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viaje de negocios y placer

Mi viaje de negocias a España estaba llegando a su fin. El balance de la misión comercial sobrepasaba las expectativas iniciales y eso puso muy contentos a los accionistas cuando les reporté el informe de lo actuado.

Claro que no fueron solo negocios, el placer jugó un rol principal a la hora de cerrar acuerdos. Mi habilidad con las mujeres y mi arma secreta resultaron extremadamente eficaces. Pero sin dudas, quien se llevó todo el mérito fue mi ejecutiva de cuentas local, Laura.

Siempre la desee... su piel... sus finos labios... sus pechos...
Pero nunca pude acceder ni a un solo beso suyo. Me era indiferente. Como si tuviera una armadura impenetrable rechazaba todos mis embates.

Para celebrar fuimos a la disco Titos. Me costó convencerle pero finalmente accedio. Suponía que sería mi último día en Palma de Mallorca, pero no esperaba los acontecimientos que vinieron después.

***

El calor mediterráneo de Julio me regaló su imagen juvenil ... Estaba radiante...

Llevaba un vestido de noche largo de color negro con detalles brillantes y unos escotes que se abrían paso por su espalda casi llegando a la cintura. Por delante llegaba hasta su ombligo en el que lucía un piercing con un colgante brillante, haciendo juego con sus aros y collar que se abría paso entre sus pechos libres. La tela negra era fina y muy fresca, dejando ver las marcas blancas de su piel que se traslucían descaradamente. Aun en la penumbra de aquella noche clara podía percibir sus pezones rosados en punta y las pecas de sus pechos blancos.

Mi excitación al verla fue tan evidente que ella no pudo pasarla por alto, fijando su mirara por un momento en el bulto que mi pija marcaba en el pantalón negro. Mi pecho quedaba al aire fresco del mar al vestir una camisa de seda blanca casi sin abrochar y con las mangas arremangadas.

El hombre de seguridad ya sabía como recibirnos. Soy un VIP en esa disco y había acordado previamente por teléfono cómo quería festejar nuestros triunfos comerciales.

Cuando subimos solos por el ascensor (todo un privilegio en ese famoso lugar) me acerque bastante hasta arrinconarla contra el vidrio. Laura hacía el intento de sacarme de encima con un fingido fastidio, pero eso me puso más caliente. Paré por un momento el ascensor con la escusa de apreciar el paisaje del puerto. Aproveche para alabar su belleza, le decía lo rica que olía, lo agradecido que estaba de ser acompañado por tan hermosa mujer, acariciaba sus hombros casi desnudos, apoyaba mi pija contra sus caderas... hasta que al fin el ascensor siguió automáticamene su movimiento y llegamos a la pista de baile...

***

La disco estaba repleta de turistas italianos, franceses y españoles. No cabía un alma.
Obviamente, Laura no pensaba bailar, por eso su vestido tan escotado. Me lo advirtió antes de aceptar salir de copas. Solo fue una gentileza, una cortesía de la cual era experta, una profesional.

Realmente tenía ganas de cojerla duro. Años de deseo contenido y reprimido por su actitud distante. Pero esa noche no se me escabulliría de nuevo.

Nos acercamos a la barra a los empujones y noté como en el trayecto fue manoseada por todos y también por un par de chicas. Laura se ofuscaba con cada magreo, sobre todo sufrido en su culo redondo y parado, y también uno que otro roce en sus tetas que por momentos quedaban al aire a la vista de los demás, según me explico luego. Yo disfrutaba desde atras sin intervenir. Estaba con mi nivel más alto de lujuria.

Dispuesto a todo o nada, busque la forma de hablarle al oído con las palabras que sabía esperaba oír de mi.

Acerque mi pecho hasta rozar los suyos, con movimientos fríamente calculados pero muy calientes para ponerla cachonda.

Los tragos no paraban de pasar por su boca y ayudaban a bajar su guardia.

