Wachen este relato que me tope espero les guste, es un poco largo pero vale la pena.
No soy nada especial, me llamo Diego tengo casi diecinueve años, soy alto casi metro ochenta y lo único destacable en mi es una gran timidez, algo que me ha impedido relacionarme con chicas, es mucho el apuro que paso cada vez que, en la Universidad, tengo que hacer algún trabajo en común con alguna chica, solo me siento cómodo escribiendo en mi diario.
En casa somos cuatro, mi hermana Elena dos años mayor que yo y que tiene una “vida social” muy agitada, mi padre que solo se preocupa de que saque buenas notas y del futbol, mi madre que se ocupa principalmente de seguir tratándome como a “su niño” y de ir al gimnasio con sus amigas, para mantener un físico francamente envidiable, a sus cuarenta y dos años parece en muchas ocasiones más joven que Elena, aunque por lo que puedo deducir, mi padre no aprovecha demasiado ese cuerpo.
Sí que me atraen y mucho las mujeres, solo que me da mucho corte estar cerca de ellas, en mi diario principalmente escribo fantasías, en las que pienso como si se hubieran producido, si alguien leyera ese diario, pensaría que soy un follador de primera y además con mucho éxito, la mayoría de las fantasías se inspiran en relatos eróticos que suelo leer.
Se aproximaban las vacaciones de Semana Santa y Elena dijo en casa que las pasaría con unos amigos esquiando, a mis padres les pareció bien, el fin de semana antes fuimos los tres a la casita que tenemos en la costa de Tarragona, por diversas causas desde Navidad no habíamos ido y querían prepararla para pasar unos días allí, el sábado por la noche mientras cenábamos, mi padre comento.
Ya que Diego tiene fiesta y tú no tienes mucho que hacer en casa, mañana marchare yo, os quedáis aquí y ya vendré el próximo viernes, para pasar todos estos días juntos.
Mi madre no discutió, de hecho no lo hacía nunca, solo hacia lo que se le antojaba, sin confrontaciones era su estilo de vida.
El domingo a media tarde marcho mi padre y quedamos solos los dos, después de cenar charlamos un poco y nos acostamos, de madrugada fui al baño y vi luz en la habitación que ocupaba mi madre. No me extrañó demasiado, sé que no necesita dormir mucho y en ocasiones aprovecha para leer.
En el baño, recordé la última anotación del diario que había dejado en casa y me masturbe de forma salvaje, si alguien lo leyera se llevaría una gran impresión.
Soy Mariana, son muchas las ocasiones en que pienso, que mi vida ha sido una gran mentira, cuando éramos novios, Ángel no me dejaba tranquila, todo eran mimos y cariñitos, la primera vez que tuvimos sexo, me aseguro que controlaba y fue cierto, se corrió fuera y todos tan contentos, tanto que repetíamos sin tan siquiera lavarnos.
Nuestra educación sexual era escasa, nos casamos estando embarazada de tres meses de nuestra hija Elena, dos años después nació Diego, cuando cumplió los dos años, de súbito cambio de forma radical, limitando el sexo al “polvo de los viernes” y nada más.
Primero pensé que se trataba del estrés, por el mucho trabajo, habían montado una empresa de automatismos eléctricos entre tres compañeros, primero a uno y después al otro les compro su parte, algo que le hacía trabajar más, pero que nos permitió una posición económica holgada, ahora tiene doce personas trabajando, pero sigue igual que al principio, sin tiempo para mí, puede que tenga algún lio por ahí.
Me pregunto mi madre a la mañana siguiente, mientras desayunábamos si tenía algún “asuntillo” y si estar estos días con nosotros me iba a perjudicar. Le respondí que no había nada que no pudiera esperar, pensando que se refería a temas de estudio.
A media mañana le coloque la capota rígida, al bugui Arenero “Volkswagen” que empleamos en verano y después de desconectarlo del cargador de baterías, lo saque de la cochera y juntos marchamos hasta Cambrils, para hacer unas compras y regresamos a casa antes de comer, pasamos la tarde ella organizando un poco la despensa y yo leyendo un libro que tenía a medias.
Cuando estaba ya oscureciendo, me dijo que quería dar un paseo y despejarse un poco, caminamos en silencio, hasta que me pregunto si salía con alguna chica, para no darle demasiadas pistas y además porque no me gusta este tipo de “interrogatorios” le dije que no había nadie especial en mi vida de momento, tenía algo en mente, pero que no quería hablar de ello para no “gafarlo”.
No insistió en el tema, aunque soltó una sonrisa, regresamos a casa pronto, se había levantado aire y me dijo que sentía frio.
Esa noche cenamos pronto y nos acostamos también pronto, me quede dormido enseguida, goce de un agradable sueño, donde una de mis fantasías se hacía realidad.
Soy consciente de que soy su madre.
Cuando me dijo Diego, que “tenía algo en mente” un escalofrió recorrió mi espinazo, por eso le pedí regresar a casa.
El viernes a mediodía, mientras recogía un poco su habitación, me llamo la atención un libro que no tenía título, lo cogí con curiosidad y al abrirlo, vi que se trataba de un diario, cuando lo iba a soltar pase distraídamente las hojas y se centraron mis ojos en la palabra “mamada” como un imán, solo pude leer como, una “amiga” le hacía una “mamada”, tragándolo todo con urgencia, pues llegaban a su casa los padres de ella.
No lo dudé, metí el libro en una bolsa con cosas mías, pensaba leerlo en la casa de la playa pero en aquel momento no podía.
La noche del domingo, fui pasando hojas desde el principio, anotaciones sin más relevancia, hasta que llegue a un punto en que dejaban de haber fechas, unos seis meses atrás y lo que seguía solo parecían crónicas de diversos encuentros sexuales, sin nombres pero con mucho detalle, leí bastantes pero me quedaban unas cuantas aún por leer, que deje para esta noche, al oírle decir que “tenía algo en mente” sentí una gran curiosidad.
Desde que me he acostado hasta ahora, he leído tres encuentros más, pero cuando he comenzado a leer el siguiente, he entendido a que se refería por la tarde, dice así.
Mi madre es la mujer más sexi que conozco, me encantaría poder estar con ella y hacerla gozar hasta la extenuación, aunque sé que será algo complicado, por otra parte me siento en la obligación de intentarlo, ya que mi padre pasa mucho de ella o eso es lo que parece, es una mujer hecha para el placer que se está desaprovechando, he de estudiar la forma de conseguirla.
Primero he sentido indignación, me estaba calificando como una calentona, después me he dado cuenta que tenía razón, lo he leído por segunda vez y me he sorprendido aguantando el libro con una mano y con dos dedos frotándome el clítoris.
He guardado el libro y como tantas otras veces, me he dedicado en serio a una sesión de sexo en solitario, retorcía mis pezones con saña, hasta casi el extremo de llorar del dolor-placer, metí dos dedos en busca del punto “G” hasta que conseguí aliviarme un poco.
Ha sido, cuando sin pensar demasiado en las consecuencias, tras apagar la luz de la mesilla, he lanzado el grito más desgarrador de que he sido capaz, al instante apareció Diego en calzoncillos y me pregunto con cara de espanto, que me sucedía y le dije que había tenido una pesadilla, abrí la cama y le dije que se acostara conmigo.
Cuando llegue a la habitación de mi madre, encendí la luz y la vi muy sofocada, encendió la de la mesilla de noche y me dijo que había tenido una pesadilla, entonces abrió la cama y me dijo que me acostara, que había pasado mucho miedo, con voz temblorosa me dijo que la abrazara, en ese momento no tenía presente el sueño, que poco antes la había metido en mi lecho.
Cuando pase un brazo por debajo de su cuello, note que tenía el camisón mojado por un sudor frio, se lo dije y con total naturalidad, se sentó en la cama y se lo saco, acurrucándose conmigo totalmente desnuda y diciéndome.
