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Interview. Para que lean las mujeres .....

Me presento a una entrevista de trabajo, en una muy linda compañía, doy aviso a la recepcionista que se encuentra en su escritorio y me dice que pase por el segundo pasillo y aguarde sentado en las sillas del pasillo. Obedientemente le hago caso, y tomo asiento en una de las sillas, con las piernas cruzadas, repasando el curriculum, rogando tener suerte en la entrevista. El pasiilo es largo, y al final del mismo hay una curva que lleva a otro pasillo. Comienzo a escuchar pasos, de lo que para mi debe ser una mujer por el ruido que vienen haciendo los tacos paso a paso. Cada vez más cerca, hasta que finalmente dobla en el pasillo una mujer elegante que viene caminando hacia mi. La voy observando mientras se acerca, dando pasos muy firmes, caminando bien recta, con mucha presencia. La mujer está vestida con un traje muy fino, compuesto de un saco negro, debajo del cual asoma una camisa blanca, pollera a tono del saco, zapatos con taco, y trae en su hombro colgando una muy linda cartera. Bajo su brazo trae una carpeta con muchos papeles. Yo estoy aguardando nervioso por la entrevista, cuando esta mujer pasa frente a mi, no puedo evitar seguir su caminata y darme vuelta para mirarle el culo, luego de 5 pasos, se da vuelta bruscamente, y se percata de la situación, tratando de hacerme el desentendido bajo la mirada pero era obvio que ella vio como yo le miraba el orto, que por cierto se meneaba de una manera sensual que me hizo dar cuenta que esa mina era una yegua. Para que te vayas metiendo en el relato, te cuento que esa mina sos vos.
La mina, habiendose dado cuenta que yo soy un miron pajero, gira y se vuelve hacia mi, y pregunta directamente:
- ¿venís por la entrevista?
Trago saliva y respondo desde el asiento:
- si, me dijeron que me presente a las 16.45.
Vos mirás tu reloj que se esconde debajo del puño de la chaqueta, y comprobas que son las 16.30 hs., y ni lenta ni perezosa, sin dudar un instante, me decis:
- veni, pasá por acá, y abris la puerta que tiene un cartel que dice "sala de reuniones", me hacés pasar, poner cómodo, encendes las luces, y tomás asiento en el sillón principal, por lo tanto nos encontramos enfrentados cara a cara, separados por un gran escritorio de madera muy antiguo.
Automáticamente pense que esa era tu oficina, por como te desenvolviste al ingresar a la sala.
Sin dejarme hablar, me comentás:
- bueno, la gente de recursos humanos tuvo una dificultad, la entrevista la voy a realizar yo, así que comencemos.
A lo que yo respondo: - de acuerdo, y mientras saco el curriculum de la carpeta para entregartelo, te pregunto qué puesto ocupás vos en la organización.
- soy la vice presidenta del directorio, socia de la empresa, tengo el 33% de las acciones.
Viendo que pisás fuerte dentro de la compañía, tragué saliva una vez más y entregué el CV para que lo vayas viendo.
Comenzada la entrevista, preguntaste mis datos personales y ultimas experiencas laborales, me fuiste contando un poco a lo que se dedica la empresa, y los requisitos que hay que cumplir para trabajar en ella. Voy respondiendo pregunta a pregunta y comienzo a distenderme porque la charla se va tornando muy amena, y noto que junto a la pared lateral hay un gran ventanal por el cual se advierte una vista panoramica de gran parte de la ciudad. Entonces, dandote cuenta que observé ello, me decís:
- tengo esta vista todos los días, ya me acostumbré a ella, es realmente deslumbrante, cada persona que viene aqui por primera vez lo advierte.
- si, respondo, - la verdad que se ve toda la ciudad de acá arriba, y el hecho de estar tan alto te da la ventaja que nadie te vea desde otro lado.
- exactamte, contestás sonriendo y quitándote los anteojos, - seguimos con la entrevista?
- si por supuesto dije.
La entrevista siguió desarrollándose con total normalidad, y tuve el presentimiento de que me iba muy bien, por la cordialidad de la conversacion, por el tipo de diálogo, y principalmente porque vos lo permitías.
Luego de media hora de charla, pregunta va, pregunta viene, chistes mediante, bostezaste suavemente, mostrando un poco de fatiga, pero de manera tan natural que me dio mucha confianza, y luego de ello, desataste tu cabello que estaba atado y el mismo cayó tendido hasta poco más abajo de tus hombros. Por dentro pensé, esta mina se debe querer ir, ya se quitó los anteojos, bostezó y ahora se va soltando el pelo, la debo haber aburrido.Mientras yo pensaba eso, vos te ponás de pie, diste varios pasos hasta llegar al ventanal, y mirando por él dandome la espalda, con las manos en la cintura, me preguntás:
- ¿vos me miraste el culo cuando pasé caminando delante tuyo?
