Trabajo en una empresa donde permanentemente al personal efectivo, que integro,se agrega personal temporario que proviene de otras sucursales y que vienen a capacitarse a la central, donde un grupo de empleados entre los que me cuento, impartimos los cursos mencionados.
Siempre fantaseamos con mis colegas cuando llegan empleadas jóvenes y bellas, a pesar de que mantenemos una distancia con ellas porque no queremos que cualquier situación nos perjudique en el trabajo, como seguramente ocurriría si se supiera que nos relacionamos con las pasantes.
En la última cohorte llegó entre los jóvenes una empleada madurita, de entre 40 ó 45 años, pero sumamente atractiva. No es que aparentara menos años, ni nada de eso. Aparentaba justo la edad que tenía, pero su educación , su estilo, el buen gusto para arreglarse, realmente cortaba la respiración. Era hermosa y uno podía imaginarse lo que debió ser a los 20 ó 25 años. Una verdadera come hombres.
Estaba casada y era muy simpática. Rompiendo nuestra pacto tácito, a los pocos días de estar en la empresa la invité a tomar un café, a lo que se negó muy educada, y a partir de allí, marcó siempre una distancia conmigo que era hielo puro. Muy atenta, muy educada, pero claramente había construido una muralla que no iba a poder trasponer.
No me hice mucho problema porque en realidad mi intención era acostarme con ella alguna vez, pero sin demasiadas pretensiones, así que simplemente la borré de la lista y seguí con mi trabajo.
Pero, al poco tiempo noté que todo lo fría que era conmigo era en cambio simpática y cálida con uno de mis colegas. Siempre encontraba una excusa para ir a su oficina, para charlar con él, y resultaba evidente para mí que estaba realmente subyugada por mi amigo.
Hablando con él, me comentó que esa mujer realmente le gustaba, que le parecía sumamente atractiva. En verdad tenía un buen cuerpo y dos tetas que se marcaban bajo su ropa y que resultaban apetitosas. Se balanceaban cuando caminaba y allí no había cirugía. Eran claramente naturales.
- Pero Ricky (que así se llamaba mi amigo) si tanto te gusta échale los tejos, le dije
- No me animo. Está casada y siempre que viene a hablar conmigo me habla de su esposo
- Pero es lógico. Esta hembra está loca contigo, y pone a su marido por delante para no resultar tan evidente. Invítala a salir y vas a ver como acepta.
- No me arriesgaré. Voy a quedar mal
- Mira, yo ya la invité y no aceptó, y aquí estoy, no me he muerto.
Ante mi confesión se quedó sorprendido y noté que empezó a darle vuelta a la idea.
Pasaron unos días.
En el sector de oficinas comenzó a trabajarse en el reemplazo de archivos y divisorios, y trabajábamos en una verdadera obra en construcción. Mi oficina estaba pegada a la de Ricky, y todos los días teníamos que correr las cosas para que pudieran trabajar.
Una tarde, ya entrando la noche, había quedado solo en el sector. Terminé mi trabajo y luego de reunir mis cosas, apagué mi pc y tuve que cruzar la oficina para apagar la luz de donde había quedado la llave provisoria . Una vez que apagué la luz me quedé quieto unos segundos hasta que mis ojos se acostumbraron a la oscuridad para poder salir sin tropezar con nada. Cuando estoy quieto allí, por una rendija de los divisorios desplazados veo que se enciende la luz en la oficina de Ricky.
- Pasa, pasa, le escucho decir
- No se si es una buena idea, dijo una voz que reconocí como la de Selena, nuestra alumna.
- No había lugar donde sentarnos a tomar un café así que lo mejor era traerlo aquí donde podemos charlar tranquilos y descansar un rato, mientras yo termino de acomodar mis cosas.
- ¿ Que dirán si nos ven aquí ?
- No te preocupes que a esta hora no queda nadie. Yo tengo llave para cerrar porque habitualmente me quedo trabajando hasta tarde, pero nadie mas se queda.
- ¿ Estás seguro? No quisiera que alguien pensara lo que no es.
- Estamos tomando un café amigablemente, no temas. Ponte cómoda.
Despacio,me acerqué hasta la hendija que había quedado en el divisorio. Cuando miré a través de ella tenía una inmejorable visión de toda la oficina de Ricky. En el escritorio Ricky ordenaba sus papeles, y del otro lado Selena, sentada tomaba lentamente su café, mientras lo miraba . Cruzaba y descruzaba sus piernas mostrando a las claras que estaba nerviosa. Nerviosa y excitada. Tenía puesto un vaquero que le quedaba como un guante. Una camisa abotonada hasta el cuello, y un sweter de lana abierto con botones. Su cabello castaño claro caía sobre sus hombros. Periódicamente una de sus manos acomodaba su cabello de manera muy sensual. Saqué mi celular y comencé a grabarlos.
Ricky aparecía totalmente desentendido de la mujer. Acomodaba los papeles en su portafolio, sus lapiceras, apagó su ordenador, y cuando hubo terminado, con toda la soltura se sentó en el borde del escritorio delante de ella, quedando en una posición mas elevada que la obligaba a mirar hacia arriba para hablar con él, y de paso , dejaba su sexo a la altura de sus ojos. Ella inconscientemente paseaba su mirada entre su rostro y su entrepierna. El tomo su taza y lentamente comenzó a beber.
Luego la dejó sobre el escritorio.
- Debes reconocer que aquí estamos más cómodos
- Si, es cierto. Lo único que hace calor.
- Si, pero sácate el sweter, si no te vas a enfermar cuando salgas, le dijo amablemente
Ella, sin levantarse se quitó su sweter y lo dejó caer sobre el respaldo de la silla, luego lentamente desabrochó un par de botones de su camisa. Desde la posición elevada de mi amigo, la vista debía ser muy gratificante. El, mientras sorbía su café no perdía detalle de lo que ella le ofrecía.
- Ahora estoy mejor, dijo ella recuperando su taza, mi esposo siempre me dice que no tengo que abrigarme tanto
- Tu esposo debe ser muy especial, porque continuamente lo recuerdas, le dijo el sin dejar de mirarla.