Ha sido terrible, me quería despertar y no podía, he soñado como me violaban y ha sido muy desagradable, percibir como un extraño me sobaba el cuerpo y después me penetraba por todos los agujeros, obligándole a hacer cosas que nunca antes he hecho ni a tu padre, tampoco es que hagamos mucho últimamente.
Escuchar eso ultimo de boca de mi madre, me entristeció mucho y fue cuando tome conciencia que estaba totalmente empalmado, tenía la polla contra su culo y el capullo asomaba por la cinturilla del calzoncillo.
Estaba seguro que mi madre lo tenía que notar, cuando trate de apartarme susurró.
No lo hagas, no te apartes de mí, no me rechaces tú también, esta noche, te necesito mucho más de lo que te imaginas.
Me tomo la mano, del brazo que tenía bajo su cuello y la aproximo a su teta, tiro de la otra mano hasta que la coloco sobre su vientre, entonces comenzó a temblar, no sabía muy bien cómo proceder, pero la naturaleza es sabia, magree ese pecho, hasta notar como se endureció el pezón, la otra mano torpemente, bajo hasta su coño, me sorprendió que estuviera totalmente depilado, solo lo acaricie un poco con la mano plana.
Tenía esa ricura de polla contra mi culo, su cuerpo por entero pegado a mí y me estaba poniendo a mil, el muy pillo se hacia el inocente conmigo, imagino que estar con la propia madre, tenía que “parecer” del todo casual y “casi” violento, pero lo había leído, él quería tenerme y lo iba a conseguir y de paso, yo también conseguiría algo bueno esa noche.
Entonces mi madre se giró, para quedar encarada conmigo, mientras lo hacía tiré de mis calzoncillos hacia abajo, dejando libre una polla que en ese momento, parecía que tuviera vida propia, cuando con los pies conseguí sacarlos del todo, ella ya estaba pegada a mi pecho, rodee su cuerpo en un abrazo mientras ella, junto sus labios con los míos y nos enredamos en un morreo que me dejo casi sin aire, entonces solo se me ocurrió, girar para que quedara sobre mí.
Me di la vuelta para poder besarlo y note que ya no tenía nada de ropa, tras un breve morreo, me coloco encima suyo como si fuera una pluma, me acariciaba la espalda con ternura más que con pasión, cómo supo el muy pillo seguir con su “pose” de inocencia, baje una mano hasta que alcance su polla.
Tenía un tamaño exagerado, más larga y gorda de lo que imaginaba, después de acariciarla un poco, me eleve y la encare para poder quedar ensartada en él, fue una sensación muy agradable, nos quedamos quietos unos instantes, me hizo sentir muy bien que no se dedicara a follarme de forma mecánica, me besaba los parpados mientras acariciaba tiernamente todo lo que quedaba a su alcance, un verdadero “pulpo”.
La tenia encima de mí y solo se me ocurrió besarla, donde tenía más cerca sin moverme, que eran sus parpados, la acaricie por todo el cuerpo que me era accesible, los laterales de los pechos, pasee mis dedos por su columna y acabe amasándole los cachetes del culo, no se movió más que para cogerme la polla y penetrarse con ella.
Estaba en la gloria, nunca imagine que mi primera vez fuera así, con mi propia madre, sí que había tenido fantasías de tener sexo con ella, pero era algo del todo impensable para mí, aunque estaba pasando y me gustaba, más aún cuando comenzó a moverse, primero de forma lenta pero cada vez más deprisa y sin apenas esfuerzo por mi parte, comenzó a espaciar sus movimientos, hasta que soltó una especie de gruñido y se quedó muy quieta, solo notaba un ligero temblor, mas parecía que tiritara.
Note, resbalando por mi pelvis un líquido viscoso, no tanto como el semen y además sabía que no me había corrido, había gozado mucho de la situación, pero no llegue a tal punto, quizás por la masturbación que me había hecho un rato antes o por el morbo de momento, ella tenía la cara apoyada sobre mi pecho, cuando la levanto fue para besarme, estaba muy colorada y agitada, la abrace fuerte y la deje reposar un poco, aún estaba dentro suyo y con la erección completa.
Había tenido el primer orgasmo, de lo que prometía ser una noche muy larga, Diego, “mi niño” estaba dentro de mí y ni se había inmutado, yo incluso me había corrido, algo que solo había conseguido alguna vez y porque había “pillado” a Ángel, en alguna situación de mucha “euforia” pero pronto se acabaron esos tiempos, lo aparte de mi mente y trate de concentrarme en lo que tenía ahora ahí.
No podía ni quería dejarlo así, después del primer paso que ya estaba dado, quería continuar.
Dicen que todos los caminos son más fáciles de transitar, cuando has iniciado su recorrido, estaba dispuesta a hacer de esa noche algo inolvidable para los dos.
Poco después, cuando su respiración se hizo más pausada, sin ser normal del todo, en silencio me soltó y comenzó a bajar su cuerpo hacia los pies de la cama, sin dejar de lamer mi pecho primero, mi vientre después hasta llegar a la polla, que comenzó a besar y lamer en toda su extensión.
No se decidía a metérsela en la boca y eso era algo que no pensaba pedirle, no quería romper esa “magia” que se estaba produciendo, la dejaría hacer y que decidiera hasta donde quería o podía llegar, me estaba pajeando lentamente al mismo tiempo, cuando note e imagino que ella también, como asomaba el líquido preseminal.
Note sus carnosos labios rodeándome la polla, que fue tragando con la boca entrecerrada, de modo que la fricción era total, entonces comenzó un verdadero suplicio para mí, se la sacaba casi del todo y la volvía a engullir un poco más cada vez, tenía una mano en cada muslo, por lo que solo podía acariciarle el cabello la nuca y parte de la cara, pero ni se me ocurrió guiarla, pensé que tenía muy claro lo que debía hacer en cada momento.
Ahí estaba yo, haciendo mi primera mamada, había visto algunas en películas porno, que en alguna ocasión había traído para tratar de que Ángel se animara, pero ni por esas, nunca había tenido sexo oral ni con él ni con nadie, hasta ahora y tenía una gran duda ¿Me disgustaría el gusto del semen? En el diario de Diego, su amiga “trago todo” con urgencia antes de que entraran sus padres.
Parece que está acostumbrado, a que sus ocasionales parejas traguen el esperma, yo lo haría para no decepcionarle y después ya vería que pasaba, cada vez llegaba más profundo y lo cierto es que no me desagradaba, era algo que me estaba excitando mucho más de lo que imaginé, al leerlo lo interpreté más como una forma “exclusiva” de satisfacer al amante que de placer propio.
Noté que se tensaba y también como me sujeto por los hombros, para elevarme y apartarme con el tiempo justo de ver, como su polla se plegaba hacia su vientre y comenzaba a expulsar esperma a borbotones, la cogí con una mano y lo fui pajeando, hasta que dejo de salir, con un dedo de la otra mano, tome un poco que primero con la punta de la lengua probé y que después chupe con gran placer, era fuerte y áspero pero para mí nada desagradable.
Ella se fue desplazando por mi cuerpo, desapareciendo bajo la ropa de cama, la destape un poco para que no se sofocara más de lo que ya estaba, me lamia el pecho y después el vientre, cuando llego a la polla no me lo podía creer, aunque en mi interior lo estaba deseando, ¡Me la iba a mamar!
En realidad, yo no había hecho nada aún, solo venir a verla por su pesadilla, al aparecer el líquido preseminal, fue cuando comenzó en sí la mamada, se la metió hasta la mitad, casi con dificultad o eso pensé yo, aunque vi pronto que era su forma de hacer, abrazar la polla fuertemente con los labios para producir más placer, cada vez llegaba más profunda, creo que llego hasta la garganta.
