Está muy buena, tiene 28 años, dos hijos, es morocha, estatura mediana, ojos celestes que resaltan un montón, anda siempre con una sonrisa, tiene tetas chicas, pero una cadera armoniosa, y unas piernas que, sin ser excelentes, son hermosas. Resumiendo: cuando pasa, todos se dan vuelta; cuando entra a algún lugar, todos le quieren dar. Siempre que nos cruzábamos, nos hacíamos chistes mutuamente, con doble sentido pero sin faltarnos el respeto. Como anécdota quedó una vez que en el mismo día me hizo un sinnúmero de preguntas de toda índole, algunas que yo desconocía la respuesta; entonces ella me dijo que eso no podía ser, que yo debía saber, a lo cual le respondí mientras los dos estábamos entre risas que yo no me había culeado ninguna gitana para ser adivino; -?una lástima, deberías ponerte a trabajar en eso, no podes dejar de hacerlo? me dijo. ??Gracias Gitanita, por tus consejos, ahora mismo me pongo en campaña?. ??Ja, las ganas que tenés, ¿no??, y se fue moviendo las caderas muy sensualmente. De ahí en adelante le comencé a llamar gitanita, y ella entre tímida y miedosa, sonreía. Una noche muy agobiante del último verano, salí a comprar helado y la crucé con una botella de cerveza en la mano camino a su casa, -?¡Qué linda manera de empezar la noche!? le comenté, -?hay que entrar en clima? me contestó. Pasado un rato la encontré de nuevo con otra cerveza en la mano: -?Tené cuidado, que no se te vaya a caer? le dejé picando para ver su respuesta ??No papi, yo no la dejo caer nunca? me contestó con una sonrisa ganadora y sexy. A la hora de llevar mi auto a la cochera donde lo guardo nos cruzamos nuevamente, pero esta vez en la puerta de su casa, ella estaba recién bañada con un vaso de cerveza en la mano, entonces le pregunté por el resultado del clima que ella había creado, y si era el trago del después, etc. Me contestó entre risas y con la lengua un tanto trabada por los efectos del alcohol que no pasaba nada, que su marido había llegado cansado y ya estaba durmiendo, así que no le quedaba otra que tomar el último vaso que quedaba y acostarse a dormir. Entre risas la abracé y le masajeé la espalda de arriba abajo varias veces. ??¡No apretés, boludo, que estoy re-caliente y no puedo hacer nada después! ¿Querés un trago?? ??Te acepto un trago de tu mismo vaso. Voy de vuelta a la cochera porque me olvidé las llaves ¿me acompañas?? ??¿Qué me vas a hacer allá adentro?? ??Nada nuevo, nada que no te vaya a gustar, y nada contra tu voluntad; y como estás re-caliente, me voy a aprovechar de eso? ??Uy, uy, uy, suena prometedor, vamos, te acompaño, ya me estoy mojando? ja, ja, ja.? La abracé y caminamos hasta la vuelta de la esquina donde está la cochera. Como la cochera es chica, a esa hora ya estaban guardados todos los coches, por lo tanto no iba a entrar nadie. Se apoyó en el auto vecino esperando que yo saque mi llavero de dentro de mi auto. Éramos dos personas adultas que estábamos ahí bajo mutuo consentimiento, así que no había tiempo que perder. Le saqué el vaso de su mano y tomé un trago, dejé el vaso encima de mi auto y la abracé dándole un beso sin darle lugar a decir nada, respondió abrazándome con mucha fuerza y nuestras lenguas se mezclaron hasta casi quedarnos sin respiración. Metí mi mano debajo de su short y busqué su concha, no tenía tanga, acaricié su concha y comenzó a gemir y a buscar mi pija dentro de mi bermuda, todo esto en un beso de lengua muy profundo. Se agachó, abrió la bermuda, me acarició, sacó y elogió mi pija, se la puso en la boca, y empezó una mamada muy suave y muy dulce, lamiendo todo el tronco completo a la vuelta, chupando mis huevos, metiéndolos uno por uno en su boca, tratando de hacer garganta profunda a pesar de las arcadas que le daban. ??¡Qué buena pija! ¡¿Por qué no me apretaste antes?! ¡No me puedo perder esto por más tiempo! ¡Metémela urgente! ¡Quiero pija! ¡Quiero toda tu pija!? dijo mientras se sentaba en el capot del auto y abría sus piernas ofreciéndome su concha totalmente depilada. Le metí la pija de un solo envión, le entró de maravilla. No voy a decir que comencé a moverme porque en realidad empezamos a movernos acompasadamente al ritmo de nuestra calentura. Ella estaba agarrada de mi cintura y apretándome hacia sí misma de manera tal que le entrara toda la pija, gemía y jadeaba, echaba su cabeza hacia atrás, pedía pija, pedía leche, pedía que la cogiera, que no se la sacara. Es maravilloso ver cómo el alcohol le quita las inhibiciones a la gente. Yo agarraba sus muslos presionando mi pija hacia adentro de su concha de forma que nuestras pelvis se chocaban entre sí. Acabó dos veces en forma consecutiva, y la tercera vez le llevó más tiempo, por lo tanto al darme cuenta que ella estaba a punto de tener su tercer orgasmo, no soporté las ganas y derramé toda mi leche en ella, al tiempo que ella llegaba por tercera vez al clímax. Una cogida maravillosa, que si alguien me preguntaba dos horas antes si podía pasar algo así, hubiera jurado que no. Ella metió sus dedos en su concha y los llevó a su boca para lamerlos y extraer todos los jugos que salían de su interior, lo repitió varias veces mientras me decía cuánto le gustaba el sabor de su concha llena de leche. Me dio un beso de lengua de esos que más que de calentura son de agradecimiento por el momento pasado, y me pidió que lo sucedido ahí debiera quedar ahí. También me pidió que cuando quiera lo podremos repetir, y aproveché para decirle que la próxima vez no iba a dejar de hacerle la cola. No respondió nada, pero su sonrisa lo dijo todo. La acompañé a la vuelta de la esquina, que es donde queda su casa, ella entró y yo me fui a dormir muy en paz. Espero la próxima vez, estoy seguro que va a llegar, y va a ser mejor programado, en un buen hotel, y ella va a entregarse completa. Ahora cada vez que me la cruzo, nos sonreímos acordándonos de nuestra picardía, por eso la próxima vez está muy cerca?
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fuente.contactossex blueblood
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6 comentarios - mi vecina casi en pedo
soy nena, y solo subo el relato no lo escribo.besos