró de reojo la primera vez que la rocé, pero no dijo nada.
Subió más gente, ahora sí estabamos pegados. Con cuidado, empecé a mover la cintura. Intentaba apoyarle la pija, despacio, para poder hacerme el boludo si decía algo o se movía mal. Seguí avanzando hasta que sentí que la poronga llegaba al medio del culo. No dijo nada, no se movió, la deje ahí. Ya estaba re al palo.

Cuando el tumulto pasó, no tuve más remedio que apartarme. Ella me volvió a mirar.
Llegó mi estación y me bajé, pero cuando ya estaba en la calle sentí que alguién me agarraba del brazo y me decía:
- ¿Eso es todo lo que pensás hacer? Por $50 me llevás a donde quieras.
El corazón me latía a mil, otra vez se me despertó la verga.

Llegamos al telo. Me desabrochó el cinturón, me bajó los pantalones y me agarró la poronga. Se sentó en la cama y me la empezó a lamer. Despacio, me pasaba la lengua por los huevos, iba subiendo, hasta pasarme rápido la lengua por la cabeza del choto. Yo estaba re caliente, tenía la pija bien dura y venosa.

Le bajé el cierre de la campera, los pechos saltaron. Le saqué la remera, después el corpiño. Le besé el cuello, el pecho, los pezones.
No aguantaba más, la quería empernar de una vez por todas. Ella se sacó las calzas, se acostó y se corrió la bombacha para mostrarme la concha. Yo me acerqué, y le frote la punta de la pija contra los labios de la vagina. Me aparté un poco para ponerme el forro y busqué de nuevo su vagina.
Ella me paró, poniendome una mano en el pecho y me dijo: -Creo que vos estabas buscando esto.
Se dió vuelta, se sacó por completo la bombacha y se puso en cuatro. Pude ver ese culito, duro para su edad, redondo. La abertura del ojete me decía que no iba a ser su primer anal ...
No espere más, la penetré. Fué genial... pude sentir mi pija atrapada en sus nalgas. Fuí mas profundo, el calor de su ano acarició la cabeza de pija. La metí entera, y comenzé a moverme, primero despacio, después más rápido.
-Dale, no parés. Llename el culo de leche. Me calentaban las cosas que decía.
-Que pedazo de poronga! dale más fuerte! Yo sabía que seguramente era su discurso acostumbrado, pero igual me excitaba.
Fuí más rápido, hasta que se sintió el aplauso de mi ingle con sus nalgas, yo estaba como loco. Vinieron las cosquillas, después los borbotones de semen.

-Como me rompiste el culo! se volvió a sentar en la cama. Me volvío a acariciar la pija, que todavía seguía parada.
Me dijo, - buscame cuando quieras. Yo me vestí y sali a la calle.