Sé que la tengo más grande que muchos de mis compañeros, incluso no hacía mucho, un día que mi padre me llevo de caza, algo que no me gustó pude vérsela y también estoy mejor “equipado” que él, un pequeño calambre me volvió a la realidad, anunciando que la eyaculación estaba cercana, no iba a correrme en su boca así por las buenas, la separe levantándola por los hombros y cuando comenzaron a salir las primeras descargas fueron a parar sobre mi vientre.
Para mi sorpresa, me fue pajeando con una mano, mientras con la otra recogió algo de esperma, la saboreo y puso cara de agrado, lo que siguió me desconcertó del todo, ya había acabado de eyacular y solo quedaba un pequeño hilillo, me cogió de las muñecas, para que le permitiera bajar, pensé que se sentaría en la cama o quien sabe qué, se metió la polla en la boca otra vez y sorbió los restos que quedaban.
Después con calma fue recogiendo con un dedo, lo vertido sobre mi vientre y lo degustaba, cada nueva “untada” que lamia parecía que la disfrutara más que la anterior, cuando quedaba poco simplemente se dedicó a recoger directamente con la lengua, estaba alucinando pero en la gloria.
Mi madre era una obsesa sexual en potencia, aunque no lo supiera y mi padre un gilipollas de mucho cuidado por no saber verlo y aprovecharlo, pero eso se podía remediar y lo iba a hacer.
Cuando termino de eyacular, Diego tenía los ojos vidriosos, estaba convencida que había gozado y dispuesta a que eso no acabara ahí, había abierto “La caja de Pandora” aunque no habían salido “todos los males” en este caso, solo placer y mucho, que importaba ya a esas alturas cual fuera el siguiente paso, le hice que me soltara y recogí lo que le quedaba en la polla, comencé a recoger el esperma primero con el dedo y después directamente lamí su vientre.
Él estaba encantado, cuando termine ya tenía una erección más que aceptable, me tendí a su lado tome una mano suya y la coloque en mi pecho, tardo poco en ponerse de cara a mí y comenzar a besarme, rebuscando en mi boca, cualquier vestigio de lo que le había estado “lamiendo”, eso fue algo que me demostró, lo experimentado que era y lo mucho que se esforzaba por que sus amantes no se sintieran mal, por algo que al menos en mi caso había sido muy placentero.
Fue en ese momento cuando decidí dar un paso más.
Cuando estaba tendida a mi lado, se me ocurrió besarla, no sabía si “percibir” el gusto del esperma me resultaría desagradable, lo había olido en muchas ocasiones, pero nunca lo había “catado” pero pensé que de una forma u otra se lo debía, fue algo que no resulto desagradable y a ella parece que le gusto y mucho, a juzgar por su expresión, poco después se apartó un poco de mí y me pidió que saliera de la cama, pensé que se había enfadado por algo, aunque lo dijo con una bella sonrisa y a media voz.
Lo hice y una sorpresa más, vino a golpearme como un mazo.
Se arrodillo en medio de la cama, con la cara sobre el colchón, el culo en “pompa” y las piernas muy separadas, en un susurro me dijo que no quería cremas ni nada parecido, quería que le doliera para poder recordar por mucho tiempo esa primera vez, ya que NUNCA había entrado nada por ahí.
Había leído algo al respecto, visto algunas fotos y videos, pero no me imaginaba lo que sería “hacerlo”, recordé que en algunos casos, lo que hacían “ellos” era simplemente meter los dedos en el coño, para lubricar un poco la entrada, otros empezaban besando la zona, hurgando con la lengua y otros entraban a saco, improvise una mezcla de diferentes estilos “vistos” sin tener la más mínima idea del posible resultado final.
Me arrodille entre sus piernas.
Comencé besándole alrededor, después de mi propio esperma, ya nada me sabia malo, notando como se le ponía “la piel de gallina” insistí al tiempo que le acariciaba el vientre con una mano, llegue al clítoris que tenía bastante abultado y muy caliente, justo cuando con la lengua estaba en medio y un temblor se apodero de ella, sin apartarme comencé a pajearle el clítoris, estaba muy excitada.
Salía jugo continuamente del coño, aparte la boca del culo y me erguí, sin pausa metí un par de dedos de la otra mano en el coño, lo más adentro que pude, después que estuvieran bien mojados, los apunte directamente al culo y los metí sin demasiada dificultad, le di unas cuantas pasadas adelante y atrás mientras, tal y como había leído, trataba de “separar” las paredes lo más posible.
Los saque y guie mi polla ya erecta del todo a la entrada, donde primero apoye el capullo con cuidado y después pase el brazo libre por debajo de su vientre, bese su columna mientras en un solo y lento movimiento, la metí hasta el fondo, me dolía pero no pare hasta que la pelvis tropezó con sus rosados cachetes.
Era un escollo más que había superado, no estaba segura que pudiera entrar esa maravillosa polla, en lo que imaginaba seria mi estrecho culo, pero me demostró una vez más que era un gran experto, primero se encargó del clítoris, con lo que una parte de mi atención, se centraba en las maniobras que hacía en él.
Cuando comenzó a besarme el culo, me desarmo del todo, estaba dispuesta a que me penetrara “con un hierro al rojo”, ya cuando metió dos dedos en el coño para “lubricarme” con mis propios jugos, a pesar que le había dicho que quería “sufrir”, quería “dolor para recordar” y él, él me obsequio con placer, mucho placer no podía imaginar que algo así pudiera ser tan placentero.
Entro de una sola vez hasta el fondo, pero a pesar de que notaba como se habrían mis carnes al paso de su polla, no sentía más que un calor extremo, sin llegar al dolor, cuando se detuvo espere y poco después al comenzar con ese vaivén lento y largo, unido a los masajes que no pararon en el clítoris, primero comenzó una segunda eyaculación que se fundió con los espasmos, del segundo orgasmo en mucho tiempo.
Siguió bombeando a pesar de saber, que estaba en medio de un orgasmo y continúo también sin soltar el clítoris, hasta que comenzó a llenarme los intestinos, con sus cálidas descargas, encadene un orgasmo con el anterior, que me dejo del todo agotada.
Cuando me aflojo un poco el dolor, notaba una presión inmensa en la polla, era francamente estrecha y seguro que era cierto eso de que nada había entrado nunca por ahí o al menos haría mucho tiempo, aunque no tenía motivos para mentir, ni en eso ni en nada.
Cuando fui capaz, bien sujeta por el vientre, para que no se desplazara le fui dando “viajes” lentamente, para no lastimarnos ni ella ni yo, era agradable notar como se alisaban a mi paso, los pliegues de su rugoso conducto, y al llegar al fondo, me parecía notar en el brazo la presión de la polla, no sé si es posible, pero la sensación era esa.
Cuando comencé a notar los espasmos, la presión se incrementó y note como me mojaba la mano que acariciaba el clítoris de forma exagerada, con el mismo liquido viscoso de antes, era y ahora sí que estaba seguro, una las tan “escasas” según algunos artículos en Internet eyaculaciones femeninas, en otros casos aseguraban que la mayoría de mujeres eran capaces de obtenerlos.
De lo que estaba seguro es de que en ese momento, los espasmos eran el preludio de un nuevo orgasmo, pero esta vez pensaba llegar yo también hasta el final y correrme dentro suyo, además no pensaba soltarle el clítoris a no ser que me lo exigiera, cuando parecía que ella estaba terminando fue cuando, solté la primera descarga que para mi sorpresa, fueron muchas y comprendí que eran el efecto de la gran presión sobre mi polla, muchas con poca cantidad.
Después de las primeras, se fueron espaciando, hasta que por fin y dando tres o cuatro ahora si cortos, pero enérgicos caderazos hasta el fondo, termine del todo, ella seguía fuera de sí, después supe que había encadenado dos orgasmos.
