Y si una vez más volví a su casa, como siempre en busca de más placer.
Con Eze tenemos la particularidad de hablar mucho de sexo, obviamente porque somos igual de sexópatas, está claro que ahora charlamos de nuestras propias experiencias, en una de nuestras charlas, se me dio por preguntar, ¿Por qué siempre que la chupo me sacas? En forma de chiste agregue ¿te excita tanto que acabas de toque? Y el no tan sorprendentemente asintió, yo con tono de niña le exclame, ¡pero a mí me gusta mucho! De hecho me encanta chuparla hasta que no den más y me acaben en la boquita, total después viene la recuperación y la revancha…
Volviendo a que llegue a su casa, como siempre iniciamos con un juego de palabras, luego el me agarro y me tiro a la cama, comenzamos con un morbo para muchos, yo me resistía y el de apoco lograba quitarme la ropa, iba besando mis pechos, erizando mi piel y alimentando mi hambre sexual y en forma de venganza aunque quizás estratégicamente planeado por Eze, la tortilla de dio vuelta, y ahora yo tenía el poder. Así que comencé a bajar e introduje su pene en mi boca, se sentía muy suave ya que estaba muy libre de “pelusa” ideal para meterla bien a fondo, así que chupaba sin ayuda de mis manos, mientras la chupaba le hacía una serie de preguntas, para ver su nivel de concentración, pero inevitablemente su excitación fue más fuerte, comenzó a hacer un par de gemidos de placer, de apoco usaba mis manos, mientras que con mi lengua lamia sus testículos, con las manos frotaba su pene, por momentos levantaba mi mirada y el recostado observaba, dejándose llevar. Recuerdo que yo estaba peinada con trenzas, las cuales me hacían carita de niña traviesa, obviamente le di un par de ideas de para que podían servir, así que mi gran antihéroe puso alguna idea en práctica, me agarro de las trenzas y acompañaba mi movimiento mientras se la chupaba y cada vez más a fondo, llegando a mi garganta, de mas esta decir que esta vez no me saco, así que seguí, por momento suave, por momentos fuerte, hasta sentir que su pene latía y salía su cálida y dulce leche, la bebí con gusto y disfrute mucho de su cara de placer, pero…si ese pero que siempre aparece ya era cerca de la hora en que su mujer llegaba, así que una vez más me fui, y una vez más tomaría revancha pero esta vez en una forma explosiva SI!!!! Explosiva, lo consiguió pero esto es parte de otra historia…
Con Eze tenemos la particularidad de hablar mucho de sexo, obviamente porque somos igual de sexópatas, está claro que ahora charlamos de nuestras propias experiencias, en una de nuestras charlas, se me dio por preguntar, ¿Por qué siempre que la chupo me sacas? En forma de chiste agregue ¿te excita tanto que acabas de toque? Y el no tan sorprendentemente asintió, yo con tono de niña le exclame, ¡pero a mí me gusta mucho! De hecho me encanta chuparla hasta que no den más y me acaben en la boquita, total después viene la recuperación y la revancha…
Volviendo a que llegue a su casa, como siempre iniciamos con un juego de palabras, luego el me agarro y me tiro a la cama, comenzamos con un morbo para muchos, yo me resistía y el de apoco lograba quitarme la ropa, iba besando mis pechos, erizando mi piel y alimentando mi hambre sexual y en forma de venganza aunque quizás estratégicamente planeado por Eze, la tortilla de dio vuelta, y ahora yo tenía el poder. Así que comencé a bajar e introduje su pene en mi boca, se sentía muy suave ya que estaba muy libre de “pelusa” ideal para meterla bien a fondo, así que chupaba sin ayuda de mis manos, mientras la chupaba le hacía una serie de preguntas, para ver su nivel de concentración, pero inevitablemente su excitación fue más fuerte, comenzó a hacer un par de gemidos de placer, de apoco usaba mis manos, mientras que con mi lengua lamia sus testículos, con las manos frotaba su pene, por momentos levantaba mi mirada y el recostado observaba, dejándose llevar. Recuerdo que yo estaba peinada con trenzas, las cuales me hacían carita de niña traviesa, obviamente le di un par de ideas de para que podían servir, así que mi gran antihéroe puso alguna idea en práctica, me agarro de las trenzas y acompañaba mi movimiento mientras se la chupaba y cada vez más a fondo, llegando a mi garganta, de mas esta decir que esta vez no me saco, así que seguí, por momento suave, por momentos fuerte, hasta sentir que su pene latía y salía su cálida y dulce leche, la bebí con gusto y disfrute mucho de su cara de placer, pero…si ese pero que siempre aparece ya era cerca de la hora en que su mujer llegaba, así que una vez más me fui, y una vez más tomaría revancha pero esta vez en una forma explosiva SI!!!! Explosiva, lo consiguió pero esto es parte de otra historia…
2 comentarios - La sorpresa del Antiheroe Parte 3