Hola amigos: he vuelto despues de una larga ausencia, algunos temas personales, me tuvieron alejado por un tiempo del posteo. Pido disculpas a los que venian siguiendo la saga, aqui les dejo un nuevo capitulo de la saga. Espero que lo disfruten.
Con Anita cogíamos bastante seguido, como siempre, esperaba a quedarme solo y le avisaba, la mina venia y nos matábamos en el deposito del negocio. La cosa era que los dos necesitábamos cambiar un poco, estar en otro lado, pero como les conté, ella era casada, y con alguien muy importante en esa ciudad, con lo cual resultaba peligroso que nos viesen juntos afuera, sin embargo un día se dio la oportunidad…
Cerca de terminar el secundario, me fui a la costa un par de veranos, y conseguí laburo en un bar, atendía la barra, cosa que me servia para mis dos propósitos principales: tener guita para bancarme el verano completo en la playa, y por supuesto, voltearme a cuanta pendeja estuviese disponible. Gracias a ese trabajito, junte un poco experiencia en preparar tragos y eso me sirvió para la ocasión que les relatare.
Un día, descansando luego de uno de esos polvos monumentales que nos echábamos con la veterana, me contó que una sobrina de ella se estaba por casar, y que le hacían la despedida de soltera en la casa de ella. Tenía una casa enorme, con mucho parque y pileta, por eso la sobrina le había pedido el favor de hacer la festichola ahí, y me dice que tenía que contratar un mozo y un barman!!! Al toque le conté de mi experiencia en el rubro y me dijo: Listo, te llevo, y al toque agrego: Y preparate…Uh, para que, mi cerebro arranco a 100 Km. por hora, me dijo que en la semana me llamaría y me daría los detalles.
A los dos o tres días, me llamo, me trataba de usted, y me hablaba como si me estuviese contratando para la fiesta, situación que me puso al palo. Me dio la dirección de la casa, me indico como debía ir vestido y algunos otros detalles menos importantes. Se nota que en algún momento quedo hablando sola, porque cambio el tono formal y me dijo que hasta ese día no la llame para coger, que recién en la fiesta iba a volver a verla (faltaba mas de una semana), le dije que no, que quería verla antes y me contesto textual: No papi, quiero que juntes mucha lechita para mi, y no te cojas a tu amiguita estos días, la quiero toda para mi, y me corto.
Como se imaginaran, esos días, se me hicieron eternos, Cynthia me buscaba, un par de veces me quiso coger esa semana, y me hice el boludo, ni la paja me hice, quería guardarle toda la leche a Ana como me había pedido.
El día de la fiesta, me prepare como me habían pedido, agarre mis cosas y me fui en taxi hasta la casa. Era uno de los barrios mas chetos de la ciudad, con casas grandes, tipo quintas, donde vive la gente de mucha guita (disculpen que no de mas datos por obvias razones).
Toque timbre, en un portón de madera que no dejaba ver nada para adentro (la casa esta rodeada de un muro alto cubierto por enredaderas) me identifique por el portero y luego de un minuto, me abren: una pendeja que se partía de buena, me la comí con la mirada y ella otro tanto, se presento como la futura novia (por ende sobrina de Anita), y estaba tan buena como la tía. Me hizo pasar y me llevo hasta la cocina, donde iba a trabajar. Mientras me mostraba el lugar apareció Ana, que se presento como la dueña de la casa, me dio la mano muy formalmente. La sobrina se fue. Apenas la pendeja salio de la cocina, Ana, me comió la boca y con una mano me manoteo el bulto. Yo que estaba sin garchar hacia como 10 días, me puse al palo al toque, encima la muy puta me susurro al oído: Mmmmm, estos huevos están llenos de leche, veo que hiciste lo que te ordene…hoy me la tomo toda.
Al toque nos metimos de nuevo en nuestros personajes y me explico donde iba a trabajar, cuales eran las bebidas que iba a preparar, etc. etc., en fin, todo lo relacionado a la fiesta. Me dijo que la sobrina había invitado a 10 o 12 amigas, que iban a hacer la previa ahí, y después saldrían a bailar. El marido se había ido con unos amigos el fin de semana, para dejarlas tranquilas en la fiesta de solo mujeres, con lo cual, había planeado que una vez que las pendejas se vayan, nos quedaríamos solos en la casa para garcharnos hasta el cansancio.
Yo en ese instante ya empecé a pensar en todo lo que le haría cuando estuviésemos solos, lo que no imaginaba, era que hasta llegado ese momento, mi perversa mente, se vería alimentada por imágenes altamente motivantes que me daría aquella fiesta.