Cuando Diego termino de llenarme por completo, nos derrumbamos ambos, el sin salir de mí, no por ello dejo de besarme la columna primero y la nuca después, manteniéndome en un nivel de excitación que para mí era del todo desconocido e inconcebible.
Cuando por fin su erección desapareció, le pregunte si quería que nos ducháramos juntos, después me ayudaría a hacer la cama con ropa limpia y se quedaría a “dormir” conmigo, no puso ninguna objeción.
Al rato por sugerencia suya, nos levantamos.
Ya en el baño, nos enjabonamos ambos mutuamente, aprovechando cualquier excusa, para acariciar tocar sobar, gozar a fin de cuentas el cuerpo del otro. Volvía a tener una erección más que notable, pero me propuse parar de momento, no quería “gastar” todo en una sola sesión, preferí guardar algo para después.
Cuando dimos la ducha por terminada, la ayude a hacer la cama y nos acostamos juntos, me beso y se dio la vuelta, acurrucándose en mí con la polla dura contra su espalda, se agito un poco, imagino que tratando de continuar la fiesta, me hice el despistado y poco después me dormí.
Después del “tute” que me había dado, se quedó roque en instantes, a pesar de que trate por todos los medios que siguiera, tenía muy claro que prefería descansar.
Al principio me indigne un poco, pero entendí que era más razonable su proceder que el mío.
Me despertó una sensación muy agradable, mi madre me estaba haciendo una mamada, pensé que lo mejor era no interrumpirla, en esa primera jornada me había convencido, que sería mucho el sexo que podría practicar con ella, y mientras durara lo pensaba aprovechar, mi padre la tenía abandonada por lo que había comprobado, pero cuando el llegara el próximo viernes, esto que teníamos ahora se interrumpiría, no sabía si para siempre o podríamos proseguir de vuelta a casa.
Fue una noche llena de agitación y sobresaltos, soñaba que me había acostado con Diego, poco después me despertaba y lo notaba junto a mí, con su polla apoyada en mi espalda, me giraba y quedaba frente a él, me daban ganas de despertarlo pero no me atrevía, bajo ningún concepto quería que llegara a enfadarse conmigo.
Me quedaba mirándolo hasta que el sueño me vencía y después era el quien se daba la vuelta, me abrazaba a él esperando que no se despertara aún.
Por fin amaneció, espere hasta que no pude más, aproveche que estaba bocarriba, para despertarlo de una forma que imaginé que le gustaría.
Fuimos juntos a la ducha, parecíamos un par de adolescentes, yo lo soy y mi madre no era necesario que se esforzara demasiado, después de “jugar” un rato salimos y preparo el desayuno, al terminar vimos que hacia un día muy agradable y le pregunte si le apetecía tomar el sol un rato.
Subí a la azotea y desplace la cubierta inclinada, que protegía el cristal de que estaba hecho el solárium, dentro había cuatro tumbonas y dos mesitas, saque dos de las tumbonas y puse una colchoneta grande, me gusta tumbarme en ellas que en las tumbonas, cerré la puerta para que cogiera calor, después ya abriríamos los respiraderos para regular la temperatura.
Mientras se hacia “una lavadora” con la ropa de cama que había sacado la noche antes, subí al solárium con crema para el sol, no estaba segura de que la temperatura fuera buena, pero al haberlo sugerido Diego, lo hice y la sorpresa fue comprobar, que a pesar de estar a finales de marzo, dentro del solárium no se podía estar vestida, me desnude y le pedí que me pusiera crema.
Mi madre subió al solárium y cuando entro quejándose del “calor” que hacía y se denudo, pidiéndome a continuación que le pusiera crema, lo hice como otras veces, pero en esta ocasión no había bikini que estorbara. Cuando termine de ponerle en la espalda y las piernas por detrás, se dio la vuelta para que siguiera por delante, me puse como una moto pero aguante con mucho esfuerzo, sabía que en cualquier momento podía disponer de su cuerpo.
Mientras me ponía la crema, los pezones se empitonaron y el vello de todo el cuerpo se erizo, cuando termino de aplicar la crema por delante sin intentar nada, quede un tanto decepcionada, pero aún quedaba ponerle crema yo a él y ahí sí que triunfe, mientras le ponía por el pecho aguanto, pero cuando le quité el bañador y le puse crema primero en el vientre, pude ver como se armaba esa maravilla apuntándome con descaro, me tumbe en la colchoneta y espere que se tendiera encima de mí.
Lo único que pude hacer era lo que estaba cantado, untados los dos de crema, estábamos sobre la colchoneta follando con desespero, un primer orgasmo le llego con tremenda facilidad, creo que estaba muy predispuesta y ansiosa, fue sin acabar ese que encadeno un segundo, en ese sí que me uní a ella y acabamos los dos a un tiempo, poco después rezumando esperma, se levantó para tenderse en una de las tumbonas.
Cuando bajamos a comer, ella estaba un poco quemada a pesar de la crema, imagino que una buena parte quedo en mí o por el camino, antes de acostarnos a hacer la siesta, le aplique un bálsamo que me indico, principalmente en la espalda y esa tarde hicimos siesta por separado.
Esa fue la dinámica que seguimos hasta el viernes a mediodía, que fue cuando decidimos parar y esperar que llegara Ángel.
Le prometí a Diego, que eso no se había terminado, solo hacíamos una pausa mientras papa estuviera con nosotros.
El viernes después de comer me dijo mama, de aparcar momentáneamente nuestros encuentros, durante las vacaciones ya que estando papa allí, lo fácil es que se percatara de la situación, lo entendí y así quedamos, me dijo con algo de tristeza en el semblante, que solo de pensarlo ya echaba de menos estar conmigo, pero que pasadas las vacaciones, me lo compensaría.
A media tarde llegaron Ángel y Elena, ella venia bastante mosqueada porque al final la esquiada se había suspendido, su amiga había discutido con su pareja y se habían quedado sin apartamento. Se resignó a pasar esos días con nosotros.
El sábado fue un día raro para todos, se hizo largo y tedioso, “todos” habíamos sufrido un cambio de ritmo, después de comer Elena desapareció y no la vimos hasta la hora de cenar, resulto que había estado en el solárium, en lugar de hacer la siesta como los demás.
A la mañana siguiente, me dijo Elena que la acompañara a Cambrils porque necesitaba unas cosas, cogimos el bugui después del desayuno y marchamos, compramos además de lo que ella necesitaba, más cosas que pidieron “los papás” incluido un periódico, mi padre no podía pasar sin él.
De regreso, me hizo parar en un camino cercano a la casita y pregunto como de pasada y sin darle importancia.
Dime Diego, ¿cómo es eso de acostarte con mamá, es tan activa como parece? No te esfuerces en negarlo, anoche vi como os mirabais y ayer tarde vi tu colchoneta, al olerla tenía SU aroma no el tuyo y si me dices que bla bla bla me enfadare, ¡se claro y explícamelo!
No sabía muy bien que hacer, aunque lo único que funcionaba con Elena era la sinceridad y le conté un poco como había ido el asunto, aclarándole muy bien que no había sido yo quien lo había iniciado todo eso y para mi enésima sorpresa en estos últimos días me dijo.
Bueno algo así es lo que he leído en tu diario, seguro que mama también lo leyó y por eso se “monto” lo de la pesadilla, pero hay algo que me preocupa, no he leído nada respecto a mí, ¿es que no me encuentras apetecible?
Elena en ese momento, se acercó y nos liamos en un morreo que me dejo sin respiración, tanto por lo intenso como por lo que representaba, tomándome una mano me dijo.
De momento mañana saldré a navegar con papá todo el día, sé que ni a mamá ni a tí os gusta y ya he quedado con mamá que pasado mañana, ellos irán a Tarragona a ver a su primo Carlos y nosotros podremos aclarar algunas cosas que nos interesan a ambos.