- Hace mucho que nos conocemos y estamos muy felices, dijo ella, pero curiosamente algo había cambiado.
Mi amigo, jugaba con la taza, pero evidentemente la situación lo excitaba porque su bulto en el pantalón comenzó a crecer, y ella sentada frente a él, no pudo menos que notarlo. Se ruborizó y trataba de apartar la mirada, pero era evidente que esa herramienta le atraía en forma magnética. Hablaba con él pero su mirada inevitablemente terminaba allí abajo.
- Si, mi esposo es muy bueno, y yo lo quiero mucho, siguió diciendo visiblemente nerviosa, mientras delante de ella el pantalón del macho se ponía duro.
- Es una suerte encontrar a alguien que realmente nos quiera. A mi me pasa lo mismo con mi esposa. Es una mujer fantástica, dijo él siguiéndole la corriente.
- No pareces el tipo de hombre que tenga una relación seria, dijo ella jugando con su cabello, visiblemente fuera de control.
- Por qué?, preguntó el
- No se, me parece que te gustan demasiado las mujeres.
- ¿ A qué llamas demasiado? Preguntó sonriendo.
- Pues, me parece que si eres tan feliz con tu esposa, no debieras invitar a otras mujeres a tomar algo
- Oh, pero esto no lo hago habitualmente, se defendió, aparte somos compañeros de trabajo, no veo que tenga nada de malo.
- Perdona, no te ofendas, pero tu cuerpo dice otra cosa, dijo ella no aguantando más para referirse al objeto de su deseo.
El se miró la entrepierna. El bulto era impresionante. La miró y se sonrió.
- Me gustan las mujeres que son interesantes, inteligentes y atractivas. No es mi intención ofenderte pero hay cosas que no se pueden controlar, dijo sonriendo.
- Esta bien, no me ofendo, solo quería señalar un punto en contra de tu razonamiento.
Inclinándose hacia adelante, el apoyó sus manos en los apoyabrazos de la silla, y se acercó a unos 20 cms. de su rostro.
- Pongámoslo de otro modo, ¿ Porqué una mujer felizmente casada acepta salir con otro hombre a tomar algo?
- Bueno, como dijiste somos compañeros de trabajo, dijo ella titubeando y quedándose apoyada en el respaldo de la silla. Despacio Ricky fue acercando su rostro.
- ¿ Y porqué aceptaste que viniéramos aquí, donde estamos solos a tomar el café?
- Me dijiste que íbamos a estar tranquilos y que no tenía nada de malo, dijo ella hundiéndose más en el asiento. Una de las manos de Ricky, dejó el apoyabrazos y acarició su cara bajando por su cuello, muy despacio, mientras ella parecía petrificada.
- Y no tiene nada de malo, te lo aseguro, pero resulta embarazoso que te burles de mi excitación, le dijo mientras su mano comenzaba a desabrochar uno a uno los botones de su camisa.
- No me burlo, contestó.
Ella tomó su brazo pero nada hizo para evitar que siguiera con su tarea. Lo miraba a los ojos con sorpresa y deseo. Mi amigo estaba manejando la situación como todo un maestro, y sentí como mi excitación también crecía ante la escena que presenciaba desde la primera fila.
Despacio, su cuerpo fue apareciendo. Lentamente su camisa se abría y dejaba paso a un corpiño color carne que levantaba sus pechos, haciéndolos más apetecibles. Al finalizar con los botones, su mano suavemente comenzó a recorrer sus pechos. Acariciaba sus tetas y luego con el revés de la mano rozaba sus pezones por encima de la prenda. Ella cerró los ojos y lo dejaba hacer sin decir palabra. Sus manos se aferraban con desesperación a los apoyabrazos del sillón. El se inclinó más sobre ella y sus labios tomaron posesión de su cuello. Lo besaron por completo, toda la vuelta y luego subieron por su rostro, hasta tomar posesión de sus labios entreabiertos, situación que aprovechó para meterle la lengua hasta el fondo. Ella respondió a ese beso voraz con toda las ganas, mientras las manos de Ricky tomaban el sillón y lo deslizaban suavemente bien cerca de él.
Luego de un rato separó su boca y ella quedó respirando agitadamente, pero siempre con los ojos cerrados. Suavemente tomó una de sus manos y la dirigió a su pedazo, haciendo que la frotara por encima de su pantalón. Ella no opuso resistencia, pero tampoco colaboró abiertamente. Se dejaba hacer, pero luego de un par de minutos, se hizo evidente que esa mano tenía vida propia, y él la dejó sola, volviendo a ocuparse del cuerpo de la hembra. Sus manos llegaron a su espalda y desabrocharon el corpiño, dejando a la vista el mejor par de tetas que había visto en mucho tiempo. Cuando los liberó cayeron unos centímetros por su peso y quedaron allí, firmes y turgentes. Volvió a besarla en la boca y lentamente le quitó la camisa, para luego hacer lo propio con el corpiño. Ella, desnuda de la cintura para arriba era una verdadera belleza.
De pronto las dos manos de ella estaban estrujando su sexo.
Ricky dejó de besarla y rápidamente desabrochó su cinturón y su pantalón. Se quitó los zapatos y de un solo tirón bajó su pantalón y su slip hasta los pies, asomando por entre los pliegues de su camisa una verga roja y dura, que mostraba a las claras como se encontraba.
Las manos de la hembra, siempre con los ojos cerrados se dirigieron tanteando a su objetivo, y cuando lo encontró un suspiro mostró el grado de satisfacción que le provocó. En ese momento abrió los ojos, para encontrarse frente a ella con una verga que aún rodeándola con ambas manos, quedaba la cabeza y un par de centímetros fuera del cerco.
El volvió a tomar posesión de sus pechos, ahora totalmente libres, sus manos sopesaban, estrujaban y pellizcaban sus pezones que se veían duros y dilatados, mientras ella comenzaba a masturbarlo muy lentamente.
Un nuevo beso, mas depredador que los anteriores los dejó prácticamente sin aire. Cuando se separaron, el terminó de desnudarse, y tomándola de la nuca acercó el rostro de la hembra a su herramienta. El gesto no necesitaba ninguna explicación, y ella demostró a las claras que entendía el mensaje. Abrió su boca y fue tragando ese pedazo centímetro a centímetro hasta la mitad, para luego comenzar a masturbarlo con su boca, mientras Ricky dirigía con su mano la velocidad del masaje.