Cuando Ana termino de explicarme todo, me llevo al parque donde iban a estar ellas, había unas mesitas bajas y unos sillones, puestos cerca de la pileta, donde iban a comer y tomar. También a un costado había una pila de toallones, con lo cual supuse que la idea era meterse a la pileta, ya que la noche estaba buena para darse un chapuzón.
Bueno, dije, como encarando para la cocina. –Pará, me atajo Anita, tenes que cambiarte. La mire extrañado porque había ido vestido como me habían pedido. – Mi sobrina te trajo un uniforme para que uses. La puta madre pensé. – Seguime me dijo. Me llevo hasta un baño auxiliar y me dio la ropa: Ojotas, un short de baño tipo surf, y una musculosa onda hawaiana con flores. – Es una fiesta playera me dijo, y cerro la puerta.
Me cambie y me fui a trabajar a la cocina, empecé a preparar los elementos de trabajo, las bebidas, las frutas y todo lo que iba a usar.
Estaba concentrado cortando limones, cuando escucho una voz que me dice: - Como la pegue con el talle! Levante la vista, era la novia. Casi me corto un dedo con el cuchillo por lo que vi. La pendeja estaba en bikini, pero en un bikini, que no dejaba casi nada a la imaginación…la muy hija de puta tenia un lomo de no creer: terribles gomas (operadas), y un ojete tremendo, la malla era de esas tipo brasileras, súper chicas y le quedaba pintada. Yo no sabia que decir, encima tenia que hacerme el boludo porque no quería quilombo con Ana, y esta pendeja puta, a punto de casarse, que venia a calentarme así. No me acuerdo ni que boludez dije, y seguí con los limones. – Ah bueno dijo la pendeja. Acto seguido levanto la vista y la veo a la tía Anita, entrando a la cocina, con una malla negra, de similares características a la de la pendeja. Mi pija se puso mas dura, de lo que estaba después de ver a la sobrina (menos mal que traía puesto un delantal que me la tapaba). – Bien tía, le dijo, aprovecha que el tío se fue y destapate! Jaja.
Si supieras lo puta que es tu tía, pensé.
Se quedaron las dos dando vueltas por ahí, yo me hacia el gil, y seguía preparando cosas. Pasaron unos minutos hasta que sono el timbre y la pendeja se fue a la puerta a atender. Ana aprovecho para acercarse y manotearme la pija, se acerco y me susurro: Veo que te calienta mi sobrina turrito, esta buenísima la guacha, agrego, pero que te quede claro pendejo: esta pija es mía…
Continuara
Con Anita cogíamos bastante seguido, como siempre, esperaba a quedarme solo y le avisaba, la mina venia y nos matábamos en el deposito del negocio. La cosa era que los dos necesitábamos cambiar un poco, estar en otro lado, pero como les conté, ella era casada, y con alguien muy importante en esa ciudad, con lo cual resultaba peligroso que nos viesen juntos afuera, sin embargo un día se dio la oportunidad…
Cerca de terminar el secundario, me fui a la costa un par de veranos, y conseguí laburo en un bar, atendía la barra, cosa que me servia para mis dos propósitos principales: tener guita para bancarme el verano completo en la playa, y por supuesto, voltearme a cuanta pendeja estuviese disponible. Gracias a ese trabajito, junte un poco experiencia en preparar tragos y eso me sirvió para la ocasión que les relatare.
Un día, descansando luego de uno de esos polvos monumentales que nos echábamos con la veterana, me contó que una sobrina de ella se estaba por casar, y que le hacían la despedida de soltera en la casa de ella. Tenía una casa enorme, con mucho parque y pileta, por eso la sobrina le había pedido el favor de hacer la festichola ahí, y me dice que tenía que contratar un mozo y un barman!!! Al toque le conté de mi experiencia en el rubro y me dijo: Listo, te llevo, y al toque agrego: Y preparate…Uh, para que, mi cerebro arranco a 100 Km. por hora, me dijo que en la semana me llamaría y me daría los detalles.
A los dos o tres días, me llamo, me trataba de usted, y me hablaba como si me estuviese contratando para la fiesta, situación que me puso al palo. Me dio la dirección de la casa, me indico como debía ir vestido y algunos otros detalles menos importantes. Se nota que en algún momento quedo hablando sola, porque cambio el tono formal y me dijo que hasta ese día no la llame para coger, que recién en la fiesta iba a volver a verla (faltaba mas de una semana), le dije que no, que quería verla antes y me contesto textual: No papi, quiero que juntes mucha lechita para mi, y no te cojas a tu amiguita estos días, la quiero toda para mi, y me corto.
Como se imaginaran, esos días, se me hicieron eternos, Cynthia me buscaba, un par de veces me quiso coger esa semana, y me hice el boludo, ni la paja me hice, quería guardarle toda la leche a Ana como me había pedido.