Comencé a temblar, me puse de todos colores, tartamudie un monton de palabras, hasta que dije: - No, por favor, como va a pensar eso? nada que ver srta.
Te vas vuelta, y me mirás, con una sonrisa de oreja a oreja, gozando la situacion y confirmando que me puse muy nervioso ante esa pregunta, contestaste:
- se nota que mentis, por primera vez en la entrevista me mentiste, te vi como me miraste el orto, y me desnudaste con la mirada, ahora vas a tener que remarla mucho para conseguir el puesto!
Esas palabras tuyas me preocuparon, me hicieron dudar mucho y me dejaron casi sin respuesta, no se me ocurría nada inteligente para decir, y me puse tan nervioso que me puse de pie, y cuando me preparaba para reconocer que te había mirado el culo y pedirte disculpas, me diste una orden que me estremeció y me hizo tomar conciencia de quien mandaba y tenía el control de la situacion en esa sala. Tus palabras fueron:
- sentate y quedate quieto.
Obedecí sin pensarlo, y volví a tomar asieto, reconociendo el poder que tenías y sabiendo que estaba en falta.
Te acercaste hasta donde se encontraba tu cartera, desabrochaste una hebilla, y te quedaste con la tira en mano. Te fuiste acercando a mi con la tira de la cartera extendida, mostrándomela para que la vea y me imagine lo que pensabas hacer, pero no me imaginé lo que vos tenías en mente, y cuando llegaste hasta mi posición hiciste girar la silla con ruedas, me juntaste las dos muñecas detrás del respaldo, y me ataste a la silla con la tira de cuero, dejandome las manos inmovilizadas y dandome una nueva orden que decía así:
- no hables, no te muevas, quedate quieto y hacé méritos.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo, pero no tuve tiempo para reaccionar, porque mientras me estremecía con tus palabras volviste a girar la silla y abriendo las piernas te sentaste sobre las mías, y empezaste a besarme. De inmediato noté que la situación estaba fuera de control, que me encontraba atado y una mujer muy sexi se iba a aprovechar de mi. Los besos fueron muy suaves, con tus manos por detrás de mi cuello y nuca, y comenzaron a ser un poco más agresivos a medida que yo te los iba respondiendo. Todo ese besuqueo llevó a una situación cada vez mas caliente, que hizo que comenzaras a moverte sobre mi, de tal manera que el roce de los cuerpos incrementaba nuestros pulsos, las respiraciones se aceleraron bruscamente al mismo ritmo, y tus piernas abiertas empujaban tu pubis contra el mio sintiendo la erección que se había generado.
Tus manos comenzaron a bajar de mi cuello por el torso, y desabrachando la camisa botón por botón, mi pecho queda descubierto para que lo acaricies suavemente intercambiando besos y caricias sobre mi piel. Al estar atado, no podía responder con las manos, pero no dejé de besarte ni un instante, y comencé a forzar las piernas para mover mi pelvis en forma ascendente, lo que hizo que se incrementen tus movimientos de piernas en forma descendente, equiparando las acciones de calentura, porque cada vez que yo empujaba para arriba con mis piernas, las tuyas bajaban forzando el contacto entre los sexos. Tus manos siguieron bajando de mi torso y me quitaron el cinturon en un solo movimiento, desprendieron los botones de la bragueta, y la mano derecha tuya se metió por ella tomando mi miembro duro, erecto, y lubricado en su cabeza. Lo sentiste muy caliente, muy duro, y lo que más te gustó fue que el tamaño te pareció importante, lo cual te hizo calentar más. Comenzaste a acariciarlo con tu mano derecha, mientras con la otra me tomabas por la nuca y con tu boca recorrías mi pecho y abdomen. Las caricias en la pija te llenaron la mano de mi jugo transparente y pegajoso, el calor de la situación hizo que tu mano izquierda desprenda el cierre trasero de tu pollera, y sin ponerte de pie la misma se fue cayendo por tus piernas, hasta quedar en el piso.