De repente me llené de valor y tomándola con mis brazos por la cintura pegando su cuerpo hacia el mio, le besé el cuello como un hambriento de placer.

Laura se dejó hacer. Disfrutaba mis movimientos de pelvis refregando mi pija, que a esa altura estaba gigante, en su sexo cubierto por su ropa. Me parecía a un perro en celo cojiendo la pierna de su dueña. Pero las sensaciones que invadían a Laura fueron más fuertes que su razón y el rechazo. El deseo crecía desde su sexo y se propagaba por todo su cuerpo como impulsos llenos de una energía imparable. Jamás había sentido tan intenso placer que solo un roce le provocaba. La situación ayudaba a potenciar sus sentidos y magnificar las sensaciones de placer.

Mi boca subió por su cuello hasta la barbilla y tomando su cabeza suavemente con mis dos manos, le di un beso intenso en el cual nuestras lenguas jugaron por varios minutos.

***

La gente alrededor nos observaba con envidia. Los hombres y algunas mujeres envidiaban mi suerte. Tener arrinconada contra la barra a semejante hembra que era delicadamente gozada.

No podía parar de besarla. Nuestras lenguas jugaban una con la otra mientras que nuestras manos acariciaban el cuerpo del otro de arriba a bajo. Mi respiración aumentaba. Estaba en un gran climax casi a punto de estallar. La música fuerte, la oscuridad disuelta a ratos por las luces de la pista, el roce de la gente que pasaba o pedía un trago en la barra. Pero sobre todo, Laura. Esa musa inalcanzable que ahora tenía en mi piel, era la fuente de energía sexual más intensa que jamás sentí.

Estaba en la gloria. Sentía su respiración fuerte en su pecho. Esas tetas se movían y se inflaban en cada inhalación. Las quería devorar ahí mismo, succionar esos pezones y jugar con mi lengua sobre sus puntas, pero no podía dar semejante espectáculo en público en su ciudad.

Abrió grandes sus marrones ojos con una expresión de sorpresa cuando una de sus manos agarró mi pija. Con una caricia a escondidas recorrió a lo largo mi pija, desde mis huevos hasta el glande. Mientras me acariciaba su cara de deleite y deseo se mezclaban con un suave gemido que retumbó en mi boca que no paraba de besarla intensamente.

Era momento de sacarla de allí.

***

Sabía que esa noche no le importaba bailar. Sabía también que acepto por compromiso o acaso por miedo a que tomara alguna represária que ponga en riesgo su trabajo. Pero buscaba seducirla y todos los esfuerzos parecían dar resultado.

Vi en sus ojos un brillo de lujuria. Nuestra excitación se hacía cada vez más evidente. Nuestro deseos se cruzaban en miradas intensas y en besos apasionados. Nuestros cuerpos pedían mayor contacto. Casi no podía controlar mis manos que acariciaban toda su piel.

Era el momento que tanto busqué. Me deseaba, se notaba en cada caricia, en sus gemidos suaves, sus suspiros en respuesta a mis caricias, en su mirada fija, en su sonrisa pícara.

Sin decirnos nada, solo miradas y manoseo que estaba a punto de ser descarado, tomé su mano y nos dirigimos al ascensor. Le hice señas al hombre de seguridad y nos dejo entrar solos.

Estaba muy caliente y ella se sentía cachonda.

No esperé a que cerraran las puertas para abalanzarme sobre ella. La arrinconé contra el vidrio mientas la besaba con locura, muy fuerte, casi violéntamente. Eran años de deseos contenidos que se liberaban en un instante. Ella respondió cruzando sus brazos en mi cuello y tomando mi cabeza con una de sus manos empujándola contra su cara para fundirnos en un beso de lengua que casi nos deja sin aliento.

Quería más y no podía esperar.

Pare nuevamente el ascensor y apagué las luces. Nos iluminaban las luces de la ciudad que entraban por el vidrio.

