Mi tía chateando... (1er capítulo)

Mi tía se la pasa chateando últimamente, parece ser que conoció un macho al otro lado del mundo y está caliente con él. Le encanta chatear en tetas, con un tanguita de hilo dental y fumando… generalmente lo hace de noche cuando me acuesto. Me tiene algo abandonado, pero algo se me ocurrirá para llamar su atención. Según lo que ella me contó, aún el no la ha visto por webcam, y que insiste mucho en verla. Anoche me acerqué a ella desnudo y fumando, inquieto por saber que hacía, me mostró lo que estaban charlando, ella actuaba como una mujer normal y no le hacía ver su faceta de yegua trola. Le contaba cosas de su vida, que estaba sola, y que era mujer fiel. Me hacía gracia las mentiras que salían de sus dedos.

El, por otra parte estaba casado y vivía con su mujer, pero contaba que necesitaba otra cosa. Yo sabía que eso a la puta de mi tía la entusiasmaba aún más. Le pregunté por qué no se mostraba por webcam? Primero se negó, pero luego dijo que podía ser divertido.
Se puso una musculosa apretada para cubrir sus tetas hinchadas, y me pidió que la acompañara. Le dije que claro, que estaría ahí todo el tiempo. Ella me pidió si se podía sentar encima de mí, total en la webcam sólo se veía sus pechos y su cara. Accedí de mil amores. El tacto de tu orto moreno encima de mi pija, aceleró el bombeo de sangre y mis latidos empezaron a sobresaltarse.
Cuando abrió su cámara, se encontró con el macho, no estaba mal, maduro pero en forma, y también fumaba, se lo veía algo nervioso.
No sospechaba que la puta estaba sentada encima de mi verga mientras charlaba plácidamente con él.

Mientras se reía, vibraba su culo moreno encima de mi verga húmeda e hinchada.

La conversación fue subiendo de temperatura, y en un momento el tipo le pidió si podía ver sus pechos, ella se hacía la vergonzosa, cosa que me hizo contener la risa… Poco a poco tímidamente fue levantando su musculosa, hasta dejar ver sus redondos pomelos, mientras yo movía hacia un costado el tanguita, y le metí la cabeza jugueteando un poco en su concha húmeda.
El tipo al ver sus tetas se desnudó entero y dejó ver su miembro erecto, era enorme y venoso.

Ella se quitó completamente la remera y encendió un cigarrillo mientras me cogía lentamente y disimulando ante su nuevo macho.
El dejaba que la verga creciera, pero no la tocaba…se movía espasmódicamente ante la visión de esas tetas bronceadas.
Yo cada vez más le bombeaba carne a esa hija de puta. Cuando Tía hablaba hacía esfuerzos por contener los gemidos y el sonido se le entrecortaba agitado, se mordía los labios. El estaba orgulloso de ver cómo “la calentaba”.

Continuará…..