La habilidad de Selena para chuparle la verga era increíble. Se veía a las claras que tenía años de experiencia en esos menesteres, y no pareciera que únicamente con su perfecto marido.
Luego de unos minutos de ese tratamiento, Ricky la hizo dejar el pirulín, y tomándola de los brazos hizo que se levantara. Una vez de pie giró apoyándola contra el escritorio, y su boca tomo posesión de sus tetas comenzando a lamerlas y chuparlas .
- No me marques, por favor. Dijo ella mientras acariciaba su cabello.
Una de las manos de Ricky se perdió en la entrepierna de la hembra quien al sentir la caricia separó sus piernas para facilitar el manoseo. Era evidente que el jean impedía que las caricias llegaran plenamente a destino, pero la respuesta de la hembra no dejaba lugar a dudas. Lo que no sentía, se lo estaba imaginando.
En ese punto, Ricky volvió a apoderarse de sus labios mientras con destreza desabrochaba el pantalón de Selena. Cuando lo hubo soltado, metió sus dedos en la cintura y lentamente bajó la prenda, junto con su tanga hasta la rodilla. Ella movió sus piernas y consiguió que la ropa llegara hasta el suelo. Entonces si, una de las manos del macho pudo entrar entre sus piernas y acariciarla íntimamente, a lo que ella respondió de inmediato con quejidos y suspiros. Lo abrazó y se pegó a él.
En ese momento , Ricky se separó. Mirándola a los ojos, que ahora la hembra tenía totalmente abiertos, la tomó de los hombros y le indicó que girara. Selena sin dejar de mirarlo obedeció. Cuando estuvo de espaldas a él y de frente al escritorio, Ricky tomó sus brazos y la obligó a inclinarse sobre el escritorio. Luego, tomó su verga y la colocó entre sus piernas rozando el sexo de la hembra, quien se tensó y sacó su culito hacia afuera haciéndolo aún mas apetecible. El macho empezó a moverse, entrando y saliendo de entre sus piernas, lo que sometió totalmente a su pareja.
Por fin, se agachó un poco y apuntó su verga hacia la entrada de la cueva. Cuando la cabeza separó los labios de su vagina, se acercó a ella y tomándola de los hombros comenzó a chuparle el cuello, sin tratar de penetrarla.
Selena se veía desesperada, trataba por todos los medios de aumentar la penetración pero el macho manejaba la situación. De pronto ella comenzó a musitar: “ por favor, por favor” dando claras muestras de lo que quería.
En ese momento, Ricky se acercó a su oído.
- Esta es para tu esposo perfecto, le dijo, y sin más la clavó contra el escritorio.
Ella abrió la boca como si le faltara el aire. Rápidamente una de las manos de Ricky, ahogó el alarido que siguió, quedando como un gemido.
- Shh, no grites que lo mejor va a empezar, le dijo quedándose totalmente adentro de su cuerpo.
Lentamente, el cuerpo de la hembra se fue aflojando, hasta quedar recostada sobre el escritorio. Abrió sus brazos en cruz y se entregó. En ese momento Ricky comenzó a bombearla. La sacaba casi toda y volvía a sumergirse en ese cuerpo tan deseable, mientras la tomaba de las caderas con ambas manos para dirigir la perforación. Selena tenía la cabeza inclinada hacia mi lado, así que podía ver en detalle el placer que estaba sintiendo. Mientras tanto mi verga estaba dura como una piedra, y noté que estaba mojando mi ropa interior de manera incontrolable, así que decidí sacarla. La erección y la cantidad de liquido preseminal era increíble. Creo que nunca me sentí así de excitado, y solo por ver esa escena . Debí aceptar que me encantaba mi condición de voyeur. Sin esperar más comencé a masturbarme mientras seguía mirando a mis colegas en la habitación de al lado.
- ¿ Te gusta perra? ¿ Te da así tu maridito?
- Me encanta, sigue por favor, pero deja de nombrar a mi marido, me siento mal.
- Vos lo nombrabas cada vez que hablábamos, mientras yo pensaba en este momento.
- Si, porque sabía que era inevitable que terminarámos así y quería frenarte.
- Tanto frenarme hizo que la tenga tan dura. Ahora hay que aguantarla, dijo mientras comenzaba a acelerar sus envites.
- ¡¡¡ Ay!!! no seas bruto, me vas a lastimar, dijo ella pero aferrándose al escritorio para que él no se detuviera.
- No te quejes que siento que estas al límite, vamos, dame el gusto, mostrame de que estás hecha, y acelerando aún mas, la sacudía, arrastrando al escritorio en cada estocada. En ese momento, ella cerró sus ojos, abrió su boca y ululando comenzó a acabar.
- ¡Eso! Así te quería puta, vamos goza, goza, le decía él mientras continuaba el mete y saca, pero cuando vio que ella estaba en pleno climax se quedó adentro hasta el fondo y la dejo acabar tranquila. El orgasmo era tan intenso que de pronto ella empezó a llorar, y esa cara de vicio me terminó por descontrolar y comencé a acabar violentamente. 5, 6 chorros de semen se esparcieron contra la pared. Me costó mucho no gritar y quedarme en silencio, pero fue uno de los mejores orgasmos que recuerdo. Y lo peor es que a pesar de haberme vaciado de esa manera, mi verga no se ablandó.
Por fin, ella se aflojó y quedo semiinconsciente. En ese momento Ricky se retiró, y tomándola de las piernas la obligó a darse vuelta. Cuando la tuvo de espaldas sobre el escritorio, terminó de quitarle la ropa que tenía hecha un bollo en los pies, y luego separó sus piernas, se ubicó en el medio, y recostándose sobre ella comenzó a comerle la boca. Lentamente ella volvió a responder. Cuando tuvo toda su atención se separó.
- Ahhhm, ha sido hermoso le dijo ella mirándolo con un par de ojos celestes capaces de enloquecer a cualquiera.
Por toda respuesta, el levantó sus piernas para que rodearan su cintura y tomando posesión de sus pechos con ambas manos, volvió a clavarla hasta el fondo.