Metí mi mano por el escote de su espalda para acariciar ese culo que tanto deseo. Para mi sorpresa no llevaba ropa interior. Eso me puso más loco de deseo todavía. Sentía que mi pija estaba por reventar. Hacía un esfuerzo consiente para no correrme en ese preciso instante. Mi mano acarició con fuerza su culo mientras apoyaba su espada contra el vidrio para dar espacio a mis manoseos. Lo sentía firme y suave. Frío por arriba y caliente por adentro.

***

Estaba desesperado. La quería cojer en el ascensor. No me importaba que nos vieran desde la calle o que la gente se amontonara en la puerta de la planta baja esperando.

Sin sacar mi mano derecha de su culo, bajé besándo su cuello y me detuve entre sus tetas. Con mi boca hice a un lado la tela del vestido para dejar al aire su teta derecha. Mi pelvis estaba pegada a la suya refregando sexo contra sexo. Mi mano se hundió entre sus nalgas duras con rumbo a su sexo. Estaba todo arqueado con mi cabeza entre sus tetas y mi pija sobre su concha. Le tomé su teta derecha con mi mano izquierda y me deleité por varios minutos dedicándome a chuparla, lamerle en círculos la aureola del pezón, apretar con mis labios la punta del pezón parado y duro para estirarlo haciendo hacia atrás, abrir grande mi boca para meterme lo más que podía su teta para succionarla con un gran chupón. Mientras tanto ella jadeando casi como un ronroneo de gata, se acariciaba su teta libre que reclamaba atención. Cuando me percaté de ello, me dedique a darle el mismo trato. Ella gemía cada vez más intenso.

De repente, me separé de Laura dando un paso hacia atrás para verla. Ni en mis sueños más calientes me imaginé semejante escena. Estaba apoyada con su espalda contra el vidrio del ascensor, con sus manos acariciando sus tetas y milagrosamente con el vestido escotado que pendía de un hilo en sus hombros bronceados y pecosos.

"Fóllame" me dijo con su mirada lasciva fija en mi pija mientras corría despacio el vestido de sus hombros para dejarlo caer inevitablemente al piso quedando completamente desnuda.

En menos de un segundo saque mi pija que me dolía por lo crecida y apretada dentro del pantalón, y la alce sujetándola de su culo. Mi pija estaba tiesa apuntando al techo y se movía sola por los impulsos de mi deseo.

La penetré de pie bien suave mientras la besaba apasionadamente. No despegaba mi boca de la suya incluso cuando gritaba de placer al sentir como mi pija se habría camino lentamente por su concha. La sensación de calor y humedad que sentía en ese empuje lento e interminable lograron que se me pongan duros mis huevos. Las paredes de su coño apretaban mi pija como si me la agarrara con su mano bien fuerte.

***

Nuestros fuertes gemidos retumbaban en el ascensor camuflados con la música de la disco TITOs.

Luego de penetrar a Laura lentamente un par de veces, haciendo un gran esfuerzo por no correrme enseguida, inicié un mete y saca furioso y apasionado sin despegarme de su boca con besos y mordiscos a sus finos labios. Ella arañaba mi espalda en respuesta al éxtasis provocado por la frenética cojida. Sus tetas se balanceaban al ritmo de la música y nuestros gemidos.

Otra vez paré en seco, la bajé y la di vuelta apoyando sus tetas contra la pared de vidrio con la cara apoyada de costado. Su respiración excitada empañaba el vidrio en cada exhalación agitada casi al ritmo de la música.

Levanto su culo mientras me miraba hacia atrás con lujuria pasando su lengua por sus labios. Inmediatamente le enterré toda mi pija en un solo movimiento de pelvis y continué con el mete saca rabioso. La traía hacia mi tomándola fuerte de la cintura y ella también ayudaba a penetrarla toda empujando su culo hacia mi que sentía golpear duro en mi pelvis volviéndome loco. En menos de un minuto me corrí en grandes cantidades llenando de semen caliente y espeso su concha.

