Hola gente, aca les traigo la segunda parte del relato de la primera vez que le fui infiel a mi mujer, espero que les guste.
[…]Nos quedamos así un ratito, me agarró de la mano y nos fuimos a la ducha… donde tardó pocos minutos en volver a acariciarme la pija y ponerla completamente dura… Yo la miraba, observaba como el agua recorría su rostro, su cuello, sus increíbles pechos, hacía un surco en su ombligo con el pircing, para perderse en su increíble y jugosa raya… mientras me acariciaba la pija comencé a besarla nuevamente, a morderle el cuello, a acariciar ese culo duro, y fui bajando lentamente, primero dándole mordiscos en los pezones, ella gemía y se agitaba, me arrodillé, jugué unos instantes con el arito de su ombligo, le acariciaba las piernas, seguí bajando, hasta encontrarme nuevamente, frente a frente, a ese sumun de placer, a esa concha jugosa, con ese clítoris que me apuntaba y me pedía por favor mordeme. Le separé los labios con las manos, ella se agachó un poquito y separó las piernas levemente, para que se abriera en todo su esplendor esa concha formidable, que ya estaba otra vez empapada con sus néctares, se la chupé, mucho, al punto que comenzaban a dolerme los labios, ella gritaba que acababa y me llenaba la boca con un torrente de líquidos con un sabor increíble, no quería que se me escapase ni una gota; a todo esto sentía que la cabeza de mi pija iba a estallar, pero no podía dejar de chuparle la concha a Maru. Fue ahí donde me agarró del pelo y me jaló hacia arriba, “ahora me toca a mí” me dijo, y se arrodilló, tomó la pija con las dos manos y comenzó a besar suavemente la cabeza que estaba a punto de explotar, y de pronto se la metió toda en la boca, ejerciendo una presión que daba dolor y placer a la vez, sentía como mi pija latía contra su paladar; con una mano acariciaba sensualmente mis testículos, los masajeaba, mientras me mordía muy suavemente el tronco hasta llegar a ellos rozándolos con la punta de la lengua, era tal el placer que me hacía sentir que hasta perdí la noción del tiempo, no tengo idea de cuánto estuvimos chupándonos el uno al otro, el agua de la ducha seguía corriendo sobre mi espalda, y cada tanto Maru, al mirarme a los ojos se empapaba la cabeza, y en ese momento soltaba la pija para tirarse el cabello hacia atrás, que sexual era ese movimiento, yo sigo sin explicarme como aguanté tanto tiempo sin acabar, eran sensaciones increíbles que me estaba haciendo sentir esa mujer. Llegó un momento que se me había hinchado tanto la pija que si le acababa en la boca sentía que le iba a salir leche por todos lados, entonces ella se paró, volvimos a besarnos, a frotarnos, y yo la tomé por debajo de los brazos y la alcé, me enredó con sus piernas por la cintura, y no hizo falta mucho movimiento para que mi pija durísima y su concha empapadísima se volvieran a unir, fue una cabalgata maravillosa, ella gemía, casi que no podía hablar, pero balbuceando en mi oído sentía como me pedía: “cogeme, por favor, no pares, no dejes nunca de cojerme así… hay por Dios, voy a acabar de nuevo…” y gritaba de placer, como ya dije antes, nunca había sentido acabar de esa manera a nadie, sentía como sus jugos envolvían mi pija, y llegaban hasta mis huevos, era un calor intenso, mezclado con la tibieza del agua de la ducha. “Bajame putito” me dijo y apoyando las manos contra la pared me ofreció nuevamente ese culo maravilloso, yo no tardé ni dos segundos en metérsela hasta el fondo… Maru volvió a gritar de placer… “bombeá papi, bombeá duro por favor” me decía, y yo obviamente le hice caso, pero alterné, tres o cuatro movimientos por el culo y le sacaba la pija, para metérsela por la concha, tres o cuatro movimientos más, y volvía al culo, y así varias veces hasta que ya no pude más, la pija se me empezó a hinchar de una manera que hasta dolor me producía, ella también lo notó y se dio vuelta, se agacho y comenzó a pajearme apoyando los labios sobre la cabeza de la pija y haciendo presión, y de pronto me decía: “dame la lechita, por favor, dame toda la lechita, quiero tomar, por favor…” y con eso me hizo explotar de placer, acabé descontroladamente en su boca, y ella no paraba de pajearme con una mano y pajearse ella con la otra y volvió a tener otro orgasmo en ese instante. Se paró, me abrazó fuertemente, y comenzó a enjabonarme el cuerpo, me dijo: “quedate quieto” y muy dulcemente me bañó… y yo hice lo mismo con ella. Nos secamos, nos vestimos, y antes de salir del local volvimos a besarnos apasionadamente; me abrazó fuerte y me dijo al oído: “Hace muchísimo tiempo que esperaba esto, gracias por no salir corriendo. Ahora quiero más, quiero hacerlo con vos y con mi amiga del alma..” Y salimos, cada uno para su lado… Cabe destacar que “su amiga del alma” es Lorena, mi mujer… Y aunque no lo crean, es más ni yo puedo creerlo aún, el sábado pasado lo logró…
Eso es todo por hoy queridos poringueros y poringueras, si quieren les cuento lo que fue ese sábado increíble. Aún no caigo en la realidad de todo lo que me esta sucediendo desde aquel primer encuentro con Maru en junio…
