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Historias de oficina 7 parte 3 el final

Primero que nada les pido disculpas si me extendi mucho, pero creo que si lo cortaba muchos iban a saber donde vivo y me iban a linchar.
Tambien me disculpo por mi forma de redactar si es que no les gusta, pero no tengo mucho tiempo para pulir mi prosa.

Mi mañana comenzó movida, ni bien entre en la oficina la jefa me llamo a su despacho, al pasar por al lado de la mendocina la turra murmuro – ¡mátala a pijazos!-
Entre a la oficina y me sorprendió verla arreglada mas de la cuenta –cerra la puerta- dijo con voz firme.
Yo lo hice y me quede parado al lado de la puerta, como buscando una forma de salir corriendo.
-mi marido dentro de 2 hrs se va a capital a un unas charlas impositivas, así que tenemos esta noche y capaz la de mañana para nosotros-
O dije una palabra ante su planteamiento, por lo que ella agrego una pregunta a la vez que se paraba para venir a mi lado – ¿en tu casa o la mía?-
Yo titubea en responderle, y sin darme cuenta la tenia encima, retrocedí hasta apoyar mi espalda a la puerta, ella apoyo su mano en la puerta pasando su brazo por sobre mi hombro, me dio un pico, sentí su mano bajando mi cierre y rebuscando la forma de sacar mi pija por el costado del boxer, la agarro con fuerza y ante mi sorpresa se me empezó a poner dura, me susurro al oído –quiero que tu verga se gaste en mi concha- se inclino un poco hasta estar a la altura de mi pija, le paso la lengua al ojito y luego le dio un beso. Me la guardo, subió el cierre de mi pantalón y dijo – ¡ándate a laburar!-
Me dispuse a irme, entonces dije – en mi casa va a ser mejor-.
Al salir de la oficina de la jefa todas me miraron como si me hubieran cagado a pedo, ya que mi cara no era de las mejores.
En el transcurso de la mañana la religiosa, junto a la cuarentona, cada una por separado intento consolarme, la única que estaba al tanto y se mataba de risa era la mendocina que cerca del mediodía me dijo que ya tenia la “sorpresita” para mi jefa y que sino me jodia que sus amigos pasaran por la oficina a buscar la llave de mi casa para dejar la “sorpresita” lista. Yo confiado le di la llave, pasaron unos 15 minutos cuando 2 amigos de la mendocina pasaron a saludarla, ella les dio la llave y se fueron.
-ya esta, nos esperan en tu casa cuando salgamos- me dijo un rato después la mendocina.
Les aclaro que la curiosidad me estaba matando, también descubrí de apoco que la idea de voltearme a mi jefa se hacia cada vez menos desagradable.
Llegamos a mi casa, como estaba pactado los amigos de la mendocina nos esperaban sentados en mi sofá viendo tele.
Uno de ellos se paro y saludo a la mendocina –ya esta todo instalado ¿sabes como funciona?-
-claro papi, con quien hablas-
Los pibes se fueron, nos quedamos solos, la mendocina me hizo una seña para que vayamos a mi habitación, ella iba por delante, ni bien entro se comenzó a desvestir hasta quedar desnuda. Me miro diciendo –vos aun estas vestido, eso es trampa-
Yo quede sorprendido al ver de que se trataba la “sorpresita”, tan sorprendido estaba que la mendocina se me acerco y comenzó a desvestirme.
-primero voy yo asi sabes todo… pero ya que estamos- comento, luego se arrodillo para chuparme la pija –adoro tu pija, si por mi fuera te la chuparia todo el día-
-¿a cuantos les diras lo mismo?- dije preguntando.
-a todos a los que se las chupo ¿vos crees que chupo verga por amor al arte? Lo hago porque me gusta papi… la pija es riquísima, no entiendo que hayas minas que digan que les da cosa chuparlas-
Llego la noche, me disculpe por separado de la cuarentona y religiosa diciéndoles que tenia un partido de papi futbol.