Tu mano derecha seguía estando dentro de mi boxer, pero ahora acariciaba la base del tronco con dos dedos y los testiculos con los otros tres, de manera muy suave y haciendomen doblar sobre la silla, pero siempre con vos arriba corrigiendo cada movimiento de mi cuerpo. Tu mano izquierda también entro por la bragueta, y tomando la verga con las dos manos juntas, la sacaste por la bragueta del boxer y del pantalon, dejando tambien fuera los dos testiculos, entonces tus manos regresaron a mi nuca y subiste tu cuerpo sobre el mio hasta que mi pija quedó justo entre tus piernas abiertas, y comenzaste a sentir como latía y se movía buscando tu sexo. Tomada de mis hombros te movías hacia arriba y hacia abajo, deslizando tu pubis sobre mi verga que se encontraba muy caliente, muy jugosa, muy dura y muy excitada. Esos movimientos humedecieron tu tanga, y esa humedad traspasó tu ropa interior y mi verga que estaba muy sensible la sintió. Notaste que mi respiración se había acelerado más que la tuya en ese momento, entonces con la mano izquierda moviste tu tanga hacia el costado, y comenzaste a hacerme sentir el calor de tu concha que hervía, que chorreaba flujos y que estaba al rojo vivo deseosa de ser penetrada. La penetración no tardó en llegar, porque ni bien moviste las piernas un centimetro, la cabeza de mi pija se posicionó entre los labios de tu concha, y con un movimiento muy suave hacia arriba logré penetrarte sin mayor dificultad, los posteriores movimientos tuyos me hicieron sentir que mi verga habia sido tragada por algo que la succionaba, y en pocos segundos mi pija ya estaba toda adentro de tu profunda concha, goteando por los costados y cayendo esa humedad sobre mi pubis. Los movimientos sobre la fragil silla se hicieron cada mez mas fuertes, cada mas sincronizados, yo subía, y hacía tope en tu profunda vagina, y vos bajabas dandome tanto placer en el pene como nadie me lo habia dado antes. Seguimos disfrutando del caliente encuentro, moviendonos a la par, fundidos como si fueramos uno solo, pegados por el calor y la humedad de nuestros sexos, transpirando juntos y liberando nuestras fantasías. Mi pija estaba totalmente mojada, y tu concha se sentía tan caliente que tu que preguntarte al oido:
- ¿acabaste?
a lo que respondiste rapidamente sin dejar de moverte ni detener la relación:
- tres veces ya, pero necesito más, hasta la quinta no paro.
Guau pensé, esta mina es una leona en la cama, bah no en la cama, sino en el sexo. Entonces tuve que seguir esforzándome para que lleguemos a ese quinto orgasmo, y pedí que se me liberen las manos.
Mi peteción no fue concedida, pero cediste un poco y me soltaste la derecha, quedando la izquierda atada al respaldo de la silla.
Ni bien mi mano derecha tuvo libertad, se puso al día, porque en pocos segundos recorrío tu cuerpo, acariciandote primero el pecho cubierto, y luego bajando por el costado de tu torso, acariciando la cintura hasta llegar al muslo donde se detuvo y te agarré con fuerza para que sientas tambien mi poder.
En ningun momento se detuvo la penetración ni los movimientos, tu pubis se seguia devorando a mi verga, era como que cada vez estaba mas adentro, entonces comencé a utilizar mi mano para tomarte de una nalga y hacerte subir, tu cuerpo se elevó y se despegó del mio, la verga fue saliendo de tu vagina, se sentía como las gotas de tu flujo y tus acabadas caía sobre el tronco de mi pija, la recorrian desde la cabeza hasta caer en los huevos. Pero la pija nunca salío de la vagina, porque cuando solo quedaba la cabeza dentro, la mano que te tomaba la nalga y hacia subir hizo lo opuesto, y te hizo bajar suavemente para que otra vez toda mi verga se meta en tu concha hirviendo hasta el fondo, repitiendo el procedimiento tantas veces que perdimos la cuenta. Así llegaron tu cuarto y quinto orgasmo, cada vez que ellos sucedieron tus manos apretaron con mayor fuerza mi cuerpo. Tu concha comenzó a relajarse, tu cuerpo se empezó a aflojar, estabas satisfecha y lo me dijiste al oido, tus piernas dejaron de moverse, tus manos se dedicaron solo a acariciarme, mostrando tu satisfacción por haber gozado de una muy buena relacion sexual, bien caliente, con todo el poder en tu persona; pero no notaste que mientras todo eso ocurría, mi mano derecha liberó a mi mano izquierda, y ni bien te pusiste de pie dejando de estar sobre mi, me lancé sobre vos, sorprendiendote tanto que te asustaste y como no lo esperabas quedaste totalmente indefensa a mi mercer. Te tomé entre mis brazos, primero frente a frente, para besarte mucho, cosa que respondiste volviendo a relajarte y distenderte, pero luego te hice girar y quedé apoyado sobre tu espalda, con las dos manos en tus tetas, las cuales comencé a toquetear, y con mi pija aun dura y jugosa entre tus nalgas. Di tres pasos hacia el frente y uno al costado arrastrandote en mi caminar y notaste que tenía fuerza, porque no pudiste resistirte ni impedir que te lleve donde yo quería. Entonces te arrinconé contra el gran escritorio que hay en la sala, te puse en 90 grados, tu pecho sobre la mesa del escritorio y tus piernas en forma perpendicular bien estiradas contra el lateral del escritorio. Apoyé muy fuerte mi cuerpo contra el tuyo, que tuviste que gemir. Y casi sin que te dieras cuenta, te abri las piernas un poco y puse mi verga humeda sobre tus labios vaginales, mientras con una mano te sostenía el cabello para que no te muevas, con la otra movia mi pene, trayendo todo el flujo y la humedad que habia en tu concha hacia tu culo, que se fue mojando y calentando por la situación inesperada que estabas viviendo. Una vez que tu culo se mojó, la cabeza entró entera, sentiste dolor, y te pregunté:
-¿ estás bien, te hice mal ?
