Amigos, agradezco a todos los comentarios recibidos. Pido disculpas ya que hechos personales y laborales me han retrasado en la publicaci0on, aqui van las partes que restan de la historia. Que las disfruten.
A los pocos minutos, regreso la novia con las amigas que habian tocado el timbre. Pasaron por la cocina para ir a cambiarse. Me saludaron, conteste bien formal y aproveche para echarles un ojo, asi medio de costado, haciendome el gil. Eran 5 en total. Dos estaban mas o menos, unos 7 puntos, las otras 3, tremendas, muy chetas, como la homenajeada, y muy perras, pero lo mejor era que de esas 3, dos eran gemelitas…- La puta madre, pensé, esto va a ser duro de aguantar, 7 minas en biquini, una mas perra que otra, y con bastante alcohol encima…la situación prometia.
Yo ya tenia todo listo, le pregunte a Ana por el mozo, pero me dijo que iba a tener que servirles yo, que no venia nadie mas. Mejor, pense, asi les puedo relojear el orto mas de cerca de estas pendejas.
Al rato aparecieron las minas, gritando y cagandose de risa, le habian puesto a la novia una especie de baby doll transparente, y una vincha, como simulando un disfraz de mucama de esos que venden en los sex shop. Las amigas venian detrás de ella, blandiendo en el aire, diferentes dildos de tamaño y color variado, cual la espada de He-man. Todas en malla, pasaron corriendo rumbo al parque, dandome tiempo unicamente a mirarle el ojete a la ultima, una de las gemelas, que tenia un culo para el crimen.
Deje pasar unos minutos y sali al parque, estaban todas sentadas, incluida Anita, y seguían jodiendo con los consoladores, sacandose fotos.
Tal cual lo habia imaginado, el premio al mejor lomo, se lo llevaban las gemelas: morochas, casi altas como yo, con un fisico muy trabajado (después me enteraria que jugaban hockey en un club bastante conocido de la ciudad), buenas tetas, pero era el culo de ambas, lo que se llevaba todos los aplausos. Como ya les dije habia otra amiga, una rubiecita, que tambien estaba muy perrita, y las otras dos, no tan lindas, pero la verdad, que yo a esa altura me cogia un burro muerto.
Me dijeron que querian empezar con unos daiquiris, asi que me fui a la cocina a prepararlos. Mientras estaba en esa tarea, vino la vete a buscar algo de comida para llevar al parque. Saco un paquete de sándwich de miga y se acerco hasta la mesada para ponerlos en unos platos.
- ¿Te calientan las pendejas? Me escupio sin anestesia.
- - Me calentas vos, le conteste.
- No te hagas el pelotudito conmigo, que te conozco bien pendejo. Te aviso que un par ya comentaron que estabas muy fuerte, entre ellas mi sobrina, y acordate que esto es una despedida de soltera…me guiño el ojo y se fue sin mas.
Que hija de mil puta pense, ¿Qué me habra querido decir? ¿Qué puedo hacer algo, o no?
Puta madre, estaba entre la espada y la pared, unico hombre entre 6 pendejas calientes y desatadas, y Ana que me jugaba al enigma. Trate de concentrarme en el laburo, prepare los tragos y Sali al parque, los deje sobre la mesa y me meti a la casa.
La cosa siguió así: cada mas o menos 10 minutos, yo salía y me daba una vuelta a relojera ortos…eh perdón, a servir las mesas, preparaba otra ronda de tragos y reponía comida si faltaba. A medida que el rato pasaba y los tragos también, las pendejas se iban cebando, producto del alcohol, ya las miradas insinuantes del principio, se iban transformando en directas y nada sutiles, tanto la novia como una de las gemelitas amigas me comían cada vez que salía.
La charla entre ellas, iba subiendo de volumen y también de tono, ya hablaban a los gritos de pijas, consoladores, etc. Yo obviamente no me salía de mi papel, por el momento, y haciéndome el boludo, no daba calce a lo que me decía. Me limitaba a servirles nomás.