- Ahhh, que placer que me das, mi amor, dijo ella mas sometida que antes.
- No soy tu amor, soy tu macho, soy tu dueño y desde ahora te tendré cada vez que quiera, le dijo sin dejar de serrucharla.
- Si mi amor, lo que digas, pero no te detengas por favor, no te detengas. Me siento como nunca me sentí, sigue, sigue, le decía ella estimulándolo aún mas en su mete y saca.
Rápidamente el se retiró y levantando sus piernas las puso sobre sus hombros, la acercó al borde del escritorio y en esa posición volvió a pegar su sexo al de ella.
- ¡No! ¡ Así no que me va a doler!
- Eres mi perra ¿ Te olvidas? Y voy a ser suave no tengas miedo, quiero que goces, y uniendo el dicho al hecho comenzó a sumergirse en su sexo centímetro a centímetro. La hembra sacudía su cabeza hacia ambos lados
- No, no, no, decía mientras lentamente esa vara enrojecida tomaba posesión una vez mas de su interior en forma totalmente, me llenas toda, no entra mas, detente por favor.
- Ya me detengo, en cuando sienta mis bolas contra tu cuerpo le dijo, y con un último sacudón la poseyó totalmente.
- Ahh, nunca me había sentido así, tan llena, tan cogida, le decía ella mirándolo a los ojos. El mientras manoseaba sus tetas y las usaba como ancla para empujar en cada penetración.
- No voy a aguantar mucho mas, dijo él
- Me cuido pero sácala para acabar, por favor
- No te preocupes, le dijo el mientras comenzaba a acelerar.
- ¿ A tu mujercita también le das de esta manera? Dijo ella desafiándolo, sonriente.
- No seas puta, no te burles, contesto él ya totalmente descontrolado
- Te digo porque parece que el único cornudo es mi marido. ¿ Qué pensaría tu esposa si te viera? ¿ No se quejaría de que con ella nunca sos así de salvaje?, mientras se notaba que estaba otra vez al borde del orgasmo. Lo que hacían y el pensar en la manera en que estaba humillando a otra mujer, la excitaba totalmente.
- Hace tiempo que no tiro con ella, pero tú eres una puta, dijo acelerando, y a las putas se las llena, agregó mientras comenzaba a correrse dentro de ella.
Al sentir el líquido caliente, ella trato de retirarse, pero en la posición que estaba era imposible.
- ¡ No seas animal! ¡ No me llenes, por favor! ¡Ahh, me estás quemando, que hermoso! y alcanzó un nuevo orgasmo más desvastador que el anterior. Mientras su macho seguía vaciando sus huevos dentro de su cuerpo, se notaba cada chorro que expelía, el cual acompañaba de un gemido, y por un momento temí que le diera un ataque por la manera en que se sacudía, y sin siquiera tocarme, volví a acabar mirando esa escena. Nuevas manchas en la pared indicaron mi placer ante la escena que vivía.
Cuando terminaron de acabar, el cayó sobre su cuerpo y quedaron allí los dos sobre el escritorio, tratando de recuperar la respiración. Lentamente ella comenzó a acariciar su cabello.
- Ha sido hermoso, gracias, hacía tiempo que no me sentía tan deseada.
- Eres muy deseable y muy mujer, yo también hacía rato que no disfrutaba tanto con una mujer, si es que alguna vez disfruté tanto, dijo él besándola suavemente.
- Ahora estamos en problemas. Nadie tiene que enterarse de esto, dijo ella
- Nadie se enterará, pero es cierto lo que te dije. Necesito poseerte mas seguido.
- Yo también lo necesito. La rutina del matrimonio me esta volviendo frígida. Esto me hace vivir. Veremos como podemos arreglarlo, y ahora si me dejas es tarde, tengo que irme.
- Si por supuesto dijo él, levantándose y retirándose de ella. Su verga, ahora casi floja, salió de ella, y comenzó a reunir su ropa para vestirse. Unos segundos después de que se retirara, un líquido blando comenzó a manar del sexo de Selena, y a esparcirse sobre el escritorio.
- Te digo que jamás me habían llenado de esa manera dijo ella tomando una hoja de papel y limpiándose.
- Solo contigo me ha pasado de vaciarme de esa forma, y es que desde la primera vez que te vi, soñé con tenerte sobre este escritorio.
- Te voy a confesar algo, y no te rías. Me pasó lo mismo. Desde la primera vez que entré a esta oficina a hablar contigo, me excité y pensé en que sentiría tenerte encima mío poseyéndome. Y además, por si sirve, te diré que es la primera vez que engaño a mi esposo, confesó.
- Lo importante es que no va a ser la última, por lo menos conmigo. Se me ocurren miles de cosas para hacerte, le dijo él terminando de vestirse .
- No veo el momento en que pongas en práctica lo que estás pensando, pero ahora, basta por hoy, sino me voy a volver a excitar y no hay mas tiempo, dijo ella comenzando a vestirse.
En ese momento, apagué mi celular, me acomodé la ropa y sin hacer ruido me dirigí abajo por la escalera, para no hacer ruido con el ascensor.
Ya en la calle, decidí caminar para refrescar las ideas. Un vistazo al material grabado me dio la seguridad que todo estaba registrado. ¿ Cómo podría usarse? Seguramente me serviría para masturbarme muchas veces. El morbo de lo ocurrido no me lo iba a olvidar jamás. Pero además ¿ Qué estaría dispuesta a hacer Selena para que esa grabación no se difundiera? No ahora,por supuesto, pero cuando todo terminara entre mi amigo y ella, sería interesante ver la cara que pone cuando le muestre su actuación más lograda. Pero a la vez, unas palabras de Ricky me hacían ruido. “ hace rato que no tiro con ella” refiriéndose a su esposa. Y su esposa era una mujer, algo más joven que Selena pero igual de apetecible para cualquier hombre, por supuesto, que no fuera su marido. Y las veces que la había visto me había parecido bastante celosa. Jugando bien las cartas: ¿ Que se podía conseguir de una hermosa mujer despechada?. Todas estas ideas daban vueltas en mi cabeza, y lentamente un plan comenzaba a tomar forma. Esa noche soñé con estrategias, con planes, con mujeres ajenas....