Eran las 9 y media de la noche y yo miraba la hora como si fuera la primera vez que la iba a poner. Finalmente alguien toco la puerta, al abrirla veo a mi jefa vestida con un jogging y un buzo de igual características.
Entro rápidamente preguntado –¿me puedo bañar? Recién salgo del gimnasio y estoy toda sudada-
Sin vacilar le indique cual era el baño, ella se metió, cerro la puerta y al cabo de unos segundos oí la ducha.
Abran pasado unos 35 minutos (créanme los conté), hasta que la puerta del baño se abrió, mi jefa salio totalmente desnuda, estaba toda mojada –me das una toalla- exigió.
Fui hasta mi habitación a buscarle una, no sin antes darle una mirada al pasar a su lado, cuando regrese ella no estiro su mano por la toalla, quería que yo la secara, ahí la mire bien de arriba abajo.
La mina se mataba en el gimnasio como toda cincuentona ricachona, tenia por así decirlo brazos con músculos mas definidos que yo, pese a que en algunas partes de su cuerpo se notaban las estrías por el paso del tiempo la mina tenia un culo chato, pero bastante firme, el abdomen lo tenia marcado como si fuera una cubetera, los muslos estaban firmes pero a fuerza de músculos, las tetas, eran casi tirando a chicas, pero redondas y bien paradas, estaban hechas, lo que me mato es que tenia como la religiosa una aureola rosada muy grande pero a diferencia de la religiosas unos pezones bien largos, anchos y aunque suene raro con la punta hueca, como si fueran un sorbete. Tenía la concha semi depilada, solo con algunos pelos rubios.
Al verla bien y pensando en lo que le iba a hacer la jefa subió de 4.87 a 5.87.
Cuando empecé a secarle el pelo note que se me estaba poniendo dura, mi jefa me miraba extasiada mientras me decía –solo mi marido me vio desnuda, vos vas a ser el segundo hombre con el estoy… ¿me prometes que me vas a coger en serio?-
Yo deje de secarles las tetas y metí la toalla en la zona de la concha y ella largo un suspiro, entonces la di vueltas, que mirara hacia la pared, le ordene apoyar las manos contra la pared, le hice separar las piernas, que sacara un poco el culo, me arrodille y su concha quedo junto a su culo abierto ante mi. Pose mis manos sobre sus nalgas para separar aun mas, solo pase mi lengua sin separar los labios de su concha. Mi jefa se estremeció, comenzó a largar una serie de gemidos mientras con las palmas de sus manos golpeaba la pared. Seguí con mi trabajo de pasarle la lengua, de acercarme para solo pasar la puntita, soplaba, le pase varias veces la lengua por el ano. No se quejo, asi que humedecí toda su concha y su culo tampoco quedo seco, para ese culito virgen tenia grandes planes. Al tiempo deje de pasarle la lengua para comenzar a besarle la concha, entonces con casi nada de esfuerzo la penetre con mi lengua, pude sentir como empezó a temblar, de a poco deslice uno de mis dedos hasta penetrarla, En eso sus piernas perdieron fuerza haciéndola perder el equilibrio, rápidamente me pare, me acerque a su oído y sin retirar mi dedo índice de su concha moviéndolo le pregunte – ¿te gusta?-
Mi jefa no contesto, solo gemía, se contorneaba, estaba disfrutando, así que despacio apoye mi pulgar en su ano, hice presión hasta que entro todo, ahí si mi jefa abrió los ojos mirándome como descolocada, así que pregunte -¿te gusta?- solo que ahora movía mis 2 dedos.
-si, forro hijo de puta me gusta… pero…- contesto
-¿pero que?- pregunte
-¿pense que mi culo no lo ibas a tocar?-
Sin mediar palabras la lleve hasta mi sofa, sin sacarles mide dedos, hice un par de embestidas mas, se los saque, la hice acostar boca arriba dejando sus piernas bien abiertas, me arrodille, busque su clítoris, al encontrarlo se lo empece a chupar con fuerza, entonces empezó a soltar gemidos mas fuertes, eso me animo a meterle 2 dedos en la concha a la vez que estiraba la otra mano para tocarle los pechos.