Continuara………….
No soy nada especial, me llamo Diego tengo casi diecinueve años, soy alto casi metro ochenta y lo único destacable en mi es una gran timidez, algo que me ha impedido relacionarme con chicas, es mucho el apuro que paso cada vez que, en la Universidad, tengo que hacer algún trabajo en común con alguna chica, solo me siento cómodo escribiendo en mi diario.
En casa somos cuatro, mi hermana Elena dos años mayor que yo y que tiene una “vida social” muy agitada, mi padre que solo se preocupa de que saque buenas notas y del futbol, mi madre que se ocupa principalmente de seguir tratándome como a “su niño” y de ir al gimnasio con sus amigas, para mantener un físico francamente envidiable, a sus cuarenta y dos años parece en muchas ocasiones más joven que Elena, aunque por lo que puedo deducir, mi padre no aprovecha demasiado ese cuerpo.
Sí que me atraen y mucho las mujeres, solo que me da mucho corte estar cerca de ellas, en mi diario principalmente escribo fantasías, en las que pienso como si se hubieran producido, si alguien leyera ese diario, pensaría que soy un follador de primera y además con mucho éxito, la mayoría de las fantasías se inspiran en relatos eróticos que suelo leer.
Se aproximaban las vacaciones de Semana Santa y Elena dijo en casa que las pasaría con unos amigos esquiando, a mis padres les pareció bien, el fin de semana antes fuimos los tres a la casita que tenemos en la costa de Tarragona, por diversas causas desde Navidad no habíamos ido y querían prepararla para pasar unos días allí, el sábado por la noche mientras cenábamos, mi padre comento.
Ya que Diego tiene fiesta y tú no tienes mucho que hacer en casa, mañana marchare yo, os quedáis aquí y ya vendré el próximo viernes, para pasar todos estos días juntos.
Mi madre no discutió, de hecho no lo hacía nunca, solo hacia lo que se le antojaba, sin confrontaciones era su estilo de vida.
El domingo a media tarde marcho mi padre y quedamos solos los dos, después de cenar charlamos un poco y nos acostamos, de madrugada fui al baño y vi luz en la habitación que ocupaba mi madre. No me extrañó demasiado, sé que no necesita dormir mucho y en ocasiones aprovecha para leer.
En el baño, recordé la última anotación del diario que había dejado en casa y me masturbe de forma salvaje, si alguien lo leyera se llevaría una gran impresión.
Soy Mariana, son muchas las ocasiones en que pienso, que mi vida ha sido una gran mentira, cuando éramos novios, Ángel no me dejaba tranquila, todo eran mimos y cariñitos, la primera vez que tuvimos sexo, me aseguro que controlaba y fue cierto, se corrió fuera y todos tan contentos, tanto que repetíamos sin tan siquiera lavarnos.
Nuestra educación sexual era escasa, nos casamos estando embarazada de tres meses de nuestra hija Elena, dos años después nació Diego, cuando cumplió los dos años, de súbito cambio de forma radical, limitando el sexo al “polvo de los viernes” y nada más.
Primero pensé que se trataba del estrés, por el mucho trabajo, habían montado una empresa de automatismos eléctricos entre tres compañeros, primero a uno y después al otro les compro su parte, algo que le hacía trabajar más, pero que nos permitió una posición económica holgada, ahora tiene doce personas trabajando, pero sigue igual que al principio, sin tiempo para mí, puede que tenga algún lio por ahí.
Me pregunto mi madre a la mañana siguiente, mientras desayunábamos si tenía algún “asuntillo” y si estar estos días con nosotros me iba a perjudicar. Le respondí que no había nada que no pudiera esperar, pensando que se refería a temas de estudio.
A media mañana le coloque la capota rígida, al bugui Arenero “Volkswagen” que empleamos en verano y después de desconectarlo del cargador de baterías, lo saque de la cochera y juntos marchamos hasta Cambrils, para hacer unas compras y regresamos a casa antes de comer, pasamos la tarde ella organizando un poco la despensa y yo leyendo un libro que tenía a medias.
Cuando estaba ya oscureciendo, me dijo que quería dar un paseo y despejarse un poco, caminamos en silencio, hasta que me pregunto si salía con alguna chica, para no darle demasiadas pistas y además porque no me gusta este tipo de “interrogatorios” le dije que no había nadie especial en mi vida de momento, tenía algo en mente, pero que no quería hablar de ello para no “gafarlo”.
No insistió en el tema, aunque soltó una sonrisa, regresamos a casa pronto, se había levantado aire y me dijo que sentía frio.
Esa noche cenamos pronto y nos acostamos también pronto, me quede dormido enseguida, goce de un agradable sueño, donde una de mis fantasías se hacía realidad.
Soy consciente de que soy su madre.
Cuando me dijo Diego, que “tenía algo en mente” un escalofrió recorrió mi espinazo, por eso le pedí regresar a casa.
El viernes a mediodía, mientras recogía un poco su habitación, me llamo la atención un libro que no tenía título, lo cogí con curiosidad y al abrirlo, vi que se trataba de un diario, cuando lo iba a soltar pase distraídamente las hojas y se centraron mis ojos en la palabra “mamada” como un imán, solo pude leer como, una “amiga” le hacía una “mamada”, tragándolo todo con urgencia, pues llegaban a su casa los padres de ella.
No lo dudé, metí el libro en una bolsa con cosas mías, pensaba leerlo en la casa de la playa pero en aquel momento no podía.
La noche del domingo, fui pasando hojas desde el principio, anotaciones sin más relevancia, hasta que llegue a un punto en que dejaban de haber fechas, unos seis meses atrás y lo que seguía solo parecían crónicas de diversos encuentros sexuales, sin nombres pero con mucho detalle, leí bastantes pero me quedaban unas cuantas aún por leer, que deje para esta noche, al oírle decir que “tenía algo en mente” sentí una gran curiosidad.
Desde que me he acostado hasta ahora, he leído tres encuentros más, pero cuando he comenzado a leer el siguiente, he entendido a que se refería por la tarde, dice así.
Mi madre es la mujer más sexi que conozco, me encantaría poder estar con ella y hacerla gozar hasta la extenuación, aunque sé que será algo complicado, por otra parte me siento en la obligación de intentarlo, ya que mi padre pasa mucho de ella o eso es lo que parece, es una mujer hecha para el placer que se está desaprovechando, he de estudiar la forma de conseguirla.
Primero he sentido indignación, me estaba calificando como una calentona, después me he dado cuenta que tenía razón, lo he leído por segunda vez y me he sorprendido aguantando el libro con una mano y con dos dedos frotándome el clítoris.
He guardado el libro y como tantas otras veces, me he dedicado en serio a una sesión de sexo en solitario, retorcía mis pezones con saña, hasta casi el extremo de llorar del dolor-placer, metí dos dedos en busca del punto “G” hasta que conseguí aliviarme un poco.
Ha sido, cuando sin pensar demasiado en las consecuencias, tras apagar la luz de la mesilla, he lanzado el grito más desgarrador de que he sido capaz, al instante apareció Diego en calzoncillos y me pregunto con cara de espanto, que me sucedía y le dije que había tenido una pesadilla, abrí la cama y le dije que se acostara conmigo.
Cuando llegue a la habitación de mi madre, encendí la luz y la vi muy sofocada, encendió la de la mesilla de noche y me dijo que había tenido una pesadilla, entonces abrió la cama y me dijo que me acostara, que había pasado mucho miedo, con voz temblorosa me dijo que la abrazara, en ese momento no tenía presente el sueño, que poco antes la había metido en mi lecho.
Cuando pase un brazo por debajo de su cuello, note que tenía el camisón mojado por un sudor frio, se lo dije y con total naturalidad, se sentó en la cama y se lo saco, acurrucándose conmigo totalmente desnuda y diciéndome.