Siempre fantaseamos con mis colegas cuando llegan empleadas jóvenes y bellas, a pesar de que mantenemos una distancia con ellas porque no queremos que cualquier situación nos perjudique en el trabajo, como seguramente ocurriría si se supiera que nos relacionamos con las pasantes.
En la última cohorte llegó entre los jóvenes una empleada madurita, de entre 40 ó 45 años, pero sumamente atractiva. No es que aparentara menos años, ni nada de eso. Aparentaba justo la edad que tenía, pero su educación , su estilo, el buen gusto para arreglarse, realmente cortaba la respiración. Era hermosa y uno podía imaginarse lo que debió ser a los 20 ó 25 años. Una verdadera come hombres.
Estaba casada y era muy simpática. Rompiendo nuestra pacto tácito, a los pocos días de estar en la empresa la invité a tomar un café, a lo que se negó muy educada, y a partir de allí, marcó siempre una distancia conmigo que era hielo puro. Muy atenta, muy educada, pero claramente había construido una muralla que no iba a poder trasponer.
No me hice mucho problema porque en realidad mi intención era acostarme con ella alguna vez, pero sin demasiadas pretensiones, así que simplemente la borré de la lista y seguí con mi trabajo.
Pero, al poco tiempo noté que todo lo fría que era conmigo era en cambio simpática y cálida con uno de mis colegas. Siempre encontraba una excusa para ir a su oficina, para charlar con él, y resultaba evidente para mí que estaba realmente subyugada por mi amigo.
Hablando con él, me comentó que esa mujer realmente le gustaba, que le parecía sumamente atractiva. En verdad tenía un buen cuerpo y dos tetas que se marcaban bajo su ropa y que resultaban apetitosas. Se balanceaban cuando caminaba y allí no había cirugía. Eran claramente naturales.
- Pero Ricky (que así se llamaba mi amigo) si tanto te gusta échale los tejos, le dije
- No me animo. Está casada y siempre que viene a hablar conmigo me habla de su esposo
- Pero es lógico. Esta hembra está loca contigo, y pone a su marido por delante para no resultar tan evidente. Invítala a salir y vas a ver como acepta.
- No me arriesgaré. Voy a quedar mal
- Mira, yo ya la invité y no aceptó, y aquí estoy, no me he muerto.
Ante mi confesión se quedó sorprendido y noté que empezó a darle vuelta a la idea.
Pasaron unos días.
En el sector de oficinas comenzó a trabajarse en el reemplazo de archivos y divisorios, y trabajábamos en una verdadera obra en construcción. Mi oficina estaba pegada a la de Ricky, y todos los días teníamos que correr las cosas para que pudieran trabajar.
Una tarde, ya entrando la noche, había quedado solo en el sector. Terminé mi trabajo y luego de reunir mis cosas, apagué mi pc y tuve que cruzar la oficina para apagar la luz de donde había quedado la llave provisoria . Una vez que apagué la luz me quedé quieto unos segundos hasta que mis ojos se acostumbraron a la oscuridad para poder salir sin tropezar con nada. Cuando estoy quieto allí, por una rendija de los divisorios desplazados veo que se enciende la luz en la oficina de Ricky.
- Pasa, pasa, le escucho decir
- No se si es una buena idea, dijo una voz que reconocí como la de Selena, nuestra alumna.
- No había lugar donde sentarnos a tomar un café así que lo mejor era traerlo aquí donde podemos charlar tranquilos y descansar un rato, mientras yo termino de acomodar mis cosas.
- ¿ Que dirán si nos ven aquí ?
- No te preocupes que a esta hora no queda nadie. Yo tengo llave para cerrar porque habitualmente me quedo trabajando hasta tarde, pero nadie mas se queda.
- ¿ Estás seguro? No quisiera que alguien pensara lo que no es.
- Estamos tomando un café amigablemente, no temas. Ponte cómoda.
Despacio,me acerqué hasta la hendija que había quedado en el divisorio. Cuando miré a través de ella tenía una inmejorable visión de toda la oficina de Ricky. En el escritorio Ricky ordenaba sus papeles, y del otro lado Selena, sentada tomaba lentamente su café, mientras lo miraba . Cruzaba y descruzaba sus piernas mostrando a las claras que estaba nerviosa. Nerviosa y excitada. Tenía puesto un vaquero que le quedaba como un guante. Una camisa abotonada hasta el cuello, y un sweter de lana abierto con botones. Su cabello castaño claro caía sobre sus hombros. Periódicamente una de sus manos acomodaba su cabello de manera muy sensual. Saqué mi celular y comencé a grabarlos.
Ricky aparecía totalmente desentendido de la mujer. Acomodaba los papeles en su portafolio, sus lapiceras, apagó su ordenador, y cuando hubo terminado, con toda la soltura se sentó en el borde del escritorio delante de ella, quedando en una posición mas elevada que la obligaba a mirar hacia arriba para hablar con él, y de paso , dejaba su sexo a la altura de sus ojos. Ella inconscientemente paseaba su mirada entre su rostro y su entrepierna. El tomo su taza y lentamente comenzó a beber.
Luego la dejó sobre el escritorio.
- Debes reconocer que aquí estamos más cómodos
- Si, es cierto. Lo único que hace calor.
- Si, pero sácate el sweter, si no te vas a enfermar cuando salgas, le dijo amablemente
Ella, sin levantarse se quitó su sweter y lo dejó caer sobre el respaldo de la silla, luego lentamente desabrochó un par de botones de su camisa. Desde la posición elevada de mi amigo, la vista debía ser muy gratificante. El, mientras sorbía su café no perdía detalle de lo que ella le ofrecía.
- Ahora estoy mejor, dijo ella recuperando su taza, mi esposo siempre me dice que no tengo que abrigarme tanto
- Tu esposo debe ser muy especial, porque continuamente lo recuerdas, le dijo el sin dejar de mirarla.
- Hace mucho que nos conocemos y estamos muy felices, dijo ella, pero curiosamente algo había cambiado.