El día de la fiesta, me prepare como me habían pedido, agarre mis cosas y me fui en taxi hasta la casa. Era uno de los barrios mas chetos de la ciudad, con casas grandes, tipo quintas, donde vive la gente de mucha guita (disculpen que no de mas datos por obvias razones).
Toque timbre, en un portón de madera que no dejaba ver nada para adentro (la casa esta rodeada de un muro alto cubierto por enredaderas) me identifique por el portero y luego de un minuto, me abren: una pendeja que se partía de buena, me la comí con la mirada y ella otro tanto, se presento como la futura novia (por ende sobrina de Anita), y estaba tan buena como la tía. Me hizo pasar y me llevo hasta la cocina, donde iba a trabajar. Mientras me mostraba el lugar apareció Ana, que se presento como la dueña de la casa, me dio la mano muy formalmente. La sobrina se fue. Apenas la pendeja salio de la cocina, Ana, me comió la boca y con una mano me manoteo el bulto. Yo que estaba sin garchar hacia como 10 días, me puse al palo al toque, encima la muy puta me susurro al oído: Mmmmm, estos huevos están llenos de leche, veo que hiciste lo que te ordene…hoy me la tomo toda.
Al toque nos metimos de nuevo en nuestros personajes y me explico donde iba a trabajar, cuales eran las bebidas que iba a preparar, etc. etc., en fin, todo lo relacionado a la fiesta. Me dijo que la sobrina había invitado a 10 o 12 amigas, que iban a hacer la previa ahí, y después saldrían a bailar. El marido se había ido con unos amigos el fin de semana, para dejarlas tranquilas en la fiesta de solo mujeres, con lo cual, había planeado que una vez que las pendejas se vayan, nos quedaríamos solos en la casa para garcharnos hasta el cansancio.
Yo en ese instante ya empecé a pensar en todo lo que le haría cuando estuviésemos solos, lo que no imaginaba, era que hasta llegado ese momento, mi perversa mente, se vería alimentada por imágenes altamente motivantes que me daría aquella fiesta.
Cuando Ana termino de explicarme todo, me llevo al parque donde iban a estar ellas, había unas mesitas bajas y unos sillones, puestos cerca de la pileta, donde iban a comer y tomar. También a un costado había una pila de toallones, con lo cual supuse que la idea era meterse a la pileta, ya que la noche estaba buena para darse un chapuzón.
Bueno, dije, como encarando para la cocina. –Pará, me atajo Anita, tenes que cambiarte. La mire extrañado porque había ido vestido como me habían pedido. – Mi sobrina te trajo un uniforme para que uses. La puta madre pensé. – Seguime me dijo. Me llevo hasta un baño auxiliar y me dio la ropa: Ojotas, un short de baño tipo surf, y una musculosa onda hawaiana con flores. – Es una fiesta playera me dijo, y cerro la puerta.
Me cambie y me fui a trabajar a la cocina, empecé a preparar los elementos de trabajo, las bebidas, las frutas y todo lo que iba a usar.
Estaba concentrado cortando limones, cuando escucho una voz que me dice: - Como la pegue con el talle! Levante la vista, era la novia. Casi me corto un dedo con el cuchillo por lo que vi. La pendeja estaba en bikini, pero en un bikini, que no dejaba casi nada a la imaginación…la muy hija de puta tenia un lomo de no creer: terribles gomas (operadas), y un ojete tremendo, la malla era de esas tipo brasileras, súper chicas y le quedaba pintada. Yo no sabia que decir, encima tenia que hacerme el boludo porque no quería quilombo con Ana, y esta pendeja puta, a punto de casarse, que venia a calentarme así. No me acuerdo ni que boludez dije, y seguí con los limones. – Ah bueno dijo la pendeja. Acto seguido levanto la vista y la veo a la tía Anita, entrando a la cocina, con una malla negra, de similares características a la de la pendeja. Mi pija se puso mas dura, de lo que estaba después de ver a la sobrina (menos mal que traía puesto un delantal que me la tapaba). – Bien tía, le dijo, aprovecha que el tío se fue y destapate! Jaja.
Si supieras lo puta que es tu tía, pensé.
Se quedaron las dos dando vueltas por ahí, yo me hacia el gil, y seguía preparando cosas. Pasaron unos minutos hasta que sono el timbre y la pendeja se fue a la puerta a atender. Ana aprovecho para acercarse y manotearme la pija, se acerco y me susurro: Veo que te calienta mi sobrina turrito, esta buenísima la guacha, agrego, pero que te quede claro pendejo: esta pija es mía…
Continuara
10 comentarios - La Veterana- La fiesta
Buen relato 😉