Ella quedo en esa posición unos instantes como esperando más, aproveche para arrodillarme frente a su culo y lamer su ano. Pense en penetrarla una vez más pero quería alargar la noche y no hacer todo en ese momento.

Le ordene que se vistiera (esas palabras sonaron fuertes por ser la únicas en varios minutos de silencios y jadeos) a lo que Laura obedeció subiendo lentamente su vestido como si hiciera para mi un show de streap tease a la inversa con movimientos sensuales de caderas tocándose toda. Continuaba excitado y con ese mini show casi me tiro sobre ella nuevamente.

Encendí las luces y ella se arrodilló frente a mi pija para limpiarla chupando y lamiendo riquísimo. No quería soltar mi pija. Estaba hipnotizada.

Cuando llegamos a la planta baja metí con dificultad mi pija en el pantalón y ella riendo me prestó colaboración con la tarea. Se abrieron las puertas y nos sorprendieron con Laura subiendo el cierre de mi bragueta ante el asombro de todos los que estaban esperando subir. Los comentarios y risas fueron de todo tipo.

Salimos corriendo en busca de un taxi que nos lleve a la suit de nuestra empresa.

***

El aire fresco del mar en la calle no era suficiente para apagar el fuego que sentíamos dentro. Nos hervía la sangre.

Nos subimos a un taxi que afortunadamente pasaba por ahí y le indique al joven chofer el camino a seguir.

No quería perder ninguna oportunidad para llevar al límite cada situación. Mi lujuria veía chances morbosas en cada momento.

Fue así que saque mi pija que seguía dura y tomando a Laura de la nuca la force a que me mamara durante el viaje. El chofer miraba el espectáculo por el espejo y le grite "Que miras puto, me la queres chupar vos también MARICON. MIRA PARA ADELANTE QUE PARA ESO TE PAGO PAJERO DE MIERDA". El pendejo se asustó y siguió manejando sin decir nada y sin mirar hacia atrás.

Con una mano le agarraba del pelo para marcarle el ritmo y con la otra me agarraba la pija desde su base para que se concentrara en los primeros 10 cm de los 24 que tiene mi pija.
Ella se estrujaba una teta dentro del vestido y se masturbaba su jugosa concha con la otra mano al mismo ritmo que le obligaba chupar.

Por momentos le tiraba del pelo hacia atrás para sacar mi pija de su boca y le ordenaba que saque su lengua para frotar mi glande en su cara, sus labios abiertos y su lengua húmeda. Después la clavaba hasta lo más profundo que permitía su garganta una y otra vez en un mete y saca violento.

Cuando sentí que estaba por llegar mi orgasmo le obligué que se trague toda mi pija apretando su cabeza fuertemente hacia abajo llegando sus labios hasta mis huevos, atravesando su tráquea que estaba llena de mi carne venosa, sin dejarla salir. Comenzó a sentirse asfixiada, me daba golpes, pellizcos, intento morderme la pija, pero no la dejaba safarse de mi. Al contrario, la empujaba más obligando que tragara unos centímetros más de pija. Y estalle justo cuando creí no aguantaría más sin respirar.
Nuevamente me descargue grandes cantidades de semen, esta vez en su garganta.

Tiré de su pelo para incorporarla. Recuperó el aire en una sola gran bocanada tragando toda mi leche. Sus ojos estaban llenos de lágrimas pero sonreía lascivamente con la satisfacción de haber podido devorar semejante pija. Se sentía victoriosa y muy puta. Con sus manos se limipió los restos que resbalaban por sus comisuras.

***

Los minutos restantes que tardó el taxi en llegar al piso que la empresa tiene en Palma, yo jugaba con su teta derecha que había sacado de su vestido para chupar ese pezón parado que me vuelve loco. Mientras Laura se pajeaba y me pajeaba al mismo ritmo, lento, con suaves movimientos. Su mano no podía cerrarse al agarrar mi pija que estaba en todo su esplendor. No sacaba la mirada de mi verga venosa y disfrutaba el tacto suave de mi glande todo mojado por mi semen y su saliva.