me dijiste: - estoy bien, por favor partime la cola.
Sorprendido por tu pedido, accioné para hacer realidad tu deseo.
Comencé a enterrar el tronco de mi verga en tu culo, que se abria y dilataba mucho, mientras vos gemias de dolor que te daba placer, hasta que mi pija quedó 100% adentro, cosa que llevó unos instantes y varios esfuerzos, porque ahi te diste cuenta de lo gorda y dura que era. Una vez adentro los bombeos se hicieron continuos y permanentes, mi mano izquierda te mantenia contra el escritorio sostenida del cabello y mi mano derecha te acariciaba la parte interior de los muslos haciendote estremecer, tocandote la cola con firmeza y frotandote el clitoris que estaba hinchado de tanto sexo que habiamos tenido. Mi mano cada vez que salia de tu concha, traia mucho flujo, el cual compartimos porque te di para que lo chupes mientras yo tambien lo chupaba y lo tragamos juntos. Era muy rico, con un sabor increible, con tanto calor que nos encendimos nuevamente para seguir penetrando la cola. Tu concha ya había explotado, no podíamos sacarle un nuevo orgasmo, tu culo en este momento estaba partido, lleno de pija, y goteando la humedad que se generó en la relacion. Quisiste recuperar el control nuevamente, y me diste una orden:
- DAME TU LECHE, TODA TU LECHITA POR FAVOR.
Pensé para mi, esta mina es una genia, la amo con todo mi pene, no puede ser tan puta y tan completa, tan caliente y tan perfecta.
Así que saqué lentamente la verga de tu culo, y te solté, te diste vuelta, te agachaste y me empezaste a pajear con tu lengua, sin las manos, te comiste mi pija tan rapidamente, que se notaba que te gustaba muchisimo, y que en verdad deseabas mi leche. Pajeaste y pajeaste, con la boca llena de pija me mirabas a los ojos y eso me mató, me derritió por completo, y si algo más faltaba para que esto fuera tan perfecto, me dijiste con la pija en la boca:
- Me vas a dar tu leche o no? QUIERO LECHE
Te diste cuenta que eso me calentó mucho y que la eyaculacion se venia, era evidente.
Quitaste la pija de la boca, y comenzó a rociarte la cara, el cuerpo, y todo lo que habia cerca un chorro de leche caliente y pegajosa, que lamiste de todas partes, y disfrutaste como una verdadera PUTA. Terminaste de chuparme la pija hasta que la dejaste seca y muerta, mostrando tu gran habilidad y tu mayor pasion.
Me dejaste con la boca abierta, muy sorprendido pero sobre todas las cosas, muy satisfecho.
Rapidamente me dijiste vestite que hay que salir de acá.
Me hice el vivo y el canchero, entonces dije:
- Me imagino que despues de esto, el puesto es mio, no?
Mientras te abrochaste la pollera, y rearmaste tu cartera, me mirabas a los ojos y muy seria me dijiste:
- No creo, éramos dos candidatos al puesto, mi entrevista fue a las 16.15, la tuya era hace dos horas pero me parece que no te presentaste, así que el puesto debería ser mío.
Sorprendido y sin entender nada, mientras vos salias de la sala, yo seguía en pelotas y me empezaba a caer la ficha ..... QUE BIEN QUE ME LA HIZO ESTA PUTA!!!!!

5 comentarios - Interview. Para que lean las mujeres .....

niniia_loka
jaaammmmmm 😳 😳 😳 😳 😳
aburriido0 😀
LuisFabian9
Jaja, está bueno, pero al ser muchas letras, chiquitas, juntas y sin imágenes, a todos les da fiaca leer... corregí eso 😉
LuisFabian9
Me presento a una entrevista de trabajo, en una muy linda compañía, doy aviso a la recepcionista que se encuentra en su escritorio y me dice que pase por el segundo pasillo y aguarde sentado en las sillas del pasillo. Obedientemente le hago caso, y tomo asiento en una de las sillas, con las piernas cruzadas, repasando el curriculum, rogando tener suerte en la entrevista. El pasiilo es largo, y al final del mismo hay una curva que lleva a otro pasillo.