Ha sido terrible, me quería despertar y no podía, he soñado como me violaban y ha sido muy desagradable, percibir como un extraño me sobaba el cuerpo y después me penetraba por todos los agujeros, obligándole a hacer cosas que nunca antes he hecho ni a tu padre, tampoco es que hagamos mucho últimamente.
Escuchar eso ultimo de boca de mi madre, me entristeció mucho y fue cuando tome conciencia que estaba totalmente empalmado, tenía la polla contra su culo y el capullo asomaba por la cinturilla del calzoncillo.
Estaba seguro que mi madre lo tenía que notar, cuando trate de apartarme susurró.
No lo hagas, no te apartes de mí, no me rechaces tú también, esta noche, te necesito mucho más de lo que te imaginas.
Me tomo la mano, del brazo que tenía bajo su cuello y la aproximo a su teta, tiro de la otra mano hasta que la coloco sobre su vientre, entonces comenzó a temblar, no sabía muy bien cómo proceder, pero la naturaleza es sabia, magree ese pecho, hasta notar como se endureció el pezón, la otra mano torpemente, bajo hasta su coño, me sorprendió que estuviera totalmente depilado, solo lo acaricie un poco con la mano plana.
Tenía esa ricura de polla contra mi culo, su cuerpo por entero pegado a mí y me estaba poniendo a mil, el muy pillo se hacia el inocente conmigo, imagino que estar con la propia madre, tenía que “parecer” del todo casual y “casi” violento, pero lo había leído, él quería tenerme y lo iba a conseguir y de paso, yo también conseguiría algo bueno esa noche.
Entonces mi madre se giró, para quedar encarada conmigo, mientras lo hacía tiré de mis calzoncillos hacia abajo, dejando libre una polla que en ese momento, parecía que tuviera vida propia, cuando con los pies conseguí sacarlos del todo, ella ya estaba pegada a mi pecho, rodee su cuerpo en un abrazo mientras ella, junto sus labios con los míos y nos enredamos en un morreo que me dejo casi sin aire, entonces solo se me ocurrió, girar para que quedara sobre mí.
Me di la vuelta para poder besarlo y note que ya no tenía nada de ropa, tras un breve morreo, me coloco encima suyo como si fuera una pluma, me acariciaba la espalda con ternura más que con pasión, cómo supo el muy pillo seguir con su “pose” de inocencia, baje una mano hasta que alcance su polla.
Tenía un tamaño exagerado, más larga y gorda de lo que imaginaba, después de acariciarla un poco, me eleve y la encare para poder quedar ensartada en él, fue una sensación muy agradable, nos quedamos quietos unos instantes, me hizo sentir muy bien que no se dedicara a follarme de forma mecánica, me besaba los parpados mientras acariciaba tiernamente todo lo que quedaba a su alcance, un verdadero “pulpo”.
La tenia encima de mí y solo se me ocurrió besarla, donde tenía más cerca sin moverme, que eran sus parpados, la acaricie por todo el cuerpo que me era accesible, los laterales de los pechos, pasee mis dedos por su columna y acabe amasándole los cachetes del culo, no se movió más que para cogerme la polla y penetrarse con ella.
Estaba en la gloria, nunca imagine que mi primera vez fuera así, con mi propia madre, sí que había tenido fantasías de tener sexo con ella, pero era algo del todo impensable para mí, aunque estaba pasando y me gustaba, más aún cuando comenzó a moverse, primero de forma lenta pero cada vez más deprisa y sin apenas esfuerzo por mi parte, comenzó a espaciar sus movimientos, hasta que soltó una especie de gruñido y se quedó muy quieta, solo notaba un ligero temblor, mas parecía que tiritara.
Note, resbalando por mi pelvis un líquido viscoso, no tanto como el semen y además sabía que no me había corrido, había gozado mucho de la situación, pero no llegue a tal punto, quizás por la masturbación que me había hecho un rato antes o por el morbo de momento, ella tenía la cara apoyada sobre mi pecho, cuando la levanto fue para besarme, estaba muy colorada y agitada, la abrace fuerte y la deje reposar un poco, aún estaba dentro suyo y con la erección completa.
Había tenido el primer orgasmo, de lo que prometía ser una noche muy larga, Diego, “mi niño” estaba dentro de mí y ni se había inmutado, yo incluso me había corrido, algo que solo había conseguido alguna vez y porque había “pillado” a Ángel, en alguna situación de mucha “euforia” pero pronto se acabaron esos tiempos, lo aparte de mi mente y trate de concentrarme en lo que tenía ahora ahí.
No podía ni quería dejarlo así, después del primer paso que ya estaba dado, quería continuar.
Dicen que todos los caminos son más fáciles de transitar, cuando has iniciado su recorrido, estaba dispuesta a hacer de esa noche algo inolvidable para los dos.
Poco después, cuando su respiración se hizo más pausada, sin ser normal del todo, en silencio me soltó y comenzó a bajar su cuerpo hacia los pies de la cama, sin dejar de lamer mi pecho primero, mi vientre después hasta llegar a la polla, que comenzó a besar y lamer en toda su extensión.
No se decidía a metérsela en la boca y eso era algo que no pensaba pedirle, no quería romper esa “magia” que se estaba produciendo, la dejaría hacer y que decidiera hasta donde quería o podía llegar, me estaba pajeando lentamente al mismo tiempo, cuando note e imagino que ella también, como asomaba el líquido preseminal.
Note sus carnosos labios rodeándome la polla, que fue tragando con la boca entrecerrada, de modo que la fricción era total, entonces comenzó un verdadero suplicio para mí, se la sacaba casi del todo y la volvía a engullir un poco más cada vez, tenía una mano en cada muslo, por lo que solo podía acariciarle el cabello la nuca y parte de la cara, pero ni se me ocurrió guiarla, pensé que tenía muy claro lo que debía hacer en cada momento.
Ahí estaba yo, haciendo mi primera mamada, había visto algunas en películas porno, que en alguna ocasión había traído para tratar de que Ángel se animara, pero ni por esas, nunca había tenido sexo oral ni con él ni con nadie, hasta ahora y tenía una gran duda ¿Me disgustaría el gusto del semen? En el diario de Diego, su amiga “trago todo” con urgencia antes de que entraran sus padres.
Parece que está acostumbrado, a que sus ocasionales parejas traguen el esperma, yo lo haría para no decepcionarle y después ya vería que pasaba, cada vez llegaba más profundo y lo cierto es que no me desagradaba, era algo que me estaba excitando mucho más de lo que imaginé, al leerlo lo interpreté más como una forma “exclusiva” de satisfacer al amante que de placer propio.
Noté que se tensaba y también como me sujeto por los hombros, para elevarme y apartarme con el tiempo justo de ver, como su polla se plegaba hacia su vientre y comenzaba a expulsar esperma a borbotones, la cogí con una mano y lo fui pajeando, hasta que dejo de salir, con un dedo de la otra mano, tome un poco que primero con la punta de la lengua probé y que después chupe con gran placer, era fuerte y áspero pero para mí nada desagradable.
Ella se fue desplazando por mi cuerpo, desapareciendo bajo la ropa de cama, la destape un poco para que no se sofocara más de lo que ya estaba, me lamia el pecho y después el vientre, cuando llego a la polla no me lo podía creer, aunque en mi interior lo estaba deseando, ¡Me la iba a mamar!
En realidad, yo no había hecho nada aún, solo venir a verla por su pesadilla, al aparecer el líquido preseminal, fue cuando comenzó en sí la mamada, se la metió hasta la mitad, casi con dificultad o eso pensé yo, aunque vi pronto que era su forma de hacer, abrazar la polla fuertemente con los labios para producir más placer, cada vez llegaba más profunda, creo que llego hasta la garganta.
