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Coccion a fuego lento

Hoy se cumplía una semana de que no asistía a clases pero cada vez que pensaba en el último día mi piel se erizaba y mi entre pierna empezaba a humedecerse. No quería aceptarlo pero el nuevo maestro me hacía tener fantasías mientras daba su clase.
El lunes que llego lo presentaron como el maestro de mi maestro era un hombre alto, de piel clara y con unos ojos que te hacían
derretirte en ellos, con unos labios finos pero de esos de los que no te quieres despegar, manos grandes y sin cabello; nos explicó que prefería rasurarse antes que usar una cofia o un gorro.
Desde que lo vi no pude quitarle la vista de encima y tal vez el también vio algo porque me veía constantemente y su mirada era tan pesada que no me dejaba trabajar, cuando se levanta y caminaba a mi lado sentía que mis piernas temblaban y cuando me hablaba requería de mucha concentración para no contestar incoherencias aunque debo admitir que no tuve mucho éxito. A la semana el me invito a cocinar la comida para un evento y a la siguiente semana yo reuní el valor para invitarlo al cine.
Decidí ponerme un pequeño short rojo que dejara ver mis bien torneadas piernas y una blusa negra. Cuando estábamos sentados uno al lado del otro se sentía una tensión que ninguno de los dos se atrevía a romper mis manos luchaban por tomar su cara y besarlo y estoy segura que él quería poner sus manos sobre mis piernas, al fin se acabó la película y nos sentamos a tomar un café mientras se llegaba la hora de su clase. Pasaron otros días de insinuaciones hasta que se llegó la boda del antiguo chef a la que algunos alumnos fuimos invitados a preparar la cena.
Al domingo siguiente había que recoger las cosas y llevarlas a la escuela.
Yo llegue un poco tarde y cuando lo hice ya se habían ido todos o al menos casi todos solo faltaba mi maestro que estaba en la oficina poniendo algunos videos de música.
Como ya no había nada que hacer y una amiga había quedado de pasar por mi más tarde me quede sentada al lado de él disfrutando de la música, con el pasar del tiempo nos fuimos relajando y un tema nos llevó a otro, el ambiente se fue calentando y termine desnudándome lentamente mientras él me observaba, hasta que me quede en tacones, medias, un pequeño bóxer y bra. Se levantó de su privilegiado lugar y comenzó a besar lenta y delicadamente mi espalda, con sus brazos me rodeo y con su boca besaba y chupaba mi cuello de vez en vez sacaba su lengua y dibujaba círculos delicadamente sobre mi cuello y entre sus caricias y su aliento sobre mí, me estaba humedeciendo y si no fuera porque me tenía sujeta con sus brazos habría terminado en el suelo.
En un momento me gire y le quite la ropa. Hice lo mismo que él y bese su espalda, pase mi lengua por su pecho, acaricie sus piernas y sin poder resistirme más comencé a chuparlo al principio solo pasaba mi lengua por la puntita, seguí con sus gemelitos, metiéndome primero uno en la boca y acunando el otro con mi mano. Empecé a chuparlo lentamente hasta que el comenzó a marcar el ritmo que más le gustaba.
Después de unos momentos me levanto y me subió en una de las mesas de trabajo, me quito mi bóxer y mi bra dejándome solo con las medias y los tacones. Y bajo a chupar mi entrepierna, como si se le fuera la vida en eso. Estaba a punto de terminar cuando se detuvo y conmigo acostada sobre la mesa me penetro. En ese momento estaba tan excitada que estaba escurriendo. Me tomo de las piernas y comenzó a acelerar hasta que termine en sonoro orgasmo. Entre mis espasmos y contracciones el termino dejándome a mi tendida sobre la mesa y el descansando sobre el suelo.
Me estaba terminando de arreglar cuando mi amiga pasó por mí.
Ya casi es hora de mi clase y aun no estoy segura de ir o no.

1 comentarios - Coccion a fuego lento

Charlygreen
Exelente relado, me imagino tu situación y con el morbo que lo relataste, muy bueno, continua asi que vas mas que bien. 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️