Mr.Owl - La Putita de mi Prima

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LA PUTITA DE MI PRIMA
by Mr.Owl


Hola soy Matías y esta es la historia…

Hace algún tiempo mi prima un año menor que yo nos visitó de sorpresa, ella es muy bonita además de un cuerpecito divino. Mandy es su nombre.

Cada que ella viene visitarnos, es casi obligatorio llevarla a la mayoría de las tiendas que vendan zapatos, ropa, bolsos y todas esas cosas que las mujeres adoran.

Pero esta vez no venía sola, su novio la acompañaba. De esta forma ya me había liberado de llevarla a todas partes, pues su novio se haría cargo de todo eso.

Al otro día, regrese a casa después de una pelea con mi novia, me sentía bastante mal. Ya eran como las 12 de la noche y me disponía a lavarme los dientes para dormir tranquilamente. Mientras estaba en el baño, Mandy me llamó pues tenía que decirme algo.







Yo continuaba lavándome los dientes y debido a la efervescencia de la pasta dental, no se entendían muy bien mis palabras.






Realmente no sabía a qué se refería y le pregunté lo que había dicho.
Ella con bastante pena me contestó:







Y después de tanto insistir, ella se animó a confesar.




Comencé a reírme pues me resultó muy graciosa la manera en que lo dijo, pero rápidamente reaccione pues su respuesta había sido satisfactoria. Le pregunte si realmente quería hacerlo, a lo que ella no demoró en contestar que sí.

Comenzamos a besarnos apasionadamente, mientras yo tocaba sus deliciosas nalguitas. El entusiasmo de Mandy era asombroso, parecía que estaba esperando este momento desde hace mucho tiempo. A pesar de estar muy flaquita contaba con unas ricas y jugosas tetas que hacía perder la cabeza a todo aquel que tuviera el privilegio de poseerlas. Nuestras lenguas jugaban a placer, mis manos fueron incapaces de resistirse ante tremendas tetas, apretaba sus pezones con cierta fuerza.

Mandy gemía con un singular tono de voz pues parecía que sus pezones eran muy sensibles, sus ojos reflejaban todo el éxtasis por el que estaba pasando.

Ella metió la mano a mi pantalón buscando aquello que la haría feliz, encontrándolo con éxito. Se agacho hasta quedar de frente a mi pene, lo tomó y lentamente comenzó a masajearlo, algo que me excitó a un gran nivel. Mandy sabía perfectamente lo que hacía, revelando que era una experta en el tema.





Debido a este gran trabajo, mi pene estaba listo para explorar dentro de mi linda prima, la tome de la cintura, acaricié su trasero y me dispuse a embestir. Mandy disfrutaba cada momento, y su cara reflejada en el espejo no podía mentir. Su vagina estaba muy mojada y mi pene entraba entre esos ricos labios preparados para mí. Ella apretaba sus piernas con todas sus fuerzas, mientras mi miembro se abría camino entre su conchita, causándole un poco de dolor. Pero al fin estaba dentro de mi primita linda.

Es curioso que después de una pelea con mi novia en un día lluvioso y que todo parecía que pintaba mal, venga mi prima con su calentura y me alegre el día… y hasta la semana.

Sus ricas tetas se movían a la par del vaivén que provocaban mis embestidas, aprovechando la calentura de los dos, coloqué uno de mis dedos en su anito tratando de calentarla aún más. Éxito total, Mandy parecía volverse loca. Ella suplicaba que se lo metiera hasta el fondo a lo que le respondí empujando con mucha fuerza, ella se inclino para que yo pudiera conseguir mi objetivo y vaya que era flexible, pues casi se doblaba por la mitad. Sin importar lo que pasara, empuje con todas mis fuerzas para llegar al fondo de su concha y en ese momento sentí que había topado con algo, cuando ella sintió eso, inmediatamente trataba de tapar su boca para evitar que saliera el grito provocado por el gran orgasmo que le ocasioné. Apretando fuertemente su piernitas, la tomaba del culito mientras le llenaba de leche su conchita.

Después de la rica cogida que le había dado, se comenzó a resbalar poco a poco hasta llegar al suelo del baño casi sin fuerzas. Fue tanta la excitación del momento, que parecía no importar que me había venido dentro de mi prima. Pero ella le resto importancia resaltando el buen momento que pasamos.

De su vagina aún salía mi semen escurriendo por sus piernitas, algo que no le incomodaba para nada. Después de exigirle que me obsequiara su ropa interior (perversión mía) me besó, me restregó sus tetas en mí, se despidió y se fue a su habitación contoneando su cuerpo desnudo.


Nunca pensé que ese lindo cuerpecito sería mío algún día y mucho menos que lo tendría gracias a un malentendido.




FIN










Autor: Mr. Owl
Genero: Filial
Porcentaje de Realismo: 60%