Mi amigo, jugaba con la taza, pero evidentemente la situación lo excitaba porque su bulto en el pantalón comenzó a crecer, y ella sentada frente a él, no pudo menos que notarlo. Se ruborizó y trataba de apartar la mirada, pero era evidente que esa herramienta le atraía en forma magnética. Hablaba con él pero su mirada inevitablemente terminaba allí abajo.
- Si, mi esposo es muy bueno, y yo lo quiero mucho, siguió diciendo visiblemente nerviosa, mientras delante de ella el pantalón del macho se ponía duro.
- Es una suerte encontrar a alguien que realmente nos quiera. A mi me pasa lo mismo con mi esposa. Es una mujer fantástica, dijo él siguiéndole la corriente.
- No pareces el tipo de hombre que tenga una relación seria, dijo ella jugando con su cabello, visiblemente fuera de control.
- Por qué?, preguntó el
- No se, me parece que te gustan demasiado las mujeres.
- ¿ A qué llamas demasiado? Preguntó sonriendo.
- Pues, me parece que si eres tan feliz con tu esposa, no debieras invitar a otras mujeres a tomar algo
- Oh, pero esto no lo hago habitualmente, se defendió, aparte somos compañeros de trabajo, no veo que tenga nada de malo.
- Perdona, no te ofendas, pero tu cuerpo dice otra cosa, dijo ella no aguantando más para referirse al objeto de su deseo.
El se miró la entrepierna. El bulto era impresionante. La miró y se sonrió.
- Me gustan las mujeres que son interesantes, inteligentes y atractivas. No es mi intención ofenderte pero hay cosas que no se pueden controlar, dijo sonriendo.
- Esta bien, no me ofendo, solo quería señalar un punto en contra de tu razonamiento.
Inclinándose hacia adelante, el apoyó sus manos en los apoyabrazos de la silla, y se acercó a unos 20 cms. de su rostro.
- Pongámoslo de otro modo, ¿ Porqué una mujer felizmente casada acepta salir con otro hombre a tomar algo?
- Bueno, como dijiste somos compañeros de trabajo, dijo ella titubeando y quedándose apoyada en el respaldo de la silla. Despacio Ricky fue acercando su rostro.
- ¿ Y porqué aceptaste que viniéramos aquí, donde estamos solos a tomar el café?
- Me dijiste que íbamos a estar tranquilos y que no tenía nada de malo, dijo ella hundiéndose más en el asiento. Una de las manos de Ricky, dejó el apoyabrazos y acarició su cara bajando por su cuello, muy despacio, mientras ella parecía petrificada.
- Y no tiene nada de malo, te lo aseguro, pero resulta embarazoso que te burles de mi excitación, le dijo mientras su mano comenzaba a desabrochar uno a uno los botones de su camisa.
- No me burlo, contestó.
Ella tomó su brazo pero nada hizo para evitar que siguiera con su tarea. Lo miraba a los ojos con sorpresa y deseo. Mi amigo estaba manejando la situación como todo un maestro, y sentí como mi excitación también crecía ante la escena que presenciaba desde la primera fila.
Despacio, su cuerpo fue apareciendo. Lentamente su camisa se abría y dejaba paso a un corpiño color carne que levantaba sus pechos, haciéndolos más apetecibles. Al finalizar con los botones, su mano suavemente comenzó a recorrer sus pechos. Acariciaba sus tetas y luego con el revés de la mano rozaba sus pezones por encima de la prenda. Ella cerró los ojos y lo dejaba hacer sin decir palabra. Sus manos se aferraban con desesperación a los apoyabrazos del sillón. El se inclinó más sobre ella y sus labios tomaron posesión de su cuello. Lo besaron por completo, toda la vuelta y luego subieron por su rostro, hasta tomar posesión de sus labios entreabiertos, situación que aprovechó para meterle la lengua hasta el fondo. Ella respondió a ese beso voraz con toda las ganas, mientras las manos de Ricky tomaban el sillón y lo deslizaban suavemente bien cerca de él.
Luego de un rato separó su boca y ella quedó respirando agitadamente, pero siempre con los ojos cerrados. Suavemente tomó una de sus manos y la dirigió a su pedazo, haciendo que la frotara por encima de su pantalón. Ella no opuso resistencia, pero tampoco colaboró abiertamente. Se dejaba hacer, pero luego de un par de minutos, se hizo evidente que esa mano tenía vida propia, y él la dejó sola, volviendo a ocuparse del cuerpo de la hembra. Sus manos llegaron a su espalda y desabrocharon el corpiño, dejando a la vista el mejor par de tetas que había visto en mucho tiempo. Cuando los liberó cayeron unos centímetros por su peso y quedaron allí, firmes y turgentes. Volvió a besarla en la boca y lentamente le quitó la camisa, para luego hacer lo propio con el corpiño. Ella, desnuda de la cintura para arriba era una verdadera belleza.
De pronto las dos manos de ella estaban estrujando su sexo.
Ricky dejó de besarla y rápidamente desabrochó su cinturón y su pantalón. Se quitó los zapatos y de un solo tirón bajó su pantalón y su slip hasta los pies, asomando por entre los pliegues de su camisa una verga roja y dura, que mostraba a las claras como se encontraba.
Las manos de la hembra, siempre con los ojos cerrados se dirigieron tanteando a su objetivo, y cuando lo encontró un suspiro mostró el grado de satisfacción que le provocó. En ese momento abrió los ojos, para encontrarse frente a ella con una verga que aún rodeándola con ambas manos, quedaba la cabeza y un par de centímetros fuera del cerco.
El volvió a tomar posesión de sus pechos, ahora totalmente libres, sus manos sopesaban, estrujaban y pellizcaban sus pezones que se veían duros y dilatados, mientras ella comenzaba a masturbarlo muy lentamente.
Un nuevo beso, mas depredador que los anteriores los dejó prácticamente sin aire. Cuando se separaron, el terminó de desnudarse, y tomándola de la nuca acercó el rostro de la hembra a su herramienta. El gesto no necesitaba ninguna explicación, y ella demostró a las claras que entendía el mensaje. Abrió su boca y fue tragando ese pedazo centímetro a centímetro hasta la mitad, para luego comenzar a masturbarlo con su boca, mientras Ricky dirigía con su mano la velocidad del masaje.
