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Natalia y Alejandra

Natalia y Alejandra

Natalia y yo somos amigas desde la universidad. Nos conocimos en primero de carrera y, desde entonces, hemos compartido muchas cosas juntas. Parece mentira que ya hayan pasado veinte años desde que hablamos por primera vez. Hoy somos dos mujeres de treinta y ocho años que seguimos viéndonos a diario y que ya encarrilamos nuestras vidas. Yo soy funcionaria. Tuve un hijo antes de entrar a la universidad y conté con la suerte de que mi familia se volcó conmigo y me ayudaron para poder seguir estudiando y para cuidar de mi hijo. Natalia está divorciada y no tiene hijos. Por el contrario, lo que tiene es una tienda de decoración que funciona muy bien.
Nos vemos a diario, Natalia es mi confesora y yo la suya. Sabemos todo la una de la otra, toda nuestra vida, incluso los detalles más escabrosos y también los más morbosos. Sale desde hace tres meses con una muchacho, Jesús lo conocio en el chat de maduritos , que tiene la edad de mi hijo. Al principio me sorprendió mucho pero estoy de acuerdo con ella en que tiene todo el derecho del mundo a salir con quien quiera, incluso con Jesús. Natalia no tuvo juventud pero por razones diferentes a las mías. Yo tenía un bebé y ella se centró tanto en estudiar que planeó hasta el último milímetro del día de mañana sacrificando para ello poder vivir el día a día. Decía que, con Jesús, estaba haciendo todas las locuras que no hizo con veinte años. La verdad es que estaba radiante, más guapa incluso que cuando era universitaria.
Descubrí mi sexualidad siendo muy joven. De ahí que, con diecisiete años y totalmente desinformada, me quedara embarazada. Sin embargo tener un hijo no me cerró las puertas del plano sexual. Aprendí muy rápido, no lo niego, pero también aproveché esa información para experimentar y conocer gente, todas y cada una de las inquietudes que pude tener. A día de hoy soy una mujer bisexual que ha tenido varias relaciones y que ha vivido muchas experiencias. No me he casado porque no me ha hecho falta. Mi hijo ha crecido en un ambiente familiar completamente normal y yo aun no he encontrado a mi pareja ideal. Pero eso no significa que haya dejado de buscarlo. Sigo disfrutando de mi sexualidad con plenitud.
La otra tarde Natalia vino a casa, como siempre, y estuvo contándome los planes que tenía para esa noche. Había quedado con Jesús para cenar y salir de copas y que, lo pasara después, no estaba aún planeado pero no descartaba nada. Últimamente, cuando Natalia me contaba sus intimidades con Jesús, yo terminaba excitándome. Me había descrito tan bien al muchacho que yo podía imaginarme su cuerpo desnudo sin ningún problema. Y, cuando me contaba ciertos momentos y yo los imaginaba a los dos, me excitaba tanto de pensar en el cuerpo del chico como de imaginar a Natalia en acción. He visto a Natalia desnuda miles de veces, veinte años de amistad dan para mucho. Pero, como decía antes, ahora estaba radiante, más guapa que cuando era universitaria.
Me costaba creerlo pero Natalia me calentaba. No se lo había dicho, posiblemente era el único secreto que le ocultaba a Natalia. Sabía que era algo que podíamos hablar pero no queria perder su amistad, pero no encontraba ni el momento ni las palabras adecuadas. Estando en casa, tomándonos un café, charlábamos animadamente de miles de temas tri***s hasta que la conversación fue cambiando …
-Ale, empiezo a estar cansada de la gente. Conforme se corre el rumor de que salgo con Jesús cada vez es más la gente que me mira distinto. Estoy súper bien con él y me jode que digan o dejen de decir. Ni soy una asalta cunas ni él me vive. ¿Tan difícil es entender que quiero estar con él simplemente porque me da lo que yo busco?-
-Natalia, el problema está en que los que hablan no los conocen realmente. Párate a pensar en qué opinamos tus amigos. Nosotros los apoyamos, estamos con ustedes…-
-Sí, lo sé. Pero sigue sacándome de quicio. Sobre todo cuando me tocan el plano sexual. ¿Tan difícil es de asimilar o de imaginar que un joven y una madura tengan encuentros sexuales?-
-No, no lo es para nada. Yo soy capaz de imaginarlos cada vez que me cuentas tus cosas. Y no lo veo nada anti natural.-
Desde luego que no. Cada vez que los imaginaba lo que hacía era ponerme caliente. De hecho, conforme lo dije, no pude evitar pensar en ellos desnudos haciendo el amor. Me excité al hacerlo y, al parecer, se me notó en la cara.
-¿Qué? ¿Ya estás otra vez imaginándote el culo de Jesús?-
-Los estaba imaginando a los dos. Me he acordado de la escena que me contaste que lo montaste en el salón de tu casa…-
-¡¿La de mi strip tease?! Pero si lo que te conté con pelos y señales de aquella noche fue cómo me desnudé y cómo lo "viole" después. Si, cada vez que lo pienso, me avergüenzo de mi misma por lo suelta que estuve…-
Conformé dijo "desnudé" y "viole" dos muecas se dibujaron en mi cara. A cuál más transparente. Me sorprendí a mi misma excitándome de nuevo al pensar en Natalia en acción. Sólo esperaba que no se hubiera dado cuenta. Aunque, si tenemos en cuenta lo expresivas que somos las dos, era más que probable que me hubiera cazado al vuelo.

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-¿Te sigues conectando al skype para juguetear con la cam?-




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5 comentarios - Natalia y Alejandra

pelado6922
y que onda , da para pasarla bien un rato sin compromiso ?