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La Veterana, la fiesta parte 3

Todo se había dado mas rápido de lo que pensaba, en un rato Ana me había chupado la pija y después me había mandado un soberbio 69 con la futura novia en el cuartito de huéspedes. En cualquier otra ocasión, ya habría estado para echarme una siesta, pero se nota que la calentura de la situación mas la abstinencia que había tenido los días anteriores, habían echo efecto, y estaba listo para mas acción.

Prepare unas caipirinhas, y Salí con la bandeja al parque. Ana estaba en la piscina, con algunas de las pendejas, que seguían bajo efectos etílicos, pero ya no tan eufóricas como antes. Tres estaban fuera del agua, sentadas. Una era la novia, que cuchicheaba con una de las gemelitas, la otra mientras tanto, estaba en una reposera semidormida se nota que por efecto de los cócteles. No pude evitar notar que hablaban casi en secreto, la gemela me miraba de reojo y se reía, obvio que le estaba contando lo que había pasado en el cuartito. Yo que ya estaba regaladísimo y no me importaba mas nada, aproveche una furtiva mirada de la minita y le guiñe el ojo. Agarre la bandeja y volví a la cocina. Lave algunos vasos, acomode unas cosas y me senté en un taburete.

Luego de un rato, aparecieron en la cocina, la sobrina de Ana y la gemela, de la manito, encararon para el famoso cuartito, la gemela cuando paso me guiño el ojo y me sonrío. Mi pija respondió al toque. ¿Qué carajo hacia? Y si aparecían las otras a pedir algo. Salí al parque. Ana estaba fuera del agua, secándose el pelo con un toallon, se me acerco y me dijo: - Anda boludo, que esperas, yo me encargo de que estas no te molesten…eso si, acordate de guardar algo para mi…¡Que grosa!, pensé, esta mas allá de todo esta mina.
Encare derecho al cuartito, abrí despacio la puerta y me encontré con una imagen espectacular: la novia estaba en pelotas, en la cama, y la gemela le estaba comiendo la concha a full, mi pija se puso a mil al toque y sin pausa me puse en pelotas. Me acerque a la cama para sumarme a la fiesta, recién ahí se percataron de mi presencia, en realidad fue la gemela la que me vio, porque la sobrina de ana, estaba en trance, del placer que le estaba dando su amiga. Dejo de lamerle la concha para hablarme, mientras le seguía colando dos dedos en el ojete me dijo: Creí que no iba a venir, tuve que empezar solita el trabajo.

Ni conteste, me arrodille y le empecé a comer la concha a la novia, la gemela se sumo y nos alterábamos entre la concha de una y la boca de la otra, me llenaba bien la boca de flujo y entonces le metía la lengua a la gemela, que no dejaba mientras de abrirle el ojete. La sobrina de Ana, gritaba como una loca posesa, la calentura de los tres iba subiendo a niveles insospechados. Yo decidí de dejar un rato a la novia en manos de su amiga, y dedicarme a la gemela. Empecé por las tetas, se las comí vorazmente, le mordía los pezones, empecé a colarle un par de dedos en la concha, que estaba chorreando de la calentura que tenia. Me acosté de espaldas en el suelo y se la empecé a comer, cuando le corrí la tanga del biquini, me encontré un chocho casi sin pelos, que me comí como un león hambriento. Como les dije antes, tenia un culo para el crimen, que no deje a merced de la suerte. Aprovechaba y le pasaba la lengua, un poco en la concha, un poco en el ojete, me comía ambos agujeritos alternadamente. Le mordisqueaba el clítoris, se lo besaba suavemente, después subía hasta el agujerito negro y lo Cojia con la lengua. Los gemidos de la gemelita, se sumaban a los de la novia. Se ve que la calentura hacia estragos, porque la gemela dejo la concha de la amiga para reemplazarla por mi pija, que empezó a devorar vorazmente. La chupaba mucho mejor que la sobrina de Ana, que tirada en la cama, no paraba de gritar y de acabar mientras la amiga le colaba dos dedos en cada orificio.

Yo seguía en ese 69 con la gemela, mientras vi que la novia se paraba de la cama, e iba hasta el placard de donde había sacado mi ropa. Volvió hasta donde estábamos matándonos con la otra y le dijo: -Correte boluda, me toca a mi. La gemela salio de encima mio, y entonces vi a la pendeja que me tiro un forro y me ordeno: -Ponetelo. Enfunde la verga al toque y así como estaba, acostado en el piso se me subió arriba y se trago mi verga entera con su concha chorreante de acabadas. Cogia mucho mejor de lo que la chupaba, me cabalgaba como una amazona, mientras le manoseaba las gomas divinas y operadas que tenia. La gemela, que no se quería quedar al margen, se acerco por sobre mi cara y le empezó a comer la boca a su amiga, yo cambie las gomas de una por el orto de la otra, y le deje vía libre a la boca de la gemela, que empezó a ocuparse de los pezones erectos de la novia, yo mientras le masajeaba las nalgas de acero a la gemelita. La atraje hasta mi boca y volví a comerle la concha, que chorreaba como una manguera de bomberos. Estaba como quería, con una perra en celo cabalgándome, mientras le comía la concha a otra. Entre ellas se besaban, se mordían, se pellizcaban las tetas, jadeaban una mas que la otra. Yo seguía, pero sabía que así mucho no aguantaría. Si había logrado no acabar hasta ese momento, era por las descargas de leche anteriores. Ana, se notaba, había planeado todo al detalle, me había echo abstenerme, para juntar suficiente para todas, pero me había descargado a tiempo para que no me pasara la “gran American Pie”. Que clara la tenia la jovata…

La novia empezó a los gritos y acabo tremendamente, chorreaba por la concha como una catarata. Del orgasmo descomunal que tuvo se dejo caer hacia un costado en el suelo.
La gemela aprovecho la volada y dijo: -Mi turno.
Así como estaba, le agarre fuerte el orto para que no se moviera, la deje en 4 y me acomode atrás. Le ensarte la pija de una, en la concha empapada y empecé a bombearla con todo.
Gritaba: Ay hijo de puta, partime, siiiiiiiiiiiiii, soy tu puta!!!. Yo le daba con todo, los dos gritábamos. A esa altura ya chorreábamos de sudor, el olor a sexo invadía el pequeño cuarto, yo no daba más, tenía la pija roja, latiendo. La pendeja pedía mas, quería toda.
En lo mejor de la clavada, la saco, y girando la cabeza me dijo entre jadeos: rompeme el orto…Creo que no había llegado a pronunciar la segundo o, que ya la había ensartado, entro lo mas bien, por lo dilatado que lo tenia después de los dedos que le había colado, y por lo mojada que me había quedado la pija. Me acomode y empecé el mete y saca despacito. Los gemidos de la minita, dieron paso a unos sonidos guturales graves y profundos, me agarraba las nalgas y empujaba hacia adelante, como queriendo meterme mas profundo. –Partime puto, me grito. Empecé a darle con todas mis ganas y mis fuerzas. Empezó a gritar y a acabar, y eso basto, para que me descargara dentro de su ojete (del forro en realidad).

Quedamos así tirados, empalándola, unos 10 minutos en el suelo hasta recuperarnos de semejante cogida.
Yo me levante primero, las bese a las dos, con un profundo beso de lengua, me vestí y sali hacia el baño, me acomode un poco y volví a la cocina.
Allí estaba Ana, esperando, sentada en el taburete. Me miro y me dijo: Veo que la pasaste bárbaro, ahora descansa, porque en un rato, me toca a mí…

CONTINUA

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