Sé que la tengo más grande que muchos de mis compañeros, incluso no hacía mucho, un día que mi padre me llevo de caza, algo que no me gustó pude vérsela y también estoy mejor “equipado” que él, un pequeño calambre me volvió a la realidad, anunciando que la eyaculación estaba cercana, no iba a correrme en su boca así por las buenas, la separe levantándola por los hombros y cuando comenzaron a salir las primeras descargas fueron a parar sobre mi vientre.
Para mi sorpresa, me fue pajeando con una mano, mientras con la otra recogió algo de esperma, la saboreo y puso cara de agrado, lo que siguió me desconcertó del todo, ya había acabado de eyacular y solo quedaba un pequeño hilillo, me cogió de las muñecas, para que le permitiera bajar, pensé que se sentaría en la cama o quien sabe qué, se metió la polla en la boca otra vez y sorbió los restos que quedaban.
Después con calma fue recogiendo con un dedo, lo vertido sobre mi vientre y lo degustaba, cada nueva “untada” que lamia parecía que la disfrutara más que la anterior, cuando quedaba poco simplemente se dedicó a recoger directamente con la lengua, estaba alucinando pero en la gloria.
Mi madre era una obsesa sexual en potencia, aunque no lo supiera y mi padre un gilipollas de mucho cuidado por no saber verlo y aprovecharlo, pero eso se podía remediar y lo iba a hacer.
Cuando termino de eyacular, Diego tenía los ojos vidriosos, estaba convencida que había gozado y dispuesta a que eso no acabara ahí, había abierto “La caja de Pandora” aunque no habían salido “todos los males” en este caso, solo placer y mucho, que importaba ya a esas alturas cual fuera el siguiente paso, le hice que me soltara y recogí lo que le quedaba en la polla, comencé a recoger el esperma primero con el dedo y después directamente lamí su vientre.
Él estaba encantado, cuando termine ya tenía una erección más que aceptable, me tendí a su lado tome una mano suya y la coloque en mi pecho, tardo poco en ponerse de cara a mí y comenzar a besarme, rebuscando en mi boca, cualquier vestigio de lo que le había estado “lamiendo”, eso fue algo que me demostró, lo experimentado que era y lo mucho que se esforzaba por que sus amantes no se sintieran mal, por algo que al menos en mi caso había sido muy placentero.
Fue en ese momento cuando decidí dar un paso más.
Cuando estaba tendida a mi lado, se me ocurrió besarla, no sabía si “percibir” el gusto del esperma me resultaría desagradable, lo había olido en muchas ocasiones, pero nunca lo había “catado” pero pensé que de una forma u otra se lo debía, fue algo que no resulto desagradable y a ella parece que le gusto y mucho, a juzgar por su expresión, poco después se apartó un poco de mí y me pidió que saliera de la cama, pensé que se había enfadado por algo, aunque lo dijo con una bella sonrisa y a media voz.
Lo hice y una sorpresa más, vino a golpearme como un mazo.
Se arrodillo en medio de la cama, con la cara sobre el colchón, el culo en “pompa” y las piernas muy separadas, en un susurro me dijo que no quería cremas ni nada parecido, quería que le doliera para poder recordar por mucho tiempo esa primera vez, ya que NUNCA había entrado nada por ahí.
Había leído algo al respecto, visto algunas fotos y videos, pero no me imaginaba lo que sería “hacerlo”, recordé que en algunos casos, lo que hacían “ellos” era simplemente meter los dedos en el coño, para lubricar un poco la entrada, otros empezaban besando la zona, hurgando con la lengua y otros entraban a saco, improvise una mezcla de diferentes estilos “vistos” sin tener la más mínima idea del posible resultado final.
Me arrodille entre sus piernas.
Comencé besándole alrededor, después de mi propio esperma, ya nada me sabia malo, notando como se le ponía “la piel de gallina” insistí al tiempo que le acariciaba el vientre con una mano, llegue al clítoris que tenía bastante abultado y muy caliente, justo cuando con la lengua estaba en medio y un temblor se apodero de ella, sin apartarme comencé a pajearle el clítoris, estaba muy excitada.
Salía jugo continuamente del coño, aparte la boca del culo y me erguí, sin pausa metí un par de dedos de la otra mano en el coño, lo más adentro que pude, después que estuvieran bien mojados, los apunte directamente al culo y los metí sin demasiada dificultad, le di unas cuantas pasadas adelante y atrás mientras, tal y como había leído, trataba de “separar” las paredes lo más posible.
Los saque y guie mi polla ya erecta del todo a la entrada, donde primero apoye el capullo con cuidado y después pase el brazo libre por debajo de su vientre, bese su columna mientras en un solo y lento movimiento, la metí hasta el fondo, me dolía pero no pare hasta que la pelvis tropezó con sus rosados cachetes.
Era un escollo más que había superado, no estaba segura que pudiera entrar esa maravillosa polla, en lo que imaginaba seria mi estrecho culo, pero me demostró una vez más que era un gran experto, primero se encargó del clítoris, con lo que una parte de mi atención, se centraba en las maniobras que hacía en él.
Cuando comenzó a besarme el culo, me desarmo del todo, estaba dispuesta a que me penetrara “con un hierro al rojo”, ya cuando metió dos dedos en el coño para “lubricarme” con mis propios jugos, a pesar que le había dicho que quería “sufrir”, quería “dolor para recordar” y él, él me obsequio con placer, mucho placer no podía imaginar que algo así pudiera ser tan placentero.
Entro de una sola vez hasta el fondo, pero a pesar de que notaba como se habrían mis carnes al paso de su polla, no sentía más que un calor extremo, sin llegar al dolor, cuando se detuvo espere y poco después al comenzar con ese vaivén lento y largo, unido a los masajes que no pararon en el clítoris, primero comenzó una segunda eyaculación que se fundió con los espasmos, del segundo orgasmo en mucho tiempo.
Siguió bombeando a pesar de saber, que estaba en medio de un orgasmo y continúo también sin soltar el clítoris, hasta que comenzó a llenarme los intestinos, con sus cálidas descargas, encadene un orgasmo con el anterior, que me dejo del todo agotada.
Cuando me aflojo un poco el dolor, notaba una presión inmensa en la polla, era francamente estrecha y seguro que era cierto eso de que nada había entrado nunca por ahí o al menos haría mucho tiempo, aunque no tenía motivos para mentir, ni en eso ni en nada.
Cuando fui capaz, bien sujeta por el vientre, para que no se desplazara le fui dando “viajes” lentamente, para no lastimarnos ni ella ni yo, era agradable notar como se alisaban a mi paso, los pliegues de su rugoso conducto, y al llegar al fondo, me parecía notar en el brazo la presión de la polla, no sé si es posible, pero la sensación era esa.
Cuando comencé a notar los espasmos, la presión se incrementó y note como me mojaba la mano que acariciaba el clítoris de forma exagerada, con el mismo liquido viscoso de antes, era y ahora sí que estaba seguro, una las tan “escasas” según algunos artículos en Internet eyaculaciones femeninas, en otros casos aseguraban que la mayoría de mujeres eran capaces de obtenerlos.
De lo que estaba seguro es de que en ese momento, los espasmos eran el preludio de un nuevo orgasmo, pero esta vez pensaba llegar yo también hasta el final y correrme dentro suyo, además no pensaba soltarle el clítoris a no ser que me lo exigiera, cuando parecía que ella estaba terminando fue cuando, solté la primera descarga que para mi sorpresa, fueron muchas y comprendí que eran el efecto de la gran presión sobre mi polla, muchas con poca cantidad.
Después de las primeras, se fueron espaciando, hasta que por fin y dando tres o cuatro ahora si cortos, pero enérgicos caderazos hasta el fondo, termine del todo, ella seguía fuera de sí, después supe que había encadenado dos orgasmos.
