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Comida familiar

Comida familiar...no me gustaban nada. Y era en casa de mis primos, con lo que me gusta a mi esta clase de reuniones. Y una cosa son comidas en "petit comite"y otra la que hacen ellos, que reúnen a toda la familia.

Fue el sábado pasado, nos reunimos más de 20 personas entre abuelos, primos, sobrinos, tíos, cuñados, suegras, abuelos, primos hermanos, primos de madres por parte de abuelo...un desmadre. Había gente a la que conocía realmente poco, e incluso a algunos que nunca había visto.

Normalmente cuando voy a estas comidas llego, ayudo en lo que puedo si todavía no está listo y al finalizar lo mismo e intento irme lo antes posible de manera educada. Pero en esta ocasión me pasó algo bien distinto.

Al llegar saludé a todo el mundo como mandan los cánones, dos besitos a las mujeres y la mano a los hombres. Me presentaron a gente que no conocía y me recordaron nombres que no recordaba. Y entre esa gente que no conocía estaba ella. Era la prima de Francia de mi prima, que había vuelto a Barcelona después de divorciarse de su marido francés. Al presentarnos me dedicó una mirada de arriba abajo y luego una de esas sonrisas de pícara que pueden encender a cualquier hombre. Se llamaba Úrsula y tan sólo verla ya me gustó. Morena de ojos grandes y negros, piernas bonitas, pechos firmes y grandes y un culo pequeño pero con curvas y duro. Nos dimos dos besos, soñé despierto con ella y seguí saludando al resto. Total, me iba a ir después de comer y las cosas que yo me puedo imaginar sólo pasan en las películas.

Pero ese día iba a ser diferente. Al empezar a comer se las ingenió para sentarse delante mío. Y ya desde el principio buscaba mi mirada y me sonreía si yo se la devolvía. Me rozaba la mano al darme algo que yo había pedido, el pan, la mayonesa. Lo hacía con sutileza, cómo si pudiera ser un accidente...pero no lo era, la primera vez lo podría haber sido...pero a partir de la tercera no. Yo me puse bastante nervioso, toda mi familia estaba allí, no sabía dónde ponerme. Por un lado ella me atraída mucho y cada uno de sus gestos hacía mi me encendía pero la presencia de mis familiares más cercanos me reprimían. Y esas dos grandes fuerzas colisionando en mi interior me convertían en un adolescente sin saber qué hacer.

Hubo un momento en el que noté algo por mis pies, algo que acariciaba mis piernas y que subía hacía arriba. Era ella que se había quitado su zapato y estaba metiéndome mano por debajo, sin que nadie lo supiera. A mi me encantaba, pero cuando llegó arriba vi que me estaba descontrolando, que me estaba animado demasiado y tuve que parar. Me excusé y me levanté para ir al lavabo, no sin vigilar de que no se viera que iba medio erecto. ¡Qué vergüenza si se viera! Al llegar al lavabo me limpié la cara e intenté tranquilizarme, pero no podía. Mientras más lo intentaba más me la imaginaba ella, seduciéndome, acercándose a mi, besándome, rozándome. Mi erección no iba a menos...Empecé a pensar en el trabajo, en los marrones que había tenido y los que tenía en ese momento, en Margaret Thatcher, en esos vídeos de gatitos tan graciosos, en lo sexy que era Úrsula, en sus labios y su lengua...noooo, Margaret Thatcher, Margaret Thatcher, Margaret Thatcher, gatitos, Margaret Thatcher, marrones, marrones...lo estaba consiguiendo. Margaret Thatcher, Margaret Thatcher, Margaret Thatcher...gatitos...

Ya más sereno me volví a tirarme agua por la cara, me sequé las manos y salí por la puerta del lavabo justo para casi darme de bruces con ella. Estaba en el pasillo, de pie, impidiéndome pasar y volver a la fiesta con una mirada desafiante y divertida a la vez. Tenía ganas de juerga. Se me acercó y me susurró: "¿A dónde vas? ¿Es que tienes prisa para volver a la fiesta?. Mientras me decía eso su mano se posó sobre mi pecho, haciendo eses sobre él, bajando hasta encontrar el hueco de la camiseta e intruduciéndola para poder tocar mi piel. Y acariciándome se iba acercando a mi cada vez más, la notaba muy cachonda. Yo aún aturdido no sabía que hacer, mis padres estaban a 10 metros de allí pero ella me ponía a 100. Sólo puede balbucear un "pero...con toda nuestra familia aquí..." mientras retrocedía evitando su contacto. "Sssssshhhhhhh, eso es lo bueno...calla y ven conmigo" me dijo mientras me cogía de la mano y me medio arrastraba hasta una habitación.