Luego de mas o menos 40 minutos, yo estaba en la cocina preparando otra ronda, cuando sentí gritos, risas, y a continuación los chapuzones, se tiraron a la pileta las pendejas y empezaron a boludear. No pasaron ni 20 segundos, que entra ana a la cocina, me agarra de la mano y me lleva al baño de planta baja.
- Dale pendejo, me dijo mientras cerraba la puerta y acto seguido me bajaba el short. Sin decir mas nada, se empezó a comer mi pija con la maestría a la que me tenía acostumbrado. Con la calentura que tenia, no tarde ni 15 segundos en ponerme al palo.
Se la tragaba toda hasta los huevos, la sacaba, me chupaba la cabeza y se la volvia a comer toda. Yo estaba a full, tratando de aguantar todo lo posible, mientras Anita con sus manos, me acariciaba los huevos y el orto. Me la chupaba como si fuera la primera vez, o la ultima. – Apurate pendejo, llename la boca de leche, me pidió, así después te dejo que le des a las pendejas…
Cuando escuche esa última frase, le empecé a soltar la leche acumulada, que se bebió hasta la última gota como un ternero sediento. Me la siguió chupando hasta que se puso morcillona, y se trago hasta la última gota. Se puso de pie, se acomodo un poco el pelo y me dijo: Te dije que quería esa lechita acumulada para mi, ahora anda y comportate como en una despedida de solteras, tenes vía libre, pero no te canses mucho papi, que después me toca a mi…
Yo estaba como loco, tenía permiso, y tenia un grupo de pendejas semi borrachas y super calientes a mi disposición, alguna iba a terminar en mis garras seguro.
Volví a la cocina después de la sesión de descarga y seguí con mis cosas. Ana salio al patio, las pendejas seguían en la pileta boludeando, Salí y serví una nueva ronda de tragos, deje los vasos en la mesa. Cuando me estaba yendo me llama la novia y me pide que me acerque, me agache para hablarle y fue ahí, cuando la muy turra de Anita, vino por detrás y me empujo al agua así vestido como estaba.
Las pendejas festejaron la cosa y al toque se me tiraron encima para jugar a “ahogarme”. Yo aproveche la volada y tire un par de manotazos “casuales”, para tocar un poco la mercadería. Enseguida me hice el serio y encare para salir, ya parado en el borde de la pileta, chorreando, aproveche para mirarla a Ana, que me guiño el ojo de manera cómplice. Acto seguido dijo, dirigiéndose a la sobrina: L…… lleva al muchacho al cuarto de huéspedes para que se cambie y dale ropa seca. La pendeja salio, se envolvió en un toallón y encaro para adentro, yo la seguí. Me llevo al fondo de un pasillo, donde estaba el baño en el cual momentos antes Ana se había tragado mi leche. Entramos a un cuarto pequeño con una camita y un placard, la pendeja lo abrió y saco una remera y otro short, lo apoyo en la cama y me dijo: Acá tenes ropa seca. Me acerque para agarrarla y se me tiro encima. Ni lo dude y le comí la boca, se nota que el alcohol y la calentura la habían afectado, porque me besaba desesperadamente, me metía la lengua (y yo también) como si quisiera llegar a mi estomago. Yo mientras no perdí tempo y empecé a manosearle descaradamente las tetas, sus pezones respondieron al toque, y la minita empezó a jadear, ahí nomás baje las manos y mientras le metía un dedo en la concha, bastante mojada, con la otra le sobaba bien ese ojete divino que tenia. La novia jadeaba cada vez más fuerte, como una tigresa en celo. Sin dejar de tocarle la concha, me deshice del biquini diminuto que tenía y la tire en la cama, me le subí arriba en 69 y empecé a comerle la concha como un lobo hambriento, mientras ella se comía mi trozo hirviente. Acabo al toque, pero yo seguí y le arranque dos orgasmos más en menos de 5 minutos. No la chupaba tan bien como su tía, pero no estaba nada mal, me hizo acabarle en las tetas y se refregó la leche. Se puso la biquini, me dio un beso y salio corriendo para la pileta. Yo me tome 5 minutos para reponerme del polvazo, me cambie y volví a mi puesto de trabajo…
CONTINUA...