Cuando Diego termino de llenarme por completo, nos derrumbamos ambos, el sin salir de mí, no por ello dejo de besarme la columna primero y la nuca después, manteniéndome en un nivel de excitación que para mí era del todo desconocido e inconcebible.
Cuando por fin su erección desapareció, le pregunte si quería que nos ducháramos juntos, después me ayudaría a hacer la cama con ropa limpia y se quedaría a “dormir” conmigo, no puso ninguna objeción.
Al rato por sugerencia suya, nos levantamos.
Ya en el baño, nos enjabonamos ambos mutuamente, aprovechando cualquier excusa, para acariciar tocar sobar, gozar a fin de cuentas el cuerpo del otro. Volvía a tener una erección más que notable, pero me propuse parar de momento, no quería “gastar” todo en una sola sesión, preferí guardar algo para después.
Cuando dimos la ducha por terminada, la ayude a hacer la cama y nos acostamos juntos, me beso y se dio la vuelta, acurrucándose en mí con la polla dura contra su espalda, se agito un poco, imagino que tratando de continuar la fiesta, me hice el despistado y poco después me dormí.
Después del “tute” que me había dado, se quedó roque en instantes, a pesar de que trate por todos los medios que siguiera, tenía muy claro que prefería descansar.
Al principio me indigne un poco, pero entendí que era más razonable su proceder que el mío.
Me despertó una sensación muy agradable, mi madre me estaba haciendo una mamada, pensé que lo mejor era no interrumpirla, en esa primera jornada me había convencido, que sería mucho el sexo que podría practicar con ella, y mientras durara lo pensaba aprovechar, mi padre la tenía abandonada por lo que había comprobado, pero cuando el llegara el próximo viernes, esto que teníamos ahora se interrumpiría, no sabía si para siempre o podríamos proseguir de vuelta a casa.
Fue una noche llena de agitación y sobresaltos, soñaba que me había acostado con Diego, poco después me despertaba y lo notaba junto a mí, con su polla apoyada en mi espalda, me giraba y quedaba frente a él, me daban ganas de despertarlo pero no me atrevía, bajo ningún concepto quería que llegara a enfadarse conmigo.
Me quedaba mirándolo hasta que el sueño me vencía y después era el quien se daba la vuelta, me abrazaba a él esperando que no se despertara aún.
Por fin amaneció, espere hasta que no pude más, aproveche que estaba bocarriba, para despertarlo de una forma que imaginé que le gustaría.
Fuimos juntos a la ducha, parecíamos un par de adolescentes, yo lo soy y mi madre no era necesario que se esforzara demasiado, después de “jugar” un rato salimos y preparo el desayuno, al terminar vimos que hacia un día muy agradable y le pregunte si le apetecía tomar el sol un rato.
Subí a la azotea y desplace la cubierta inclinada, que protegía el cristal de que estaba hecho el solárium, dentro había cuatro tumbonas y dos mesitas, saque dos de las tumbonas y puse una colchoneta grande, me gusta tumbarme en ellas que en las tumbonas, cerré la puerta para que cogiera calor, después ya abriríamos los respiraderos para regular la temperatura.
Mientras se hacia “una lavadora” con la ropa de cama que había sacado la noche antes, subí al solárium con crema para el sol, no estaba segura de que la temperatura fuera buena, pero al haberlo sugerido Diego, lo hice y la sorpresa fue comprobar, que a pesar de estar a finales de marzo, dentro del solárium no se podía estar vestida, me desnude y le pedí que me pusiera crema.
Mi madre subió al solárium y cuando entro quejándose del “calor” que hacía y se denudo, pidiéndome a continuación que le pusiera crema, lo hice como otras veces, pero en esta ocasión no había bikini que estorbara. Cuando termine de ponerle en la espalda y las piernas por detrás, se dio la vuelta para que siguiera por delante, me puse como una moto pero aguante con mucho esfuerzo, sabía que en cualquier momento podía disponer de su cuerpo.
Mientras me ponía la crema, los pezones se empitonaron y el vello de todo el cuerpo se erizo, cuando termino de aplicar la crema por delante sin intentar nada, quede un tanto decepcionada, pero aún quedaba ponerle crema yo a él y ahí sí que triunfe, mientras le ponía por el pecho aguanto, pero cuando le quité el bañador y le puse crema primero en el vientre, pude ver como se armaba esa maravilla apuntándome con descaro, me tumbe en la colchoneta y espere que se tendiera encima de mí.
Lo único que pude hacer era lo que estaba cantado, untados los dos de crema, estábamos sobre la colchoneta follando con desespero, un primer orgasmo le llego con tremenda facilidad, creo que estaba muy predispuesta y ansiosa, fue sin acabar ese que encadeno un segundo, en ese sí que me uní a ella y acabamos los dos a un tiempo, poco después rezumando esperma, se levantó para tenderse en una de las tumbonas.
Cuando bajamos a comer, ella estaba un poco quemada a pesar de la crema, imagino que una buena parte quedo en mí o por el camino, antes de acostarnos a hacer la siesta, le aplique un bálsamo que me indico, principalmente en la espalda y esa tarde hicimos siesta por separado.
Esa fue la dinámica que seguimos hasta el viernes a mediodía, que fue cuando decidimos parar y esperar que llegara Ángel.
Le prometí a Diego, que eso no se había terminado, solo hacíamos una pausa mientras papa estuviera con nosotros.
El viernes después de comer me dijo mama, de aparcar momentáneamente nuestros encuentros, durante las vacaciones ya que estando papa allí, lo fácil es que se percatara de la situación, lo entendí y así quedamos, me dijo con algo de tristeza en el semblante, que solo de pensarlo ya echaba de menos estar conmigo, pero que pasadas las vacaciones, me lo compensaría.
A media tarde llegaron Ángel y Elena, ella venia bastante mosqueada porque al final la esquiada se había suspendido, su amiga había discutido con su pareja y se habían quedado sin apartamento. Se resignó a pasar esos días con nosotros.
El sábado fue un día raro para todos, se hizo largo y tedioso, “todos” habíamos sufrido un cambio de ritmo, después de comer Elena desapareció y no la vimos hasta la hora de cenar, resulto que había estado en el solárium, en lugar de hacer la siesta como los demás.
A la mañana siguiente, me dijo Elena que la acompañara a Cambrils porque necesitaba unas cosas, cogimos el bugui después del desayuno y marchamos, compramos además de lo que ella necesitaba, más cosas que pidieron “los papás” incluido un periódico, mi padre no podía pasar sin él.
De regreso, me hizo parar en un camino cercano a la casita y pregunto como de pasada y sin darle importancia.
Dime Diego, ¿cómo es eso de acostarte con mamá, es tan activa como parece? No te esfuerces en negarlo, anoche vi como os mirabais y ayer tarde vi tu colchoneta, al olerla tenía SU aroma no el tuyo y si me dices que bla bla bla me enfadare, ¡se claro y explícamelo!
No sabía muy bien que hacer, aunque lo único que funcionaba con Elena era la sinceridad y le conté un poco como había ido el asunto, aclarándole muy bien que no había sido yo quien lo había iniciado todo eso y para mi enésima sorpresa en estos últimos días me dijo.
Bueno algo así es lo que he leído en tu diario, seguro que mama también lo leyó y por eso se “monto” lo de la pesadilla, pero hay algo que me preocupa, no he leído nada respecto a mí, ¿es que no me encuentras apetecible?
Elena en ese momento, se acercó y nos liamos en un morreo que me dejo sin respiración, tanto por lo intenso como por lo que representaba, tomándome una mano me dijo.
De momento mañana saldré a navegar con papá todo el día, sé que ni a mamá ni a tí os gusta y ya he quedado con mamá que pasado mañana, ellos irán a Tarragona a ver a su primo Carlos y nosotros podremos aclarar algunas cosas que nos interesan a ambos.
Continuara………….
3 comentarios - El diario
excelente aporte