"No sólo es por la situación, estoy aquí a punto de follarte mientras toda ellos están tan cerca y nos podrían pillar en cualquier momento. Tú me pones my caliente, no sé que es lo que tienes además de ese precioso cuerpo que en breve voy a devorar de arriba abajo" comentaba Úrsula al entrar en la habitación mientras ponía su mano encima de mi pantalón notando ya mi excitación. Me tiró contra la pared y se abalanzó a besarme, primero en el cuello, por mi pecho, por mi cara y por mis labios dándome mordiscos y tocándome todas las partes de mi cuerpo. Yo ahí no pude resistirme más y dejándome llevar por mi pasión contenida la agarré por la cintura y cambié los papeles. La puse contra la pared usado mi cuerpo para impedirle escapar, mis manos agarrando sus muñecas en alto, mi cadera haciendo fuerza contra su culo para que notase mi polla erecta, mis labios sobre su cuello, besándolo y mordiéndolo. Luego, soltando sus manos pero vigilando que las mantuviera arriba pasé mi mano delante, por debajo de su blusa, para notar sus grandes pechos, apretarlos y acariciar sus pezones con mis dedos. Mi otra mano la usé para acariciar el resto de su cuerpo, su culo, su espalda, sus pierdas acabando por introducirla entre sus braguitas, por debajo de su falda para notar su humedad. Mis dedos acariciaron su clítoris en forma circular, de arriba a bajo, en elipse, notando como incrementaba un poco su tamaño. Luego buscando la fuente de calor introduje lentamente mi dedo del amor por su coño hasta alcanzar su punto g para poderselo acariciar y rozar. "Ummmmmm...siiiii" oí que susurraba de placer mientras sus caderas de movían de forma instintiva cómo si se estuviera follando a mi dedo.

Cuando me pareció que ya esta estaba a punto me quitó mi mano de su sexo y se giró y me dijo: "ahora vuelvo a mandar yo" y me empezó a desnudar, sin miramientos, a lo bestia. Mi camiseta voló, mis pantalones y mis calzoncillos fueron bajados a la vez con una rapidez sorprendente. Me tiró contra la cama y se quitó todo menos su faldita colocándose encima de mi. "No tenemos mucho tiempo y quiero sentir tu polla dentro de mi ya, ahora" dijo mientras se la metía y yo notaba ese calorcito y sensación que pocas cosas se pueden igualar. Ella estaba ya tan caliente que sólo empezar a cabalgar sobre mi empezó a gemir tan alto que temí que nos escucharan lo que me contuvo un poco pero que creo que a ella aún le puso más. "Uffff....aiii....ummmm" decía cada vez más fuerte y yo no entendía cómo podía ser que no nos escucharan. Pero su cuerpo, la manera de moverse y cómo gemía superaba a todo. Sentía su humedad en mi polla, su coño era una horno húmedo que se deslizaba arriba y abajo sobre mi. Creí que ella había llegado pero seguía, quería más y no podía parar. Yo ya estaba casi a punto pero quise alargarlo más. Me levante y la giré para ponerme encima de ella. La besé en los labios, en el cuello y en sus pezones. Ella descontrolada fue a buscar mi miembro para introducírselo otra vez, acerqué mi cadera y volví a notar ese placer sin descripción. Pero esta vez yo ponía el ritmo mientras le susurraba al oído:

"Nótame, siénteme, lentamente
observa como te deseo,
como te ofrezco una parte de mi,
para completarnos, para unirnos.

Nótame, siénteme, moderadamente
observo como te gusta,
como esperas esa parte de mi,
para ser uno, para dejar de ser dos.

Nótame, siénteme, rápidamente
tus labios, tu ojos, tu pelo,
tus pechos, tus piernas, tu culo,
todo me gusta en ti, todo me pone a mil.

Nótame, siénteme, frenéticamente,
tu mirada de deseo hacía a mi,
tus gritos de pasión descontrolada,
nos propulsan hacía el máximo placer.

Nótame, siénteme, abrázame.

En la cena después de aquello vi miradas extrañadas, habíamos estado realmente poco rato a solas pero más de lo normal para ir al lavabo. Por suerte había dos, ella comentó que estaba en sus días y por eso había tardado más de la cuenta. No nos volvimos a ver nunca más, se volvió a Francia aunque todavía seguimos hablando por internet de vez en cuando. Ahora ya no odio tanto las cenas familiares.

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