Mis vacaciones con Viviana 2da parte

Mis vacaciones con Viviana 2da parte

En la cena de esa noche no me dirigió la palabra. Nos bañamos y nos fuimos a acostar. Luego del chapuzón de la tarde como ignorar que tenia toda la noche para observar ese culo que había sido palpado por mi miembro erecto.
Olía de maravillas, ese aroma a jabón y shampoo con el pelo aún húmedo hechaba más leña a mi fuego. Esta vez llevaba puesto un pantalón largo de gimnasia, la noche estaba un poco más fresca que la anterior. Pero de todos modos los usaba metidos y era digno de verse. Maldije dentro mío que haya refrescado, ya que se tapó con frazada y arruinó mi vista.
A la mañana siguiente con el correr de la noche se había destapado y nuevamente la mañana me regaló ese jogging pegado a su cuerpo y metido hasta las profundidades que yo añoraba conocer centímetro a centímetro con mi lengua, oler y saborear ese manjar.
Ella acomodó una de sus piernas y su ropa interior se podía notar que estaba prácticamente desaparecida, sumergida en su entrepierna por completo.
Se dio vuelta y solo pude hacerme el dormido de costado, ya que si giraba mi erección me delataría.

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Ese día hicimos lo mismo, solo que esta vez nos detuvimos ante el río peor no nos metimos, hacía calor también, peor no me había hablado desde la última vez, hasta que me dijo:
-Que no tenés ganas de meterte hoy?
-Si- le contesté- pero no solo, con vos.
-Ayer te entusiasmaste un poco, qué te pasó?
-Nada, que se yo. Verte así… -y no pude decir más nada.
-Verme cómo? Nos bañamos todos los veranos acá – dijo y dejó entrever una sonrisa.
-Sos muy linda, y no pude evitar olvidarme de todo y sentirte pegada a mí me hizo… olvidarme de todo-dije sin querer ocultar más.
-Bueno, vos también, y la verdad no sabía que se sentía tan bien. Parece que tenés algo importante ahí – dijo y miró mi pantalón que ya estaba mostrando una protuberancia creciente.
-No puedo evitarlo cuando te vi como te sacabas la ropa-le dije.
-Bueno, vos me viste en ropa interior, ahora te puedo ver yo no?-dijo y ya mi erección era evidentemente inocultable.
-En serio me decís?-dije totalmente incrédulo.
-Si-dijo ella- y me apoyó su mano en mi pecho tirándome para atrás.
Pasó su mano por miembro que quería atravesar el short de jean que llevaba puesto y a continuación lo desabotonó y lo bajó de un tirón. Bajó mi slip y se tapó la boca al ver que tenía mi miembro más grande que nunca -sentía como que había crecido unos centímetros de la excitación que tenia.
Lo tomó con ambas manos y lo acarició, una y otra vez. Corrió el prepucio y dejó ver un gigante pimpollo humano color rojo intenso lleno de miel para ser bebida.
Se acercó, lo olió como explorando un territorio desconocido. Levanto mis testículos y también los olía, los manoseaba tanteando cada centímetro.
-Es la primera vez que veo una-dijo.
-Pero no estas saliendo con el chico que me contaste-pregunté.
-Si, pero solo nos besamos.-dijo tímidamente.
-Bueno, hacele lo que quieras, miralo, olelo… podés lamerlo si querés.-dije casi pidiéndolo por favor.

No terminé de decir esto que su lengua ya estaba sobre el capullo, siendo placenteramente atacado por un enjambre de abejas que salía de su lengua.
Solo podía ver una maraña de pelos lacios desparramados en mi panza, sentía que el cielo había bajado a la tierra y que cayó justo sobre mí. Pasaba su lengua desde la base hasta la punta delicadamente, como queriendo saborear hasta el mínimo detalle de mi miembro.
-Esta re caliente y duro-dijo.

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Yo no podía ni contestarle, me estaba dando tantos lenguetazos que me cortaba la respiración.
Le corrí el pelo con la mano y observaba como se deleitaba con cada embestida de su boca. Porque ahora me pajeaba con su boca.
Me lastimaba un poco con los dientes, pero era tal mi excitación que hasta me causaba más placer.
En un momento me mira a los ojos, quien sabe hacia cuanto lo hacía, ya que yo los había cerrado sumergido en el placer que me estaba brindando.
Al verla le pedí que parara, estaba a punto de acabar. Y ella enceguecida no me oyó. Insistí que pare. Y nuevamente me ignoró y oso decirme:
-Pero me gusta mucho, esto esta muy rico-apenas sacándose la verga de su boca. Como si estuviera saboreando un caramelo al que estaba a punto de llegar hasta la parte del relleno.
-Por favor, para que no puedo más-dije en mi último intento.
-Un rato más, dale, por favor-me contestó mirándome a con sus ojos libidinosos como jamás se los había visto.
Solo me relajé y sentí como desde mi pecho un latido galopante enviaba ondas sensoriales que viajaban a toda velocidad por mi cuerpo estallando dentro de su boca, inundándola de semen hasta salirse por sus comisuras.
Ella empezó a toser, mi semen salió con tanta fuerza que no se lo esperaba, nunca había sentido una acabada en su boca.
Me quedé mirando como su boca chorreaba y se pasaba la mano limpiándose mi acabada.

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continuará...