Comienzo a escuchar pasos, de lo que para mi debe ser una mujer por el ruido que vienen haciendo los tacos paso a paso. Cada vez más cerca, hasta que finalmente dobla en el pasillo una mujer elegante que viene caminando hacia mi. La voy observando mientras se acerca, dando pasos muy firmes, caminando bien recta, con mucha presencia. La mujer está vestida con un traje muy fino, compuesto de un saco negro, debajo del cual asoma una camisa blanca, pollera a tono del saco, zapatos con taco, y trae en su hombro colgando una muy linda cartera. Bajo su brazo trae una carpeta con muchos papeles. Yo estoy aguardando nervioso por la entrevista, cuando esta mujer pasa frente a mi, "no puedo evitar seguir su caminata y darme vuelta para mirarle el culo", luego de 5 pasos, se da vuelta bruscamente, y se percata de la situación, tratando de hacerme el desentendido bajo la mirada pero era obvio que ella vio como yo le miraba el orto, que por cierto se meneaba de una manera sensual que me hizo dar cuenta que esa mina era una yegua. Para que te vayas metiendo en el relato, te cuento que esa mina sos vos.
La mina, habiendose dado cuenta que yo soy un miron pajero, gira y se vuelve hacia mi, y pregunta directamente:
- ¿venís por la entrevista?
Trago saliva y respondo desde el asiento:
- si, me dijeron que me presente a las 16.45.
Vos mirás tu reloj que se esconde debajo del puño de la chaqueta, y comprobas que son las 16.30 hs., y ni lenta ni perezosa, sin dudar un instante, me decis:
- veni, pasá por acá, y abris la puerta que tiene un cartel que dice "sala de reuniones", me hacés pasar, poner cómodo, encendes las luces, y tomás asiento en el sillón principal, por lo tanto nos encontramos enfrentados cara a cara, separados por un gran escritorio de madera muy antiguo.
Automáticamente pense que esa era tu oficina, por como te desenvolviste al ingresar a la sala.
Sin dejarme hablar, me comentás:
- bueno, la gente de recursos humanos tuvo una dificultad, la entrevista la voy a realizar yo, así que comencemos.
A lo que yo respondo: - de acuerdo, y mientras saco el curriculum de la carpeta para entregartelo, te pregunto qué puesto ocupás vos en la organización.
- soy la vice presidenta del directorio, socia de la empresa, tengo el 33% de las acciones.
Viendo que pisás fuerte dentro de la compañía, tragué saliva una vez más y entregué el CV para que lo vayas viendo.

Comenzada la entrevista, preguntaste mis datos personales y ultimas experiencas laborales, me fuiste contando un poco a lo que se dedica la empresa, y los requisitos que hay que cumplir para trabajar en ella. Voy respondiendo pregunta a pregunta y comienzo a distenderme porque la charla se va tornando muy amena, y noto que junto a la pared lateral hay un gran ventanal por el cual se advierte una vista panoramica de gran parte de la ciudad. Entonces, dandote cuenta que observé ello, me decís:
- tengo esta vista todos los días, ya me acostumbré a ella, es realmente deslumbrante, cada persona que viene aqui por primera vez lo advierte.
- si, respondo, - la verdad que se ve toda la ciudad de acá arriba, y el hecho de estar tan alto te da la ventaja que nadie te vea desde otro lado.
- exactamte, contestás sonriendo y quitándote los anteojos, - seguimos con la entrevista?
- si por supuesto dije.

La entrevista siguió desarrollándose con total normalidad, y tuve el presentimiento de que me iba muy bien, por la cordialidad de la conversacion, por el tipo de diálogo, y principalmente porque vos lo permitías.

Luego de media hora de charla, pregunta va, pregunta viene, chistes mediante, bostezaste suavemente, mostrando un poco de fatiga, pero de manera tan natural que me dio mucha confianza, y luego de ello, desataste tu cabello que estaba atado y el mismo cayó tendido hasta poco más abajo de tus hombros. Por dentro pensé, esta mina se debe querer ir, ya se quitó los anteojos, bostezó y ahora se va soltando el pelo, la debo haber aburrido.Mientras yo pensaba eso, vos te ponás de pie, diste varios pasos hasta llegar al ventanal, y mirando por él dandome la espalda, con las manos en la cintura, me preguntás:
- ¿vos me miraste el culo cuando pasé caminando delante tuyo?