A los pocos minutos, regreso la novia con las amigas que habian tocado el timbre. Pasaron por la cocina para ir a cambiarse. Me saludaron, conteste bien formal y aproveche para echarles un ojo, asi medio de costado, haciendome el gil. Eran 5 en total. Dos estaban mas o menos, unos 7 puntos, las otras 3, tremendas, muy chetas, como la homenajeada, y muy perras, pero lo mejor era que de esas 3, dos eran gemelitas…- La puta madre, pensé, esto va a ser duro de aguantar, 7 minas en biquini, una mas perra que otra, y con bastante alcohol encima…la situación prometia.
Yo ya tenia todo listo, le pregunte a Ana por el mozo, pero me dijo que iba a tener que servirles yo, que no venia nadie mas. Mejor, pense, asi les puedo relojear el orto mas de cerca de estas pendejas.
Al rato aparecieron las minas, gritando y cagandose de risa, le habian puesto a la novia una especie de baby doll transparente, y una vincha, como simulando un disfraz de mucama de esos que venden en los sex shop. Las amigas venian detrás de ella, blandiendo en el aire, diferentes dildos de tamaño y color variado, cual la espada de He-man. Todas en malla, pasaron corriendo rumbo al parque, dandome tiempo unicamente a mirarle el ojete a la ultima, una de las gemelas, que tenia un culo para el crimen.
Deje pasar unos minutos y sali al parque, estaban todas sentadas, incluida Anita, y seguían jodiendo con los consoladores, sacandose fotos.
Tal cual lo habia imaginado, el premio al mejor lomo, se lo llevaban las gemelas: morochas, casi altas como yo, con un fisico muy trabajado (después me enteraria que jugaban hockey en un club bastante conocido de la ciudad), buenas tetas, pero era el culo de ambas, lo que se llevaba todos los aplausos. Como ya les dije habia otra amiga, una rubiecita, que tambien estaba muy perrita, y las otras dos, no tan lindas, pero la verdad, que yo a esa altura me cogia un burro muerto.
Me dijeron que querian empezar con unos daiquiris, asi que me fui a la cocina a prepararlos. Mientras estaba en esa tarea, vino la vete a buscar algo de comida para llevar al parque. Saco un paquete de sándwich de miga y se acerco hasta la mesada para ponerlos en unos platos.
- ¿Te calientan las pendejas? Me escupio sin anestesia.
- - Me calentas vos, le conteste.
- No te hagas el pelotudito conmigo, que te conozco bien pendejo. Te aviso que un par ya comentaron que estabas muy fuerte, entre ellas mi sobrina, y acordate que esto es una despedida de soltera…me guiño el ojo y se fue sin mas.
Que hija de mil puta pense, ¿Qué me habra querido decir? ¿Qué puedo hacer algo, o no?
Puta madre, estaba entre la espada y la pared, unico hombre entre 6 pendejas calientes y desatadas, y Ana que me jugaba al enigma. Trate de concentrarme en el laburo, prepare los tragos y Sali al parque, los deje sobre la mesa y me meti a la casa.
La cosa siguió así: cada mas o menos 10 minutos, yo salía y me daba una vuelta a relojera ortos…eh perdón, a servir las mesas, preparaba otra ronda de tragos y reponía comida si faltaba. A medida que el rato pasaba y los tragos también, las pendejas se iban cebando, producto del alcohol, ya las miradas insinuantes del principio, se iban transformando en directas y nada sutiles, tanto la novia como una de las gemelitas amigas me comían cada vez que salía.
La charla entre ellas, iba subiendo de volumen y también de tono, ya hablaban a los gritos de pijas, consoladores, etc. Yo obviamente no me salía de mi papel, por el momento, y haciéndome el boludo, no daba calce a lo que me decía. Me limitaba a servirles nomás.
Luego de mas o menos 40 minutos, yo estaba en la cocina preparando otra ronda, cuando sentí gritos, risas, y a continuación los chapuzones, se tiraron a la pileta las pendejas y empezaron a boludear. No pasaron ni 20 segundos, que entra ana a la cocina, me agarra de la mano y me lleva al baño de planta baja.