La habilidad de Selena para chuparle la verga era increíble. Se veía a las claras que tenía años de experiencia en esos menesteres, y no pareciera que únicamente con su perfecto marido.
Luego de unos minutos de ese tratamiento, Ricky la hizo dejar el pirulín, y tomándola de los brazos hizo que se levantara. Una vez de pie giró apoyándola contra el escritorio, y su boca tomo posesión de sus tetas comenzando a lamerlas y chuparlas .
- No me marques, por favor. Dijo ella mientras acariciaba su cabello.
Una de las manos de Ricky se perdió en la entrepierna de la hembra quien al sentir la caricia separó sus piernas para facilitar el manoseo. Era evidente que el jean impedía que las caricias llegaran plenamente a destino, pero la respuesta de la hembra no dejaba lugar a dudas. Lo que no sentía, se lo estaba imaginando.
En ese punto, Ricky volvió a apoderarse de sus labios mientras con destreza desabrochaba el pantalón de Selena. Cuando lo hubo soltado, metió sus dedos en la cintura y lentamente bajó la prenda, junto con su tanga hasta la rodilla. Ella movió sus piernas y consiguió que la ropa llegara hasta el suelo. Entonces si, una de las manos del macho pudo entrar entre sus piernas y acariciarla íntimamente, a lo que ella respondió de inmediato con quejidos y suspiros. Lo abrazó y se pegó a él.
En ese momento , Ricky se separó. Mirándola a los ojos, que ahora la hembra tenía totalmente abiertos, la tomó de los hombros y le indicó que girara. Selena sin dejar de mirarlo obedeció. Cuando estuvo de espaldas a él y de frente al escritorio, Ricky tomó sus brazos y la obligó a inclinarse sobre el escritorio. Luego, tomó su verga y la colocó entre sus piernas rozando el sexo de la hembra, quien se tensó y sacó su culito hacia afuera haciéndolo aún mas apetecible. El macho empezó a moverse, entrando y saliendo de entre sus piernas, lo que sometió totalmente a su pareja.
Por fin, se agachó un poco y apuntó su verga hacia la entrada de la cueva. Cuando la cabeza separó los labios de su vagina, se acercó a ella y tomándola de los hombros comenzó a chuparle el cuello, sin tratar de penetrarla.
Selena se veía desesperada, trataba por todos los medios de aumentar la penetración pero el macho manejaba la situación. De pronto ella comenzó a musitar: “ por favor, por favor” dando claras muestras de lo que quería.
En ese momento, Ricky se acercó a su oído.
- Esta es para tu esposo perfecto, le dijo, y sin más la clavó contra el escritorio.
Ella abrió la boca como si le faltara el aire. Rápidamente una de las manos de Ricky, ahogó el alarido que siguió, quedando como un gemido.
- Shh, no grites que lo mejor va a empezar, le dijo quedándose totalmente adentro de su cuerpo.
Lentamente, el cuerpo de la hembra se fue aflojando, hasta quedar recostada sobre el escritorio. Abrió sus brazos en cruz y se entregó. En ese momento Ricky comenzó a bombearla. La sacaba casi toda y volvía a sumergirse en ese cuerpo tan deseable, mientras la tomaba de las caderas con ambas manos para dirigir la perforación. Selena tenía la cabeza inclinada hacia mi lado, así que podía ver en detalle el placer que estaba sintiendo. Mientras tanto mi verga estaba dura como una piedra, y noté que estaba mojando mi ropa interior de manera incontrolable, así que decidí sacarla. La erección y la cantidad de liquido preseminal era increíble. Creo que nunca me sentí así de excitado, y solo por ver esa escena . Debí aceptar que me encantaba mi condición de voyeur. Sin esperar más comencé a masturbarme mientras seguía mirando a mis colegas en la habitación de al lado.
- ¿ Te gusta perra? ¿ Te da así tu maridito?
- Me encanta, sigue por favor, pero deja de nombrar a mi marido, me siento mal.
- Vos lo nombrabas cada vez que hablábamos, mientras yo pensaba en este momento.
- Si, porque sabía que era inevitable que terminarámos así y quería frenarte.
- Tanto frenarme hizo que la tenga tan dura. Ahora hay que aguantarla, dijo mientras comenzaba a acelerar sus envites.
- ¡¡¡ Ay!!! no seas bruto, me vas a lastimar, dijo ella pero aferrándose al escritorio para que él no se detuviera.
- No te quejes que siento que estas al límite, vamos, dame el gusto, mostrame de que estás hecha, y acelerando aún mas, la sacudía, arrastrando al escritorio en cada estocada. En ese momento, ella cerró sus ojos, abrió su boca y ululando comenzó a acabar.
- ¡Eso! Así te quería puta, vamos goza, goza, le decía él mientras continuaba el mete y saca, pero cuando vio que ella estaba en pleno climax se quedó adentro hasta el fondo y la dejo acabar tranquila. El orgasmo era tan intenso que de pronto ella empezó a llorar, y esa cara de vicio me terminó por descontrolar y comencé a acabar violentamente. 5, 6 chorros de semen se esparcieron contra la pared. Me costó mucho no gritar y quedarme en silencio, pero fue uno de los mejores orgasmos que recuerdo. Y lo peor es que a pesar de haberme vaciado de esa manera, mi verga no se ablandó.
Por fin, ella se aflojó y quedo semiinconsciente. En ese momento Ricky se retiró, y tomándola de las piernas la obligó a darse vuelta. Cuando la tuvo de espaldas sobre el escritorio, terminó de quitarle la ropa que tenía hecha un bollo en los pies, y luego separó sus piernas, se ubicó en el medio, y recostándose sobre ella comenzó a comerle la boca. Lentamente ella volvió a responder. Cuando tuvo toda su atención se separó.
- Ahhhm, ha sido hermoso le dijo ella mirándolo con un par de ojos celestes capaces de enloquecer a cualquiera.
Por toda respuesta, el levantó sus piernas para que rodearan su cintura y tomando posesión de sus pechos con ambas manos, volvió a clavarla hasta el fondo.