Cuando paró el taxi Laura se acomodó el vestido mientras yo pagaba de mala gana al indiscreto chofer.

Guarde mi poronga casi saliendo del taxi y subimos alegres a la suite. Estuvimos a ponto de repetir la escena del ascensor de la disco. Pero contuve mi lujuria. Nos abrazamos dejando nuestros cuerpos pegados uno contra el otro mientras nos fundíamos en un beso intenso en el que nuestras lenguas jugaban, nuestras respiraciones aumentaban, nuestros cuerpos se frotaban, nuestras manos apretaban suavemente nuestros cuerpos.

Casi sin cerrar la puerta me agarro el apuro. Loco de pasión la desvestí furiosamente. La quería toda desnuda ya! No aguantaba un segundo más. Tiré su vestido a mi espaldas y su tanga a la otra punta. Laura se entregaba sin hacer nada. Solo cerraba los ojos y sentía mi desesperación sobre su cuerpo. Una vez desnuda, hice lo mismo con mi ropa.

No pasaron ni 30 segundos desde que entramos a la suite que ya estábamos desnudos en la sala. Me pegue a su cuerpo apoyado contra la pared y fui bajando besando todo a mi paso. Sus labios, sus orejas, su cuello, su mentón, su cuello de nuevo, el canalillo entre sus tetas, su teta derecha, su teta izquierda, su teta derecha de nuevo, otra vez su teta izquierda, su panza, su ombligo, sus caderas, su pelvis. Mis manos acompañaban mi recorrido por su cuerpo acariciando su espalda hasta quedarme en su culo el que sobe y apreté suavemente.

Me detuve frente a su pelvis para olerla intensamente. Ese olor a sexo me encendió más llevándome a un estado de lujuria extrema.
Laura abrió sus piernas y tomando mi cabeza con sus manos me empujó hacia su concha con la misma fuerza con la que yo le había obligado que me la chupe hace un momentos en el taxi. Arrodillado frente a su concha, puse su pierna derecha sobre mi hombro y comencé a acariciar con mi lengua sus labios vaginales. Metí todos sus pliegues en mi boca mientras los succionaba despacio. Mis manos sobre su culo me ayudaban a pegarme más y más a su cuerpo. Mi lengua jugaba con sus labios dentro de mi boca acariciándolos lentamente al mismo tiempo que chupaba para tragarme todo. La succión fue tan intensa que su clítoris hinchado entro en mi boca. Ella estaba en un clímax intenso que se expresaba en fuertes gemidos y en sus manos que tiraban de mi pelos.

Sus flujos los tome como un desesperado sediento de placer.

Solté sus labios y pase mi lengua desde su concha a su ano para volver a su concha despacio. Estaba muy loco pero hacía todo despacio. No quería que mi desesperación arruine su placer. Pero tirando de mi pelo me obligo a volver a su clítoris y lo acaricié con mi lengua hasta que me grito "MAS, MAS, FOLLAME CON TU BOCA!!!". Fue entonce que solté las riendas a mi lujuria desenfrenada. Lamí tu clítoris como un perro en celo con languetazos rabiosos. Soltando su culo puse mis manos en su concha para separar sus labios y dejar expuesto al hinchado clítoris que recibía mi lengua sin piedad. Intercalaba con fuertes chupadas metiéndolo entero en mi boca y moviendo mi lengua a toda velocidad, con fuertes lamidas que pasaban frenéticamente.

Al cabo de unos minutos de fuerte labor Laura llegó a su orgasmo gritando y gimiendo fuerte. Su cuerpo vibraba y perdió fuerzas que casi cae al suelo pero la sujete justo a tiempo.
Estaba como desmayada apoyada con su espalda en la pared, su pierna en mi hombro y mis manos en su culo. Me pare levantándola en mi brazos al mismo tiempo y la lleve a la cama.