Pasaron varios minutos y tuvo su primer orgasmo, me miraba con ojos desencajados, cuando intente volver a chuparla me empujo, se puso de pie, me obligo a acostarme sobre le sofá, rápidamente me saco los pantalones, siguieron los boxer, mi pija quedo al descubierto, en la punta ya tenia algo de pre semen, porque a la verdad me estaba calentando.
Mi jefa con torpeza agarro mi pija, comenzó a besarla, le pasaba la lengua, de a poco movió su mano para masturbarme, en eso cuando se metió mi verga en la boca yo le agarre la cabeza y se la movía de abajo hacia arriba, rápidamente me soltó la pija, puso sus manos a los costados y se movió de arriba hacia abajo con brusquedad.
Cuando termino yo me fue a la cocina, volví trayendo en mis manos aceite, el cual use para lubricarme la pija, la puse en 4, se la metí de una por la concha, pero no había soltado el aceite, lo use para lubricarle el ano, así que mientras la bombeaba por la concha le comencé a meter hasta 3 dedos por el culo, entonces cuando creí conveniente sin ningún miramiento se la saque de la concha y de una se la mande toda por el culo hasta que no la puede meter mas.
Mi jefa, no dijo nada, solo que ahora soltaba ruidos de placer mezclados con dolor.
En medio de todo el cachengue se la saque, la tome de la mano y la lleve a mi habitación para la “sorpresita”
Mi jefa cuando vio lo que tenia, hizo un moviendo como para irse, pero yo no la deje, la acosté en mi cama obligándola a abrise de gambas.
La “sorpresita” era ni mas ni menos que una maquina cogedora, esta era una rueda motorizada eléctrica que sostenía un fierro el cual su punta terminaba en una pija de goma roja cuya proporción eran 30cm de largo por 9 de ancho, la sorpresita tenia un control con el se le regulaba la velocidad.
Antes de que a mi jefa se le fuera la calentura, le acerque la “sorpresita” y la acomode de poco así la pija de goma le entraba casi toda.
La encendí, al principio se movía lentamente, yo no dejaba de ver la cara de mi jefa que paso de estar incomoda a calentarse de nuevo. Yo estaba con el morbo a full, asi que pasado varios minutos aumente la velocidad provocando los gemidos de mi jefa.
Me acerque a ella y comencé a chuparle las tetas, sentí una de sus manos tomarme el pelo para que la mirara y entre gemidos me dijo –sos un zarpado hijo de mil putas-
-asi – yo tomando el control de la “sorpresita” para subirla de velocidad. Solo que esta vez me dedique a mirar, fue hermoso ver a mi jefa contorsionarse, tocarse por todos lados y largar algo de flujo como si se estuviera meando.
Abra tenido 2 o 3 orgasmos mas y rápidamente le retire la maquina, le saque la gran pija de goma y saque una de debajo de la cama que venia preparada para la doble penetración. La hice poner en 4 y dirigí ambas pijas de goma una a su culo, la mas chica y la mas grandes a su concha cuando entraron yo me acosté debajo de ella para solo dejarle la opción de me chupe la pija.
Así que estuvimos un rato mientras mi jefa me chupaba yo alternaba las velocidades de las pijas de gomas.
Para cuando quise acordarme entre todo lo que hicimos se hicieron las 6 de la mañana.
Mi jefa vio la hora y dijo –no te hagas problema, llama avisando que a la mañana no vas porque te sentís mal, ahora dormimos un ratito y después volvemos a coger otra vez..-
Yo por mis adentros le daba gracias a la mendocina y me preguntaba “como iba a terminar todo esto”

4 comentarios - Historias de oficina 7 parte 3 el final

TheLordOfPorn
grandeee como todos tus relatoss 😃

se termino? tenes que seguir 😃 que sean mas
mu_a2
MUY BUENO EL RELATO . GRACIAS 🙂 🙂
cuer_vo
Seguí que estan buenisimos...