- Ahhh, que placer que me das, mi amor, dijo ella mas sometida que antes.
- No soy tu amor, soy tu macho, soy tu dueño y desde ahora te tendré cada vez que quiera, le dijo sin dejar de serrucharla.
- Si mi amor, lo que digas, pero no te detengas por favor, no te detengas. Me siento como nunca me sentí, sigue, sigue, le decía ella estimulándolo aún mas en su mete y saca.
Rápidamente el se retiró y levantando sus piernas las puso sobre sus hombros, la acercó al borde del escritorio y en esa posición volvió a pegar su sexo al de ella.
- ¡No! ¡ Así no que me va a doler!
- Eres mi perra ¿ Te olvidas? Y voy a ser suave no tengas miedo, quiero que goces, y uniendo el dicho al hecho comenzó a sumergirse en su sexo centímetro a centímetro. La hembra sacudía su cabeza hacia ambos lados
- No, no, no, decía mientras lentamente esa vara enrojecida tomaba posesión una vez mas de su interior en forma totalmente, me llenas toda, no entra mas, detente por favor.
- Ya me detengo, en cuando sienta mis bolas contra tu cuerpo le dijo, y con un último sacudón la poseyó totalmente.
- Ahh, nunca me había sentido así, tan llena, tan cogida, le decía ella mirándolo a los ojos. El mientras manoseaba sus tetas y las usaba como ancla para empujar en cada penetración.
- No voy a aguantar mucho mas, dijo él
- Me cuido pero sácala para acabar, por favor
- No te preocupes, le dijo el mientras comenzaba a acelerar.
- ¿ A tu mujercita también le das de esta manera? Dijo ella desafiándolo, sonriente.
- No seas puta, no te burles, contesto él ya totalmente descontrolado
- Te digo porque parece que el único cornudo es mi marido. ¿ Qué pensaría tu esposa si te viera? ¿ No se quejaría de que con ella nunca sos así de salvaje?, mientras se notaba que estaba otra vez al borde del orgasmo. Lo que hacían y el pensar en la manera en que estaba humillando a otra mujer, la excitaba totalmente.
- Hace tiempo que no tiro con ella, pero tú eres una puta, dijo acelerando, y a las putas se las llena, agregó mientras comenzaba a correrse dentro de ella.
Al sentir el líquido caliente, ella trato de retirarse, pero en la posición que estaba era imposible.
- ¡ No seas animal! ¡ No me llenes, por favor! ¡Ahh, me estás quemando, que hermoso! y alcanzó un nuevo orgasmo más desvastador que el anterior. Mientras su macho seguía vaciando sus huevos dentro de su cuerpo, se notaba cada chorro que expelía, el cual acompañaba de un gemido, y por un momento temí que le diera un ataque por la manera en que se sacudía, y sin siquiera tocarme, volví a acabar mirando esa escena. Nuevas manchas en la pared indicaron mi placer ante la escena que vivía.
Cuando terminaron de acabar, el cayó sobre su cuerpo y quedaron allí los dos sobre el escritorio, tratando de recuperar la respiración. Lentamente ella comenzó a acariciar su cabello.
- Ha sido hermoso, gracias, hacía tiempo que no me sentía tan deseada.
- Eres muy deseable y muy mujer, yo también hacía rato que no disfrutaba tanto con una mujer, si es que alguna vez disfruté tanto, dijo él besándola suavemente.
- Ahora estamos en problemas. Nadie tiene que enterarse de esto, dijo ella
- Nadie se enterará, pero es cierto lo que te dije. Necesito poseerte mas seguido.
- Yo también lo necesito. La rutina del matrimonio me esta volviendo frígida. Esto me hace vivir. Veremos como podemos arreglarlo, y ahora si me dejas es tarde, tengo que irme.
- Si por supuesto dijo él, levantándose y retirándose de ella. Su verga, ahora casi floja, salió de ella, y comenzó a reunir su ropa para vestirse. Unos segundos después de que se retirara, un líquido blando comenzó a manar del sexo de Selena, y a esparcirse sobre el escritorio.
- Te digo que jamás me habían llenado de esa manera dijo ella tomando una hoja de papel y limpiándose.
- Solo contigo me ha pasado de vaciarme de esa forma, y es que desde la primera vez que te vi, soñé con tenerte sobre este escritorio.
- Te voy a confesar algo, y no te rías. Me pasó lo mismo. Desde la primera vez que entré a esta oficina a hablar contigo, me excité y pensé en que sentiría tenerte encima mío poseyéndome. Y además, por si sirve, te diré que es la primera vez que engaño a mi esposo, confesó.
- Lo importante es que no va a ser la última, por lo menos conmigo. Se me ocurren miles de cosas para hacerte, le dijo él terminando de vestirse .
- No veo el momento en que pongas en práctica lo que estás pensando, pero ahora, basta por hoy, sino me voy a volver a excitar y no hay mas tiempo, dijo ella comenzando a vestirse.
En ese momento, apagué mi celular, me acomodé la ropa y sin hacer ruido me dirigí abajo por la escalera, para no hacer ruido con el ascensor.
Ya en la calle, decidí caminar para refrescar las ideas. Un vistazo al material grabado me dio la seguridad que todo estaba registrado. ¿ Cómo podría usarse? Seguramente me serviría para masturbarme muchas veces. El morbo de lo ocurrido no me lo iba a olvidar jamás. Pero además ¿ Qué estaría dispuesta a hacer Selena para que esa grabación no se difundiera? No ahora,por supuesto, pero cuando todo terminara entre mi amigo y ella, sería interesante ver la cara que pone cuando le muestre su actuación más lograda. Pero a la vez, unas palabras de Ricky me hacían ruido. “ hace rato que no tiro con ella” refiriéndose a su esposa. Y su esposa era una mujer, algo más joven que Selena pero igual de apetecible para cualquier hombre, por supuesto, que no fuera su marido. Y las veces que la había visto me había parecido bastante celosa. Jugando bien las cartas: ¿ Que se podía conseguir de una hermosa mujer despechada?. Todas estas ideas daban vueltas en mi cabeza, y lentamente un plan comenzaba a tomar forma. Esa noche soñé con estrategias, con planes, con mujeres ajenas....
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