Comencé a temblar, me puse de todos colores, tartamudie un monton de palabras, hasta que dije: - No, por favor, como va a pensar eso? nada que ver srta.
Te vas vuelta, y me mirás, con una sonrisa de oreja a oreja, gozando la situacion y confirmando que me puse muy nervioso ante esa pregunta, contestaste:
- se nota que mentis, por primera vez en la entrevista me mentiste, te vi como me miraste el orto, y me desnudaste con la mirada, ahora vas a tener que remarla mucho para conseguir el puesto!
Esas palabras tuyas me preocuparon, me hicieron dudar mucho y me dejaron casi sin respuesta, no se me ocurría nada inteligente para decir, y me puse tan nervioso que me puse de pie, y cuando me preparaba para reconocer que te había mirado el culo y pedirte disculpas, me diste una orden que me estremeció y me hizo tomar conciencia de quien mandaba y tenía el control de la situacion en esa sala. Tus palabras fueron:
- sentate y quedate quieto.
Obedecí sin pensarlo, y volví a tomar asieto, reconociendo el poder que tenías y sabiendo que estaba en falta.
Te acercaste hasta donde se encontraba tu cartera, desabrochaste una hebilla, y te quedaste con la tira en mano. Te fuiste acercando a mi con la tira de la cartera extendida, mostrándomela para que la vea y me imagine lo que pensabas hacer, pero no me imaginé lo que vos tenías en mente, y cuando llegaste hasta mi posición hiciste girar la silla con ruedas, me juntaste las dos muñecas detrás del respaldo, y me ataste a la silla con la tira de cuero, dejandome las manos inmovilizadas y dandome una nueva orden que decía así:
- no hables, no te muevas, quedate quieto y hacé méritos..

Un escalofrío me recorrió el cuerpo, pero no tuve tiempo para reaccionar, porque mientras me estremecía con tus palabras volviste a girar la silla y abriendo las piernas te sentaste sobre las mías, y empezaste a besarme. De inmediato noté que la situación estaba fuera de control, que me encontraba atado y una mujer muy sexi se iba a aprovechar de mi. Los besos fueron muy suaves, con tus manos por detrás de mi cuello y nuca, y comenzaron a ser un poco más agresivos a medida que yo te los iba respondiendo. Todo ese besuqueo llevó a una situación cada vez mas caliente, que hizo que comenzaras a moverte sobre mi, de tal manera que el roce de los cuerpos incrementaba nuestros pulsos, las respiraciones se aceleraron bruscamente al mismo ritmo, y tus piernas abiertas empujaban tu pubis contra el mio sintiendo la erección que se había generado.

Tus manos comenzaron a bajar de mi cuello por el torso, y desabrachando la camisa botón por botón, mi pecho queda descubierto para que lo acaricies suavemente intercambiando besos y caricias sobre mi piel. Al estar atado, no podía responder con las manos, pero no dejé de besarte ni un instante, y comencé a forzar las piernas para mover mi pelvis en forma ascendente, lo que hizo que se incrementen tus movimientos de piernas en forma descendente, equiparando las acciones de calentura, porque cada vez que yo empujaba para arriba con mis piernas, las tuyas bajaban forzando el contacto entre los sexos. Tus manos siguieron bajando de mi torso y me quitaron el cinturon en un solo movimiento, desprendieron los botones de la bragueta, y la mano derecha tuya se metió por ella tomando mi miembro duro, erecto, y lubricado en su cabeza. Lo sentiste muy caliente, muy duro, y lo que más te gustó fue que el tamaño te pareció importante, lo cual te hizo calentar más. Comenzaste a acariciarlo con tu mano derecha, mientras con la otra me tomabas por la nuca y con tu boca recorrías mi pecho y abdomen. Las caricias en la pija te llenaron la mano de mi jugo transparente y pegajoso, el calor de la situación hizo que tu mano izquierda desprenda el cierre trasero de tu pollera, y sin ponerte de pie la misma se fue cayendo por tus piernas, hasta quedar en el piso.