***

En el trayecto hacia el dormitorio se nos apareció semidesnuda y medio dormida, mi secretaria privada adolescente, Erika, a quien habíamos despertado con los gritos de placer de Laura.

Apenas percibió nuestra presencia, Erika me reprocho como niña caprichosa haberla despertado en plena madrugada después de un día tan intenso de trabajo y recordándome que en pocas horas partíamos de vuelta hacia Argentina. Pero sin darle tiempo a que note que la mujer que traía en brazos era Laura, se la ofrecí dejándola caer suavemente sobre mi cama mientras le dije "Mira lo que te traje bebe, un bombón mediterraneo". Fue cuando observó bien quien era esa belleza. Mordiéndose los labios se abalanzó sobre Laura que excitadísima se entrego a mi secretaria más que privada, íntima.

Mientras Erika acariciaba y besaba a Laura, yo me dedique a desvestir a Erika. Realmente mi secretaria es la mejor amante que tengo y con quien comparto momentos de gran lujuria. Ambos disfrutamos de las mismas mujeres siempre que se puede, pero lo mantenemos en secreto. Nadie lo sabe ni lo sabrá jamas.

Como pude saque la solera que usaba Erika como ropa de cama. Al hacerlo, sus pechos grandes, redondo y firmes como estatua de templo indú, quedaron expuestos a mis caricias.

Sin entorpecer la labor de esas hermosas mujeres, me dispuse a disfrutar la escena que contemplaba extasiado. Laura boca arriba en la cama, miraba con los ojos semi abiertos y sus brazos hacia atrás, cómo Erika le besaba sus pechos y bajaba hacia su sexo lentamente. Haciéndose desear, le acariciaba y besaba todo su cuerpo en su camino hacia la concha de Laura, como una caricia muy sensual e interminable. Laura respondía gimiendo y contorneando su cuerpo al mismo ritmo suave de las caricias de Erika.

La sensualidad y sexualidad se podía sentir en mi habitación. Los suaves gemidos de ambas, la mezcla de olores a conchas y perfumes distintos, la penumbra del amanecer que se colaba por la ventana. Todo creaba un ambiente extremadamente excitante.

No me pude contener, y mientras Erika lamia el clítoris de Laura levantando su culito pequeño y firme, me sumé al juego lamiendo la conchita pequeña de Erika que me vuelve loco. Era un tren de lujuria, una cadena de lamidas y chupadas.

Laura anuncia a gritos que llega a su orgasmo mientras toma de la cabeza a Erika para empujarla sobre su concha mojada sin dejarla ir hasta que termina convulsionando de placer.

Victoriosa Erika me mira hacia atrás y me suplica que le meta mi pija en su culito hambriento. Ni un segundo pasó que ya me mamaba la pija con su culo.Sí, me mamaba la pija con su culo. Así sentía cuando cerraba y abría su anito apretando como succionando y estrujando con los anillos de su esfinter en mi pija que dejaba quieta para recibir semejante placer. No pude aguantar mi locura y la monté. Apoyando mi pelvis sobre su culo y agarrándola del pelo tirando su cabeza hacia atrás, inicié un mete y saca enérgico que hizo estallar en varios orgasmos encadenados uno tras otro sobre el pequeño cuerpo de Erika. Laura ante la situación que excitaba todos sus sentidos, aprovecho su posición frente a Erika para tomarle las tetas con sus manos acompañando el movimiento de mis embestidas. Laura acallaba los gritos de placer besando dulcemente a Erika que estaba como loca.

Estando a punto de estallar en una fuerte acabada, saque mi pija del culito de Erika para llenar sus caras y tetas de leche.

Caí rendido en la cama.

Lo último que recuerdo es la imagen de ambas abrazadas en un profundo beso..

2 comentarios - viaje de negocios y placer

swan28
Buen relato:D
viaje de negocios y placer