Mientras llueve el tiempo no detiene su carrera
aunque el cielo cante a coro de mil gotas limpias
el oratorio profano del cielo guinda
preñando a la tierra amorosa que le espera.
Cuando caen las primeras gotas de platino
el suelo desnudo se persigna y se complace
gustan de observar por las ventanas los amantes
el apareamiento de la carne con su espíritu.
Y mientras yaces insomne atenta escuchas
el crepitar de mil seres que pacen ansiosos
a tu lado observo tu desnudez limpia y púrpura
Fluorescencias brotan de tu pubis delicioso
de nube gris eléctrica visto mi locura
lluevo sobre ti tierra fértil de mis antojos.
aunque el cielo cante a coro de mil gotas limpias
el oratorio profano del cielo guinda
preñando a la tierra amorosa que le espera.
Cuando caen las primeras gotas de platino
el suelo desnudo se persigna y se complace
gustan de observar por las ventanas los amantes
el apareamiento de la carne con su espíritu.
Y mientras yaces insomne atenta escuchas
el crepitar de mil seres que pacen ansiosos
a tu lado observo tu desnudez limpia y púrpura
Fluorescencias brotan de tu pubis delicioso
de nube gris eléctrica visto mi locura
lluevo sobre ti tierra fértil de mis antojos.
Te desnudo como fruta de verano.
Desgajo tu piel lentamente de tu blusa
y extirpo tu sostén como semillas.
Tu azúcar he encontrado.
Brota jugo de tus labios
con irremediable ácida dulzura
y mis dedos se adhieren como cáncer a tu piel.
No merezco esta bendita perdición ni la agonía,
pero estoy aquí,
trazando mi paso en tus aromas.
La entrañable sensación de tu mirada
engrosa sin dificultad mi aliento.
Todo el tiempo alrededor
es un coctel de aroma y de sabores
que descubren las texturas de tu cuerpo
y la prolongación de tus caderas.
Fusionados, somos un guayabo
enraizado entre las sabanas.
Somos una maraña de carne y de convulsiones.
Mi reflejo se suspende en las lunas de tus ojos.
Dos liquidas cerezas
que emigran a la irrealidad y el surrealismo.
Tus senos son dos panes pálidos desnudos,
creados como un portal del mundo al paraíso.
Te desnudo como a fruta de verano.
Aspiro tu veneno
y me derrito en el sabor intenso de tus labios.
Desean morder mis dientes tus mejillas, suaves de manzana.
Me extasío entonces en tu cuerpo,
y la pasión te consume poco a poco
hasta lograr llegar al fin contigo…
Desde adentro,
Todo el ser y los deseos,
Pareciera que a gritos,
Nos piden explotar…
Desgajo tu piel lentamente de tu blusa
y extirpo tu sostén como semillas.
Tu azúcar he encontrado.
Brota jugo de tus labios
con irremediable ácida dulzura
y mis dedos se adhieren como cáncer a tu piel.
No merezco esta bendita perdición ni la agonía,
pero estoy aquí,
trazando mi paso en tus aromas.
La entrañable sensación de tu mirada
engrosa sin dificultad mi aliento.
Todo el tiempo alrededor
es un coctel de aroma y de sabores
que descubren las texturas de tu cuerpo
y la prolongación de tus caderas.
Fusionados, somos un guayabo
enraizado entre las sabanas.
Somos una maraña de carne y de convulsiones.
Mi reflejo se suspende en las lunas de tus ojos.
Dos liquidas cerezas
que emigran a la irrealidad y el surrealismo.
Tus senos son dos panes pálidos desnudos,
creados como un portal del mundo al paraíso.
Te desnudo como a fruta de verano.
Aspiro tu veneno
y me derrito en el sabor intenso de tus labios.
Desean morder mis dientes tus mejillas, suaves de manzana.
Me extasío entonces en tu cuerpo,
y la pasión te consume poco a poco
hasta lograr llegar al fin contigo…
Desde adentro,
Todo el ser y los deseos,
Pareciera que a gritos,
Nos piden explotar…
3 comentarios - poemas
jejeje
me alego amigo