Tu mano derecha seguía estando dentro de mi boxer, pero ahora acariciaba la base del tronco con dos dedos y los testiculos con los otros tres, de manera muy suave y haciendomen doblar sobre la silla, pero siempre con vos arriba corrigiendo cada movimiento de mi cuerpo. Tu mano izquierda también entro por la bragueta, y tomando la verga con las dos manos juntas, la sacaste por la bragueta del boxer y del pantalon, dejando tambien fuera los dos testiculos, entonces tus manos regresaron a mi nuca y subiste tu cuerpo sobre el mio hasta que mi pija quedó justo entre tus piernas abiertas, y comenzaste a sentir como latía y se movía buscando tu sexo. Tomada de mis hombros te movías hacia arriba y hacia abajo, deslizando tu pubis sobre mi verga que se encontraba muy caliente, muy jugosa, muy dura y muy excitada. Esos movimientos humedecieron tu tanga, y esa humedad traspasó tu ropa interior y mi verga que estaba muy sensible la sintió. Notaste que mi respiración se había acelerado más que la tuya en ese momento, entonces con la mano izquierda moviste tu tanga hacia el costado, y comenzaste a hacerme sentir el calor de tu concha que hervía, que chorreaba flujos y que estaba al rojo vivo deseosa de ser penetrada. La penetración no tardó en llegar, porque ni bien moviste las piernas un centimetro, la cabeza de mi pija se posicionó entre los labios de tu concha, y con un movimiento muy suave hacia arriba logré penetrarte sin mayor dificultad, los posteriores movimientos tuyos me hicieron sentir que mi verga habia sido tragada por algo que la succionaba, y en pocos segundos mi pija ya estaba toda adentro de tu profunda concha, goteando por los costados y cayendo esa humedad sobre mi pubis. Los movimientos sobre la fragil silla se hicieron cada mez mas fuertes, cada mas sincronizados, yo subía, y hacía tope en tu profunda vagina, y vos bajabas dandome tanto placer en el pene como nadie me lo habia dado antes. Seguimos disfrutando del caliente encuentro, moviendonos a la par, fundidos como si fueramos uno solo, pegados por el calor y la humedad de nuestros sexos, transpirando juntos y liberando nuestras fantasías. Mi pija estaba totalmente mojada, y tu concha se sentía tan caliente que tu que preguntarte al oido:
- ¿acabaste?
a lo que respondiste rapidamente sin dejar de moverte ni detener la relación:
- tres veces ya, pero necesito más, hasta la quinta no paro.
Guau pensé, esta mina es una leona en la cama, bah no en la cama, sino en el sexo. Entonces tuve que seguir esforzándome para que lleguemos a ese quinto orgasmo, y pedí que se me liberen las manos.

Mi peteción no fue concedida, pero cediste un poco y me soltaste la derecha, quedando la izquierda atada al respaldo de la silla.
Ni bien mi mano derecha tuvo libertad, se puso al día, porque en pocos segundos recorrío tu cuerpo, acariciandote primero el pecho cubierto, y luego bajando por el costado de tu torso, acariciando la cintura hasta llegar al muslo donde se detuvo y te agarré con fuerza para que sientas tambien mi poder.
En ningun momento se detuvo la penetración ni los movimientos, tu pubis se seguia devorando a mi verga, era como que cada vez estaba mas adentro, entonces comencé a utilizar mi mano para tomarte de una nalga y hacerte subir, tu cuerpo se elevó y se despegó del mio, la verga fue saliendo de tu vagina, se sentía como las gotas de tu flujo y tus acabadas caía sobre el tronco de mi pija, la recorrian desde la cabeza hasta caer en los huevos. Pero la pija nunca salío de la vagina, porque cuando solo quedaba la cabeza dentro, la mano que te tomaba la nalga y hacia subir hizo lo opuesto, y te hizo bajar suavemente para que otra vez toda mi verga se meta en tu concha hirviendo hasta el fondo, repitiendo el procedimiento tantas veces que perdimos la cuenta. Así llegaron tu cuarto y quinto orgasmo, cada vez que ellos sucedieron tus manos apretaron con mayor fuerza mi cuerpo. Tu concha comenzó a relajarse, tu cuerpo se empezó a aflojar, estabas satisfecha y lo me dijiste al oido, tus piernas dejaron de moverse, tus manos se dedicaron solo a acariciarme, mostrando tu satisfacción por haber gozado de una muy buena relacion sexual, bien caliente, con todo el poder en tu persona; pero no notaste que mientras todo eso ocurría, mi mano derecha liberó a mi mano izquierda, y ni bien te pusiste de pie dejando de estar sobre mi, me lancé sobre vos, sorprendiendote tanto que te asustaste y como no lo esperabas quedaste totalmente indefensa a mi mercer. Te tomé entre mis brazos, primero frente a frente, para besarte mucho, cosa que respondiste volviendo a relajarte y distenderte, pero luego te hice girar y quedé apoyado sobre tu espalda, con las dos manos en tus tetas, las cuales comencé a toquetear, y con mi pija aun dura y jugosa entre tus nalgas. Di tres pasos hacia el frente y uno al costado arrastrandote en mi caminar y notaste que tenía fuerza, porque no pudiste resistirte ni impedir que te lleve donde yo quería. Entonces te arrinconé contra el gran escritorio que hay en la sala, te puse en 90 grados, tu pecho sobre la mesa del escritorio y tus piernas en forma perpendicular bien estiradas contra el lateral del escritorio. Apoyé muy fuerte mi cuerpo contra el tuyo, que tuviste que gemir. Y casi sin que te dieras cuenta, te abri las piernas un poco y puse mi verga humeda sobre tus labios vaginales, mientras con una mano te sostenía el cabello para que no te muevas, con la otra movia mi pene, trayendo todo el flujo y la humedad que habia en tu concha hacia tu culo, que se fue mojando y calentando por la situación inesperada que estabas viviendo. Una vez que tu culo se mojó, la cabeza entró entera, sentiste dolor, y te pregunté:
-¿ estás bien, te hice mal ?