Saludos! 🙂
[…]Nos quedamos así un ratito, me agarró de la mano y nos fuimos a la ducha… donde tardó pocos minutos en volver a acariciarme la pija y ponerla completamente dura… Yo la miraba, observaba como el agua recorría su rostro, su cuello, sus increíbles pechos, hacía un surco en su ombligo con el pircing, para perderse en su increíble y jugosa raya… mientras me acariciaba la pija comencé a besarla nuevamente, a morderle el cuello, a acariciar ese culo duro, y fui bajando lentamente, primero dándole mordiscos en los pezones, ella gemía y se agitaba, me arrodillé, jugué unos instantes con el arito de su ombligo, le acariciaba las piernas, seguí bajando, hasta encontrarme nuevamente, frente a frente, a ese sumun de placer, a esa concha jugosa, con ese clítoris que me apuntaba y me pedía por favor mordeme. Le separé los labios con las manos, ella se agachó un poquito y separó las piernas levemente, para que se abriera en todo su esplendor esa concha formidable, que ya estaba otra vez empapada con sus néctares, se la chupé, mucho, al punto que comenzaban a dolerme los labios, ella gritaba que acababa y me llenaba la boca con un torrente de líquidos con un sabor increíble, no quería que se me escapase ni una gota; a todo esto sentía que la cabeza de mi pija iba a estallar, pero no podía dejar de chuparle la concha a Maru. Fue ahí donde me agarró del pelo y me jaló hacia arriba, “ahora me toca a mí” me dijo, y se arrodilló, tomó la pija con las dos manos y comenzó a besar suavemente la cabeza que estaba a punto de explotar, y de pronto se la metió toda en la boca, ejerciendo una presión que daba dolor y placer a la vez, sentía como mi pija latía contra su paladar; con una mano acariciaba sensualmente mis testículos, los masajeaba, mientras me mordía muy suavemente el tronco hasta llegar a ellos rozándolos con la punta de la lengua, era tal el placer que me hacía sentir que hasta perdí la noción del tiempo, no tengo idea de cuánto estuvimos chupándonos el uno al otro, el agua de la ducha seguía corriendo sobre mi espalda, y cada tanto Maru, al mirarme a los ojos se empapaba la cabeza, y en ese momento soltaba la pija para tirarse el cabello hacia atrás, que sexual era ese movimiento, yo sigo sin explicarme como aguanté tanto tiempo sin acabar, eran sensaciones increíbles que me estaba haciendo sentir esa mujer. Llegó un momento que se me había hinchado tanto la pija que si le acababa en la boca sentía que le iba a salir leche por todos lados, entonces ella se paró, volvimos a besarnos, a frotarnos, y yo la tomé por debajo de los brazos y la alcé, me enredó con sus piernas por la cintura, y no hizo falta mucho movimiento para que mi pija durísima y su concha empapadísima se volvieran a unir, fue una cabalgata maravillosa, ella gemía, casi que no podía hablar, pero balbuceando en mi oído sentía como me pedía: “cogeme, por favor, no pares, no dejes nunca de cojerme así… hay por Dios, voy a acabar de nuevo…” y gritaba de placer, como ya dije antes, nunca había sentido acabar de esa manera a nadie, sentía como sus jugos envolvían mi pija, y llegaban hasta mis huevos, era un calor intenso, mezclado con la tibieza del agua de la ducha. “Bajame putito” me dijo y apoyando las manos contra la pared me ofreció nuevamente ese culo maravilloso, yo no tardé ni dos segundos en metérsela hasta el fondo… Maru volvió a gritar de placer… “bombeá papi, bombeá duro por favor” me decía, y yo obviamente le hice caso, pero alterné, tres o cuatro movimientos por el culo y le sacaba la pija, para metérsela por la concha, tres o cuatro movimientos más, y volvía al culo, y así varias veces hasta que ya no pude más, la pija se me empezó a hinchar de una manera que hasta dolor me producía, ella también lo notó y se dio vuelta, se agacho y comenzó a pajearme apoyando los labios sobre la cabeza de la pija y haciendo presión, y de pronto me decía: “dame la lechita, por favor, dame toda la lechita, quiero tomar, por favor…” y con eso me hizo explotar de placer, acabé descontroladamente en su boca, y ella no paraba de pajearme con una mano y pajearse ella con la otra y volvió a tener otro orgasmo en ese instante. Se paró, me abrazó fuertemente, y comenzó a enjabonarme el cuerpo, me dijo: “quedate quieto” y muy dulcemente me bañó… y yo hice lo mismo con ella. Nos secamos, nos vestimos, y antes de salir del local volvimos a besarnos apasionadamente; me abrazó fuerte y me dijo al oído: “Hace muchísimo tiempo que esperaba esto, gracias por no salir corriendo. Ahora quiero más, quiero hacerlo con vos y con mi amiga del alma..” Y salimos, cada uno para su lado… Cabe destacar que “su amiga del alma” es Lorena, mi mujer… Y aunque no lo crean, es más ni yo puedo creerlo aún, el sábado pasado lo logró…
Eso es todo por hoy queridos poringueros y poringueras, si quieren les cuento lo que fue ese sábado increíble. Aún no caigo en la realidad de todo lo que me esta sucediendo desde aquel primer encuentro con Maru en junio…
Saludos! 🙂
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