- Dale pendejo, me dijo mientras cerraba la puerta y acto seguido me bajaba el short. Sin decir mas nada, se empezó a comer mi pija con la maestría a la que me tenía acostumbrado. Con la calentura que tenia, no tarde ni 15 segundos en ponerme al palo.
Se la tragaba toda hasta los huevos, la sacaba, me chupaba la cabeza y se la volvia a comer toda. Yo estaba a full, tratando de aguantar todo lo posible, mientras Anita con sus manos, me acariciaba los huevos y el orto. Me la chupaba como si fuera la primera vez, o la ultima. – Apurate pendejo, llename la boca de leche, me pidió, así después te dejo que le des a las pendejas…
Cuando escuche esa última frase, le empecé a soltar la leche acumulada, que se bebió hasta la última gota como un ternero sediento. Me la siguió chupando hasta que se puso morcillona, y se trago hasta la última gota. Se puso de pie, se acomodo un poco el pelo y me dijo: Te dije que quería esa lechita acumulada para mi, ahora anda y comportate como en una despedida de solteras, tenes vía libre, pero no te canses mucho papi, que después me toca a mi…
Yo estaba como loco, tenía permiso, y tenia un grupo de pendejas semi borrachas y super calientes a mi disposición, alguna iba a terminar en mis garras seguro.
Volví a la cocina después de la sesión de descarga y seguí con mis cosas. Ana salio al patio, las pendejas seguían en la pileta boludeando, Salí y serví una nueva ronda de tragos, deje los vasos en la mesa. Cuando me estaba yendo me llama la novia y me pide que me acerque, me agache para hablarle y fue ahí, cuando la muy turra de Anita, vino por detrás y me empujo al agua así vestido como estaba.
Las pendejas festejaron la cosa y al toque se me tiraron encima para jugar a “ahogarme”. Yo aproveche la volada y tire un par de manotazos “casuales”, para tocar un poco la mercadería. Enseguida me hice el serio y encare para salir, ya parado en el borde de la pileta, chorreando, aproveche para mirarla a Ana, que me guiño el ojo de manera cómplice. Acto seguido dijo, dirigiéndose a la sobrina: L…… lleva al muchacho al cuarto de huéspedes para que se cambie y dale ropa seca. La pendeja salio, se envolvió en un toallón y encaro para adentro, yo la seguí. Me llevo al fondo de un pasillo, donde estaba el baño en el cual momentos antes Ana se había tragado mi leche. Entramos a un cuarto pequeño con una camita y un placard, la pendeja lo abrió y saco una remera y otro short, lo apoyo en la cama y me dijo: Acá tenes ropa seca. Me acerque para agarrarla y se me tiro encima. Ni lo dude y le comí la boca, se nota que el alcohol y la calentura la habían afectado, porque me besaba desesperadamente, me metía la lengua (y yo también) como si quisiera llegar a mi estomago. Yo mientras no perdí tempo y empecé a manosearle descaradamente las tetas, sus pezones respondieron al toque, y la minita empezó a jadear, ahí nomás baje las manos y mientras le metía un dedo en la concha, bastante mojada, con la otra le sobaba bien ese ojete divino que tenia. La novia jadeaba cada vez más fuerte, como una tigresa en celo. Sin dejar de tocarle la concha, me deshice del biquini diminuto que tenía y la tire en la cama, me le subí arriba en 69 y empecé a comerle la concha como un lobo hambriento, mientras ella se comía mi trozo hirviente. Acabo al toque, pero yo seguí y le arranque dos orgasmos más en menos de 5 minutos. No la chupaba tan bien como su tía, pero no estaba nada mal, me hizo acabarle en las tetas y se refregó la leche. Se puso la biquini, me dio un beso y salio corriendo para la pileta. Yo me tome 5 minutos para reponerme del polvazo, me cambie y volví a mi puesto de trabajo…
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6 comentarios - La Veterana, la fiesta parte 2
Cada vez mejor...