me dijiste: - estoy bien, por favor partime la cola.
Sorprendido por tu pedido, accioné para hacer realidad tu deseo.
Comencé a enterrar el tronco de mi verga en tu culo, que se abria y dilataba mucho, mientras vos gemias de dolor que te daba placer, hasta que mi pija quedó 100% adentro, cosa que llevó unos instantes y varios esfuerzos, porque ahi te diste cuenta de lo gorda y dura que era. Una vez adentro los bombeos se hicieron continuos y permanentes, mi mano izquierda te mantenia contra el escritorio sostenida del cabello y mi mano derecha te acariciaba la parte interior de los muslos haciendote estremecer, tocandote la cola con firmeza y frotandote el clitoris que estaba hinchado de tanto sexo que habiamos tenido. Mi mano cada vez que salia de tu concha, traia mucho flujo, el cual compartimos porque te di para que lo chupes mientras yo tambien lo chupaba y lo tragamos juntos. Era muy rico, con un sabor increible, con tanto calor que nos encendimos nuevamente para seguir penetrando la cola. Tu concha ya había explotado, no podíamos sacarle un nuevo orgasmo, tu culo en este momento estaba partido, lleno de pija, y goteando la humedad que se generó en la relacion. Quisiste recuperar el control nuevamente, y me diste una orden:
- DAME TU LECHE, TODA TU LECHITA POR FAVOR.
Pensé para mi, esta mina es una genia, la amo con todo mi pene, no puede ser tan puta y tan completa, tan caliente y tan perfecta.
Así que saqué lentamente la verga de tu culo, y te solté, te diste vuelta, te agachaste y me empezaste a pajear con tu lengua, sin las manos, te comiste mi pija tan rapidamente, que se notaba que te gustaba muchisimo, y que en verdad deseabas mi leche. Pajeaste y pajeaste, con la boca llena de pija me mirabas a los ojos y eso me mató, me derritió por completo, y si algo más faltaba para que esto fuera tan perfecto, me dijiste con la pija en la boca:
- Me vas a dar tu leche o no? QUIERO LECHE
Te diste cuenta que eso me calentó mucho y que la eyaculacion se venia, era evidente.
Quitaste la pija de la boca, y comenzó a rociarte la cara, el cuerpo, y todo lo que habia cerca un chorro de leche caliente y pegajosa, que lamiste de todas partes, y disfrutaste como una verdadera PUTA. Terminaste de chuparme la pija hasta que la dejaste seca y muerta, mostrando tu gran habilidad y tu mayor pasion.
Me dejaste con la boca abierta, muy sorprendido pero sobre todas las cosas, muy satisfecho.
Rapidamente me dijiste vestite que hay que salir de acá.
Me hice el vivo y el canchero, entonces dije:
- Me imagino que despues de esto, el puesto es mio, no?
Mientras te abrochaste la pollera, y rearmaste tu cartera, me mirabas a los ojos y muy seria me dijiste:
- No creo, éramos dos candidatos al puesto, mi entrevista fue a las 16.15, la tuya era hace dos horas pero me parece que no te presentaste, así que el puesto debería ser mío.
Sorprendido y sin entender nada, mientras vos salias de la sala, yo seguía en pelotas y me empezaba a caer la ficha ..... QUE BIEN QUE ME LA HIZO ESTA PUTA!!!!!

(Cambiando el tamaño de la letra, poniendo imágenes, separando un poco los párrafos, y poniendo negrita,comillas, y todos esos recursos, atrae más a leer el texto. Además, resaltando palabras llama la atención. Si hacés así, los jeropas entran, y entre un millar de letras, leen la palabra vagina, y se enganchan con la lectura) 😉
lucas31cba
🙄 🙄 🙄 🙄 🙄 🙄
kramalo
Mirá si ahora copio todo otra vez, y le mando otro final..? jaja!! , al final, de quien es el post?
Aqui juega un importantísimo refran que dice: " DONDE SE COME, NO SE CAGA...." éso le paso al flaco..jaja!!
ah!, muy bueno...